Shary POV’s: Hola, si has llegado hasta aquí por medio de AO3, espero que puedas disfrutar esta bella historia y les recuerdo que la version corregida esta Aquí en ALIANZA YOI e Inkspired.
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🔥 Capítulo 21: ¡Celos!
🔥 Autora: Shary
🔥 Re-Beteo y Arreglos: Shary y Salem
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Seccional sur de campo abierto de la T.S.P.A – Tokyo / Japón
Inicios de junio del 2017 – 08:00 A.M
Un nuevo día ha comenzado en las instalaciones de la T.S.P.A, la cual es la base principal de las Fuerzas Especiales de Guardia Imperial de la prefectura de Shibuya. Los Oficiales de esta categoría formados por adultos veteranos, jóvenes expertos y novatos en formación, estaban reunidos en el gran auditorio principal y aquello también incluía a los policías ordinarios, entes, escuadrones y agentes colaboradores de procedencia extranjera; la expectativa rondaba en el aire, puesto que no era usual este tipo de comunicados improvisados y la mayoría sorteaba sus apuestas en sus especulaciones sobre lo que habría pasado.
Vickytoria por instantes no escuchaba los murmullos de sus compañeros de la T.S.P.A o del F.E.G.I su alrededor, de hecho su mente se ha mantenido ocupada por otros asuntos que en sí apelan a su profesión, pero que no se comparan a los remolinos ansiosos que tiene en sus pensamientos.
—¡Vicky!
—¿Ah?
—¡Estás demasiado distraída!
Emil con su positivismo en el rostro le bromeó con gusto la Oficial rusa, provocando risas en el resto de sus compañeros y prosiguió con su punto.
—En fin, ¿entre todos te preguntábamos sí sabías algo al respecto antes de que estuvieras fuera de órbita en el mundo de los conejos?
—Para nada, chicos. —Fingió desconocer todo rumor pero obviamente si tenía conocimiento de lo que estaba por ocurrir—, estoy igual que ustedes.
Los Alféreces y el Oficial Imperial checo se hallaban como en el principio; perdidos sin saber que teorizar con respecto a esa extraña jugada en su academia. Vickytoria, por otra parte se contrariaba al mimetizar aquella imagen que estaría por enfrentar en pocos minutos o bien, en casi nada; pues el silencio se había roto cuando lograron ver al General Felstman junto con dos hombres de confianza y alguien más: El T.C Katsuki con el Mayor Giacometti y una mujer que pescó en descuido a muchas de las divisiones distribuidas en el campus. La misma postura se había cimentado en Mila, Sala, Georgi, Jean, Michelle e Isabella desde otro sector, aunque para un Leo y Phichit sonrientes que se vieron cómplices entre sí…
—Ahora sí se viene lo bueno. —Eso no les sorprendió en lo absoluto.
Los demás asumieron que el Fedérale y el Capitán tendrían alguna relación con la dama que portaba el uniforme Imperial modificado a sus preferencias y que para variar, estaba a la diestra del Teniente Coronel Katsuki. Vista que los iris azules de la pequeña Oficial no pasaron por alto dejándole un mal sabor en su interior y uno que otro puchero.
El Sub-Intendente Richellieu hizo el respectivo anuncio en japonés sin esconder el acento francés heredado de sus antecesores para todos los asistentes y así le presten la debida atención a las palabras del General. Felstman va directo al punto que les convocó, explicando todo el montaje Oficial sobre la nueva integrante a sus fuerzas Policiales. Katsuki, Giacometti y Felstman, acordaron días atrás en dar una información medianamente parcial a los Oficiales Imperiales como Ordinarios, estudiantes y/o cualquier funcionario sobre los detalles que citaron a la que ahora pasaría a ser su Capitana Imperial, camuflándo las verdaderas razones como lo hicieron con el Cabo Segundo Leroy, el Cabo Primero Plisetsky o el Subteniente Altin usando de excusa los recursos diplomáticos y/o convenios entre sus gobiernos. Aunque en términos legales, eso a ella la convierte en la segunda Oficial mujer que pisa las filas de una institución de la ley en Japón en toda la regla a nivel Directivo/Tradicional y con el plus de que ostentaba un cargo alto.
Eso sin duda será la nueva barrera a superar entre el disgusto colosal en los Magistrados, Superintendentes y todos los veedores de la Gran Corte Suprema de Justicia.
—Será un honor prestar los servicios de mi país y los míos con ustedes, damas y caballeros. —Expresó Do Santos de lo más cordial en japonés sin abandonar su mirada fuerte y salvaje—. La mayoría aquí, son nuevos. La mayoría aquí, me verán como alguna aparecida; aún más sabiendo de los fuertes costumbrismos en su país. Sin embargo, sus jefes o el General pueden dar fe de mi trabajo o de mis capacidades puesto que no es la primera vez que piso este lugar, y tengan por seguro que aquellos que estén bajo mi mando los haré luchar codo a codo conmigo y no permitiré desliz alguno en los operativos que tengamos en contra del narcotráfico o cualquier acto delincuencial.
La premisa en Dos Santos fue contundente y sin tanta parafernalia al marcar su territorio, muchos de los Oficiales veteranos quedaron asombrados y expectantes porque una mujer los dirigiría sobre sus cabezas. Los más jóvenes se hallaron muy entusiasmados al ver semejante fiera y los interrogantes surgían de la nada al estudiar sin reservas a aquella mujer de tierras lejanas.
Katsuki y Giacometti explicaron un tanto las funciones de la nueva Capitana y habiendo culminado la presentación, cada quien retomó sus labores. Solo quedaba el grupo de compañeros Nekola y Nikiforova en ese lugar, esperaban en la salida al checo ya que fue por la rusa para ir en conjunto y así justificar su llegada tarde.
Su búsqueda no demoró mucho, la ha encontrado escondida en medio de las sillas y con esa sonrisa de oreja a oreja ha de ir corriendo hacia ella, entre tanto Vickytoria estaba estática y con una expresión curiosamente calmada en su perfil, (algo que no es común en la muchacha) pero no se confíen, allí donde la ven estaba irritada con sus orejas de conejo bien puestas y al parecer mirando en una dirección específica, quizás no se escuchaba muy bien lo que decían los adultos a quienes ojeaba, más lo que ve, la hizo pensar que la conversación que sostienen es muy amena.
—¿Y qué les pareció mi discurso? —Preguntó en confianza, Dos Santos a sus colegas.
—Regia como siempre, querida. —Giacometti alabó su hazaña con un par de aplausos sofisticados.
—Más bien, sonaste como todas las mujeres cuando toman al marido por el cuello. —De la Iglesia no contuvo su lengua picosa.
—Y por esos comentarios es que Alessia te deja como un muñeco de trapo. ¡Piensa en Guan! No querrás dejarla viuda antes de tiempo, ¿o sí? —Chulanont le dio un codazo al costado ajeno y este se quejó.
—¡No manches, Hámster! ¿Ya empezaste?
—¡Te lo mereces, por bocón! —Reparó Alessia
—¡Brincos dieras, vieja chancluda!
—¡Ay marico! ¿Tú querei coñazo, tapón de alberca? —Mirándole horrible, tronó sus dedos preparándose para romperle los huesos al otro.
—¡Éntrale que no te tengo miedo, cabrona! —Le reviró el macho del combo, ¡Ah! pero sin dejar de usar a Chulanont de escudo protector ante la diabla que tiene por rival.
—El laburo no ha empezado y ya comenzaron con sus majaderías. ¡No están en primaria, maduren!
Aquí entró Katsuki buscando la forma de imponer orden en esos loros que ha de tener por «Oficiales maduros de la ley» o hablándoles en su mismo código idiomático (llámese español) con cierto tono de resignación. Es decir, Yuuri sabía que Leo y Alessia son grandes en lo suyo y no dudaba de su profesionalismo; pero al estar fuera de su chip profesional, esos latinos eran un peligro patentado.
—¿Cuándo será el día en que ustedes dejen de discutir con sus términos raros en español o que no me provoquen dolores de cabeza?
—¡Nunca, Katsu! —Hablaron al unísono en su franqueza y Katsuki solo suspiró.
—Y pues que el mame y los insultos son más bonitos en español, ¿a poco no cabrona?
—No veo fallas en tu lógica burda, chamo. ¡Todo fino! —Ambos chocaron sus puños entre sí y al final, todos acabaron riendo menos Katsuki quien negaba en su santo karma.
Kami-Sama no lo ama, o bien lo castigaba con ese par por las veces que habrá molestado a su linda señorita en picardía, ha de ser eso.
—Vamos jefe, no seas amargado la vida es muy bella para que muestres ese rostro estreñido.
—¡Haga caso, compadre!
—»Esto lo vi venir»… —el T.C se estresó tras ello.
Alessia sin más rodeó a Yuuri con unos de sus brazos y le sacudía su mal humor, Leo solo palmeó su espalda y Yuuri en su negación no pudo hacer mucho para sacárselos de encima, sobre todo a Alessia; lo que ha hecho que Phichit o Chris volvieran a sus eternas apuestas de ver quién de los dos latinos hace desesperar a Yuuri ahora que está todo el combo.
Ese grupo de muchachos que fueron forjados de la mano de Andrei y Kouji, se ha reunido otra vez.
En lo que eso ocurría, en Vicky murieron todas las posibilidades de querer saludar a Yuuri teniendo a su «nueva jefa» aun aferrada sobre él, sonriente y sin pena alguna. La sensación le provocaba muchas chispas irremediables de querer quejarse, no es que tenga algo en contra de la señorita, más bien está enojada con Yuuri porque nunca se muestra tan permisivo con ella cuando deseaba ser cariñosa. ¡Ohhhh! pero con esa dama de caderas prominentes, ojos divinos y cabello espectacular (en sus apreciaciones) era todo lo contrario.
En automático infló sus mofletes y masculló muy quedito para sí un: «¡Zorro sinvergüenza!»
—¡¡VICKYYYYYYYYYYYYY!!
—¡¡¡WAHH!!!
Y continuaría recriminándole a no ser que la burbuja en la coneja con boca de corazón se rompiera quedando nerviosa y debajo del rumero de sillas gracias al susto ganado por el grito de Emil.
—¡Vickycienta, ya tenemos que irnos!
—¡Mooh~~ Me asustaste! —Esa mujer se puso entre blanca y enojada por el sobresalto.
—¿Puedo saber qué haces ahí escondida?, Si lo que quieres es saludar a los jefes, ve con ellos.
— WHAT?!! ¡y-y-yo no me es-estaba e-e-escondiendo!
—¿Y entonces? —Ahora sí que el cachorro barbudo no le entendió.
—Yo no estaba buscándolos a ellos, yo buscaba mi… mí… mi… ¡MI PAÑUEELO! —Se salvó al mover ese pedazo de tela como banderín—, se me cayó en el suelo y ya sabes que una dama refinada como yo tiene que estar presentable ante cualquier mugredad que haya en mi rostro. —De no tener esa tela en sus manos, Emil le haría miles y miles de preguntas sin fin.
—¿Bueno ya lo encontraste no? ¡Vámonos! ¡Nos regañarán! —Fue el primero en abandonar el sitio.
—¡Ah sí! ¡Ya voy! —Le afirmó.
Se paró de allí, no sin antes darle una última ojeada a Yuuri o de ver como sonreía amablemente a sus colegas, a esa mujer que ya lo habría liberado y que entre otras cosas, ella se dio cuenta de su presencia al mirar a su dirección, lo que la puso feliz y le dedicó un buen saludo de su parte; pero Vicky solo supo sonrojarse al encontrarse descubierta y salió corriendo de allí. Claro, de un modo poco fashion, tan escandaloso y disparatado que los demás no demoraron en preguntar al sentir el ruido.
—¿Eh? ¿Y eso qué fue?
—¡Era la pequeña Catire! —Alessia se emocionó—, pero parece que le di miedo y solo huyo, Hammmm~ que pesar. — y así como se emocionó acabó suspirando con una cara bien larga y con uno de sus puños acomodados en su cachete. —Me gustaría lidiar más con ella.
—No te preocupes Ale, ya lo harás. —Le aseguró Phichit.
—Mi lirio ilegal es una preciosura. Quizás sea así de tímida al inicio, así pasó conmigo, pero verás que se dará contigo poco a poco cuando te conozca, es buena niña. —Chris lo secundó muy optimista.
—¡Eso! ¡y que la pelusa es bien chingona y no una «amarguetas» como el japo que está con nosotros! —Esa puya la tiró con gusto.
—Gracias por el cumplido, «compadre» —Yuuri fue nefasto al fingirle resentimiento.
—Pa’ que veas como te quiero de bonito, «compadre». ¿A poco no?— Leo siguió con el descaro.
—¡Ok! ¡Basta de juegos, señores! —Katsuki hizo acopio de su neutralidad para centrarse en asuntos más serios y pese que esa actitud de Vickytoria no le dejó del todo tranquilo, se prometió averiguar lo que sucedía con calma. Por ahora, se dispuso a dar sus órdenes a sus Oficiales—. Vayamos a la oficina de Felstman para ver cuáles serán las nuevas asignaciones a partir de hoy.
—¡Sí señor!
—Y por favor… —Se dirigió expresamente con Alessia y Leo—. Traten de no pelear o decirse «tarugadas» entre ustedes. Me basta y sobra con el gato arisco y la conejo quejona que tengo en mis filas.
—¡¡Ay qué antipático!!
— ¡NO MAMES, CABRÓN BÁJALE!
—¿Qué? —Les miró con su ceja en alza de lo más normal ocultando su burla práctica—. Si mi español no me falla así lo dicen ustedes, ¿no? ¡Sin ofender!
—¿Ves por eso le digo «chino culero»?
—No le perdió las pisadas a Kouji en la amargura.
—Sí, sí, lo que digan, par de llorones. —Yuuri les dijo eso en voz alta sin voltear a verles y los remató con una última apreciación—. Les recuerdo que no soy un verdugo, soy alguien «práctico» y ya caminen que el tiempo apremia. —Tomó la delantera con sus manos en sus bolsillos y siguió su camino.
