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*Capítulo 16: Coincidencias


El pasillo del tren era un hervidero de actividad.

 De camino al vagón restaurante, Yuri pasó junto a varios androides sirvientes que repartían almuerzos envasados, una mujer con un almidonado traje de oficina que hablaba con dureza por su portavisor y un niño pequeño de andares inseguros que iba abriendo todas las puertas que encontraba a su paso con curiosidad.

Yuri fue esquivándolos a todos a través de media docena de vagones idénticos, tratando de abrirse camino entre la marea de pasajeros que se dirigían a sus puestos de trabajo habituales, a sus lugares comunes de descanso o de compras, tal vez incluso de vuelta a un hogar normal.

 Poco a poco, su ánimo había ido enfriándose: la irritación con los medios de comunicación por demonizar a una chica de diecisiete años y enterarse después de que dicha joven se había escapado de la cárcel y continuaba en búsqueda y captura; la lástima que le había causado la infancia violenta de Otabek, seguida del rechazo inesperado cuando este se separo de sus brazos o  prefirió no acompañarla; el terror fluctuante por su abuelo y por lo que pudiera estar ocurriéndole en ese momento, mientras el tren surcaba la campiña a una velocidad que nunca sería lo bastante rápida; un miedo que solo lo mitigaba saber que, al menos, estaba de camino.

 Al menos, cada vez estaba más cerca. Con la cabeza dándole mil vueltas, se alegró de encontrar el vagón restaurante medio vacío. Desde detrás de una barra circular, un barman con cara de aburrimiento veía la telerred en la que emitían un programa de entrevistas que a Yuri nunca le había gustado. Dos mujeres bebían mimosas en una mesita, y en uno de los reservados había un joven sentado con las piernas sobre el asiento, pulsando furiosamente su portavisor. Cuatro androides esperaban junto a la pared, preparados para entregar los pedidos de los vagones privados. Yuri se sentó en la barra y dejó el portavisor junto a un cuenco transparente de olivas.

—¿Qué va a tomar? -preguntó el barman, sin apartar la vista de la pantalla, donde en ese momento estaban entrevistando a una estrella de cine de acción-.

—Un café, solo uno de azúcar, gracias. 

Apoyó la barbilla en las manos mientras el hombre introducía el pedido en el dispensador.

 Yuri deslizó el dedo por el portavisor y tecleó las palabras: «LA ORDEN DE LA MANADA» Un listado de grupos de música y foros inundó la página, y todos decían ser manadas de lobos y sociedades secretas. «OFICIAL LEAL A LA ORDEN DE LA MANADA» Ningún resultado. «LOS LOBOS»  Nada más teclearlo, supo que era un término demasiado amplio, por lo que rápidamente lo borró y lo sustituyó por: «LA BANDA DE LOS LOBOS». A continuación, tras obtener 20.400 resultados, añadió PARÍS. Un grupo de música que había salido de gira por París hacía dos veranos. BANDA DE LOBOS CALLEJEROS, LOBOS JUSTICIEROS, SECUESTRADORES SÁDICOS QUE HACEN ALARDE DE JUSTOS ASPIRANTESA LOBOS.

 Nada.

 Nada.

Frustrada, se remetió el pelo dentro de la capucha.

 Su café había aparecido delante de ella sin que se hubiera dado cuenta, así que se llevó la tacita a los labios y sopló el vapor antes de darle un sorbo. 

Era evidente que, si esa Orden de la Manada llevaba en funcionamiento el tiempo suficiente para haber reclutado a 962 miembros, en alguna parte tenía que haber constancia de ellos.

 Crímenes, juicios, asesinatos, delitos contra la sociedad. Se devanó los sesos, tratando de encontrar otro término de búsqueda mientras se lamentaba por no haberle preguntado a Otabek un poco más acerca de sus excompañeros.

—Esa búsqueda parece bastante específica. 

Volvió la cabeza con brusquedad hacia el hombre que ocupaba un taburete a pocos metros de ella y al que no había oído tomar asiento. La miraba con los ojos entornados y una sonrisa burlona que insinuaba un hoyuelo en una mejilla.

 A Yuri le resultó vagamente familiar, cosa que la sorprendió hasta que recordó que hacía poco más de una hora que lo había visto, en el andén de la estación de Toulouse.

—Estoy buscando algo muy específico -contestó-.

—Ya lo veo. «Hacen alarde de justos aspirantes a lobos…», a saber lo que significa eso.

El barman frunció el entrecejo.

—¿Qué desea? 

El extraño lo miró de soslayo.

—Un batido de chocolate.

Yuri ahogó una risita mientras el barman, inmutable, cogía un vaso.

—Jamás lo hubiera dicho.

—¿No? ¿Y qué hubieras dicho? 

Lo estudió con detenimiento.

 No debía de ser mucho mayor que ella y, aunque no podía decirse que fuera supremamente guapo, por la confianza en sí mismo que demostraba, era evidente que nunca había tenido demasiados problemas con las mujeres. Era fornido, musculoso, tenia una cicatriz extraña que pasaba de lado a lado la parte superior del puente de la nariz, llevaba el cabello estilo undercut, con los laterales casi rapado y la parte de arriba más largo, con el flequillo teñido de blanco , y el vigor que acompañaba sus movimientos rayaba en la arrogancia.

—Coñac o Vodka -respondió, al fin- Es lo que siempre bebía mi padre.

—Me temo que no lo he probado nunca. -El hoyuelo se hizo más profundo cuando un vaso de un de espumoso batido de chocolate apareció ante él-. 

