CAPÍTULO 2.

Viktor corrió a toda prisa en dirección a la oficina de Yuuri, pero sabía que sería inútil, no lograría llegar antes que esos hombres. Busco una solución alternativa y decidió correr en dirección contraria, hacia uno de los pasillos del edificio. Miró con cuidado hacia todos lados atento a que no pasara nadie antes de accionar la palanca de emergencia contra incendios.
De inmediato una sirena comenzó a sonar para evacuar al personal; no faltaría mucho para que un camión de bomberos fuera en camino al igual que un vehículo policial.
—Tengo que llevarme a Yuuri de aquí antes de que siquiera se den cuenta del porque venían aqui. —Sin más tiempo que perder, ahora si corriendo en contraflujo de todo el personal, fue a toda prisa a la oficina del azabache quien seguramente tras escuchar la alarma había estallado en un mar de nervios, pero era preferible. Él lo ayudaría antes de que siquiera se enterara de la atrocidad por la cual lo culpaban.
—Viktor, no vayas arriba, ¿no ves que el edificio se esta incendiando? —dijo alarmado uno de los empleados de limpieza al ver al ruso.
—Alguien tiene que salvar al jefe—dio por toda respuesta y continuó su camino , esta vez corriendo ante el caos que él mismo había provocado, viendo caer en pánico a sus compañeros por algo de lo cual ni siquiera estaban seguros. Creyendo firmemente que el edificio se estaba incendiando, los más rezagados comenzaban a correr, a huir de su lugar de trabajo. Cada vez que el platinado los miraba de reojo se sentía muy culpable por lo que había ocasionado aunque el fin justificaba los medios. Sin tiempo que perder, apresuro el paso hasta llegar a la puerta de Yuuri.
Como lo había sospechado, estaba cerrada.
<<Este hombre no sale de aquí ni para salvar su vida>>, pensó mientras negaba con la cabeza. Y sin previo aviso forzó la puerta para abrirla.
—¡Yuuri!
Tal como esperaba encontró a Yuuri encogido en su asiento. Tenía una mano en el pecho y trataba de tranquilizarse . Comenzó a creer que en lugar de ser de ayuda sus actos habían provocado un daño mayor. Aún así fue a su lado sin tener idea de lo que enfrentaría.
<<Al menos ganaste tiempo Viktor>> Trato de consolarse, pero fue prácticamente inútil al vislumbrar la palidez mortal en el rostro del japonés .
—Vi…Viktor.
—Debemos irnos cuanto antes— susurró, pasando una mano por sobre sus hombros para ayudarlo a levantarse.
—No, no puedo moverme de aquí, mi…mis diseños, no puedo dejarlos—dijo señalando con el brazo libre la mesa con la tableta digital.
—Ay no me lo puedo creer ¿Acaso no tienes instinto de supervivencia? —preguntó frustrado.
—Viktor ya no tengo tiempo.
—¡Basta! —le gritó el platinado para que regresara a realidad, no iba a tolerar que su amigo continuara en ese trance, no cuando las cosas se complicaban cada vez más.
—Vas a venir conmigo quieras o no, huiremos de este asfixiante edificio. Comerás, beberás una cerveza y hablaremos aunque sea lo último que haga.
Yuuri lo miró sorprendido, pocas veces había visto a su amigo tan molesto. Solo entonces tomó consciencia de todo lo que ocurría a su alrededor sintió de lleno la molesta presión en su pecho, la cabeza darle vueltas y el aire faltarle.
—No, nada de eso, no me vas a obligar a cargarte. Vamos Yuuri vas a salir por tu propio pie de aquí — casi ordenó, aunque en realidad no se apartó en ningún momento del joven, muy al contrario aún con el brazo sobre sus hombros lo sujetó con fuerza por la cintura y ambos salieron de ahí.
En el camino el platinado fue sumamente cuidadoso, bajaron por un acceso exclusivo para el azabache y antes de que siquiera todos se dieran cuenta de que todo había sido un engaño , Viktor ya había subido a Yuuri a su auto huyendo de aquel lugar.
El japonés abrió la ventana del auto, necesitaba aire. A la vez que aflojo el nudo de su corbata para quitársela y abrió un poco su camisa .
—¿Te sientes mejor? —preguntó Viktor sin apartar la vista del camino, Yuuri asintió con lentitud.
—Creo que s í.
—Bien. Iremos a comer y hablaremos. —Viktor condujo hasta el otro extremo de la ciudad, necesitaban mantenerse alejados de las oficinas «YK» porque una vez que notaran que la alarma había sido activada en falso los investigadores volverían y debían encontrarse preparados, Yuuri necesitaba recibir la noticia con tranquilidad y por otro lado debían prepararse legalmente, investigar adecuadamente la acusación, motivos, la persona tras la denuncia, etc…
Ingresaron a un restaurante cercano a una de las tantas playas de Miami, el lugar no era lujoso, más bien todo lo contrario, bastante desenfadado. Viktor puso especial cuidado en tomar asiento en una mesa con la privacidad suficiente como para poder hablar con tranquilidad de sus problemas legales, pero antes de ello necesitaba noticias de Chris.
