Jean abrió la puerta del departamento, no sin cierta dificultad. Un bonito chico rubio y delgado se abrazaba a él y a lo poco que quedaba de su botella. —No puedo creer que te encontrara en esa discoteca… realmente eres mi tipo. Alto, moreno, fuerte. Con profundos ojos azules y una mandíbula masculina que moríaSigue leyendo «Muñeca»