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O


Lado B
(1850)

¿Qué tanto daño pueden hacer unas simples fotografías? Te lo preguntas mientras las miras arder en el pequeño cubo metálico de basura que tienes en tu remolque. Una a una las dejas caer sobre las llamas y permites que se consuman hasta que sean solo cenizas y recuerdos. ¿Qué daño puede hacer un amor como el suyo? Te lo preguntas cuando la última fotografía arde y desaparece para siempre.

Resulta tan injusto tener que ocultarle al mundo algo que te hace tan feliz, que te llena de plenitud y hace que tu realidad se vuelva completa. Pero, qué importa, ¿no? No es como si pudieran cambiar el pensamiento de miles con una sola acción. No queda más que amoldarse y seguir las mismas reglas que todos los demás para poder sobrevivir y cumplir sus sueños. Estás seguro que Yuuri va a entenderlo, siempre han tenido que mantenerse ocultos. Esa ha sido su realidad. No obstante, por alguna razón, algo te inquieta más que en otras ocasiones. Tal vez es el odio infinito que Mila siente por ti en ese momento o incluso lo difícil que se ha convertido el poder hablar con Yuuri para explicarle lo que pasará en las próximas horas. Tu prioridad es advertirle antes de que la noticia se haga una realidad en los medios; no obstante, no crees que un mensaje sea la manera correcta de hacerlo.

<< “Cariño, ¿puedes dormir esta noche conmigo? Llegaré tarde, pero me gustaría verte en casa cuando regrese”.

No quieres sonar alarmista ni dejar a Yuuri con la preocupación de lo que está ocurriendo hasta que puedan verse y hablar.

>> “Lo siento, no puedo esta noche. Mañana grabarán una escena temprano en la locación de Inglewood”.

Ah, era cierto. Ese lugar se encuentra cerca de donde él vive, tiene lógica que decline la oferta cuando dormir contigo le implicaría despertarse mucho más temprano de lo que seguro deberá hacer, sobre todo porque ahora más nunca no pueden verlos llegar juntos. ¿Cómo explicarle la urgencia en ese caso?

<< “La verdad es que necesito hablar contigo”.

>> “¿Podemos hacerlo mañana? ¿O es urgente? Podemos vernos en algún momento si es así”.

Suspiras, pese a la urgencia, ni siquiera puedes intentar acercarte y pretender que hablas con él de cualquier otro asunto: seguro los ojos de Yakov están clavados en ti, atentos para que no vuelvas a meter la pata. Además, no quieres que el trabajo de Yuuri peligre.

<< “No, mejor mañana”.

No quieres que tu trabajo peligre tampoco, es honesto agregar.

>> “Bien. Yo hago la cena :)”. 


Te miras en el espejo y te convences de que lo que harás esta noche es solo otra actuación más, otro papel a interpretar para un público que habrá de volverse mundial. Te miras y distingues tu reflejo disfrazado con un traje oscuro y elegante, uno que la producción te ha prestado de la película. Luces tan tú, pero estás seguro de que no lo eres. Cierra los ojos, te mentalizas y repasas tus diálogos como lo haces en cualquier otra ocasión. No obstante, sientes ese picor incómodo molestar en cada latido, ese sabor amargo a farsa que puedes distinguir en cada trago de saliva que das. Actuarás, sí, harás tu mejor esfuerzo para que todo sea tan real, y eso es justamente lo que te da miedo… El quienes vayan a creer tu acto, que Yuuri lo vaya a creer. 

Sales de tu camerino y escuchas las últimas indicaciones de Yakov como si su voz proviniera de un apuntador invisible en tu oreja. Te indica el restaurante, la reservación que ha quedado a tu nombre y la hora en que el fotógrafo de la revista hará aparición para fotografiarlos de infraganti. Te sientes mal de escuchar el nombre del lugar…  Siempre has querido llevar a Yuuri ahí: es tan elegante, hermoso y con comida deliciosa que sabes podría encantarle. Pero es un sitio peligroso, con paparazzis y conocidos del medio que podrían fácilmente reconocerte y hacer correr esa verdad que justo esa noche intentas detener.