Alessia y Leo tuvieron un tic nervioso por esa vena roja marcadas por la chanza mal habida en el enano de su jefe. Chris y Phichit reían más atrás de ellos, parece que ya no podrán seguir apostando como quisieran, pues Yuuri, ya encontró la forma de domar al par de latinos quejones.

Oficina del General Felstman (T.S.P.A) – Tokyo / Japón
Junio del 2017 – 2:00 P.M (días después)
El vértigo que da el paso del tiempo era poco para las indicaciones durante los días en que la nueva división se acoplaban a su Capitana. Los Oficiales del F.E.G.I que les proporcionaron a Dos Santos, vieron en primera instancia, que sus palabras no fueron dichas en vano. Esa mujer los hizo correr, parir y pelear en los dos operativos que comprendían el seguimiento cauteloso de la gente liderada por los Kazumas y que por extrañas circunstancias que aún se conocen, no se encuentran en Japón.
En esos días, Dos Santos también debía formar equipo con la división dirigida por el Capitán de segundo rango, Crispino o el E.A. contemplado por el Detective Lee como parte del protocolo de ambientación, y obviamente eso involucraría a los Oficiales novatos: Nekola y Nikiforova. En resumen, cumplieron con los objetivos al pie de la letra obteniendo información relevante que se enlaza completamente al caso clasificado.
En el desarrollo investigativo tal parece que en los cargamentos de droga y en los lugares a los que iba a ser distribuida no sólo descubrieron cuentas bancarias destinadas para sus atribuciones ilícitas, sino otro tipo de cargamentos poco usuales, cuya procedencia son, hasta la fecha, desconocidas. Los materiales y armamentos poseían una tecnología de última generación; era una puesta en escena bastante intrigante como perturbadora ya que estas solo las poseían aquellos de rango Militar que cumplen asignaciones de extremo cuidado como los Agentes Secretos, Espías de Élite o incluso grupos especiales donde su nivel de ataque, defensa y respuesta fueran contundentes en la actividad espionaje (algo que fue confirmado por la explicación del Detective Lee). Los F.E.G.I.S en Japón, también tienen dichos equipos dedicados a eso (Chulanont y Giacometti pertenecen al departamentos del E.E.I, por dar un ejemplo) aún así, están en fase experimental con respecto a la creación y repartición de armamentos, puesto que son regulados por la ANP y las Naciones Unidas, lo mismo aplica en otros países, solo que estos tienen sus funcionarios asignados para regularlas.
Con ese detalle revelado la presión ha aumentado, dándole un peso de grandes proporciones a lo que Yuuri, Leo y Chris ya habían dialogado y vivido hace años atrás. Seung y Michelle, aunque no hayan experimentado tal acontecimiento, se hacían una idea de la magnitud o los desaires visibles en sus colegas; por otro lado, el Capitán de primera categoría, Phichit Chulanont, ya los había puesto al tanto de la situación.
Estando a solas en el gran y sobrio despacho del General, Yakov Felstman, continuaban con la junta directiva, pero su ambiente demostraba un aire hostil que se iba intensificando a medida que las personas reunidas avanzaban en su dialogar.
Las horas pasaban y el informe va más allá. Los reportes de Alessia Do santos indicaban que dichas armas también habían sido halladas en sus últimos días cuando se encontraba en Portugal, el mismo reporte, pero no de modo específico (puesto que Plisetsky, Altin y Leroy conocían a medias lo que sus superiores les han contado) también han concordado en esa espiral y en algunos países fuera de su perímetro, siendo estos americanos, asiáticos y europeos. La misma escena se repitió.
Lo que completó el boleto de oro fue que toda la maquinaria además de la droga confiscada, correspondían al mismo símbolo (la marca de Cobra) lo que hacía a esa organización poseedora de miles de redes expansivas, da la casualidad que dicho patrón tenía concordancia a lo perpetuado en el viejo caso archivado.
—»Esto es preocupante»… —Felstman apremió aquello para sí con una postura tensionante en su vieja figura, con ambas manos debajo de su áspero mentón y usando el escritorio rustico de su oficina como apoyo.
Los subordinados pudieron notar su expresión cargada y sabían que si el General se hallaba en un silencio tan prolongado, era porque lo que estaba por comentar no sería alentador; menos si ha de ser la antesala a cierta historia en mención. Felstman por muy austero que fuese se preocupaba, pues se adelantó a lo que estaba por venir. Los posibles ataques cibernéticos, la compra y venta de información reservada, la recolección de datos estratégicos de la Seguridad Nacional de muchos países que están actualmente involucrados en este círculo vicioso, son algunas de las actividades que podrían revivir y darían el paso a una reacción en cadena llena de caos y corrupción de usar esas armas en manos equivocadas para fines equivocados.
El hombre mayor continuó reparando todo con un respirar profundo y aún más estresado. Era el turno de Giacometti en proceder con sus aportes al trabajo de Dos Santos y nadie se relajaba, no con el General pensativo o de esa manera apremiante que solo él ha de promover. Infortunadamente para Felstman, va de sobra que esa «Organización Fantasma» desde las sombras ya ha orquestado su pieza fúnebre en varios continentes usando a países potenciales y mandándole esos recursos no solo a Clanes opositores como los Kazumas, que servían de mediadores (carnada en su idioma), también a autoridades políticas o policiales (empezando por Yamamoto) que se han dejado corromper. De figurar toda esa maraña en la segunda nación que le vio crecer y que actualmente le cumple su juramento de protegerle con su vida (pues Rusia ha de ocupar el primer espacio en su listado) sería la ventana abierta para dominar el mercado asiático.
Lo paradójico era… Que ya esto se dio una vez y nuevamente el karma se repite…
Sabía que esto solo es un enganche, sabía que ese enganche llevará a esa Organización a obtener un poderío absoluto y sabía que de acertar en su teoría «casi confirmada», se vendría un problema mayor al desconocer cómo reaccionará su equipo principal (Katsuki, de la Iglesia, Chulanont, Giacometti y Dos Santos), esos que alguna vez fueron sus pupilos y que ahora son sobrevinientes de aquellos fatídicos días de horror; cuya pérdida de sus Sargentos más preciados (Andrei Nikiforov y Kouji Katsuki) aún les cala como espina clavada y todo por algo similar a lo que ahora están experimentado en proporciones «leves», en especial Katsuki…
Realmente le preocupaba su muchacho porque tanto Rusia como Japón fueron censuradores y en parte culpables de una verdad palpable con ese caso de antaño y puede que aquí, al fin, hallare su última oportunidad para destapar la caja de pandora que tanto han intentado callar a su manera de todas las víctimas que en su momento, se vieron afectadas y de ser así, encontrar al anhelado detractor que originó la tragedia.
Aunque tampoco puede evitar por períodos el pensar en su tierna sobrina.
¿Cómo tomaría su Vitya los acontecimientos reales de la muerte de su padre en caso de reabrirse el proceso archivado para empalmarlo con el nuevo?
¿Se derrumbará? ¿Le perdonará por ocultarle algo así por tantos años? ¿Qué dirá el señor Sergei Nikiforov al respecto con lo de su hijo?
Ya creyó comprender a Katsuki cuando él se opuso en un inicio de involucrarla o de incluso, la responsabilidad de mencionarle una verdad tan resguardada como esa debido a que aquel suceso fue, es y sigue siendo de extrema confidencialidad (una dura de digerir). No podía y ni debía decir nada gracias al acuerdo bilateral de ambos gobiernos cuando firmaron sus pactos y así evitar escándalos mayores ante la comunidad internacional. Razón por la cual ha peleado a capa y espada para hacer valer la justicia en sus muchachos.
No obstante, este último año y medio, halló una vía alterna y ahora, después de incontables tropiezos, el tiempo ha sido justo con él y con ellos en el momento indicado.
Tal vez debió esperar un poco más a que Vickytoria fuese más madura (emocionalmente hablando) pero para él, es un hecho que parte de los resultados agigantados que han obtenido, fue por el gran aporte que su sobrina les ha generado a sus habilidades naturales de deducción (era algo que solo había visto en Andrei y que Vickytoria ha ido perfeccionando bajo la guía de Katsuki y compañía), además del apoyo que ha encontrado en personas como Lee, Plisetsky, Babicheva, Popovich, Leroy, Altin, los Hermanos Crispino o Nekola; que han participado arduamente con sus muchachos, siendo el Detective Jefe Lee y el Capitán de segunda categoría Crispino, los únicos que manejan el dato al pie de la letra y los demás a medias.
Total, ya era demasiado tarde como para arrepentirse de lo que hizo o de pensar en el ayer…
Felstman, tomó un respiro calmado y abrió lentamente sus ojos enfocándose en el grupo de subordinados que posee frente a su imponente escritorio de madera. Tal vez el mirar azul se ha envejecido, pero se mantiene férreo como nunca y ha de decirle a su gente lo siguiente:
—Sabiendo este nuevo reporte, solo diré que lo que estamos por enfrentar no será para nada sencillo. —No ocultó su sentir logrando empatizar con cada uno de sus muchachos y no se quedó solo en eso—. Tampoco es algo que desconozcan porque ya lo hemos vivido. Estoy casi seguro que de seguir así, empezaremos a ver más señales de esa Organización delincuencial. Ya ellos se dieron cuenta que los Kazumas están flaqueando y no les convendrá tener tantas pérdidas desproporcionadas, por lo que no dudo que ellos se manifiesten, así como la hizo la anterior hace tiempo atrás.
—¡Perfecto! —Leo cerró su puño en alza—. ¡Y para cuando ocurra estaremos listos! —Mantuvo positivismo en sus palabras.
—Y no digo que lo hagan, Leo. Pero…
—¿En qué piensas, Chulanont? —Le preguntó un sincero Seung Lee a su lado de verle su cara de intranquilidad, Phichit Chulanont, en su intriga no demoró en contestarle.
—Todo esto me abruma… Aún no sabemos a quién o quienes nos enfrentamos realmente. ¿Y si nos estamos adelantando? —Sugirió algo esperanzado y buscando mitigar la cruz de la cual está casi seguro que sus colegas (incluyéndolo) tienen presente—. ¿Y si de pronto es otra persona y no de quien estamos pensando?
—Nada está escrito, amigo mío. —Christopher lo trajo a tierra, estaba sentado con sus brazos cruzados y hablaba con una sobriedad única en su clase o que sus ojos verdes aceitunos resaltaran en la tenue iluminación del lugar. —. Incluso, yo al inicio tenía mis dudas al respecto y pensaba diferente. Sin embargo, estos últimos meses el modus operandi ha sido exactamente igual a lo que pasó hace diez años atrás
—Concuerdo en ello. —Seung no dudó y tomó su libreta sin mirar a nadie para constatar otras relaciones de escrutinio—, Yo tengo entendido que incluso va mucho antes de que todos ustedes integran el caso archivado, puesto que los Ex-Sargentos Andrei Nikiforov y Kouji Katsuki, ya lo venían trabajando. La lógica me indica que es imposible que otra persona iguale este sistema…
—Y de ser así, Christopher y Seung tendrían en parte algo de razón, Capitán Chulanont. —Michelle concordaba con ambos.
Siempre fue un joven que le gustaba llenarse de razones y darle el aval a quien lo tuviese. Mas no escapaba para el que él Capitan tailandes le costaba disuadir sus emociones contrariadas tras esas respuestas objetivas en su Mayor o del Detective.
—Eso nos lleva a la conclusión de que toca estar alertas a todos los movimientos. —Feltsman afirmó eso captando la atención de todos.
Su veteranía ha demostrarle las señales corporales inquietas en algunos de sus fervientes subordinados. Sin embargo, es aquí donde pesa su mano y es en momentos así donde ese viejo lobo aflora su rectitud como experiencia en ellos
—Y eso incluye mirar cualquier similitud o patrón que nos dé una pista contundente para ya no hacer suposiciones y enrollarlo directamente con un aparentemente «muerto» pero muy conocido para nosotros, y ya saben de quien hablo, ¿cierto?
—Comprendemos perfectamente de quien nos habla, señor. —La mirada marrón en Katsuki como su perfil o voz, ensombrecieron el lugar al levantarse de su asiento.
Así como un escalofrío interno, fundó estragos en el tailandés de solo observarle o que el General de ascendencia rusa a través de sus iris azules perpetuara su presencia neutral y pesada. El Superior japonés de segunda línea por debajo del General, se había mantenido en un largo silencio, saciándose de apuntes necesarios que le brindaran las pausas que ha de seguir en la extenuante reunión y ha tomado la palabra para comentar cosas específicas. Decir que su expresión seria no sorprendía a todos sería una vil mentira, mas Felstman sabía que algo así en su mejor Oficial tarde que tempranos, se daría.
—Tenemos anexos coincidenciales, pero que en forma y cuerpo son sostenibles para los argumentos que nos pide la ANP, el Tribunal, La Corte Suprema de Justicia y todas las autoridades competentes. ¿No es así?—La postura seca y pensante en el Teniente Coronel afirmaba una realidad del hilo tan delicado que se tornaba el asunto—. Bien, eso nos deja con la única opción de presionar al Clan Kazuma a como dé lugar en todas sus licitaciones y vías disponibles.
—¿Más de lo que ya se ha hecho? —Leo no salió de su asombro por esa decisión.
—¿No crees que es demasiado pronto? —Alessia tampoco salía del shock que le forjó.
—Normalmente admiro su nivel de estratega, pero creo que esta vez debería replantearse un poco, T.C Katsuki. Es muy arriesgado. —Michelle trató de ser reposado en su inquietud. Pero no dejaba de entrecerrar los ojos en señal de duda a la aseveración de Yuuri.
—Piénsalo bien, Yuuri… El Capitán Crispino no lo pudo decir mejor. —Y Phichit continuó por ese sendero para razonar con él apelando a su nombre. No le gustaba el color que están tornándose las cosas —, de hacer lo que dices sin tener muchos datos del enemigo, sería como jugar una partida de ajedrez a ciegas.
—Estoy de acuerdo con, Chulanont. —Chris no tardó en unirse tomando partida al desconfiar en esa jugada.
—Pienso igual, Katsuki. —Y lo mismo acertó Seung sentado desde su puesto.
