San Petersburgo vestía de blanco como una novia frente al altar. Al verla recordé mi infancia y lo feliz que fui cuando papá nos llevaba a pasear o cuando salía de compras a los grandes almacenes con mamá.
Archivo del autor: Marymarce Galindo
Tabú 82
Aprendí que el día de acción de gracias los estadounidenses se permiten compartir más que una cena en familia o con amigos. Muchos de ellos festejan este día con tanto o más recogimiento que la navidad.
Tabú 81
Noviembre terminaba y Londres me recibió con ligera llovizna y aire frío. Un auto me esperaba en la entrada del aeropuerto y el chofer, un tipo alto y robusto, me dio la bienvenida con un seco “buenos días, señor Nikiforov” para luego llevarme por las calles mojadas hasta la residencia de las hermanas Kaminski.
Tabú 80
Cada vez que Olenka Kaminski entraba en mi vida la pintaba de colores. Derramaba energía por la habitación y de solo mirarla imaginaba que ella era el ángel que mi madre me enviaba en los momentos más oscuros de mi vida.
Tabú 79
Mi padre siempre me dijo que las mujeres son seres maravillosos, pero que tratar de ingresar en la profundidad de su alma, era una tarea peligrosa que ni los más osados expedicionarios se atrevían a realizar.
Tabú 78
Era el 31 de diciembre de mi segundo año en Nueva York y me encontraba mirando los árboles, las bancas y las veredas bañadas por la nevada que cayó la noche anterior. Me hallaba más solo que nunca tomando una taza de cocoa, sentado en el alfeizar de la ventana con Potya calentando mis piesSigue leyendo «Tabú 78»
Tabú 77
Cansina. Así se convirtió la vida junto a quien fuera mi amada.
Tabú 76
Lejos de casa, lejos de Rusia, lejos de mis queridos amigos y de mis costumbres me dejé absorber por Nueva York y su intenso ritmo de vida. Me entregué a sus noches de luces a sus días cálidos de verano y al paso apurado de su gente para no sucumbir frente a los recuerdos ySigue leyendo «Tabú 76»
Tabú 75
En numerosas oportunidades escuché a la gente decir que los millonarios también sufren y lo más gracioso fue escucharlos decir que a ellos les gustaría tener esos sufrimientos porque con tanto dinero en las cuentas bancarias se sufre menos.
Tabú 74
Durante casi una hora observé mi cara y mi cuerpo en el espejo y comprobé que era una perfecta basura, con el cabello sucio y desaliñado, los ojos hundidos y rojos, mi aliento olía a mierda y mi cuerpo pesaba una tonelada. No reconocí al tipo que me miraba desde el espejo porque no eraSigue leyendo «Tabú 74»