
¿Cómo explicar con pocas palabras lo que significas en mi vida? Es imposible. ¿Cómo hacerte saber todo lo que has cambiado en mí? Tal vez, tal vez debería contarte cómo era mi vida antes de conocerte. Sí, eso es lo que haré.
Mis primeros recuerdos son acerca del patinaje. Me parece compartimos el mismo amor y pasión por este deporte. Nunca olvidaré la primera vez que entré en una pista de hielo. Imagino que tú sentiste la misma emoción que yo al entrar a una pista, escuchar los patines rasgando el hielo y esa libertad que se experimenta al sentir el viento contra tu cara. Para mí, nada era comparable a la satisfacción de ejecutar un salto correctamente, realizar piruetas complicadas, contar historias conmovedoras y mantener sorprendido al público, a la competencia, a Yakov. Pensé que podía ser yo mismo en el hielo, pensé que esa era la única verdad.
¡Qué equivocado estaba!
Con el tiempo me di cuenta que «sorprender» se convirtió en un hábito. Un cuento de nunca acabar. Pensar en un tema, encontrar y producir la música adecuada, crear la coreografía digna de un campeón, ensayar una y otra, y otra vez hasta perfeccionarla, presentarme ante el público, sorprender y ganar. Todo eso y nada más. ¡Repetir el mismo ciclo en cada temporada se volvió desesperadamente aburrido!
Una mañana me di cuenta que simplemente había perdido todo el interés, mi mundo se tornó color gris y sólo era yo fingiendo ser alguien que yo sabía ya no podía ser. La pasión se había extinguido y me resigné en volver a recuperarla.
Y fue ahí cuando te conocí. Quizás aún te avergüenzas de ello, e incluso sueles evadir hablar del tema. Eso no importa. Nadie, nunca jamás en mi vida me hubo sorprendido tanto como tú. Repito, nadie. Tú, tan hermoso y etéreo. Tú, tan desinhibido y sensual. Tú, ese Casanova que me coqueteó, me conquistó y me abandonó, para luego llamarme descaradamente con ese video que se hizo viral en la red.
Al llegar a Hasetsu las sorpresas no terminaron. No eras el mismo que había conocido en esa fiesta, eras esquivo, tímido y solías evitarme. ¡Llegué a pensar que me había equivocado de persona! Justo cuando pensé que todo estaba perdido hiciste esa cautivadora presentación. Eros brilló por su sensualidad y cada vez que veía tu programa corto quería pensar que patinabas para mi, que tratabas de seducirme porque la inspiración de ese Eros tan atrayente y atractivo era yo, y sólo yo. Aún quiero creerlo, por favor, dime que lo soy.
Mi Yuuri, creo que nunca terminaré de explicar mis sentimientos por ti. Lo resumiré con dos significativas palabras: Te amo, ¡te amo tanto! ¡Por favor, amor, perdóname! No fue mi intención, lo juro. Prometo no volver a hacerlo. Perdón.
Tu eterno enamorado
Víctor Nikiforov
—Espero que sea suficiente —Victor se levantó de su asiento. Cansado, por el tiempo que permaneció sentado, alzó los brazos para estirarse mientras observaba la estilizada caligrafía que adornaba la carta que el ruso con tanto esmero le había escrito a su prometido. La tomó y dobló con cuidado para dejarla sobre la mesa al lado de un ramo de margaritas, no me olvides y malvas [1]. Hecho su cometido, Victor se dispuso a salir para darle su paseo acostumbrado a Makkachin. Un poco nervioso, tomó la correa de su mascota y miró por última vez la misiva que inocente se encontraba sobre la mesa. El ruso esperaba que tanto la carta como las flores ayudaran a obtener ese ansiado perdón. Así sería, estaba casi seguro.

Después de dos horas de paseo Victor regresó junto con Makkachin al departamento. El abrigo y la bufanda de Victor estaban húmedos debido a la ligera nevada que los sorprendió en el camino. Finas gotas de agua helada escurrían del cabello del peliplateado, así como de Makkachin quien se apresuró a ir su rincón preferido para resguardarse del frío. Victor esperaba que Yuuri ya se encontrara en casa. Grande fue su sorpresa y decepción al encontrar las luces apagadas.
Antes de entrar en pánico y comenzar la búsqueda de su japonés, hablarle a Chris, a Yakov, a Yurio, a la guardia nacional, marcar sl 112 [2] o comenzar negociaciones con la Bratvá, Victor notó que el ramo de flores ya no estaba. En su lugar, había un post it con un mensaje de Yuuri en él.
«Victor:
Promete por Makkachin que no volverás a comerte mis chocolates.
Te espero en la alcoba.
Yuuri.
P.D. Gracias por las flores, son hermosas».
Al lado de la nota se encontraba una flor de origami color rosa [3]. Al tomarla, Victor leyó lo que estaba escrito en uno de sus pétalos: Te amo.
El peliplateado sonrió con ternura. Tomó la rosa y se la llevó al pecho supirando de emoción. Sí, quizá su amor no fuera perfecto, quizás ambos peleaban por tonterías, era lo de menos. Ciertamente lo más importante era que se tenían el uno al otro, lo realmente importante era que al lado de Yuuri todo era realidad y cada día, al despertar y ver a ese chico de cabello azabache y mirada de color del más delicioso café, Victor se repetía mentalmente mientras murmuraba al oído de su prometido: «no lo dudes, es amor».

¡Hola!
Espero les haya gustado este pequeño one-shot que fue realizado para la dinámica de #YOIFilmCartoon el requisito era basarnos en alguna canción de una película animada para desarrollar una historia. A mi me tocó el tema de «Te amo» de la película «El camino hacia el dorado». La verdad, tenía mucho que no veía la película y ya no recordaba esta canción. ¡Es hermosa!
La idea vino de escuchar la letra y pensar en Victor y como Yuuri agregó sus dos L a su vida solitaria de campeón. ¡Creo que le quedó perfecta esta canción a mi ruso sexy!
Unas aclaraciones del one-shot por si quedaron algunas dudas:
[1] Regalar 5 margaritas combinadas con 5 flores de no me olvides y un tallo de malva significa, lealtad, amor, fidelidad y hace referencia a la pregunta, ¿todavía me quieres? Se pueden regalar cuando se ha cometido un error muy grande y las posibilidades de que te perdonen son casi nulas. Sabemos que esta discusión no puede sonar muy significativa pero Victor, al ser una cosita linda y blanda digamos que a veces exagera las cosas y en mi pequeña cabecita, a él le encantan las flores por su significado y le gusta expresarse a través de ellas.
[2] 112 es el número de emergencias en Europa.
[3] Regalar rosas rosas significa amor y gratitud. En este caso, haciendo énfasis a la personalidad práctica de Yuuri (y su nacionalidad) opté porque su respuesta fuera con una rosa de papel.
Creo que es todo, espero les haya gustado. Me divertí mucho escribiendo este one-shot ¡Gracias por dejarme participar! 😀
xoxo
Sam