Cavernícola (POV JJ)

La tribu de JJ era muy pequeña. Ese año habían perdido la vida de muchos de sus cazadores y aunque él también se había hecho un hombre y había empezado a unirse a los mayores en las cacerías, seguían sin ser suficientes para sostener toda la tribu y alimentar a los niños que se habían quedado sin padres.

Su líder decidió renunciar a su autonomía y unirse a una tribu mucho más numerosa, pero aunque había sido fastidioso aprender nuevas costumbres al moreno se le olvidó quejarse en cuanto lo conoció.

Al principio creyó que era una mujer, no había podido resistirse a acercarse y olisquear el rubísimo cabello largo que tanto le llamaba la atención y había recibido el primero, pero no el último, golpe de su dueño.

Se sorprendió pensando que no le importaba en absoluto que fuera un chico, ni siquiera uno tan agresivo. Se había convencido así mismo de que Yuri se convertiría en su pareja y a lo largo de dos años luchó por cortejarlo.

Le traía regalos, coqueteaba abiertamente y le hacía saber lo bonito que era, se había esforzado en ser el mejor cazador de la tribu para que Yuri reconociera su valía, pero mientras eso llamaba la atención del resto de mujeres con él parecía no funcionar.

No iba a rendirse, cada día que pasaba lo amaba más e incluso su cabeza se había vuelto completamente idiota. Difícilmente se podía concentrar en algo más si Yuri estaba cerca, como ahora. Había olvidado su propia caza para ver como su chico había podido acorralar a un gran ciervo macho y estaba en un muy buen ángulo para disparar su lanza, su pecho se infló con orgullo, sería una gran pieza.

JJ se mantuvo agazapado entre la hierba alta disfrutando de los bellos y rápidos movimientos de Yuri cuando unas huellas en el suelo le helaron la sangre. Eran huellas de oso y si ese era su territorio el rubio estaba en peligro inmediato.

Se movió todo lo rápido que pudo entre los arbustos, tratando de no hacer ruido hasta localizar al animal que ya estaba acechando a Yuri sin que este lo presintiera y, sin pensarlo demasiado, lanzó una piedra para desviar la atención hacia él con gran éxito pues la enorme bestia comenzó a perseguirlo.

Sabía que la ventaja no estaba de su lado, ni era tan rápido ni tan fuerte. Esperaba que fuera suficiente con ser más inteligente. Utilizó el peso del animal cuando saltó encima suya para que él mismo se atravesara con su lanza y procuró que cayera directamente sobre el corazón de la bestia para que tuviera una muerte rápida, aún así recibió dos zarpazos que dolieron como nada en su vida. Todo había merecido la pena por salvar a Yuri.

El día que Yuri se lastimó la pierna, montó en cólera. La tribu había decidido abandonarlo a su suerte incluso aunque no podía cazar por sí mismo. Jean se enfrentó al líder, Víctor. Si Yuri se quedaba, él lo haría también.

El líder se había puesto furioso, no era bueno para la tribu perder a un cazador como JJ. Pero el hombre frente a él ya no era el adolescente de hacía dos años, se enfrentaba a él con ojos que brillaban como el fuego y si trataba de obligarlo, acabaría en un reto donde él podría perder su posición como líder, se había hecho muy fuerte y el más viejo. A regañadientes tuvo que dejarlo marchar.

Ahora sobrevivir dependía solo de ellos dos, de las pocas pertenencias que tenían y de lo que fuera a darles la tierra. JJ avivó el fuego y extendió sus pieles de oso para improvisar una cama, después llamó a Yuri con una sonrisa. Ahora que no había nadie más dormir juntos durante el invierno sería una obligación para conservar el calor. Yuri chasqueó la lengua, molesto y con las mejillas encendidas. 

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