De pronto, la figura de Mila se acerca hasta ti. Luce un vestido rojo entallado, con un escote pronunciado que hace lucir sus pechos firmes y hermosos, mostrando solo lo suficiente para dejar el resto a la imaginación. A ti la imagen no te genera nada, pero sabes apreciar que el conjunto volvería loco a cualquier otro hombre y lo haría doblegarse a sus pies. Su cabello ligeramente ondulado, unos labios rojizos y joyas que deslumbran con el propio brillo de su mirada son los complementos ideales para que su imagen completa sea como una obra de arte.

Intentas sonreír, crear la paz entre ambos para que la tortura sea más digerible, pero la forma en que Mila se acerca hacia ti te hace creer que va escupirte cuando esté lo suficientemente cerca. No lo hace, pero estás seguro que las ganas no faltan en ella. 

Suben juntos a tu automóvil y el camino se vuelve tan asquerosamente estresante que deseas parar en una esquina y gritar. Tratas de hablar, de disculparte, pero un “Púdrete” te hace desistir cualquier intento. A unas cuadras antes de llegar, escuchas a Mila soltar un suspiro…  Seguro de resignación. El show habrá de comenzar para ambos.

Detienes tu automóvil justo frente al restaurante. Sobre tus labios se ha creado una sonrisa falsa, pero que logra crear una calidez artificial lo suficientemente creíble para que nadie sepa que actuas. Mila tiene una igual, una que mantiene incluso cuando tú corres a su lado al descender y ella debe tomar tu brazo y repegar su cuerpo a ti mientras caminan juntos. 

En el interior ya los esperan: una mesa decorada con velas y pétalos de rosa, muy cerca de la ventana, en un lugar que finge intimidad, pero que tiene el ángulo exacto para que desde el exterior logren fotografiarlos. Entonces viene el menú, el vino, los bocadillos elegantes de entrada y la comida principal. Ninguno de los dos se atreve a apartar la mirada del otro, sus dedos intentan juguetear sobre la mesa, acariciarse y estrecharse en la más mínima oportunidad. Las sonrisas cómplices no se detienen, los gestos llenos de un cariño y un fingido amor tampoco. Ella alza su mano hacia ti y te acaricia la mejilla suavemente: tú debes tomarla a cambio y besar sus dedos con devoción como si se trataran de los de Yuuri. Es bastante creíble para todos quienes los miran a su alrededor, para la cámara que, disparo a disparo, logra captar las imágenes de ustedes como una pareja de verdad.

No cabe duda que ambos son grandes actores, actores con una excelente química que los hace funcionar muy bien en conjunto y sean capaces de engañar a cualquiera. No obstante, aunque sonríes y miras a Mila como si fuera la verdad de tu universo y ella, a cambio, te observa como si fueras la única razón de su existencia, puedes sentir dentro de sus pupilas el odio recalcitrante que está sintiendo por ti en ese momento.

Llega el momento final del brindis. Cuando solo platos vacíos y sucios han quedado sobre la mesa, junto a sus copas de champagne. Debes atraer a Mila hasta ti para besarla con profundidad, como un acto amoroso que sea el cierre final todo aquel acto mentira. Los besos que han compartido en escenas antes, aunque fueron intensos y apasionantes para el exterior, dentro de ustedes tenían un sabor gélido. Pero era una frialdad entendible, las llamas solo se expresaban en el exterior y era así como debía ser. Sin embargo, en ese momento sentiste que el beso que Mila correspondió quería encajarse en tu corazón para desollarlo desde dentro. 

El acto continuó hasta el momento en que ambos estuvieron de nuevo arriba de tu automóvil. Había sido más agotador de lo que creíste, por lo que ni siquiera intentaste romper otra vez la pared de hierro que Mila colocó entre ambos. Sabes que sería peligroso, que nada de lo que pudieras decir aliviaría ya algo de esa amistad fracturada. Al final solo dejaste a Mila justo frente a su hogar. Ella baja, cierra con un portazo y las luces exteriores de su casa se encienden. Un hombre un poco bajo, pero algo musculoso y moreno, sale para recibirla con un abrazo y un beso en la mejilla. No lo reconoces, aunque no es necesario cuando resulta todo bastante obvio y él, al igual que Mila, te dirige una mirada capaz de matarte en ese instante.

Sabes que no hay nada más que hacer ahí.


La noche pasa larga y silenciosa, con un sabor a insomnio e incapacidad. Al día siguiente, sobre tus ojos deslumbra una preocupación genuina que aparece delineada en unas pronunciadas ojeras, pero nada lo demasiado escandaloso que un poco de maquillaje no pueda resolver.