—¡Y de ser necesario acelerar el proceso o de ponerles el pie al cuello hasta agotarle todos sus recursos al Clan Kazuma para se muestre esa Organizacion tal cual y como es, lo haré! ¡Esto no es apelable o revocable en mí! ¡Y para que no quede zozobra alguna de mi decisión, de antemano lo hago saber publicamente a todos, en especial a usted, General Felstman! —Katsuki no demostró temor alguno en su voz severa al dar a conocer su petición delante de su jefe o de sus propios compañeros.
—Pero, Yuu…
—Escúchame, Chulanont. — Katsuki acortó la distancia del sitio en donde está ubicado el Capitán de ojos negros e inclinó un poco su cuerpo hacia adelante, para apoyar ambas manos sobre el borde de la mesa que compartía con el detective—. Sé lo que intentas hacer y comprendo tu miedo… Yo incluso lo tengo. No te lo negaré, y no podría mentirte a ti o a ustedes con algo tan dispendioso como aquello. —Suavizó un poco su faz al toparse con un Phichit asombrado.
El moreno comprobó que fue un acto genuino de su parte y luego su dureza regresó al pasar su vista en la superficie lisa, de tomar un papel con la imagen de cobra entre sus manos o de sentir un aversión de solo sostenerlo.
—Pero estamos en un punto en que cualquier decisión pesa. —El sonido de cada paso por encima de la madera fue pausado al alejarse y en su marcha acogió sus manos detrás de su espalda sin abandonar su acotación—. Cada decisión es una toma de acciones que «para bien o mal» hay que sobrellevarla y es preferible saber que ya se está ejerciendo algo, a dejar que otros la tomen por nosotros o hagan los que se les venga en gana. ¡Recuerden que nos pasó una vez y ya vieron los resultados!
El mutismo en la oficina o la impotencia por parte de sus primeros camaradas era inevitable. A excepción del Coreano y el Italiano, que solo podían entrever un fuego consumidor en sus ojos o una hechura inquebrantable que les provocaba algo electrizante en sus cuerpos. Sus recuerdos, los de Chulanont, Dos Santos, Giacometti o De la Iglesia, en menos de un segundo, evocaron todo lo pasado por sus antiguos jefes, amistades o colegas que perecieron. Leo y Alessia no se atrevían a darle la cara. Phichit, por supuesto, lamentaba aquello y tenía razón, más no le agrada el aura o la parquedad tan fría que su amigo adquirió al lanzar sus objeciones en su actuar e intentó hacer un amague de levantarse de su puesto temiendo cualquier cosa.
—Por favor…
—No puedes. Es… una orden, Capitán. —Allí fue detenido por un Christopher de faz comprensiva quien se situó a sus espaldas para posar sutilmente sus grandes manos sobre los hombros ajenos, de indicarle entre susurros o con esa mirada que ya se ha descrito, que no debe de intervenir.
Por supuesto, el énfasis o la intensidad en el superior de ojos marrones aumentó y con ello, la potencia en su voz cuando el clímax se sintió.
—¡Ya nos pasó una vez y vimos que el gobierno maquilló todo a su alrededor! ¡Ya nos pasó una vez y por la falta de experiencia nos enredaron en sus velos engañosos! ¡Ya nos pasó una vez y perdimos vidas valiosas que se sacrificaron en el proceso! ¡Porque sabían a la porquería de sistema que enfrentaban! ¡Y con tal de no exponer a sus familias, ni que vivieran esa época de neblina o que nosotros nos pasara algo igual, es que estamos hoy por hoy, aquí! ¡¿O acaso me equivoco, caballeros?! ¡Porque no lo creo! No si lo vemos de esa forma… —Y recuperó parte de su compostura.
Cada punto y coma expulsada de su boca narraba parte de su inconformidad atorada con hastío desde hace años. Una que su máxima autoridad, ese anciano de tierras eslavas que le superaba su edad, ubicado al otro extremo del despacho, entiendía y guardaba su apreciación. De igual forma, siempre se asombraba cuando Katsuki Yuuri, este «Katsuki» actual desataba ese lado fiero en sí mismo.
Obvio, no es primera vez que lo expone. Ya lo ha hecho antes, debió hacerlo para endurecerse tras los golpes que la vida lo otorgó y debió hacerlo para obtener el puesto que devenga actualmente como Teniente Coronel. De no experimentar las malas vivencias de su pasado, tal vez Andrei, Kouji, Lucy o muchos otros vivieran, tal vez su Vitya se dedicara de lleno a la danza y este Yuuri ni se diera, arguyendo la imagen del jovial y tímido del músico soñador que conoció; pero ya no era así y no lo será…
Sabía que el viejo «Yuuri» debía hacerlo aun lado la mayor parte del tiempo, si quiería sobrevivir.
Desde la perspectiva del Japonés, de poder devolver el tiempo lo haría; no obstante, no podía seguir estancado en dicha laguna, ¡tenía que hacer algo! Necesita hacerlo y para ello, apelaba a la fuerza de voluntad que ha de atribuirse a sí mismo y expresarlo a su equipo.
—Ciertamente, reitero que me siento ansioso por el resultado que he de asumir con esa responsabilidad en mis hombros sobre dicha decisión; pero así, y solo así, se podrá comprobar de una vez por todas… de quién se trata, y sí resulta ser ese «sujeto» del cual todos conocemos, ¡Pagará muy caro todos los crímenes y vehámenes que cometió! —Endureció aún más su tesón o el apretón al papel que sostenía en su mano sin dejar de devengar el resto de sus demandas.
A Seung Lee o Michelle les era obvia la mención que Katsuki declaraba por sus colegas presentes, ellos conocían un poco de la historia y pueda que se hayan enterado de muchas otras cosas; no obstante, deseaba saber con fuerza de quien se trataba en el momento que sus superiores, lo consideren adecuado.
—¡Les juro que desenmascararemos a los funcionarios que con sus leyes vendaron los ojos a su pueblo! ¡Les juro que desataremos justicia y las víctimas por fin tendrán voz y voto en ello!
Katsuki fue concreto en su discurso para sus hombres de confianza pues, una sola voz no puede hacer más ruido que siete o más voces juntas.
—Es arriesgado… Lo sé, más espero contar con toda su disposición.
Yakov Felstman, inquiriendo a donde quiso llegar, sonrió a medio lado con altivez. Cuando trabajó con el padre de Yuuri en su juventud, el señor Toshiya, solía tener esa táctica sosegada. En gran medida y con más liderazgo, su ex-pupilo, Kouji Katsuki, heredó ese mismo talento y Yuuri, indudablemente, ese muchacho también imprimió su toque.
—¿Eres consciente de lo que me estás pidiendo, Katsuki? —Su general reparó al joven superior como si buscase un último titubeo de su parte pero…

—Jamás he estado tan seguro de algo en años, señor. —Él no estaba dispuesto a ceder, su mirada de fuego y postura erguida, digna de un Guardián Imperial lo decían todo.
—Perfecto. Hagámoslo a tu manera.
Y eso fue suficiente para que Felstman le otorgase su aval por completo, o que el Teniente Coronel hiciera una reverencia en agradecimiento. De inmediato, el jefe cuya jerarquía primaba ante sus subordinados, alzó su voz para brindar sentencia.
—Teniente Coronel de la F.P.J y Comandante de línea de la Fuerzas Especiales de la Guardia Imperial, Katsuki Yuuri, a partir de este instante, deberá crear un esquema detallado de las tácticas a utilizar; además de investigar a profundidad sobre el enemigo real que auspicia a los Kazuma, y también en propiciar a su división un balance general de los pros y contras en esta nueva misión. —El General fue exigente —. Claro está, como lo ha planteado, esto es un arma de doble filo que puede favorecerlo o perjudicarlo con bajas en el camino. Lo único que diré es, que una vez que los hombres o mujeres que lo apoyen estén dentro, sabrán que no se dará marcha atrás, así que aquellos que deseen desistir, son libres de hacerlo en este momento.
—Yo sigo firme en mi postura. Como líder de esta prefectura en Tokyo, daré lo mejor de mí para que esto se cumpla con cabalidad y protegeré a mis hombres o aliados así deba sacrificarme, señor. —Yuuri dio un paso al frente sosteniendo su postura militar y el ademán de su mano a media frente. Los demás se lo quedaron mirando sintiendo orgullo de que él los tuviera bajo su mando, en especial Phichit, quien no paró de sonreír ante la terquedad pintada en su amigo, confirmó que no debe preocuparse o anticiparse, y en un movimiento este se colocó a su lado.
—¿Eres un japonés muy necio, verdad? —El moreno también adoptó el gesto militar y Yuuri acabó con un tener sonrojo.
Pues ya había visto que la actitud en Yuuri había aminorado a como usualmente se muestra, «alguien noble».
—En fin, ¡Yo también me sumo a la causa, General!
—Phichit…
—Nosotros también, señor. —Más atrás Alessia, Seung, Michelle y Christopher también aceptaron.
—Chicos…gracias por esto…
—¡Claro que cuentas con todos! —Era un hecho que Leo había asumido el reto pero…—, ¿de manera que ahora hay más trabajo, no? —Su modo de ser tan descarado y franco no lo abandonó.
—¡Obvio, idiota!—El zape dado por Seung resonó en la coronilla de Leo—, y yo debo evitar que te metas en problemas. ¡Oh, qué bien!
—¡Me dueles, cabrón!
—¡Agradécele a Katsuki por el recargo laboral!
Al detective, inexpresivo como siempre se le notaba su «emoción» en el aire, los demás no pudieron impedir que se les escaparan unas cortas risas o que Leo berrinchara a diestra y siniestra esfumando así el aura pesada que había en el ambiente por una amena. Yuuri se halló contento, porque ganó la primera una de las tantas guerras en una batalla complicada: ¡La aprobación y el apoyo de todos sus compañeros más leales así como la de su jefe!
Felstman arrugando su cara, debió mandar a la porra a Leo (algo que agradeció el Detective coreano maldadosamente) por tal imprudencia y de paso, centró al resto recordándoles los puntos nuevos en el asunto, como si les diera a cada uno una baraja de naipes que deben acomodar; también les pidió guardar discreción y que si pretendían en continuar con los colaboradores que llevan hasta ahora, tendrían que hablarles a fondo sobre el camino real de la actual investigación con los nexos antiguos y esto debía ser lo más pronto posible.
Concluida la reunión el primero en abandonar el recinto fue el T.C Katsuki, y el Capitán Chulanont, fue rápidamente tras él.
—¡Yuuuriiiiiiiiiiii!
—¿Phichit? ¿Ocurre algo?
—Bueno, conmigo no, pero… ¿Qué me dices de ti? ¿Te sientes preparado? —Preguntó el moreno queriendo saber si realmente él se sentía bien y Yuuri como ya supuso lo que Chulanont intentaba deducir, él simplemente negó con calma y le dejó en claro muchas cosas.
—No te preocupes… Sé bien lo que hago, y me encuentro tranquilo.
—Yuuri en serio, no tienes necesidad de… que te presiones…
—Una vez me dijiste que no estoy solo en esto, ¿verdad? —Le recordó las palabras que le dijo en aquel atentado—. Ahora sé que no lo estoy porque cuento con todos ustedes y aunque comprendo su postura al inicio, no perdía nada con intentar convencerlos o de probarme a mí mismo que puedo con esto y eso me basta… Yo prometo seguir procurando de su bienestar, así como ustedes lo hacen conmigo.
—Yuuri… —Phichit, se asombró de la madurez con la que Yuuri está equiparando y digiriendo este nuevo hilo de su péndulo policial y emocional. Ni que su ansiedad esté causándole esos estragos exorbitantes como le es común en él.
—Sé que será peligroso o que podríamos morir. Somos entes de ley después de todo, pero debemos recordar que hicimos un juramento al servicio de nuestra comunidad y nuestro deber es preservar la vida del prójimo o de hacer valer la justicia, y eso haremos.
Él puso su mano sobre el hombro ajeno en confianza y de su bolsillo sacó un pequeño reloj de mano que al abrirlo poseía la foto grupal de todo el antiguo equipo junto a sus Ex-jefes. La curva en sus labios fue nostálgica y algo perdida.
—Se los debemos, amigo… Se los debemos a Andrei, a Kouji, a Lucy y al resto de colegas o familias que fueron silenciados por ese sujeto y sus criminales. ¡Es el momento indicado!
—Te entiendo…—El sinsabor en Phichit fue agridulce, no tenía que ser adivino para ver que aun con el pasar de los años, a Yuuri le siguen doliendo sus pérdidas.
—Claro que…—Este, prefirió sacudirse esas vibras y decir cosas más alivianadas—. No pienso morir ahora. Por lo menos ten por seguro que no pienso hacerlo teniendo a un sobrino violinista que cuidar.
—¡Dirás tú hijo! —Lo corrigió alegre.
—Kouji y Lucy son sus padres, yo…solo soy su tío. Eso lo sabes. —Se aminoró un poco con ese título.
—Y un padre es aquel quien forma a un niño con amor y entrega en su hogar, prácticamente para Yuuki y para mi lo eres, señor cuadriculado. ¡No te demerites! ¡Ah! ¡y más te vale seguir vivo, Yuuri o me verás allá donde los dioses, buscándote con tu hijo y una linda conejita!
—¡Phichit-Kun! —Se enmarañó.
—¡¿Oh vamos, no te hagas?!, adoras a esa pequeña revoltosa aunque te haga sacar corajes por sus imprudencias. —Aquí le bromeó usando a Vicky de escudo, Yuuri no pudo decir nada de lo rojo que quedó—. Todos nosotros, incluyéndote, tenemos seres queridos que nos esperan. Yuuki y Vicky deben ser tú motor principal para querer desterrar a toda costa esa plaga que se expande como llena al acecho. Sobre todo Vicky. Mi sobrino necesita una «mami» para su «papi» y yo una ship que shipear.
Lo regañó demandándole muchas cosas como que ya dejara de ser un renegado y que no desaprovechara la oportunidad, que ella podría ser a futuro una buena madre como amante y luego otra vez retomó el tema de la reunion como si nada… En fin, a veces Yuuri no podía creer que Phichit fuese mayor que él o de que sus actitudes repliconas no concordaran con alguien de su edad.
