¿No te parece muy extraño que estemos destinados a conocernos?
—Hoy está muy distraído, profesor —comenta el chico que se ha quedado sentado en el pupitre que se encuentra más cercano a Yuuri. Del susto, el profesor que se encuentra de espaldas a él, ha saltado y ahora intenta en vano detener su desbocado corazón. El chico, descarado como bien que era su carácter, ríe a rienda suelta, golpeando el pupitre con la palma de la mano de forma descara.
—No es gracioso, Plisetsky —responde indignado Yuuri, sin incomodarse de la presencia de su alumno, vuelve a ponerse de espaldas para seguir borrando el pizarrón.
—Para mi lo es —sonríe él. Plisetsky se recarga ahora sobre la paleta del pupitre anteriormente atacado por él, su largo cabello rubio se esparce de forma desordenada sobre sus hombros.
Yuuri termina de borrar el pizarrón y con su usual calma, comienza a ordenar sus pertenencias. Esta ha sido su última clase del día, así que es hora de Yuuri de trasladarse a la sala de profesores a trabajar en otros asuntos no relacionados directamente con impartir clases.
Plisetsky lo observa atentamente. Sus ojos verdes, en apariencia aburridos, examinan con precisión cada movimiento de su profesor. Finalmente, y una vez guardadas todas sus pertenencias, Yuuri recoge su maletín, dispuesto a salir del salón de clases.
—Es en serio, —interrumpe, una vez más Plisetksy—. estás muy raro hoy.
La mirada de Yuuri se endurece, pues si hay algo que ha dejado muy claro con su alumno, es esa raya de respeto entre ambos. No es que se sienta minimizado como profesor si alguien no le habla de usted, es solo que ve necesario establecer límites con este alumno en especial.
Yuuri no quiere que las cosas se le salgan de control.
—Yuu… profesor Katsuki —un nuevo participante de une a la ecuación. El profesor Nikiforov se encuentra parado al lado de la puerta del salón de clases. Sonríe como siempre, aunque Plisetsky opina que la sonrisa plástica del molesto profesor Nikiforov se ve más forzada de lo habitual—. Nos esperan en la sala de profesores.
De inmediato, Plisetsky observa con atención la reacción de Katsuki, ese pequeño y casi imperceptible brillo de decepción que se puede apreciar en su mirada es un detalle que, para nada, pasa desapercibido para el astuto estudiante.
—Gracias por el aviso, profesor Nikiforov —contesta Yuuri. Su voz, ligeramente apagada, conserva el toque de formalidad característico de él. Plisetsky observa al profesor Nikiforov dudar un momento, para luego continuar su camino hacia la sala de profesores. Ve también a Yuuri, quien observa la puerta como si hubiese perdido una gran oportunidad.
Sin más preámbulo, el joven profesor suspira y comienza su camino hacia el mismo destino que su colega.
—Aún tiene pendiente un ensayo por entregar, Plisetsky. Si no se encuentra en mi escritorio para la próxima clase, me veré forzado a reprobarlo.
El alumno ignora la advertencia de su profesor, sigue con su mirada en tonalidad verde la trayectoria que sigue el maestro y antes de salir este, decide hablar.
—¿Llegué a tiempo? —Yuuri voltea en dirección a Plisetsky, su gesto con un dejo de curiosidad, Yuri parpadea un par de veces, y captando que lo que ha dicho no tiene sentido, compone el gesto y agrega—. Estás muy raro hoy.
¡Y hasta aquí llegamos hoy!
¿Qué les parece? ¿Hay algo extraño aquí?
Si les soy sincera, intenté escribir algo más inspirado a la época, sin embargo, veo que la idea se acerca más a un fic de fantasía. En fin, como les comentaba en la propia dinámica, no era necesario hacer un fic totalmente de terror, solo bastaba con seguir la temática propuesta.
¡Espero les haya gustado estos tres aportes! Nos vemos muy pronto para la continuación de la historia.
Bye!
Alianza Yuri on Ice 
Pero ese hilo rojo y el destino une mucho al concepto de muerte y renacimiento y eso es lo maravilloso de estas fiestas, Gracias Salem.
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Debo admitir que siempre ha sido una de mis leyendas favoritas. Aunque, a decir verdad, tiene lagunas en ella D:
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