—¿Les puedo tomar la orden?
—Sí claro, una ensalada y té helado —pidió Yuuri, pero Viktor intervino.
—Nada de eso, has perdido demasiado peso y estás pálido como un vampiro, necesitas carbohidratos— sentenció y giró hacia el mesero—. Tráigale una hamburguesa doble con queso y una cerveza, a mí lo mismo—Yuuri sonrió, pese a ser un alfa y estar acostumbrado toda la vida a ser tratado como todo un hombre que en ningún momento tendría el más mínimo derecho de doblegarse o decaer, agradecía las atenciones que su amigo solía tener con él, por ese tipo de cosas él solía decir que Viktor era el hermano mayor que jamás tuvo.
—Gracias, Viktor. —el nombrado sonrió mientras sacaba su celular y escribía un mensaje a Chris exigiendo saber su paradero y pidiéndole soluciones al problema.
—No entiendo cómo sucedió todo esto — comento preocupado—¿Sabes si el incendio fue de magnitud? ¿Alguien salió herido? ¿Mis muchachos están bien?
—Cálmate, solo fue una imprudencia, me enviaron un mensaje y al parecer alguien estaba fumando en una zona restringida, eso activó las alarmas —respondió con calma intentando transmitírsela al muchacho frente a él.
—Me alegra, no me gustaría que alguien saliera herido por realizar sus actividades diarias, además esas oficinas significan mucho para mi.
—Lo sé, es como tu santuario creativo.
—Así es, y pensar que aún así me encuentro tan bloqueado.
—No, solo estás estresado. Alguien como tú no puede perder de tal manera el toque, solo necesitas algo, una chispa que encienda tu vida de nuevo, oh gracias —dijo al recibir su bebida de parte del mesero.
—Hace unas horas me pareció haberla encontrado —declaró con frustración tomando su tarro y chocandolo con el de Viktor.
—¿A qué te refieres?
—Sara me dejó una propuesta, una colección inspirada en la pureza, en lo etéreo, lo frágil, aquello que buscas proteger a costa de lo que sea. Lo llamo «Agape» .
—No logro entender —Yuuri se recargo hacia enfrente, al parecer comenzaba a recuperar la motivación pérdida.
—Ágape es la inocencia, el amor que todo lo da sin pedir nada a cambio. Estaba intentando entenderlo, pero me di cuenta de algo. —Viktor lo miró con interés mientras daba otro trago, a veces no lograba comprender como una simple colección de ropa pudiera encerrar tantas cosas,( y eso que a él le fascinaba comprar prendas a diestra y siniestra).
—¿Bueno y de qué te diste cuenta?
—Me perdí en el sueño y a la vez deje ir mucho —afirmo con pesar, Viktor sonrió de medio lado sintiéndose mal por escuchar esas palabras y angustiado por la tormenta que se avecinaba.
—Yuuri …
—»Ágape » es una gran idea y sin embargo no puedo sentirla, porque lo perdí en el camino. A mis casi treinta años comienzo a darme cuenta de todo, mi padre siempre espero algo diferente del hijo al que decidió darle su apellido y solo logré humillarlo con mi decisión alejándome, y olvidándome de todo, incluso de las consecuencias de mi decisión. —Deprimido le dio un trago a su tarro mientras continuaba— . Al salir de mi hogar me enfoque al cien por ciento en mi carrera, en ser el mejor, así hasta llegar a donde estoy. Jamás miré atrás y ni siquiera me di cuenta de todo lo que perdí .
—Yuuri yo… no sé qué decirte. Siempre he pensado que eres demasiado bueno en lo que haces, pero no me he detenido a pensar que tanto es lo que has tenido que sacrificar a cambio.
—No digas nada Viktor, solo escúchame, al final eres la única persona con la cual puedo hablar de estas cosas, nadie más lo entendería. Ahora solo puedo confiar en ti.
Para este punto, no solo el agotamiento de Yuuri era notable sino que también lo era la depresión de la cual comenzaba a ser presa. El panorama no podía ser más desalentador y para colmo aún no contaba con noticias de Chris.
—Vaya, ya comenzaron las competencias de patinaje sobre hielo— dijo de repente enfocando la visión al televisor del lugar. Para Viktor era bien sabido que desde hacía bastante años atrás, Yuuri se había convertido en ferviente seguidor de las competencias de patinaje artístico sobre hielo. Conmovido por cómo el muchacho miraba con ilusión de niño el televisor exhaló un poco más relajado, aunque su estado no duró por mucho porque Chris al fin le regresó la llamada.