—Y obvio estamos pisando terreno desconocido pero haremos un gran trabajo contra esos mafiosos, amigo.
—Eso pretendo y así será.
—Por cierto, ya que hablamos de esto… Al resto de los muchachos como Bavicheva, Hong, Popovich, Altin, Leroy, la gemela de Crispino, Nekola, Nikiforova o Plisetsky, ¿cuándo les diremos el rumbo real de nuestras investigaciones? —Ese detalle venía haciéndole ruido en la cabeza a Phichit hace tiempo —. Se me ha complicado mantener la confidencialidad con el Tigre o Beka, son súper intuitivos y ya sospechan de muchas cosas aunque no lo parezca.
—Eso es algo en lo que vengo pensando hace tiempo, los Oficiales Novatos, Vickytoria y Emil, también van por ese camino, sobre todo Vickytoria. —Yuuri adoptó una pose pensante—. Una vez que tengamos algo más de estructura en los esquemas o los compilados de información, habilitaremos una reunión privada con tu escuadrón, el escuadrón de Lee, el trío de la FSB y al Capitán Crispino con su Oficiales novatos involucrados… Aunque…
—¿Te preocupa como lo tome Vickytoria, ¿Cierto? —Phichit completó la preocupación de Yuuri, se retiró sus lentes y masajeó un poco su entrecejo.
—Tengo noches enteras preguntándome cómo abordar ese tema con ella.
—Deberás hacerlo pronto y como sugerencia, veo prudente que lo hables a solas con ella, aprovecha que está bastante apegada a ti como linda Koala.
—¿Hmm?
—¡Aaaah! ¿También negarás en mi cara que esa conejita anda muy consentida contigo? —Le miró acusador.
—Yo no he visto cambio alguno en ella. —¡Mintió! Si se ha dado cuenta y prefirió mantener ese secreto para él—, y sigue siendo toda una princesa quejona cuando la castigo por no cumplir sus deberes.
—¡Perfecto! ¡Niégate, Katsuki! Pero tengo pruebas de lo que digo por boca de Mari y de lo que vi ese día cuando hablabas muy coqueto con ella en tu reservades difuminada en estas oficinas. —¡Listo, allí se fregó y Yuuri maldijo por todo lo bajo!—. Pero retomando el tema, es lo mejor que puedes hacer. Ve a un lugar donde no sean interrumpidos con el cual te sientas cómodo para contarle todo, así le das tiempo de digerir el asunto o que pueda cimentar bien los acontecimientos ocurridos con su padre y los nexos actuales.
—Lo sé, mis energías y toda mi capacidad de oratoria se revientan cuando pienso en ello, no será fácil viendo lo volátil que es Vicchan…
—Ánimos Yuuri, podrás con ello. —Le regaló una sonrisa —. Vicchan, ha estado tomando con mucho formalismo su profesión desde que ambos llegaron a sus acuerdos, eso me lo dijiste ¿no?
—Sí…
—¡Y también me comentaste otras cosas de ella que la hacen una muchacha fuerte en emociones! ¡Confía en su fortaleza!
—Eso espero… —Finalizó con esa oración el joven superior de ojos rasgados y volvió acotar para sí otro pensamiento—. «Realmente eso espero de ella y no verle sufrir»

Zona de entrenamientos (T.S.P.A) – Tokyo / Japón
Junio del 2017 – 08:00 A.M (Muchos días después)
El blandir de las hojas afiladas compuestas de acero y metal eran el pan de cada día en las clases de combate de armas blancas, reconstruir con narrativa avivada cada movimiento, secuencia o tiro era todo un arte en escena, más aún si eres un novato que está en el rango de Cadete raso, con una edad entre los dieciocho a veintidós años, y que recién ingresa a una academia de policías cuya monitora sea una jovencita de diecisiete, de la cual te comentaron que era un amor de persona aun si exhibe el título de Oficial Imperial, pero que te sientes timado porque tenía un humor de los mil demonios desde hace un par de días en el lugar donde se supone que es del dominio del patriarcado o que esta te patee el trasero más cruel que tu propio instructor especializado, estaba de muerte súbita.
—¡HEY USTEDES!
—¡Waaaa! ¡¿S-s-s-si señorita?! —Los pobres no sabían de qué manera responder.
—¿Vinieron aquí a formarse como hombres o a cacarear como gallinas?
—¡No, señorita!
—¿Disculpen?
— ¡E-e-es decir!, ¡¡NO, OFICIAL IMPERIAL NIKIFOROV!!
Vickytoria cumplía su labor de monitora auxiliar reemplazando a Michelle Crispino, quien se encontraba en una misión de clase A. Expresamente el italiano la buscó porque era la única de sus estudiantes más aventajados que conoce a fondo todos los tiros con el uso de la espada, el sable y sus derivados de arma blanca. Hace poco a la academia ingresó un nuevo grupo de jóvenes novatos dispuestos a convertirse en entes de la ley de las fuerzas policiales de Japón (F.P.J) o policías ordinarios como comúnmente se les conoce. Pero cómo lo habrán notado, nuestra señorita «adorable» estaba poseída por el mismísimo demonio, con una actitud de pocas pulgas y desde hace muchos días.
Ese enojo tiene nombre propio.
—Hasta la fecha, ninguno ha prestado atención a las clases del instructor Crispino y se supone que estos movimientos ya los han practicado. Sino pasan su examen, serán sancionados y, fuera de eso, se les descontarán puntos adicionales.
—¡Apurado podemos movernos!
—¡Tenga piedad!
—No me interesa. —Los miró con una dulce y falsa sonrisa aniñada de su boca de corazón.
Una tan falsa que les dio miedo a los muchachos al tiempo que chocaba el contrafilo de su espadín con la palma de su mano de arriba abajo, una y otra y otra vez.
O que las llamaradas fantasmales que surgían le dieran un toque más siniestro.
—Se están formando como Oficiales metropolitanos, créanme que Crispino los haría pasta «Alfredo» de enterarse que no practicaron esto pensando de que no lo encontrarían aquí. Si no quieren un bello reporte de parte de esta Oficial, entonces procuren prestar atención a mis indicaciones y ahora caballeros… ¡A TRABAJAR!
—¡WHYAAAAAAAGGGGGGGGGGGGGGGGGG!!
A lo lejos de esa desgracia perpetuada en el pobre pelotón, otro par de oficiales miraban esa escena.
—¡Oye! ¡San Bernardo!
—¿Ah?
Ese fue Yuri, sentado de lo más malcriado con sus piernas abiertas, bebiendo su jugo desde su banca y hablándole a Emil. Como adicional, Makkachin estaba muy cómodo a su lado. El ruso no se resistió en darle una que otra caricia a ese peludo animal al tiempo que platicaba con su subordinado.
—¿Por qué carajos la conejo anda en modo «Cerdo depredador»?
—Ni idea. —Emil sintió correr esa gota en su frente—. Quizás tenga esa cosa que les da a las mujeres cada mes. O bueno, eso creo. Así se pone mi hermana menor cuando le llega «Andrés» y…
—¡Ya! ¡Ya! ¡Ya! ¡No más detalles! ¡Ni te emociones! —Su cara fue de desagrado—. ¿En serio las mujeres le ponen nombre a esa «cosa»?
—Según mi hermana, ¡sí! ¡Y he escuchado peores! —Contestó con su dedo en alto, Yuri no ve nada fructificante el mantener una conversación sobre el periodo menstrual—. Aunque si te sirve, tal vez esa no sea la causa. Ya lleva así varios días desde que nos presentaron a la nueva Capitana.
—¿Capitana? —Lo miró con su cara de gato asombrado. Sus orejas y cola no le ayudaban—. ¿Qué coños pasó cuando no estaba?
—¡Ah, es cierto! Pasa que… —Emil, en medio del chismorreo le da un bosquejo rápido de la actual situación de la nueva integrante que llegó en lo que él y Beka cumplieron sus labores de inteligencia en Rusia; y no es que el Yuri ruso se interesara por la vida de los demás, pero si la rusa estaba así porque esa mujer desconocida detonó «algo» en las neuronas deschavetadas de esa presuntuosa, ¡pues pretenderá averiguarlo a fondo!
Mientras, ha de continuar sentado desde la banca tomando como si nada su jugo.
Pasaron veinte minutos, la comarca del F.E.G.I a la cual pertenecía Vicky también les tocó practicar táctica militar en el mismo sitio, lo hacían porque se estaban preparando para cuando sacaran el listado de los posibles representantes que escogerían para el Combate de Élite Imperial entre los F.E.G.I.S que se hace cada tres años a pedido del Emperador; aun así, a ellos no deja de parecerle rara la puesta en escena tan encrespada en su compañera, realmente se compadecieron de esos inocentes de su furia acumulada.
—Hasta creo que se desquita de las veces que el T.C, hacía lo mismo con ella. —Mencionó un Oficial cualquiera.
—¡Nah! ¡Vamos chicos, es nuestra Vicky! —Emil salió en su defensa con el caniche que ladró muy recio al oír el nombre de su dueña—. La he visto dando clases de esgrima como voluntaria a novatos, y suele ser muy amable, pero quizás hoy no ha sido su día.
—Lo siento cachorro, pero ya lleva muuuuuchos días así, y se agria aún más, cuando le tocamos el tema de la sexy Capitana.
Yuri, quien caminaba por esos lares estaba por irse, pero el simple hecho de que mencionaran la ecuación de: < Conejo + Capitana >, eran un indicio que el misterio, ya lo quería resolver. Se escondió en un buen sitio y el descarado ha de oír todo a su antojo.
—La capitana Dos Santos le ha ganado en casi todo llevándose muchos elogios, y pese a que Vicky fue la primera mujer en nuestras filas, no deja de ser impresionante que alguien de su mismo género le supere con ese rango.
—También le venció en ese combate amistoso. ¡Tú lo viste, Emil!
—Bueno, si… pero…
—¡Y los jefes están contentos con su trabajo, incluyendo el T.C Katsuki. Las otras divisiones del F.E.G.I no hacen más que compararlas.
—Creo que eso es lo que la tiene algo cabreada…
—Mis primas me han dicho que la rivalidad entre mujeres es muy peligrosa.
—¿Será? —A Emil le cuesta un poco imaginarse a Vicky en ese plan—. ¡Están exagerando!
—Yo si lo veo viable, es decir, son Oficiales, son fuertes y bonitas… ¡Sobre todo lo bonitas! ¿Se imaginan un concurso de belleza entre Nikiforov y Dos santos en vestido de baño?
—Chicos, eso no es buena idea… —Emil tiene un pésimo presentimiento.
—¡Déjanos fantasear! —Le reviraron todos al unísono.
—¡Si es por cuerpo, la veterana está de maravilla!
—¡Y le lleva una gran ventaja!
—¡Ufffff! ¡Ni hablar de los «melonzoooootes» que se carga! —Aquí todos los pervertidos aprobaron aquello.
Sin embargo, el checo muy asustado, sudando frío y pálido como la nieve, no podía dar aviso que la tormenta hecha conejo ha arribado a sus espaldas, el brillo escalofriante en sus zarcos azules o esa boca de corazón no indicaba nada bueno.
—¿Y qué dicen de los míos?
—¡Que son pequeños pero lindos! —Contestaron sonrientes los muy pendejos y cuando quisieron reaccionar a la fémina que les habló…
Sxf: ¡POWWWWWWWWW!
Los chichones en sus cabezas fueron muestra de que sus comentarios no fueron del agrado en la rebelde Oficial.
—¡¿Acaso creen qué somos pedazos de carne o qué?!
—¡N-no quisimos decir eso! —Aullaron del dolor.
—¡Cierren la boca! ¡Ella tiene sus cualidades y yo tengo las mías! Antes de que malpiensen las cosas, les puedo afirmar que no tengo nada que envidiarle a la capitana, si está en ese cargo es por algo; y para su información, ese día no pude ganarle porque el zorro amargado que tenemos por «jefe» me castigó dándole treinta vueltas al campus por volarme las clases de Richellieu. De no estar tan agotada, el marcador fuera otra historia.
—Ya Vicky, n-no es para tanto.
—¡Claro que no Emil y no los defiendas! —Lo apuntó con su dedo, después giró su vista con la de ellos—. En vez de estar perdiendo el tiempo pensando en los melones de la nueva Capitana o los míos, ¡pónganse hacer algo productivo por sus vidas y mejoren su estrategia de lucha! Porque mañana nos toca combate físico y créenme que si Katsuki los pone a todos a luchar conmigo, nadie va a salvar sus traseros Imperiales de la paliza que les daré y pueden apostarlo mis amores, byeeeee. ¡Makkachin, vámonos! —Se despidió con tierna hipocresía de su parte al realzar su coleta como toda una diva en pasarela.
Además El «Woof» del perrito que se escuchó, y ni hablemos de su amenaza franca. Fue tan franca que el «glup» quedito en sus camaradas se atoró.
Se alejó de allí ubicándose en una zona poco transitada, cuando se vio sola su coraje salió y no dejó de refunfuñar por semejantes comparaciones entre esa «mujer» y su persona.
—¿Qué tal?, ¿puedes creerlo Makkachin? —Le hablaba a su perro como si este le entendiera, el caniche inocente ni sabía de la situación—. Les acepto lo fuerte, ¿pero compararme con esa Capitana hasta en lo bonita? ¡Yo también tengo lo mío! —Se encapricho cruzándose de brazos e inflando sus cachetes—. ¿Cierto que tu dueña es bonita, verdad Makka? —Y luego se observó sus pechos o los tocaba para revisar su tamaño, pensando en voz alta algo como—: «¡Y de ser tres años mayor en edad las tendría igual de grandes y más bonitas! ¡Jum!!»
Sí Yuri Plisetsky no estuviera siguiéndola y ni se escondiera para presenciar esa pataleta en directo, no lo creería. Pero lo que siguió le saltó en pedazos y en toda su cara.
