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Retorno (Promesas y Esperanzas)


Una fina lágrima cayó por la mejilla de Yuuri al ver a su hermano en esas condiciones. Masumi dormía en la habitación que lo hospedaría durante su rehabilitación, una venda cubría parte de su rostro y aunque respiraba con calma el omega sabía que solo era gracias a los fuertes medicamentos que poco antes le habían dado.

—Debemos ser fuertes por él —dijo Christophe tomando la mano de Yuuri—, yo te prometo cuidar de Masumi y hacerlo feliz a pesar de las nuevas circunstancias que nos acompañarán. 

—Chris, no tienes que…

—Lo amo —interrumpió el omega—. Lo amo y deseo hacerlo. 

Yuuri abrazó a Chris y lloró en silencio en su hombro, recibiendo a cambio el cálido abrazo del enfermero que acariciaba su espalda buscando consolarlo y consolarse a sí mismo en el proceso. 


En la habitación contigua se encontraba Yuri junto a Otabek. El alfa se encontraba sentado en la cama, comiendo, mientras el omega lo observaba desde una silla a su lado. El soldado se encontraba prácticamente recuperado y tenía la fortuna de no haber quedado con secuelas.

—Hace tiempo que no comía algo tan delicioso —dijo el moreno.

—La comida en el frente es un asco, para la próxima guerra deberían llevar mejores cocineros —dijo con ironía.

—Espero que no haya una próxima —contestó Otabek con seriedad.

—Con lo idiota que son los alfas seguramente habrán más.

—Gracias… te recuerdo que también soy un alfa.

—No lo he olvidado —sonrió divertido. 

Ambos habían sido acogidos por Yuuri a petición de Christophe. El omega entendía que quisieran alejarse del continente para buscar una pronta mejoría para el alfa y un lugar seguro en el que resguardarse. 


Dos días después de su llegada, Elizabeth fue a visitar a Christophe, ambos se abrazaron con fuerza al encontrarse en el jardín de la enorme casa de Víctor.

—Me alegra tanto tenerte de regreso —dijo la mujer separándose de su amigo—, realmente tenía miedo de lo que pudiera sucederte en el frente. 

—Fue una experiencia terrible —dijo Chris desviando la mirada, rememorando—, pero no me arrepiento de haber estado ahí. Tan solo espero que algo así no vuelva a repetirse jamás. Esta guerra debe terminar y debemos aprender de ella para no repetir los mismos errores. 

—La humanidad sería insensata si no aprendiera nada de esto. 

Ambos caminaron en silencio pensando en sus propias experiencias. Elizabeth sin estar en el frente comprendía lo terrible de la situación, ella misma había recibido personas mutiladas, había visto el vacío y la desesperanza en tantos ojos que ya no era capaz de contarlos. 

—Cuando la guerra termine —dijo Elizabeth intentando retomar la conversación—, iré a Francia. Allá existe la posibilidad de estudiar medicina, me gustaría mucho que fueras conmigo. 

Chris mordió su labio pensando en aquella posibilidad, antes de que todo empezara también había pensado en ir a Francia después de convertirse en enfermero. Pero ahora las cosas eran diferentes.

—Elizabeth —comenzó a decir el omega—, mis prioridades han cambiado. Masumi tendrá una larga recuperación, sus daños no son solo físicos y quiero concentrar mis energías en ayudarlo a recuperar su alegría. 

—Entiendo que ese alfa te preocupe, pero no deberías sacrificarte por él. Masumi tiene una familia que sin duda lo apoyará y este es el sueño de tu vida —Elizabeth miró a Chris con seriedad—, tú mismo dijiste que era a lo único que no podrías renunciar, lo que te hace ser tú mismo. 

—El tiempo en el frente me ha hecho replantearme las cosas. 

—Quieres decir que ahora piensas que los omegas debemos seguir sacrificando nuestros sueños en beneficio de los demás. 

—No. Claro que no —respondió Chris—, estoy seguro de que los omegas debemos dejar de sacrificarnos por el bienestar de alfas egoístas que piensan que no servimos para nada más que parir y criar niños. Realmente quiero que consigas tu meta y le demuestres a todos ellos que una omega será la mejor médico. 

—Entonces…

—Lo que quiero decir es que ver morir a tantas personas me ha hecho entender que la vida de tus seres queridos es más importante que cualquier otra cosa. La vida de Masumi es lo más importante, ¿qué clase de persona sería si abandonara al hombre que amo cuando más necesita de mí? Fui ciego a mis sentimientos por mucho tiempo, obsesionado como estaba con Víctor, pero ahora he decidido entregarme completamente al amor de Masumi. 

Elizabeth abrazó a su amigo con fuerza. Entendía lo que él le había dicho y apoyaba su decisión, después de todo, ambos siempre habían soñado con un mundo en el que cada persona, cada omega, fuera libre de decidir lo que quería hacer con su vida. La decisión de Christophe era generosa porque buscaba entregar bienestar y alegría a una persona importante, la decisión de Elizabeth también lo era porque buscaba demostrar que los omegas no eran ciudadanos de segunda categoría y que podían desempeñarse bien en lo que escogieran, quería abrir un nuevo camino para todos ellos. Cambiar tus metas por el bienestar de alguien más o seguir adelante hasta el final con tal de alcanzar tus objetivos; ninguna decisión era incorrecta. 


La guerra debilitaba a los países, Rusia fue un ejemplo cuando en febrero de 1917 estalló la revolución y el Zar Nicolás II se vio obligado a abdicar. La inestabilidad le permitió a los alemanes avanzar considerablemente en aquel país. Cuando los bolcheviques tomaron el control total firmaron el armisticio con los imperios centrales y obtuvieron la paz, para esto consintieron enormes sacrificios económicos y territoriales, pero no estaban en condiciones de seguir adelante con aquella guerra. Pronto vivirían su propia guerra civil. 

Con el resto de los ejércitos desplegados por todo el continente, los alemanes ponen todas sus fuerzas en la que sería su última ofensiva en Flandes, esta comenzó en marzo de 1918 y se extendió hasta el 5 de abril. Sin embargo, los soldados alemanes no consiguen hacer frente a la contraofensiva del general Leroy, quien comanda las tropas francesas y estadounidenses a la victoria. Los tanques británicos entran en combate por primera vez y la supremacía aérea de los aliados es contundente. 

Mientras Bulgaria pide el armisticio, vencida en los Balcanes por las tropas francesas. El Imperio Otomano no puede contener a los británicos que han tomado Jerusalén y Bagdad en tanto avanzaban hacia Anatolia. El imperio no tiene más opción que rendirse también. Los hermanos Crispino guían a Italia hacia la victoria sobre Austria-Hungría, cuyo ejército también sufre una derrota en los Balcanes; la monarquía de los Habsburgo se hunde irremediablemente. 

Alemania apenas puede mantenerse en pie, sus aliados han sido derrotados, su población civil está empobrecida, su ejército desmoralizado por las últimas derrotas. Las tropas estadounidenses no paran de desembarcar, incluso Italia envía contingente a Francia para apoyar a los aliados. El ocho de agosto de 1918 el ataque aliado finalmente rompe el frente alemán, los aliados posteriormente logran penetrar a Bélgica. Alemania está perdida y el Káiser huye a Holanda tras una revolución obrera en Berlín. El gobierno de la nueva República Alemana firma el armisticio el 11 de noviembre de 1918. La guerra ha terminado con la victoria de los Aliados. 

Yuuri llora de felicidad al recibirla la carta de Víctor, al fin su alfa regresaría a casa, al fin la guerra había terminado devolviéndole a la persona que tanto ama. 

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