—Voy al sanitario, regreso en un minuto — dijo el platinado levantándose y corriendo a los sanitarios.
—¿Chris?
—Viktor ¿estas bien, cariño? —Después de horas intentando localizarlo, ahora resultaba preocupado por él.
—Te estuve marcando por horas, me imagino que ya estás enterado de todo.
—Por desgracia si, pero dime ¿tú estás bien,amor? —Viktor y Chris eran dos alfas, pero sin importar su género secundarío habían comenzado una relación hacía apenas unos meses, y desde entonces el joven abogado se había encargado de velar por él en todo sentido. De hecho era gracias a él que trabajaba para la firma de Yuuri.
—Estoy… bueno estamos bien, pero pasaron muchas cosas. Llegaron dos personas a interrogar a Yuuri y tuve que sacarlo del edificio a como fuera lugar, no estoy al cien por ciento enterado de los hechos, pero sé que su situación legal es complicada. —Chris soltó un bufido tras la línea temiendo lo peor tras escuchar que su novio era quien había sacado a Yuuri del lugar.
—Vitya, no me digas que tu activaste la alarma, solo no me digas eso, cariño.
—En realidad si fui yo ¿qué hay con eso?
—Te pedí que no me lo dijeras. —Viktor comenzó a desesperarse por la tensión en la voz de su novio. Froto el puente de su nariz intentando tranquilizarse.
—Explicame qué sucede. — Al parecer Chris no sabía cómo comenzar, porque su respuesta no fue inmediata—. Chris…
—Bien, escúchame atentamente, no tengo idea de donde se encuentren, pero salgan de ahí y por favor vengan de inmediato a mi despacho, la situación legal de Yuuri es bastante delicada.
—Explícate.
—Hay una chica que hace tiempo se asoció con Yuuri, tengo entendido que se separaron por diferencias profesionales. Su nombre es Anya— La memoria de Viktor comenzó a viajar por el tiempo intentando recordarla aunque no hizo falta de mucho ya que desde el principio la susodicha no le había dado buena espina.
—La recuerdo, no era de mi agrado.
—Y no te equivocaste, ella está acusando a Yuuri por acoso, menciona que poco después de comenzar su sociedad él intentó abusar de ella durante una fiesta.—No podía creerlo, de verdad que esperaba todo menos eso ¿Cómo era posible que después de tanto tiempo apareciera aquella mujer con una acusación de ese tipo?
—Pero eso tuvo que ser hace más de cinco años, ¿cómo puede proceder algo así?
—Fácil, ella dice que en años anteriores la ley no la favorecía, se culpaba a la víctima y temía por sí misma de darse a conocer su caso, lo peor del asunto no es eso.
—¿Hay algo peor?
—No tienes idea, amor. En estos tiempos las leyes favorecen a los omegas en este tipo de acusación poniendo en duda la palabra del alfa, no se necesitan de muchas pruebas. Además ella es sobrina de Sergei Volkov, el hombre es influyente dentro del territorio americano.—Lo anterior no podía significar nada bueno, pero las cosas no terminaban ahí.
—Amor, el día de hoy comenzaron las investigaciones, es probable que Yuuri no supiera nada al respecto porque el caso ha mantenido cierta privacidad. Sin embargo hoy se reveló todo. Dos investigadores fueron enviados a las oficinas de Yuuri con el propósito de interrogarlo y en su caso citarlo a declarar, pero ahora es noticia de que se activaron por error las alarmas anti incendios en el edificio, lo que provocó una movilización impresionante alrededor del edificio. La alarma fue falsa, y una vez que las autoridades se enteraron, solicitaron el permiso de un juez para llevar a Yuuri ante las autoridades así como a los posibles implicados. Creen que la falsa alarma fue una táctica de evasión y eso ha empeorado todo.
Viktor se llevó una mano a los labios a la par que se daba de topes en la pared del lugar sin importar si alguien más se percataba de sus acciones.
—¡Qué estúpido!
—Cálmate,amor, estoy solicitando de toda la ayuda posible para evitar que tanto tú como él sean interceptados; pero, es enserio, los necesito de inmediato en mi despacho. Y bueno, conociendo a Yuuri, lo mejor es que lo alejes de cualquier medio de comunicación, quiero ser yo quien hable con él.
—¡Maldición! —exclamó el platinado recordando las competencias que el muchacho observaba con atención en la pantalla del establecimiento.
—¿Qué pasa?
—Nada, llegaremos en unos minutos contigo.
Colgando de golpe la llamada corrió hasta llegar a Yuuri, pero el esfuerzo había sido en vano. A mitad de los pauta promocional había comenzado una cápsula de noticias, donde se hablaba del escándalo del momento.
