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Azul


Espero puedan disfrutar la lectura con la siguiente melodía.

Luego de separarse de Seung y de Phichit, Yuuri emprendía nuevamente su viaje en solitario a través del mundo humano. Por doce años viajo a fin de conocer todo aquello sobre los seres humanos, sus valores, sus sentimientos. Durante ese tiempo aprendió cosas que en el pasado jamás creyó que lograría dominar, vivió muchos sucesos y experimento eventos que nunca en sus más locos sueños pensó vivir. Conoció el verdadero desprecio, la preocupación, el miedo y el perdón.

En su camino recorrió todo el continente, y especialmente el país más grande de allí. Phichit le dejo un mapa, comida y algo de dinero. El primer año fue como recordar los primeros pasos que dio en el mundo humano, permaneciendo un tiempo en una población de agricultores en las montañas bajas, donde sintió la bondad y sinceridad de un pueblo que le acogió incondicionalmente sin restricciones de ningún tipo. Por ese tiempo, no pudo evitar recordar a la bondad de la familia de Yuko, preguntándose cómo podrían estar. Aprendió a cultivar y a mejorar en la cocina, cuido de tantos niños pudo durante ese tiempo, y disfruto de múltiples tradiciones humanas durante ese ´primer año.

El segundo año fue complicado, durante ese tiempo fue varias veces Yuuri interceptado por ladrones y asesinos que iban a por el oro que le había dado Phichit. Conoció la avaricia entremezclada con ira, sentimientos muy amargos que fueron superados con dificultad ese año.

Para el tercer y cuarto año el joven omega estuvo conviviendo como nómada, conociendo varias personas muy interesantes. Presencio el conocimiento y la paciencia de la mano directa de un joven erudito que aspiraba a ser medicó en un gran pueblo del centro y descubrió la verdadera pureza en conjunto de niños de diversas edades que se cuidaban unos a los otros dentro de un orfanato. Aunque fue un momento muy difícil para el omega que logro a querer a cada uno de esos pequeños, sintiendo su dolor, su tristeza y su desesperanza de no conseguir una familia, también tuvo la oportunidad de jugar y disfrutar junto a esos niños el pequeño tiempo que vivió con ellos. Y aunque algunos de sus caminos pudieran separarse, Yuuri entendió que los lazos que esos pequeños habían forjado jamás desaparecerían y que, en algún momento de sus vidas, todos llegarían a cumplir sus sueños de una forma u otra.

Al igual que los lazos, las personas demuestran sus mejores y peores facetas cuando se encuentran abarrotadas por la desesperación, eso lo presencio Yuuri en su quinto año de viaje cuando viajaba por el este Rusia, en un pequeño poblado costero que se encontraba en guerra. Es ahí cuando la envidia, la avaricia, el orgullo, la ira y el odio se hicieron presentes y abrumaron por completo la inestable alma de Yuuri, durante tres años intento superar todo lo que observo en ese conflicto. Fue un momento muy duro donde el dios del hielo sufrió mucho, celebro cuando logro salvar a algunas personas y lloro cuando no pudo hacer nada por otros, se sintió frustrado y decepcionado del alma humana cuando observo como los seres humanos eran capaces de todo, incluso de matar a los suyos solo por territorios y recursos. Él pensaba que luchar por eso era inútil y muy lamentable, pero también entendía que la contaminación humana tampoco podía ser desecha tan fácilmente, incluso él tenía sus manos llenas de sangre. Durante ese tiempo sirvió cuidando de los heridos del conflicto, guiando a los niños pequeños y acompañando a las mujeres que se quedaban solas mientras sus maridos eran reclutados a la guerra.

Cuando llevaba 7 años de emprender su viaje pensó que era necesario aprender nuevas artes humanas, fortaleció su cuerpo, trato de despejar su mente y aprendió a luchar sin depender de sus dones. Cada paso que daba era más experiencia que iba tomando, se sentía cada vez más parte de los humanos, y cada cuanto los entendía aún más, pero seguía sin poder explicar muchas cosas.

Durante momentos conoció la verdadera soledad y le melancolía, pero no podía darse por vencido tan fácilmente. Sabía que tenía mucho más que conocer, pero en ocasiones solía preguntarse ¿Qué más tenía que ver? ¿Aún había algo que tuviera que hacer en el mundo humano? Algo dentro de Yuuri le decía que aún no era el momento de volver, pero entonces cuando sería ese momento. Paso muchas noches en vela cuestionándose lo mismo. Al cumplir once años y medio de comenzar su viaje Yuuri llego a San Petersburgo, la capital de Rusia.