Quizá es un alivio para ti que no tengas escenas programadas con Mila ese día, pues las únicas ocasiones en que te topaste con ella al salir de sus camerinos, continuaste sintiendo su necesidad de asesinarte apenas posaba su mirada en ti. No crees que eso vaya a tener alguna solución, a menos que el tiempo logre mitigar su rabia y le haga darse cuenta que no fue del todo tu culpa, que tu único delito es amar a un hombre como seguro ella ama al suyo.

Pasas gran parte del día hundido en un mar de nerviosismo. Eres consciente que, para ese momento, las fotografías de ti con Mila ya rondan como exclusiva en un revista de grandes ventas, y que será solo cuestión de horas para que sea una noticia rebosante en los noticieros de espectáculo del país. Ruegas porque Yuuri no lo sepa antes de que puedas hablar con él. Por eso, cuando de vez en cuando logras topártelo a la distancia y notas que él te mira y sonríe como siempre, un enorme alivio inunda tu ser. Con eso es suficiente para saber que él todavía no lo descubre, que las noticias no han explotado aún ni llegado hasta él.

Por la tarde, antes de que puedas irte a casa, Yakov te hace mirar las fotografías que ya rondan como pólvora en las noticias. Notas en su extensa y aliviada sonrisa que todo está resultando de acuerdo al plan, y con razón, pues las escenas que han logrado captar son sin duda magníficas. Si fueras otra persona, te creerías la farsa tan real, porque esas fotos, y la manera en como Mila y tú se observan como dos locos verdaderamente enamorados, son capaces de convencer incluso al más incrédulo. Y eso te frustra tanto.

Pero las malas noticias no terminan de esa manera. Un mensaje de Yuuri comienza parpadear sobre la pantalla de tu celular y te hace ver que, seguramente, las cosas van a ponerse peor.

>> “Estoy en tu departamento. Necesitamos hablar”. 

¿Acaso se ha olvidado que eras tú quien deseabas hablar primero con él? Sientas aquello como una confirmación de que tu peor miedo se ha vuelto realidad: él ya lo sabe.

<< “Eso es justo de lo que deseaba hablar contigo. Nos descubrieron, Yuuri. No tuve más opción”.

Te crees un patán; querías que todo fuera en persona, poderle explicar paso a paso como realmente no habías tenido otra alternativa. Como lo hiciste por él, por ti, por ese amor tan profundo y sincero que te hace tan feliz. Ahora, no obstante, crees que nada será suficiente para justificar lo ocurrido.

>> “Te espero aquí”. 

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3 comentarios sobre “O

  1. Aaah ambos capítulos me dejaron al borde del abismo TwT y por supuesto, queriendo mas y con ansias de saber que pasará después
    Mila del pasado no es tonta y se da cuenta de todo y con la Mila del presente me duele que se vea involucrada cuando no tiene velas en ese entierro y capaz se rompa la amistad entre ellos… claro no mas de lo que se que me va doler Viktor y Yuuri en el próximo cap TTwTT
    pero a agarrar fortaleza que la historia lo vale 💖💖💖
    muchas gracias por no abandonar la historia :3 ni esta ni ninguna otra 💖
    PD: me tarde en comentar porque mi teléfono no me dejaba, tampoco me dejaba votar, tuve hacerlo desde la laptop pero no es que haya olvidado de leerte, eso nunca 😘

    Le gusta a 1 persona

    1. ¡Owwww! Muchísimas gracias por leer y apoyar tanto esta historia, linda ToT! ❤️

      Es obvio que Mila se daría cuenta tarde o temprano, ese amor que sienten Yuuri y Víctor es tan intenso que es imposible ocultar por completo. Y sí, sin duda la Mila del presente la ha tenido bastante difícil también y le tiene muchísimo coraje a Víctor… Pero ya veremos qué pasará con esto.

      Jajaja! ¡Se vienen los mejores capítulos! Así que es bueno que estés preparada (?).

      ¡No te preocupes por eso! De verdad agradezco tanto que te tomes el tiempo para dejar tu comentario y hacerme saber tu apoyo ❤️. Espero pronto traer ya los últimos capítulos.

      PD: Vi que leíste también “Incendios”, pero supongo que esa historia no te gustó, ¿verdad? xD

      Me gusta

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