De pronto, lo sintió. Una molesta sensación en su estómago, que se fue haciendo más insistente con las horas que pasaba allí, en medio de la oscuridad, parado.Tenía hambre. Poco o nada pudo ver al abrir sus ojos; sin embargo, una vez sus sentidos fueron despertando del letargo que el sueño producía, todo lo desagradableSigue leyendo «HAMBRE»