Cuando observo el lugar por primera vez, vio como era una ciudad mucho más grande y prospera a cualquiera que hubiera conocido durante su viaje y aquel lugar donde residía la realeza que dirigía aquel enorme reino. Si el joven dios era sincero, el espacio físico de la ciudad no le provocaba mayor furor, no obstante, al primer paso que dio dentro de ese lugar el corazón de Yuuri empezó a retumbar violentamente, se sintió inquieto y sin que pudiera explicarlo las lágrimas cayeron por sus mejillas, no sabía bien que era esa sensación, era difícil de explicar, pero simplemente rompió a llorar como si el mundo fuese a acabarse y no podía detener su llanto, sentía su corazón saltar de emoción por algo que no conocía.

Después de ese acontecimiento, Yuuri volvió a instalarse en un lugar por tiempo indefinido. Era la primera vez luego de 12 años que decidía hacerlo, por un tiempo no supo si debía proseguir o quedarse descansado un poco de su abrumador recorrido, pero algo en su interior no le permitía tomar la decisión de irse de ese lugar. Encontró cerca de un pequeño lago una cabaña abandonada en medio del bosque cercano al pueblo. Vivía cerca de muchos animales, y lejos de muchas personas, aunque se había acostumbrado a las emociones humanas, algunas de estas seguían repercutiendo fuertemente en la energía de Yuuri.  Aunque no quería admitirlo, muchas de esas emociones percibidas en ese tiempo le afectaban físicamente y el duro viaje de 12 años le estaba pasando factura, quizás no podía envejecer más allá de un mes que era el trascurrido en el mundo de los dioses, pero en todo el tiempo que vivió con los humanos, atravesó experiencias que agotaron al extremo su energía como un dios. Poco a poco, su resistencia parecía ser más parecida a la de un ser humano.

Uno día completamente normal Yuuri decidió ir a darse un baño el lecho del lago que estaba muy cercano a su cabaña, sabía que estaba llegando a su fin el verano, pero las temperaturas aun no eran tan abruptas como para que su cuerpo resintiera por ello.  Estaba muy concentrado cuando escucho el chillido de un caballo alborotado, alarmado paso rápidamente su mirada hacia el origen del sonido también a un pequeño niño frente a él, este quizás no debía tener más de 12 años, su cabello llegaba un poco más de los hombros y eran tan claro que podía llegar a confundirse con la plata. Tenía un rostro regordete y delicado acompañado de unos brillantes ojos azules que dejaron a Yuuri hipnotizado por un momento. De la nada sintió como un fuerte rayo atravesase su cuerpo al enlazar su mirada con la de aquel pequeño, su corazón se aceleró y sintió una fuerte opresión el pecho, casi como si le asfixiara, el sentimiento que sentía era similar al que sintió cuando entro a la ciudad, pero multiplicado cien veces más, el calor comenzó a subirle y casi sintió que era necesario volver a sumergirse al lago. Cuando el pequeño se dio la vuelta pudo tomar sus ropas y cambiarse apresuradamente, su temperatura aumentaba al igual que los latidos de su corazón, nunca antes Yuuri se sintió de tal modo, pero pudo calmar aquel sentir extraño en el momento que las emociones de tristeza y desesperanza del pequeño llegaron a su corazón, este las exteriorizaba, aunque su rostro dijera que estuviera bien, no pudo evitar consolarlo, porque eso era lo que gritaba su alma. Que lo arrullara, que lo protegiera de ese sentir que le destrozaba el corazón.

Luego de su repentino encuentro con aquel pequeño niño, a quien no logro escuchar su nombre, llego a su cabaña sintiendo una horrible presión en el pecho, no sabía porque, pero su celo se había activado de golpe como nunca antes. Yuuri era un omega que sus celos pasaban desapercibidos gran parte del tiempo, y estos parecían haberse detenido abruptamente al momento de haber llegado al mundo humano. Durante el tiempo que permaneció allí, en muy pocas ocasiones tuvo sus celos trimestrales, y en el momento que los tenía eran parecidos a una leve fiebre que solo le imposibilitaba por 24 horas, sin embargo, ese momento fue diferente. El calor era insoportable, tuvo que quitar su ropa y tocar desesperadamente su cuerpo como nunca antes en su vida, Yuuri creía que la acumulación de estos había salido de golpe, pero seguía interrogándose la causa de ello obviando la duda principal. Cayo del cansancio y despertó muy entrado el día, su celo había pasado y por primera vez en mucho tiempo Yuuri se sintió ligero, como si todo el peso de muchos años se hubiera liberado en esa noche. Pero incluso en ese gran nivel de cansancio, el joven dios no dejo de pensar en aquel pequeño niño que había conocido, esos sentimientos de tristeza y amargura no eran unos que Yuuri recordara con alegría, eran muy parecidos a los suyos durante su estadía en el mundo de los dioses, durante esa mañana se preguntó que era aquello que le aquejaba y que tan malo habría de ser al punto de llorar de ese modo frente a un desconocido, con ese gran sentimiento de impotencia a escasos 12 años de edad. En su mirada parecía verse que tenía grandes responsabilidades sobre esos pequeños hombros. Intento olvidar el asunto yendo a buscar algunas frutas y verduras para comer algo, estuvo un rato en compañía de los pajarillos y algunos animalillos antes de regresar nuevamente a casa, pero esta vez hizo un desvió poco común en su regreso a casa, pasando por la ruta que conectaba al lago.