—Y no Makkachin, hoy no iremos con el amargado. —El caniche chillaba pidiendo clemencia con esa nariz húmeda, sus ojos aguados y armando drama como su dueña. Extrañaba jugar con ese humano de ojos rasgados—. ¡Y nada de hacerle ojitos a ese, mal amigo-traidor! ¡Me ha dejado plantada en muchas ocasiones por estar atendiendo a su «vieja» colega y Capitana de… pechos perfectos o dejándose abrazar o besar en su cara delante de los demás. Sí yo hiciera lo mismo, de seguro me regañaría, ¡Aaaaahhh! Pero como yo no soy la tal «Dos santos»… ¡Hombres! ¡Todos son igualitos!
—¿Está celosa?, pffffffff…—Yuri en su maldad gatuna se tapó la boca para que no descubrieran su posición—. ¡Entonces sí le gusta el tocino! ¡Ok!, ¡Esto es demasiado bueno, quiero ver cómo le hará ese cerdo con los celos de la frentona!, pfffff… ¡Wa,ha, ha, ja, ja, ja!
Ahí estaba el gato amarillo, riendo por lo bajo a causa de una conejita totalmente furiosa al exponer el motivo real de sus actitudes irascibles.
No es que Alessia tuviese la culpa, ella ni tiene idea de lo que pasaba por la mente especulativa de su autoproclamada rival (Vickytoria). El culpable era el insensible zorro despistado que tiene por jefe.
En primera, Katsuki había coordinado un par de encuentros con ella a nivel de sondeos investigativos, Sin embargo, el muchacho por estar tan sobrecargado en trabajos o por cumplir las órdenes que Felstman le delegó poniéndole a Alessia como apoyó en los papeleos protocolarios ya que ella estudió algo de derechos internacionales, se le olvidó el pequeño, pero super importantísimo detalle de poner en sobre aviso a Vicky para cancelarle sus citas a tiempo.
La conejita rusa fue a todas…
El zorro japonés no fue a ninguna.
Dejándola sola, vestida y alborot… Mmmm, ¡mejor no!, la última no la diremos porque aun Vickytoria no está esa fase. Reemplacémosla por «enojada», ¡Sí!
Vicktoria quedó sola, vestida y «enojada»
Cuando la Oficial le llamaba por teléfono para saber que le pasaba, allí era donde Yuuri recién recordaba y le pedía unas torpes disculpas (pensando en su lógica workahólica que entendería su situación). La primera vez fue pasable para Vickytoria, una segunda vez, puede que mantuviese esa condición. ¿Pero nueve veces? ¡Fue demasiado! y tampoco ayudó el que Yuuri, tuviera una estrecha confianza con Alessia o que le aceptara sus tratos como si nada, aun si él demostrase su seriedad.
¿Qué tiene Alessia que sí puede mimarle o apachurrarle que ella no pueda hacerle? ¡Ella también es su amiga!, ¿no?
Era injusto… Lo veía muy pero muy injusto…
Lo que Vicky no sabía era, que a Katsuki le costó años aceptar muestras de afecto de Alessia, de Phichit o de su círculo de amigos fraternos por su propia muralla causada por la ansiedad, el aislamiento o la falta de confianza. (la cual ha trabajado de apoco y se han visto los resultados positivos, sobre todo con su sobrino) pero con Vickytoria es «distinto».
Las cosas entre ellos (o al menos para él) han cambiado de lo amistoso a lo romántico, y como sea, opondrá distancia para que esos nuevos sentimientos que está experimentado no crecieran más de lo que ya lo han hecho. De igual forma, eso no le eximía de su lado ermitaño y sino le avisaban en donde fallaba por estar tan centrado en sí mismo, ni se daría cuenta de lo que pasaba a su alrededor.
La noche llegó para dar paso a un nuevo día; y en efecto, ahora mismo veremos algo de ese panorama del cual ya les hablamos. (los encuentros cancelados de Yuuri sin avisar), solo que ahora fue presencial. Se le olvidó en su totalidad que se reuniría con Vickytoria en el parque de Shibuya para tomar rumbo a la Inspección Gubernamental y buscar ciertos documentos que le ayudarían a ella y Plisetsky con lo de la simbología. Pero Yuuri como siempre en su mente traicionera, puso la cita el mismo día en que Felstman le hizo acordar con Dos Santos para ir a la Penitenciaría, por interrogatorio urgente.
Dos Santos en ese mal tercio, simuló seguir con una llamada a unos cuantos metros alejada para no interrumpir la conversa en esos dos. No obstante, vio en Yuuri un rostro apenado por no poder ayudarle como quisiera.
—¡Yo lo lamento! ¡Cuando puse el día no esperaba que Felstman me hubiera asignado esto para hoy en el día de ayer! ¡Juraba que lo tuyo era para mañana!
—Ehhh~~Ya veo…
La sonrisa en Vicky era opacaquísima, y trató de actuar como siempre poniendo sus manos detrás de su crin, Yuuri no se dio cuenta por seguir en sus explicaciones, en cambio Dos Santos si notó su cambio de actitud.
—Eso significa que debo hacer las cosas sola por «décima» vez y todo por tener a un jefe muy despistado. —Se lo echó en cara.
—¡Lo siento!, ¡lo siento!, ¡lo siento!
—¡Tienes suerte que son por cosas del tío Yakov!
—¡En serio, lo siento! —Juntó sus manos pidiendo perdón.
—De no ser así pensaría que la Capitana quiere «acapararte» para ella sola. —Optó por decirlo en ruso creyendo que su rival no le entendería… Oh, ¡qué equivocada estaba!
La dama portuguesa-venezolana supo reírse de su arrebato y pilló todo en el acto.
—Puedo asegurarte que La Capitana Dos Santos quiere deshacerse de mí por tantos trámites. Odia los protocolos. —Yuuri siguió su juego extrañado, aunque admitió que le dio risa ese comentario.
—¿Seguro? —su mirar de coneja acusadora fue caprichoso y escamoso, continuó con sus impulsos.—Porque siempre la veo contigo muy a gusto y ni te quejas.
Yuuri rió otra vez por esa ocurrencia con cara de reclamo que no entendió (creyendo que era por su trabajo) y en lo que le revolvía muy juguetón los mechones platinados él se fue con más esclarecimientos para excusarse.
—Si esto no fuera de carácter urgente, Alessia estuviera, ¿no sé?, ¿tal vez discutiendo con Leo? de ser así yo te acompañaría con tu encargo…
—Ahhh… ¡que bien!, ¿y a ella sí le dices Alessia y a mi Nikiforov? —Espetó con más incredulidad farfarrullada tras observarle con la ceja en alza o poniendo sus manos en sus caderas bien mandona—. ¿De cuándo acá tratas con tanta «informalidad» a tus subordinadas?
—¿Hmm? ¿Acaso no puedo hablarles así a mis amigos? —Yuuri fue bromista en su contrapregunta aunque no negó que le daba algo de intriga. Se la quedaba mirando muy malicioso y ella no soportaba ese escaneo burlesco.
—¿Qué me miras?
—Nada, es solo que… ¿Es curioso que tú me preguntes por algo así?, eso es raro.
—¡¡¡¿Eeeeeeeeehhh?!!! —Vickytoria quería morir de la vergüenza, pues sabe que habló de más—. ¡Pero no lo dije por malo, ni por ninguna otra cosa, tú puedes hacer lo que se te dé la gana con quien quieras! —La embarajó como pudo su caída hablando rápido como locomotora al jugar con sus dedos—. Y bue-bueno…es decir, tú siempre tratas a todos con formalismo…¡Con eso no te estoy reclamando o exigiendo nada! ¡Solo digo que no es tan peculiar de tu parte ser tan informal! y menos en cuestiones de trabajo y, y, y…
—Lo sé, no te preocupes, solo lo hago con mis amigos. Ella es una vieja amiga, de las más cercanas y como tenemos años de conocernos es normal que nos tratemos así. Y no puedes negar que he tratado de ser más cercano contigo con eso de ser más «abierto», ¿no?
—Si… es verdad… —Expresó—. «Pero no como quisiera, Yuu…» —Calló eso en sus pensamientos.
Los ánimos en Vickytoria decayeron, Yuuri se preocupó un poco al verle su rostro y cuando pensaba hablarle…
—¡Hey! ¡Jefe cuadriculado! —Alessia vio prudente interrumpirlo muy a su manera, además lo salvaba de que la embarrara aún más con Vickytoria—. No es por meterte presión o cortar tu conversación con la linda «Catire», pero tenemos cuatro horas para encargarnos de eso o si no, el viejo nos descuartizará.
—Será mejor que le hagas caso a la capitana Do Santos, Katsuki-san.
—«Otra vez, fue formal conmigo…» —Especuló y luego platicó en voz audible—. ¿Pero y lo tuyo?
—Tío Yakov es un ogro total cuando no cumplen sus premisas a tiempo y lo sabes, ya veré como me las arreglo para confrontar el escrutinio que llevó. —Vicky le guiñó su ojo, aunque de modo inconsciente ella no sabía lo mucho que le estrujaba la conciencia a Yuuri de forma franca—. Hay otros días para coordinar.
—Vickytoria…yo…
—Cuídate, y no hagas esperar a la Capitana. Eso no es caballeroso. —Una vez se despidió, Katsuki se sintió fatal.
Alessia indagaba con cautela las expresiones rendidas en Yuuri cuando miraba con inconformismo esa partida campante en Vickytoria.
—Katsu, querido… ¿Todo bien con tu Pupila?
—Eh… ¿Por qué lo preguntas? —Se expresó tímido.
—No lo sé, ¿Tal vez porque esa carita me dice otra cosa, por ejemplo?
—No me agrada incumplirle mis promesas…
—Pero tú me dijiste que con la de hoy solo han sido dos veces, ¿no? —Yuuri quedó helado por un momento, Alessia metió más coacción al notarse su aura espectral—. Ohhh… ¿Eso me da entender que fueron más? ¡Ay Katsu…! ¡Eso no se hace!
Yuuri negaba todo en automático. Él no se atrevía a comentarle las cosas a fondo y que en efecto, han sido muchas veces con tal de concretar los pedidos a Felstman, lo otro era que las ocupaciones lo tenían tan estresado, que se enteraba por sus secretarios auxiliares de las veces que Vickytoria iba a su oficina a dejarle recados referente al caso de la simbología y debían despacharla con ternura porque pasaba de reunión en reunión. Dejándola sola en el proceso (bueno no tan sola, Plisetsky era su otro soporte) pero igual hay detalles en donde Yuuri era preciso y ambos muchachos al buscarle, siempre tenían la misma respuesta. Incluso le describían la carita de achicopalada que la Oficial de hebras platinadas afloraba al saber que no se encontraba disponible.
Póngale unas orejitas de conejito caído para dar un efecto de culpa mayor.
En ese contexto y con esas metidas de pata, Yuuri conociendo Alessia, le patearía su asiática existencia o le armaría una tormenta en un vaso de agua. Él no quería más «angst» de lo que su mente ya se ha sugestionado. Encontrará el tiempo adecuado para hablar con Vickytoria, aunque agradeció que la pequeña señorita no lo haya fusilado y este tomando sus cancelaciones con madurez.
Solo hay un problema en lo relatado…
—Porque m-mejor no nos vamos ¿Sí? —El hombre quería huir…
—Nada de eso. —Alessia no tuvo necesidad de preguntarle, porque ya infirió todo y Yuuri comprendió el terror de Leo o de Chris al enfrentarse a su lado fiero—. Tenemos algo de tiempo, bombón. —La dama lo capturó por el cuello con varios espectros a su alrededor.
Lo obligó a escupir todo y como supuso Alessia con lo poco que observó, sacó un par de deducciones.
*Número uno: Que lo de Vicky va más allá de un simple reclamo.
*Número dos: Que ese japo tierno pero mamerto que tiene por jefe, no se ha pillado para nada del daño que generó en el corazoncito de la pequeña por ser tan despistado.
Finalmente, el número tres: Que en esta telenovela colombo-mexicana-venezolana a la rusa-japonés… ¡Ella, terminó por ser el detonante de los «celos» encantadores en esa pequeña¡
Yuuri al oírle eso, quedó completamente shockeado.
—Por favor, ¿te estás escuchando?… ¡Es imposible! ¡Completamente imposible!
—¿Oh y por eso ella te reclamó en ruso sobre mi «acaparamiento» o de mi suerte fortuita al estar contigo?
—¿Y tú no estabas en una llamada en ese momento?
—¿Nooo que va? ¡Hablaba con Simón Bolívar y los once mártires! —Fue sarcástica y de la nada maximizó todo—. ¡Mariiiiiiico! ¡Es obvio que estaba chismeado, valee! ¡Eres cuatro ojos, no ciego-lerdo! ¡Esa fue una escena pequeña pero muy disimulada de celos!
—¡Estás equivocada!
—¿Ah sí?, ¿dame una razón para estarlo?
—¡Porque Vickytoria es…! ¡Es….! ¡Es….! ¡Es una m-muchacha bastante centrada aunque no lo parezca! ¡No son celos y punto!
— ¡Pero no seas terco, pana! ¡Tenei las pruebas, para ella soy como una «Ruby» o «Teresa» a vencer por tener embelesado a su marido en mis brazos. —Dramatizó cual actriz bien exagerada, la broma le pudo muchísimo. Yuuri suspiraba pesado por ese sentido del humor—. ¡Piénsalo bien!
—Dos santos…
—¡Mira, te armo el libreto y todo! Ella, es la damita angelical que conoce a un bello y valiente Teniente Coronel, ambos se juran amistad y más adelante amor eterno. —Gesticulo todo con dramaturgia y entonces enfatizó la cosa para peor—. ¡Pero llegó el tormento! ¡Yo, quien soy la villana del paseo y de la nada, te regaña o cambia contigo por mi culpa…
—Le harías la guerra a Phichit con sus fanfics. —Expresó sincero y aterrado.
—¡Yo no sé qué sea eso, pero la vaina es clara, chico! ¡Esa pequeña ni se ha dado cuenta que en sus celos o reclamos de «amiga» a su «amigo» de que tú le gustas!
—¿No lo dices en serio o si?
—¡Dos mujeres y un camino! ¡Jamás pensé reírme tanto con estos amoríos!
