La nostalgia me llevó a tomar el teléfono y marcar el número de mi hermano. Necesitaba saber cómo estaba, qué diablos estaba haciendo, cómo vivía su duelo, cómo le iba en su matrimonio y si todavía sentía algo de cariño por mí.
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Tabú 87
Mi madre se fue con las primeras flores de la primavera. Los esfuerzos que hicieron los médicos para recuperar su salud y su conciencia no tuvieron efecto, como tampoco lo tuvieron las palabras más amorosas con las que intenté despertarla. Era como si ella hubiera decidió huir, como si se resistiera a regresar. Tal vezSigue leyendo «Tabú 87»
Tabú 86
Nos graduamos presentando nuestras propuestas ante los jurados calificadores de la escuela y ellos decidieron quienes podían merecer el título de diseñador de modas. Nuestras tesis fueron colecciones completas y cuando todos pasamos la prueba de final de año tuvimos un tiempo para adecuar, ampliar y mejorar nuestras colecciones para presentarlas en la ceremonia deSigue leyendo «Tabú 86»
Tabú 85
Llegué a París una mañana fría y recorrí las calles que recién despertaban sintiendo que el corazón se desgajaba pedazo a pedazo por las revelaciones que encontré en San Petersburgo. Eran poco más de la siete de la mañana y sabía que Anya ya había preparado el café. Pensé en ella y la tensión queSigue leyendo «Tabú 85»
Tabú 84
Tenía solo tres semanas para presentar la colección final de mis creaciones y graduarme de la Parsons. Noviembre pasó de manera muy rápida y mi tiempo lo había empleado para buscar inspiración y presentar mi plan de trabajo.
Tabú 83
San Petersburgo vestía de blanco como una novia frente al altar. Al verla recordé mi infancia y lo feliz que fui cuando papá nos llevaba a pasear o cuando salía de compras a los grandes almacenes con mamá.
Tabú 82
Aprendí que el día de acción de gracias los estadounidenses se permiten compartir más que una cena en familia o con amigos. Muchos de ellos festejan este día con tanto o más recogimiento que la navidad.
Tabú 81
Noviembre terminaba y Londres me recibió con ligera llovizna y aire frío. Un auto me esperaba en la entrada del aeropuerto y el chofer, un tipo alto y robusto, me dio la bienvenida con un seco “buenos días, señor Nikiforov” para luego llevarme por las calles mojadas hasta la residencia de las hermanas Kaminski.
Tabú 80
Cada vez que Olenka Kaminski entraba en mi vida la pintaba de colores. Derramaba energía por la habitación y de solo mirarla imaginaba que ella era el ángel que mi madre me enviaba en los momentos más oscuros de mi vida.
Tabú 78
Era el 31 de diciembre de mi segundo año en Nueva York y me encontraba mirando los árboles, las bancas y las veredas bañadas por la nevada que cayó la noche anterior. Me hallaba más solo que nunca tomando una taza de cocoa, sentado en el alfeizar de la ventana con Potya calentando mis piesSigue leyendo «Tabú 78»