Las oficinas de «YK» evacuaron este medio día. Al parecer una de las alarmas contra incendios fue activada erróneamente, sin embargo, se cree que el acto lo planeo el mismo Yuuri Katsuki para evadir a las autoridades. Por el momento no se sabe nada del diseñador; aún asi , las leyes son claras y no se permitirán este tipo de actos. De saberse culpable el acusado podría pasar de cinco a diez años en prisión dependiendo las agravantes.
La noticia podía verse en todas las pantallas del lugar, sin piedad ni misericordía, culpando sin opción a defensa posible a su amigo.
Viktor buscó con la mirada al oriental quien intentaba levantarse de su lugar, pero con torpeza caía al piso.
—¡Yuuri! —sin perder tiempo lo levantó con esfuerzo.
—Vik…—El joven boqueaba a falta de aire. Trataba de inhalar lo más profundo posible para llenar sus pulmones, pero fracasó. De pronto, su semblante tomó una palidez mortal. Sus manos temblaban en exceso y sudor frio perlaba su frente. Para su suerte o desgracia, Viktor sabía de que se trataba.
—Respira hondo, vamos, mírame y respira —pidió mientras trataba de que se sentara de nuevo. Debía huir del lugar apenas Yuuri se recuperara.
—No…no pu
—Si, si puedes, vamos mírame bien. —Lo intentaba , de verdad lo hacía, pero Yuuri no reaccionaba. A medida que los segundos pasaban, su respiración se volvía más superficial. A Viktor comenzaron a acabársele las ideas.
—Vik…
—Por favor, nunca te he pedido nada, pero ahora que lo hago más vale que me hagas caso, no puedes hacerme esto, no aquí.
—Yo…yo
—Maldita sea. —Sin perder más tiempo y esperando que fuera lo mejor pasó un brazo por sobre sus hombros y antes de que armaran algún alboroto lo ayudó a levantarse para salir de ahí.
Para fortuna suya el lugar estaba casi vacio . Fue fácil hacer creer a los meseros que la cerveza no le había caído bien. Durante el trayecto Viktor se empeñó en calmar a Yuuri, él ya estaba acostumbrado a este tipo de crisis por parte de quien además era su jefe, aunque por mucho esta era la peor, pero el joven ruso contaba con sus propios métodos, después de todo él era novio de uno de los mejores abogados de la ciudad y durante su noviazgo este le había enseñado algunos trucos para lograr tranquilizar a las personas en situaciones de crisis <trucos que bien le habían ayudado en más de un caso que se había complicado debido a los súbitos ataques de histeria de testigos o presuntos culpables>
—Inhala y exhala, no pierdas el ritmo, ya casi llegamos. —Indicaba Viktor mientras se acercaban a su auto.
Una vez cruzaron la salida para llegar al parqueadero donde dejó su auto, el mayor dejó caer a Yuuri en el asiento.
—Bien, continúa respirando, solo preocúpate por eso, no importa lo demás, deja que yo me encargue de todo —pidió con paciencia el ruso corriendo al asiento del copiloto a la par que tomaba su celular marcando un nuevo número con desesperación.
—¿Edward? Que bueno que respondes a la primera, escucha tengo una emergencia con Yuuri, justo vamos en camino a la clínica, pero por favor que nadie se entere, estamos en medio de un enorme problema legal y necesitamos de toda la privacidad posible.
Como pudo con Yuuri en crisis de ansiedad a su derecha, tomando el volante con ambas manos e iniciando una llamada en el manos libres se las ingenio para conducir hasta el hospital donde el médico de cabecera de su jefe trabajaba y hablar con su novio.
—Vik, acabamos de hablar, ¿qué pas ó?
—Lo sabe.
—Y ¿cómo reaccionó?
—¿Cómo crees? está en medio del peor ataque de ansiedad que he visto, ahora me dirijo a toda velocidad a donde se encuentra su médico de cabecera, solo espero soporte hasta llegar, dime ¿un ataque de ansiedad puede matar a alguien?
—Ay, Viktor , dame la dirección y los alcanzo, no pueden llegar sin un abogado, por muy enfermo que se encuentre, la justicia es implacable en esta nación y no dudarán en actuar apenas recupere el aliento.
—Bien, toma nota, no lo repetiré porque debo concentrarme en no estrellar el auto.
Viktor no tuvo idea de cómo llegó al hospital, ni siquiera recordó el momento en el cual Chris abrió la puerta de su auto ayudándolo con el pesado cuerpo de Yuuri tambaleante.Todo pasó en cámara lenta para él y al parecer no era completamente consciente de todo lo que estaba viviendo, solo sabía una cosa y es que durante todo el proceso rogó con todas sus fuerzas que Yuuri saliera de esa y no precisamente se refería a su ataque de ansiedad.