—Más bien yo debo darle una disculpa por incumplirle mis promesas.
—Promesas rotas porque te ha tocado ir a todas las delegaciones conmigo, ¡Todas! —Se lo restregó —, y en su reproche, ella supo darme su lapo y seco porque le estoy quitando a su «amigo», «jefe» y quizás «papichulo» muy a futuro, ¡conste que las mujeres celosas son explosivas! ¡La saqué barata con la chama!
Yuuri puso los ojos en blanco y se largó para no escucharle tal disparate en su fangirleo.
—Ahora, con esas reacciones descubiertas en tu catire es tu oportunidad de caerle con todos los hierros, donde hay celos es signo de que le gustas y obvio, los chicos y este pechito te ayudaremos a enamorarla. —Aplaudía su proeza—. Hasta tierna se vio con esos pucheros preciosos cuando te berrinch… ¿Ah…? ¿Este coño de su mae, a dónde se fue?—Miró para todos lados buscando a Yuuri y lo vio re-lejos de su existencia—. ¡Hey marico! ¡Pero no me dejei solaa!! ¡¡No seas ingratooo! ¡Japo desgraciao!
—Esa mujer se volvió loca con tanta novela rara… —Murmuró en español.
¿Su amiga, la conejita? ¿Celosa? ¿Y de Alessia por estar con él? ¡Esa conjetura le era incomprensible! ¡Una muy fuera de toda lógica!
Para él fue claro que Vicky le reclamó por cosas laborales y por sus plantones, si fue raro que le hablase de Alessia pero también ella le aclaró que fue por las informalidades de ambos. ¿No?
Si, lo sé, Nuestro T.C es avispado para unas cosas pero alguien lentísimo para cuestiones del amor. Como dicen por ahí:《No hay peor ciego que el que no quiere ver…》
Entiéndanlo…
Según su raciocinio, ella solo lo ve como un amigo, tal vez uno especial por el vínculo que comparten, pero era realista… Yuuri tenía claro que de los dos, quien sentía cosas por ella, es él y solo él… Así como también es consciente que no deseaba afectarla, en el caso hipotético de que llegase a darse una relación entre ellos por los perjuicios en un país tan estereotipado como Japón.
Dando certeza que no ocurrirá nada, porque ambos son diferentes, son de estratos diferentes, de edades diferentes y hasta de jerarquías diferentes a nivel policial; lo cual es prohibido y por lo mismo, ha tratado de mantenerse «formal» o respetuoso con ella, aunque a veces, se ha dejado llevar en una que otra ocasión por sus sonrisas, su carisma, su calidez y otras cosas que han hecho de Vickytoria, una mujer grande en cualidades y sin igual.
¿Porque habría la casi zarina de Rusia, de andar con un sujeto tan corriente, aburrido y sin color como él cuando puede estar con alguien de su clase como digno de su altura?
Eso caviló en su reservado y apocado ser, lastimando sin querer, su frágil corazón.
—Olvida ese absurdo, Katsuki… Solo olvídalo. —Rió menguando aquel momento y ha proseguir con el resto de su jornada e ignorar los ajetreos de Alessia sobre el tema.

Campos Abiertos de la (T.S.P.A) – Tokyo / Japón
Junio del 2017 – 08: AM (Al día siguiente)
Si Yuuri supiera que esa misma noche su pequeña conejita con un Makkachin de confidente se desahogaba soltando sus suspiros dramáticos y pensando en lo que pasó en el día de ayer, ese hombre no podría darle la cara.
La mañana dio paso a la cotidianidad en la academia, Vicky se veía horriblemente mal, la fatalidad tragicómica se notaba en sus ojos y nariz que estaban rojitos de tanto sollozar como princesa abnegada por el príncipe feo que tiene por jefe, e incluso sus otros amigos como Phichit, Chris, y el resto, la han hecho a un lado por esa mujer roba amigos.
Empezando por un tonto japonés negado a ver lo evidente para ustedes como lectores y para mí como narrador…
¡Oh vamos! ¡Déjenla ser, que alguna vez a ustedes les ha tocado pasar por esto! En mayor o menor medida, los celos se manifiestan. El lío es como expresarlo sin que lleguen a ser obsesivos, y allí, si es de preocuparse, ¡Pero descuiden!
Obviamente los de Vicky son sanos e inocentes, pero dicho sentimiento le costaba, porque no sabía cómo manejarlo y no se siente con derechos para exigirle a Yuuri por algo que a su parecer, se le haría muy infantil de su parte.
Yuuri es un ser humano y como todos, él debía de tener más amigos aparte de ella. Además, que él era un adulto en toda la regla, pero lo mínimo que pedía era una llamada o un aviso de su amigo para que no le dejará allí tirada como a un conejito a la intemperie por tanto encuentro cancelado o de hacerla aun lado. (Claro, allí exageraba un poco) total, adolescente al fin y al cabo.
Sin embargo, Nikiforova tenía algo razón en su querella y Yuuri debió de ser más atento, así como lo es con el resto o incluso con Dos Santos.
Mmmm… ¿Hablando de la Capitana?, ese era otro achaque que le frustraba, pero no en mal plan…
Por lo poco que ha visto, le parece alguien disciplinada y sociable. Solo que no le gustaba que sus compañeros la comparaban con ella y eso la ponía muy mal humorada pero en el fondo, admitía con algo de vergüenza que Dos Santos le daba cátedra en varias formas.
De por sí ya era una mujer bella, madura tanto en cuerpo, mente y edad o que fuese muy inteligente, también le atribuía el que fuera alguien realmente formada en su profesión, lo suficiente para hacer notar la vara alta entre sus capacidades y las de Vicky. Dos Santos siempre estaría por delante y por supuesto, aquello ha hecho sentir más pequeña a Vickytoria o que se adelantara a ciertos hechos sobre su cabeza en cuanto a las preferencias de Yuuri sobre mujeres o su ideal de verse como un igual. Tampoco ayudaba en que ambos ya fueran amigos de años atrás o que se tuvieran una estrecha confianza, es algo que a ella le ha costado y que aún le cuesta tener con Yuuri.
Suspiró la Oficial derrumbándose al suelo con todo y caniche encima. Se deprimió.
—¿Que tengo que hacer para que Yuuri me tome en cuenta como a Dos Santos, Makka? —En su fase más dramática y estando reclinada en una zona verde cercana a los vertederos de agua, le hablaba con sus gotas otra vez a cantaros en sus ojos de huevo frito, a la bella mascota de pelaje cafe.
Esa niña con bocota de corazón tenía una cara chistosa y quejumbrosa, debió pegar la carrera y abandonar lo que hacía en las clases de Richellieu para capturar al perruno corredor porque se le dio por perseguir a varios oficiales que transportaban la pelotas de tenis que usaban en los entrenamientos. (¡Ya lo saben!, ¡perros y su amor infinito a las pelotas!) Tal gracia hizo que su dueña ganara una amonestación del Sub-Intendente bigotón, pero a Vicky no le importó y se fue de largo buscando a la bola peluda café.
De pronto, ella suspendió sus reclamaciones al sentir voces conocidas, eran Yuuri, Leo, Chris, Phichit y por supuesto la nueva/vieja amiga de sus amigos, Alessia. Oculta entre los arbustos cual liebrecilla silvestre y con Makka quieto en primera, escuchaba la vaga conversación de ese quinteto desatinado en los bebederos.
Se enteró de muchas cosas, cosas del pasado, algunas les causó algo de gracia ya que se trataban de su padre Andrei y su tío postizo Kouji en vida.
Le fue gustoso saber lo mucho que quisieron a su papá o de escucharle por boca de todos lo intenso que fue el Detective ruso al profesar el amor que siempre le tuvo a ella cuando mostraba sus fotos de bebé con orgullo.
La han puesto con una boba sonrisa.
En algún punto alcanzaron a mencionar de forma vaga el caso «archivado», su curiosidad se encendió al igual que la chispa azul en sus ojos pues, nunca había oído de ello, y al ver la obstinación con la que hablaban del tema, ella se hizo una nota mental de más tarde, comentarle eso a Plisetsky.
Quien quite y leyendo parte de ese archivo, aceleren las cosas en el caso nuevo.
¡Ah!, pero la parte buena se vino después, cuando rápidamente cambiaron la temática una subida de tono con eso de sus borracheras monumentales o quien del grupo era el peor de todos con ese cuento y ya saben lo que eso significa, ¿no?
¡El T.C Katsuki, estará en apuros!
—¡Yuuri no te hagas el santo!, ¡todos sabemos que te llevas el premio del más peligroso del grupo con los tragos. —Phichit le tiró ese dardo sincero con causa.
—¡Mucho peor que Andrei, cabrón! ¡y conste que ese calvo ya venía descompuesto de fábrica! —Leo aportó su cucharón.
—¡Y ni hablemos de tus conquistas en fase de Eros estando borracho! —Chris le echó más sal en su herida.
—Christopher…
—¡Ah no! ¡Ahora te aguantas, Mon’sieur Amer! ¡Siempre que te emborrachabas te ocurre lo mismo!
—What?! ¡¡Hammp!! —Vicky jadeó ante esa confesión y se cubrió su boca con sus manos de inmediato.
Los demás escucharon el ruido o miraban para cualquier lado pero no vieron nada sospechoso y siguieron con su «mega-hyper-conversación de máxima importancia»
Alessia, por su parte, pensó que la vocecita que escuchó se le hacía muy parecida a la de conejita pero al final desistió como sus compañeros.
—¿Por dónde quede? —El cabaretero rascaba la cabeza.
—Decías que Yuuri al estar borracho, desvirgaba cualquier trinchera.
—¡Leo-San! —Yuuri no tardó en protestarle al gringo-mexicano.
—¡Ah ya! Gracias leo, y no Yuuri, ¡bien tomado le jalas a hombres, mujeres o lo que sea por igual en las misiones de espionaje, no lo niegues!
—¡Obvio, el prontuario de ese canijo es laaaargo! Como la vez que le tocó la jalea a la esposa del narco del cártel de Tijuana para la misión compartida con mi país y pudimos capturarlo por todo el chupo que boto la cuchi-barbie después del arrumaco que le dio.
—¡Leo para con eso! —Se cubrió con timidez su destartalada cara escarlata y no tenía deseos de que ninguno le viera.
—¡¡El tequila te prendió y hace milagros!!! ¡Ja, ja, ja! —Los achaques al nipón fueron innegables—, ¡Y serás borracho, pero no tiene malos gustos! ¡A huevo!
—¿Y qué me dices del amante bellísimo de uno de los líderes del cartel de la droga en Portugal que viajó Akihabara y por petición del gobierno de Ale, pidieron la ayuda al de Japón ? —Chris no se contuvo en seguirle con el bullying.
—¡Hey, es verdad!, ¡El tipo en cuestión, tenía unos ojos gateados muy divinos! —Ale lo recordó.
—¡¡UNA PRECIOSURA!! —Chris no escatimo su desvergüenza.
Yuuri quería morir al cubrirse su cara, por segunda vez.
—¡¡¡¿AHHHHHHHHH?!!!
Se repitió el ruido, Los chicos echaban un vistazo de lado y lado para ver de dónde venía el grito y a Vicky, le cuesta mantener a raya su compostura o de imaginarse a su amigo Yuuri, ese joven serio como cuadriculado en potencia, con esas andanzas. Su lógica le indicaba que esos cuatro chiflados solo bromeaban, pero su corazón le punzaba otra cosa… Aunque…
—¿Y si resultara ser verdad ese lado desconocido de Yuu? ¡Eso sería muy raro y ardiente de ver! ¡Ehhh! —Reaccionó por ese comentario tan espontáneo—. ¡¡¿Ehhhhhhhhhhhh?!! ¡Ahh nooo, Vickytoria! ¡¡¡¿Cómo se te ocurre?!!! ¡Sácate esas pecaminosas alucinaciones de tu cabeza! ¡Es Yuuri…! ¡Es Yuuri…! ¡Es Yuuri!
Se lo dijo así misma constantemente, tratando de no creer lo que escuchó y eso que aún no sabe lo mejor, fue sacada de su trance al oír a un Yuuri ruborizado enojarse y Alessia, Leo, Phichit o Chris se encargaron de aplacarlo diciéndole que gracias a ese revolcón que el Yuuri alicorado de esa época le dio al muchacho, obtuvieron todos los nombres de otros jefes de aquella mafia, los puntos de expendios grandes de droga y la captura exitosa de muchos de ellos.
— «Wow… ¿Quién lo creyera?» —Vickytoria con ese bateo confirmado o que las reacciones de japonés fuesen para peor, no salió de su asombro.
—¿O el de la top model auspiciada por uno de los nuevos Clanes Yakuza que emergieron en Okinawa?! Ese caso fue de mis favoritos. —Phitchit habló de ello con una cara de niño comentando la hazaña de su superhéroe—. ¡¡¡Jamás vi una mujer tan hermosa, si que tienes suerte Yuuri!!! ¡¡Dame tu secretos de borracho para hablar con mi Katrina!!—Lo zarandeó emocionado.
—Sí es para esa bruja mejor no le digas nada, Yuu. —Los tres locos lo rajaron en negación.
—¡¡¡BASTAAAAAAAA!!! ¡¡TIENEN PROHIBIDO HABLAR ESAS COSAS PERTURBADORAS DE MI PASADO O DE MIS PROBLEMAS CON EL ALCOHOL!!!
—¿Pero así que chiste, güey? ¡Nos faltan tus canas al aire cuando teníamos nuestros festejos nocturnos al lograr el éxito total en las misiones! ¡Siempre rompías corazones, así como esa canción que decía…! —Leo recordaba la letra hasta que le atinó—. ¡Ya fue carnal!, ¡Una noche de copas, una nocheeeee locaaaaaa~!
—Igual, nada de eso supera tu primera borrachera. —Phichit lo remató con esa primera experiencia—. Hiciste un número espectacular al quitarte la ropa, tirarla para todos los asistentes y nos bailaste muy sensual en el poledance, tengo vídeos y fotos de eso.