Nuevamente su corazón volvía a sentirse inquieto y por todos los medios intentaba calmarlo, pero era obvio que era algo inútil, por primera vez en mucho tiempo Yuuri sentía que desesperaba por algo que ocurría con su propio cuerpo.

Camino lentamente hasta llegar cerca del lago, ahí pudo observar cómo frente a él, estaba el mismo niño del día anterior, este se encontraba descansando al borde del lago mientras su caballo tomaba algo de agua. Dudo si llamarlo o caminar en silencio hasta su cabaña sin llamar su atención, sin embargo, podía sentir la misma tristeza del día anterior

– Oh, parece que nos volvemos a encontrar- fue lo único que pudo decir en tal momento, sintiéndose un completo idiota.

El pequeño al notar la presencia del omega se levantó de golpe pero cayó accidentalmente al lago bajo la mirada del dios, que dejo los frutos que cargaba para correr a auxiliarlo.

– ¿Te encuentras bien? –le pregunto Yuuri.

-Si –respondió-. No pensé en verlo de nuevo.

– Sí, es una verdadera sorpresa – indicó sonriente mientras dejaba de secar el pequeño rostro-. Ayer estuve muy preocupado por ti el resto del día, el que lloraras de esa manera, imaginé que algo muy malo debió haberte ocurrido y no pude dejar de pensar en ello- expreso sin poder evitarlo, las palabras salían involuntariamente de su boca, por su parte, el pequeño niño ante esas palabras alejo un poco la mirada de Yuuri haciéndolo creer que había dicho algo innecesario.

-Yo, bueno- divago este-. Yo…

– No es necesario que me lo digas, está bien si no quieres decirlo –se adelantó a decir el dios ante el inconveniente al que había metido al niño-. Cuando sientas que quieres hablar puedes decirlo, uh…

– Víctor –contesto sorprendiendo a Yuuri por su espontaneidad-. Mi nombre es Víctor, mucho gusto.

Había sido espontaneó, animado, y aunque seguía con esa gran tristeza en su corazón, era capaz de sonreír abiertamente. Eso llamo fielmente la atención de Yuuri, quien no pudo evitar reír levemente y sonreír, al tiempo que respondía la presentación.

– Soy Yuuri, el gusto es mío.

Nunca antes en su vida el dios del hielo sintió su corazón regocijarse tan rápido con un gesto tan pequeño.

Notas finales de la autora: observamos como fue la vida de Yuuri luego de separarse de Phichit y Seung, como fue su perspectiva de su encuentro de Victor y lo que eso significo, pido que no coman ansias respecto a si Víctor crecera o no, al fic le FALTA MUCHO asi que podran disfrutar mucho de esta edad o cualquiera otra que Victor logre alcanzar, ademas me gustaria preguntarles (su teoria) sobre como creen que inicie la relacion de Yuuri y Victor.

Como este fic lo estoy adaptano y agragando cosas nuevas en la marcha ¿Gustarian que Phichit y Seung vuelvan a aparecer?

La canción de esta oportunidad es un ost de Sakura Card Captors Nukumori no Kioku, por favor escuchenlas con los capitulos, a mi en lo particular me inmersa un poco más en la historia.

Tambien las invito a unirse a mi grupo de face para que podamos conversar un poco más y yo pueda conocer quienes me leen y ustedes puedan saber quien esta detras de este escrito ❤ https://www.facebook.com/groups/2092363861020964/

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Publicado por ellexlight

¡Hola! Mi nombre es Génesis, pero por esta zona me conocerán como Elle. Soy licenciada es Gestión Ambiental y vivo en Caracas, Venezuela. Me gusta la lectura, la música (especialmente la instrumental y japonesa), y sobre todo escribir. Tengo escribiendo desde el 2009 y he estado en varios fandoms, tales como SCC, TRC, PPG, inazuma eleven y muy gran parte en Death note, a quien amo con locura. Tengo casi tres años escribiendo para YOI, que se ha vuelto un amor extremo para mi y recientemente he comenzado a escribir para el fandom de BNHA. En cuanto a géneros me gusta el drama, lo erótico, lo fantástico, detectivesco y mpreg/omegaverse. Multishipper a morir.

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