Yuri apagó el portavisor y tomó su tacita. El aroma de pronto le pareció demasiado fuerte, demasiado amargo.

—La verdad es que tiene muy buena pinta.

—Sorprendentemente rico en proteínas -dijo él, bebiendo un trago-.

 Yuri tomó un nuevo sorbo de su taza y descubrió que sus  papilas gustativas se rebelaban. Volvió a dejarla en el platillo.

—Si fueras un caballero, me habrías invitado a uno.

—Si fueras una dama, habrías esperado a que te invitara. 

Yuri le sonrió con complicidad, aunque el hombre ya se había vuelto hacia el barman y le hacía gestos para pedirle un segundo batido de chocolate.

—Me llamo Alikhan, por cierto.

—Yuri.

—Es bonito, al igual que su portadora

—Oh, muy original, nunca me lo han dicho -sonrió mordasmente-.

El barman dejó la nueva bebida en la barra, les dio la espalda y subió el volumen de la pantalla.

—¿Y a dónde se dirige, madeimoselle Yuri?

«A París

La palabra cayó entre sus pensamientos, como una losa. 

Yuri desvió la atención un instante hacia la telerred instalada en la pared para consultarla hora y calcular la distancia y el tiempo que faltaba para llegar.

—A París. -Le dio un largo sorbo a su batido. No estaba hecho con leche fresca a la que estaba acostumbrada, pero el denso dulzor le supo de maravilla-.Voy a ver a mi abuelo.

—¿En serio? Yo también voy a París. 

Yuri asintió distraídamente; de pronto no le apetecía seguir charlando con aquel extraño.  Le dio un nuevo trago a la espesa bebida y en ese momento cayó en la cuenta de que la había obtenido a través de la manipulación, aunque lo hubiera hecho de manera inconsciente.

 Aquel hombre no le interesaba, no sentía la más mínima curiosidad por saber por qué se dirigía a París o si volvería a verlo después de aquello. Solo había querido demostrar que podía atraer su interés y ahora le molestaba haberlo captado con tanta facilidad. 

—¿Viajas sola? 

Inclinó la cabeza hacia él y sonrió como pidiendo disculpas.

—No. De hecho, tendría que volver con él. Enfatizó ese «él» más de lo necesario, pero el chico no pareció inmutarse.

—Claro. 

Se acabaron las bebidas al mismo tiempo, y Yuri pasó la muñeca por el lector de la barra para pagar lo suyo antes de que al extraño le diera tiempo a protestar.

—Disculpe, ¿tienen comida para llevar? -le preguntó al barman, bajándose del taburete-. ¿Tipo sándwich o algo por el estilo? 

El hombre le indicó con el pulgar las pantallas encastradas en la barra.

—Menús.

Yuri frunció el entrecejo.

—No importa, pediré algo desde el compartimento. 

El barman no dio muestras de haberla oído.

—Ha sido un placer conocerte, Alikhan.

 El joven apoyó un codo en la barra y giró el taburete hacia ella.

—Puede que nuestros caminos vuelvan a cruzarse Hermosa. En París.

A Yuri se le erizó el vello de la nuca al verlo descansar la barbilla en la palma de la mano. Con cierta repugnancia, se fijó en que llevaba las uñas perfectamente afiladas y puntiagudas.

—Puede -contestó, con cortesía.

 La señal de peligro que se había encendido en su cerebro de manera instintiva y le pedía volver con Otabek de una vez. Esta sensación la acompañó de camino a su compartimento a lo largo de dos vagones, como si de pronto se hubiera disparado una alarma. Trató de restarle importancia. Los nervios estaban jugándole una mala pasada. 

No era de extrañar que estuviera paranoica después de lo que le había ocurrido a su abuelo, y a su padre. De hecho, le sorprendía ser capaz de mantener una conversación a pesar del pánico que amenazaba con aflorar a la superficie. Ese hombre solo había sido educado y se había comportado como un caballero.

 Puede que las uñas en forma de garra estuvieran de moda en la ciudad. Acababa de decidir que nada de lo que Alikhan había dicho o hecho merecía aquella desconfianza profunda y repentina cuando lo recordó: lo había visto en el andén de Toulouse, bajando por la escalera mecánica con sus vaqueros rasgados y sin equipaje, cuando Otabek se había puesto tan nervioso. 

Cuando parecía haber oído algo o reconocido a alguien. ¿Una coincidencia? Desde niña le enseñado a leer detrás de las señales y la habían salvado en muchas ocaciones, pero en estos momentos se estaba volviendo paranoica.

El altavoz crepitó.

 Yuri a duras penas consiguió oír nada por culpa del bullicio que imperaba en el pasillo, hasta que el anuncio, repetido una y otra vez, lo acalló gradualmente: 

«… mos experimentando un retraso temporal. Todos los pasajeros deben regresar a sus compartimentos privados de inmediato. Mantengan los pasillos despejados hasta nueva orden. No es un simulacro. Estamos experimentando un retraso temporal…».

Buenas Noches Gente Hermosa!! Les traigo un nuevo capitulo.

Tenemos a un nuevo desconocido??? ustedes de quien cree que se pueda tratar?? o,o los leo!

Nos vemos pronto ❤

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Publicado por dmoonbrillentq

Dmoonbrillentq me encanta leer y ver anime, es una forma de poder desprenderme de toda la realidad y adentrarme a miles de aventuras que disfruto montones, por lo que cada historia y experiencias me encantaría poder compartirlo con ustedes. A nivel más personal amo la música y el baile <3 y ayudar a las demás personas, por lo que si necesitas en algún momento poder conversar con alguien aquí estaré

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