—¡¡Y el premio mayor se lo llevó esta desgraciada!! —Chris se indignó, Alessia fingió inocencia—. ¡¡Exijo una indemnización por daños emocionales a mi cochina persona!!! ¡¡Ya me imaginaba siendo estrujado duro y sin contemplación en la cama por ese Adonis virginal!!! ¡Pero el muy descarado se durmió dejándome vestido y alborotado!
—¡Supéralo, prettyboy! ¡Y créeme que la Ale ebria no se arrepintió de nada de lo que pasó! ¡Oh jo, jo, jo, jo, jo! —Rió cual aristócrata la portuguesa-venezolana—. Más que un Adonis, a Katsu, lo compararía con el chico bonito que hace de Anubis en la telenovela de Ennead, pero volviendo a esto, ser la primera vez de un Yuuri virgen con toque de Eros desatado sin quererlo, fue de mis experiencias más enriquecedoras y la guardaré con mucho gusto en mi corazón libertino.
—STOP!!!! STOP!!! STOP!!! ¡¡¡DEJEN ESE TEMA!!!! ¡¡¡ES UNA ORDEN!!! —Todos rieron por los aspavientos timoratos en el pobre y colorado Teniente Coronel, sin embargo por parte de Vickytoria…
—Alessia y Yuuri… Ellos… —Disminuida por esa simpleza, y con parte de sus dedos resguardando su boca temblorosa, Vicky no acabo de completar la oración. Makkachin trataba de contentarla, pues la expresión corporal en su dueña fue entristecida
Las cartas (de un modo mal expuesto por la sinceridad en los amigos de Katsuki) hicieron que la inseguridad en Vicky creciera y sus posibilidades de hacerle frente a Alessia se vieron desplomadas. Su razón la estrelló a tierra forzandole a pensar de que ella era y es alguien pequeña e inocente a los ojos de muchos, incluyendo para Yuuri; o que Alessia, será una mujer madura en todo el sentido de la palabra y bueno…
Ya no le cabe duda de que su amigo debió de haber tenido amoríos, cosa que vio normal. Pero el que Alessia fuese la primera (según su lógica, porque no sabe a fondo el cómo sucedieron los hechos y ya creyó por default que sí fueron algo) o el que imaginara que esos dos sean más que buenos amigos, quizás hasta la hizo conjeturar a futuro que no se le haría nada «extraño», si ellos volvieran a ser pareja…
«Pareja…» «Pareja…» «Pareja…» La sola palabra le dolía…
¡Oh! y por cierto, ¡repetimos que Yuuri y Alessia nunca fueron pareja y jamás lo serán!
Retomando la narración, Vickytoria ya no quería seguir allí, ella no pidió enterarse o algo parecido, ciertamente eso, la tienen desentonada, mas, ¿cómo le hacía para escapar sin ser descubierta?
Le tocará apelar a su paciencia y esperar a que ellos se fueran primero.
Yuuri les hizo memoria a todos que así como a él, ellos también hacían esas mismas labores por cuestiones de espionaje, pero no por mero gusto y ni porque lo hallara interesante (sus amigos no son tan complicados como él en ese aspecto) en su trabajo le tocaba recurrir a ello, y por eso prefería optar a su estado alcoholizado (o Eros como se le apoda cuando está así) puesto que sobrio, tendría un cuadro de moral y de ansiedad horriblisimo. Con el ceño fruncido, se fue sin dejarlos hablar, Chris, Phichit o Leo se dieron cuenta que se les fue la mano y lo persiguieron tratando de conciliar.
Alessia sorteó por dejarlo desahogar, ya luego le pedirá perdón cuando no esté iracundo, pues este Yuuri de ahora se asemejaba un poco a su Ex-Jefe, el Katsuki Mayor, por consiguiente, hacerlo ahora sería un acto suicida.
Se arregló un poco su cabello antes de partir y los ruidillos o sacudidas en medio de los arbustos (generados por un Makkachin inquieto o de una Vickytoria tratando de controlarlo) le llamaron la atención. Ella estaba por arrimarse cuando una voz estoica la descolocó.
—Disculpe es usted la Capitana nueva del F.E.G.I? —Le preguntó calmado el Subteniente a espaldas de la dama—. Mi subordinado y mi persona la hemos estado buscando para entregarle estos documentos del señor Felstman y algunos nos dijeron que estaba por acá.
—¡Claro que lo soy, joven! ¿Qué des…? —Se volteó rápidamente y al verlo en su sorpresa la rebasó—. ¡NO PUEDO CREER QUE ESTÉS AQUÍ!
—¿Ale? ¡Mmmhhhp! —El muchacho de estatura más baja se vio truncado por los pechos de quien era su prima por parte de su padre y la culpable de que él perteneciera en el mundo policial o que lo apoyase con su relación (del cual solo ha oído comentarios de su lado) dándole moral. Lo separó abruptamente para a verlo bien otra vez—. Oh Meu Deus, Osito! Pelo que bello está Você! ¡Hasta la voz te cambio y todo! ¡Si no fueras mi primo y no tuvieras pareja te presumiría a todo el mundo!
—Ya tengo. . .Veinticuatro para que me nombres «así»
—Ja, ja, ja lo siento, para mi tía, mi mamá y para mi seguirás siendo el osito de la familia, aunque ya seas todo un hombre. —El talante Inexpresivo del Kazajo le da signos a la bromista de su diminuto desacuerdo. Alessia se disculpó y siguió con el saludo.
—Mi Madre, mi tía, mis hermanas y tú son muy exageradas. —Otabek le sonrió, se alegró de ello.
Vicky aún seguía escondida, buscando la forma de pasar por desapercibida, mas no podía y ha de enterarse de más cosas que no son de su incumbencia, no esperó que Altin y Dos Santos fuesen familia. Ladeó su cabeza a la izquierda, desde lejos vio a un Yuri Plisetsky muy arisco, con ganas de querer matar a esa mujer que estaba muy acaramelada o pasada de piña con el pobre de su jefe. No es primera vez que deba espantarle mujeres locas de su camino, en Rusia pasaba algo parecido con los militares y policías al sentirse acosados por las civiles o eso creyó al ver lo que estaba sucediendo.
—Oh-Ohh… Makka, allí huelo un gran problema, debemos huir.
Nikiforova rogó a los cielos de que no armara un escándalo. Ella ha concebido manejar sus crecientes celos, pero de Plisetsky con ese carácter de mierda que trae en su ser, las cosas estallarían para mal.
El ruso se apresuró, carraspeo un poco llamando la atención en esos dos, su mirada felina no le dio buena espina a Otabek.
—¿Algún problema? —La pregunta fue exigente y pesada—. Este lugar no es apto para civiles y menos si van de colados acosando a los demás, ¿verdad Subteniente? —Yuri fue enfático y territorial al resaltarlo con su postura.
—¿Disculpa? —Alessia dio un par de pasos con templanza y risa ladeada.
—Plisetsky… —Beka le habló con ese tono de voz que solo Yura conoce.
Y Alessia al escuchar el apellido que nombró Altin, por segunda vez captó el vuelo de todo, era su pareja. ¡Pero vaya genio de mierda que se carga! En Vicky le parecieron tiernos sus celos o el malentendido por la forma en que se han dado las cosas. En ese muchacho, ¡No! ¡No le gustó su actitud! ¡Y no le gustó que le diera a entender con su sarcasmo muchas insinuaciones!
—Aclaro, que más que una civil, soy la Capitana Dos Santos, para ti…—Lo analizó de pies a cabeza y por fin soltó su escozor—. Tú eres pareja del S.T Altin, ¿Eh?, Yuri Plisetsky.
—¿Me estás jodiendo?
—¿Es ese tu nombre y apellido o no, Carajito? —La dama le miraba confianzuda como si nada, ha dejado al gato amarillo en jaque y rojo a la vez por la forma tan banal como le ha tratado.
«¿Por qué siento este encuentro entre ellos no será alentador…?» —Presintió el Kazajo con sus gestos incómodo y sudando frío.
—Awww, tienes por pareja a un lindo gatito de poca clase, no me agrada para ti. Él fue muy maleducado en pensar eso de nosotros, peor aún cuando yo soy una Capitana de élite y tu mi subordinado sin hacer mención de que somos primos. —No ocultó su desagrado.
Más su lengua viperina o su sonrisa altanera buscaban hacer estragos tomando un falso perfil de mujer indignada para darle una lección a ese rubio de ojos verdes y lo consiguió. El cerebro de Yuri quedó averiado con esa torrente adicional de información, y en lo que se reponía del golpe, Otabek avistó ceñudo a Alessia porque ya le conocía sus jugadas y esta, se corrigió.
—¡Como sea! Conozco a mi bello primo y si te escogió como su pareja fue por algo, así que aspiro a una disculpa decente en lo que te doy un consejo, Gato-celosín.
—¡¿Hahhh?!
Los tics de enojo infinito aparecieron en él.
La mirada de prepotencia, destacó en ella.
Yuri quería ahorcar a esa vieja metiche y no le importaba si era la última Coca-Cola del desierto, de que sea la mencionada «Capitana» o que fuese la prima de Beka. Puede que se haya equivocado pero no le da derecho de irlo a joder como se le venga en gana y menos de esa manera.
—Los celos pueden ser una señal evidente y emocional hacia la persona que amas cuando ésta, de modo consciente o no, favorece a alguien más. —Fue sabia—, sin embargo, de manejarlos como tú los llevas, no son buenos. Demuestran inseguridad y menos, si mal piensas las cosas al no conocer detalles a fondo.
—¿Pero que Carajos? ¡Ni siquiera me conoces para que hables así de mí, Vieja operada! —Sus orejas y cola de gato surgieron.
—Tu actitud malcriada dice mucho… ¡Ah!, ¡y todo lo mío es natural, Gata andróginada! —En ella se veían orejas y cola de leona.
—¡Yurockha! ¡Alessia!, ¡Ya fue suficiente! —Y el más sensato de los tres se metió en medio tal cual como un experto domador.
La imaginación de Vicky, voló, solo faltaba el látigo, un sombrero de copa y un buen mostacho en la cara del señor Altin para completar la extraña y chistosa escena que se ideó.
—¡Deja que la gatita me enfrente!
—¡No tengo problemas en hacerlo, Maldita Baba Yaga!
—¡Y Definitivamente no te quiero para mi primito! —Intentó atraerlo consigo estrellándolo a sus esponjosos melones.
—Lo dudo mucho. —Lo jalo de vuelta a él aplastándole su nariz de golpe a sus lavaderos.
El jaloneo seguía, Otabek no decía mucho pese a que por dentro, sentía que se le complicara el domar a esa leona o ese el tigre entre tanto zarandeo, más el milagro operó cuando Makkachin vio una pequeña ardilla que cayó encima de la boina del kazajo. Algo en ese perro se activó y salió de su escondite directo a los tres humanos y el animalito pegándoles el susto del año. A Vicky no le quedó de otra más que sacar su cabeza con hebras platinadas de la madriguera e inventarse una historia creíble frente a ellos, Alessia quedó muda por un par de segundos aunque con esas hojas verdes por toda la ropa de la conejita, decían otra cosa.
«¡Omg, entonces tenía razón!, ¡Era ella la que nos fisgoneaba hace un rato!»
La frescura leonesca en Alessia al cruzar por segundo sus miradas o que Vickytoria rehuyera de ella con más rojos que un farol, le confirmó por leer esa actitud nerviosa en la chica quien al parecer, no pudo disimular su caída ante ella con la excusa de su mascota escapista.
—«Ay Yuuri, ahora si estás rayao…» —Oh cuando le cuente a Yuuri que esa pequeña se enteró de todo su prontuario clasificado, deberá búscale una camilla.
—Ale. —Otabek le llamó en lo que Vicky ayudaba a Yuri con Makkachin—. Yura normalmente no es así pero tú también fuiste algo imprudente al anteponerse de esa forma.
—¡¡Fui franca, no imprudente y él empezó primero llamándome operada!! —Otabek suspiró y ella siguió—. Y solo porque eres tú, dejaré por hoy las cosas así con ese chiquillo.
—Alessia…—La nota fue clara—, ¡nada de patearle sus partes, te conozco!
—¡Hey! ¡Aún no le he pegado, date por bien servido!
Alessia le acarició su cachete y tomó los papeles en su poder. Ahora no tiene tiempo para perderlo con eso, necesita ver que tan fregado estaba Katsuki con la pequeña y eso es lo que hará.
—¡¡Hey Catire!!
—Ehhh… ¿Di..diga C-capitana? —Tartamudeó esquiva. Parece que no podrá huir de su exilio.
—Ya que estás aquí… ¿Podrías acompañarme a la Fiscalía General?, debo buscar un par de cosas. ¡Dos manos son mejor que una!
—Ahhh…pe-pe-pero yo debo volver a cla-clases, solo pasaba por aquí para capturar a Makkachin.—continuó con su mentira a medias.
—Y por cómo has explicado las cosas, el viejo bigotes no te dejará entrar por lo que hizo ese pilluelo peludo. —Rasco con ternura al caniche juguetón por debajo del hocico. Le agradó esta nueva humana.
—Pero…yo creo que…
—¡Cero peros! ¡Te vienes conmigo y es una orden! —Cubrió su espalda pasando su brazo hasta el hombro ajeno, Vickytoria no estaba a gusto—. Nos vemos primito, te dejo con tu gato callejero y no te preocupes seré una tumba.
—Esa estirada es una bruja de…
—Atrévete a insultarme o te rompo la boca, malcriado. ¡Te lo advierto! —Respondió en voz alta sin mirarle mientras caminaba buscando la salida y feliz porque tenía a Vickytoria para ella sola… Rompió el hielo burlándose de lo que pasó—. ¿Apuesto y ese chico siempre ha sido así de gruñón, eh?
Vicky con rostro tímido asintió, parpadeó un par de veces y su desconfianza creció mucho pese a mostrarse cortés. No sabía cómo tratar la cercanía en la que era su «rival», tampoco sabía cuánto le durará su suerte o si se diese cuenta de la falta involuntaria que cometió al escuchar sus conversaciones. Lo único que pudo hacer era fingir que nada de lo anterior, pasó.

Fiscalía General del Sector de Shibuya – Tokyo / Japón
Junio del 2017 – 10:00 A.M (Mismo día)
Como resultado de los recientes golpes ejecutados por el E.E.I, el E.A y el F.E.G.I. en conjunto del Gaula de la Policía metropolitana Ordinaria de Japón, tres de los nueve fiscales especializados en el Caso Kazuma imputaron cargos en contra de ellos por el delito de concierto para delinquir con fines no solo de extorsión, de hecho, las situaciones profundas y planteada por estos días por Felstman a la Jueza que lidera el seguimiento le ha brindado parte de su aval. Por ello, envió a Alessia a que se encargara del protocolo disciplinario. Sus habilidades en formación jurídica serían indispensables para adelantar lo más que pueda la bancada a los asesores especializados que trabajan para él, y si debía tomar cualquier archivo o documento que fuese de ayuda, le propondría esa oportunidad, de allí a que ella se dirigiera hoy a la Fiscalía precisamente con los permisos que les dio Otabek en su particular «encuentro familiar». Un requisito formal para que ella no le fuese negada el acceso a esos achiveros.
Claro, Alessia aprovechó todo esto a favor para no solo poner a prueba las mencionadas capacidades de Vickytoria que tanto Phichit le comentó, también quería conversar con ella y ver qué tan consciente está sobre sus «sentimientos» hacia Yuuri (los celos de la pequeña son más que un simple capricho amistoso) Por ahora, presumía que la estructura que armará para presionar al Clan criminal de los Kazumas y relacionarlos con el Viejo caso archivado, no demoraría muchos días siempre y cuando escogiera los papeles, decretos y artículos de la constitución adecuados para su propósito.
Makkachin no podría ir con ellas, así que lo dejaron en la guardería especial de la T.S.P.A momentáneamente. Al arribar a la fiscalía, le explicó con pinzas a Vicky de lo que tendrían que hacer, por supuesto, la niña no sospechaba de los hechos reales pero captó lo principal que Alessia necesitaba de ella. Ambas mujeres con sus manos a la obra, revisaron cada pasillo cubiertos por carpetas, libros y estantes enormes, la biblioteca distrital quedaba pequeña entre ese laberinto.
Eran las 2:00 de la tarde, Vicky estaba a dos hileras de donde se encontraba Alessia, leyendo un párrafo interesante que embonaba con el testimonio de los implicados en el caso Kazuma, siendo estos, en su mayoría, políticos que pendían de un hilo gracias al operativo en que ella participó haciéndose pasar por colegiala. Eso permitía que se vieran en aprietos judiciales que estos corrieran a favor de Felstman y por supuesto le facilitaría el trabajo a Yuuri, Chris, Phi, Leo y su nueva jefa. Vickytoria sintió que con eso tendrían un puente asegurado, lo que no espero fue el toparse con cierto sujeto, antes de lo anunciado.
—Tiene suerte que ese libro tenga su versión traducida al inglés. —La voz cuyo acento es británico más no materno de nacimiento y que se oía a sus espaldas le provocó un escalofrío incómodo—. Aunque me causa curiosidad el por qué se detuvo en el Artículo 16.
La Oficial contuvo un respiro y se giró para quedar lo más lejos posible, aunque no fue mucho.
—T.C. Sagara…
—No pensé encontrarla aquí. —El silencio en Nikiforova fue evidente—. ¿Y por lo que veo tampoco piensa rendir sus honores o saludos ante mí?
—Tiene razón. —Nikiforova recordó las advertencias de Yuuri sobre ese sujeto. Apeló a su fingida cortesía haciendo su reverencia—, disculpe mi falta de educación, señor Sagara.
—Con eso me conformo.—El brillo en su mirada era penetrante causándole un desasosiego tremendo en la muchacha.
Sagara estaba en Shibuya entregando sus declaraciones por lo sucedido en su prefectura hace días atrás, aun le caló por dentro las burlas borrosas de Katsuki o que esos subordinados fueran tan vehementes de encararle. El que tuviese la oportunidad de hallarse a solas con uno de ellos, era como tener carne fresca a deshilachar. ¡Mejor aún, que fuese la novata por la cual armaban tanto escándalo!
La charla se ha vuelto fatigada e irritante de sobrellevar en las sonrisas falsas de Vickytoria, solo quería que él se fuera o le dejara en paz, pero el hombre se mostraba insistente en recordarle con mucha intención venenosa de su postura conflictiva. La gota que no pudo contener la rusa en sus adentros fue cuando ese hombre desairaba la perfecta labor en Yuuri y del resto de sus colegas como algo de cuarta. Sí es cierto ella, puede que tenga su pequeño impase (uno muy tonto en su cabeza con Yuuri en estos momentos por ser alguien dramática o consentida) pero mantenía las cosas claras, lo laboral era una apuesta distinta y Yuuri se ha esmerado muchísimo así como los demás para vanagloriarse el rango que traen consigo.
Rompió su silencio siendo como ella suele ser, sincera al punto de verse mordaz ante sus enemigos, y Sagara lo era. Uno bien declarado.
—¿Escuche bien?
—Lo que oyó, señor. —Vickytoria defendió sus ideales muy empoderada—. Usted será muy Teniente Coronel de su prefectura, pero al ser alguien de semejante aire, sinceramente eso de hablar mal a las espaldas de los demás, no le queda para nada bien, ¿no le parece?
—Eres muy graciosa, ¿sabes con quién te estás enfrentando? —Fue acercándose con mucha superioridad mientras la joven retrocedía paso a paso—, te me haces lo bastante inteligente como para retarme, Oficial.
—No pienso arrepentirme o agachar mi cabeza ante alguien como usted.
Cada respuesta de la extranjera le provocaba una llamarada interna de sancionarla a su manera y de enseñarle quien manda en este lugar. Ya estando frente con frente, Nikiforova no pudo moverse porque el estante ha delimitado que su camino en retroceso se había acabado. Sus piernas ya no reaccionaban a sus sentidos, sus manos tampoco. Lo único que no hizo que ella perdiera el norte de las cosas era esa tenacidad o rebeldía que la acreditaban en su carácter. El fuego azul en sus ojos surgía y eso molestaba en demasía al tal Sagara, porque por más que buscaba amedrentarle con sus discursos hirientes, la chica parecía encontrarle una alternativa a sus jugadas.
Ella debería estar asustada y no lo contrario.
—¿Qué pretendes con esto, novata? ¿Buscarle otro problema a tu superior por faltarme al respeto?
—Solo expreso lo que siento y respondo conforme a sus ataques. —Afirmó—, además si es por eso no se preocupe. El T.C Katsuki me enseño que nunca debo inclinar mi mirada ante nadie si no he cometido falta alguna y eso estoy haciendo…
—Vaya forma de promover la voluntad en alguien como tú. —sonrió prejuicioso—. Ningún subordinado me ha contestado así aparte de Katsuki, ¿pero qué puedo esperar de un oficial de sus filas y más si es una mujer que no sabe cuál es su verdadero lugar?
—¿Tiene miedo que esta mujer le arrebate su puesto y su hombría? —Vickytoria fue audaz, Daisuke perdió toda compostura al cambiar su semblante.
Si, se le fue la mano con esa frase arriesgada, pero ese hombre inició y ella, ahora mismo, se encuentra en automático contestándole lo primero que se le atraviese por su sincera cabeza.
—Te daré una última oportunidad de arrepentirte. —Sagara ha de tomarle de modo brusco el mentón de la joven, apretándole gradualmente para hacerle notar en la posición en la que está.
—Declino su oferta. —Vickytoria soporta el dolor, pero también se atreve a sujetarle con su mano derecha parte de la muñeca que ese tipo usaba en su cara, la sola acción le sorprendió y pronto…
—¡Ya la oíste, Sagara! ¡Aléjate de la Oficial o daré el reporte a Katsuki de que estas abusando de tus funciones en su Prefectura!—Dos Santos fue clara con él.
—¿Abusar?, estás equivocada, Dos Santos. —La soltó con fingida delicadeza alejándose de ella al tiempo que la Capitana de mirar fiero llegaba a socorrerla—. La Oficial y yo solo discutíamos un par de posturas en las cuales diferimos.
—Él tiene razón. —Vicky prefirió llevarla fiesta en paz. Sin embargo, sabe que aquello no tiene muy contenta a la Capitana—. No se preocupe Capitana.
—En fin, ahora veo que los rumores son ciertos de tu integración formal al F.E.G.I.
—Lo sé, es una lástima para ti y me veras muy seguido por aquí. Ya deseo romperte la boca en los combates de Élite Imperial.
—Cuando gustes. —Le aseguró a su rival—. Ahora lo único que le diré a usted, Oficial… —Aquí ya señaló a Vickitoria—, es que piense bien antes de actuar y no cause más acciones repercutidas a quien le rindes pleitesía, pero con tanto movimiento patético de su parte lo veo difícil. —Ha de hacer un ademán de despedida y se va perdiéndose en el laberinto de libros.
—Ese tipo es un…
—Capitán… déjelo así. —Vickytoria la sostuvo con ambas manos de su brazo—, se… se lo ruego. Ya pasó. Centrémonos en su trabajo ¿sí?, por favor… —y sus los zarcos azules como sus expresiones imploraban que abandonara el tema o que le echase tierra.
Vicky intentó convencerla dándole una sonrisa, fue una nerviosa, pero lo suficiente para bajarle la neura a la fiera Capitana y que esta también le devolviese el mismo gesto. Ya entendió un poco a Yuuri y su gusto por esa pequeña.
—»Yuuri suertudo…» —Pensó la mayor mientras circulaba por los pasillos buscando una ruta alterna para salir con la oficial rusa y siguió pensando—. «Se portó preciosa al defenderte de ese sujeto aun si está enojada por tus plantones»
En concreto, Alessia tenía que hablar con Yuuri sobre lo de Sagara y que también buscase una forma de disculparse tras dejar a la pequeña olvidada en sus descuidos.
Vickytoria optó por solo dirigirse a lo laboral con la Capitana. Le comentaba de lo que había hallado en el libro que encontró para complemento del caso que llevan (y así desviar el asunto con Sagara) pero Alessia la tenía clara, le siguió la cuerda entendiendo que quiera hacerse la fuerte.
Al tener los permisos, de haber llenado los pre-requisitos y terminar el encargo de Felstman, a esa mujer de cabellera castaña se le ocurrió una idea y de paso pondría su plan chismoso en marcha.
—Ahhhh que fogaje, cosas así hacen que me den una tirra tremenda de comer helado. ¿Te gustaría?
—¿Eh? —La cara de chiste inocente se vio pintada en Vickytoria—, ¿y el trabajo?
—¡Anda chama!, ¡tú tranquila que yo invito, me urge comer algo frío!
—Pe-pero…¡Waaaaah!
Se la llevó a rastras, y no sabe cómo pero ya estaban en una rica heladería a unas cuantas cuadras. Alessia pidió un Bannana Split gigantesco, y a Vickytoria un postre de helado con chocolate, vainilla y fresas. Como buena latina no paraba de hablar de las delicias de la vida con estos aperitivos; Vickytoria, en proporciones más tranquilas, comía como toda una señorita refinada y muy decente su helado.
Ni en sus más mínimos pensamientos se halló verse así, auxiliada y departiendo de los más ameno con quien se supone que es su «rival» y casi futura pareja del Japonés, Vicky se sumergió en sí misma reflexionando un poco de lo ocurrido.
Alessia no ha sido para nada descortés, en cambio, ella se mostró muy esquiva desde el inicio y todo por andar con subjetividades… Ella creyó en su interior de que si Yuuri llegase a entablar algo «serio» con la Capitana o de retomar lo que vivieron alguna vez en su pasado, no se opondría… Se la merece. Ambos lo merecen.
Sin embargo, el hecho de pensarlo o incluso de verlo concretado, le quebraba tanto como un cristal roto y aún no sabe por qué…su cabeza ya había creado un nido de inseguridades o de sugestiones sin tener la certeza de que esos dos son solo amigos y no lo que ella pensaba.
Alessia observaba atenta al manojo entristecido que tenía frente a sus ojos, se cambió de puesto poniéndose al lado suyo y solo cuando ella le rodeó con su brazo (como le era costumbre al hacerlo con sus amigos) fue que Vickytoria pudo volver en sí.
—Sagara debió decirte cosas muy pesadas para dejarte así, lamento no haber estado desde el inicio.
—¡Ahhh! ¿Yo?, ¡No, no! —Se sonrojó y aminoró. Pero el que Alessia pensara eso, era mejor a que descubriera su razón real—. No haga caso. No es la primera persona que suele criticarme así y no creo que sea el ultimo… Ya me ha pasado antes cuando era Danseur en Rusia con muchas «de mis colegas» en ese ambiente, y no es muy diferente a lo que me hacen como Oficial en Japón.
—¡Pues, esos que te critican son unos estúpidos de primera clase y no me extraña esa actitud de Sagara contigo! Él siempre ha envidiado a los hermanos Katsuki, al fallecer Kouji se la ha montado a Yuuri en todos sus logros y buscará la forma de joderlo, ya sea directamente a él o con sus subordinados.
—¡Y precisamente por defender a mi Yuuri días atrás en Taitō, fue que él se ensañó conmigo!
—«Ohh, así que «su Yuuri»… ¡Que tierna!»… —Su corazón se emocionó.
—No iba a permitir que ese insípido de poca monta decretara falsos juicios sobre su labor y…
—¡Oh si, tu Yuuri es una maravilla de persona pequeña! ¡Me encantó cuando le dijiste aquello de no bajarle la mirada, quedo arrechísimo!
—What??!! —Internamente maldijo su ligereza—. ¡¡Es decir, quise decir que Katsuki-San, es mi amigo y solo eso!!
Vickytoria pronto se percató de gran error que cometió al nómbrale de esa manera tan informal, el carmín de sus malares por completo emergió y solo quería una cosa: ¿En dónde estaba el bendito Shinkansen para que la arroyara cuando lo necesita?
Alessia sonrió con esa cara de mensa y ambos puños debajo de su barbilla esperando el chisme.
—Hey tranquila, sé que eres muy cercana porque lo conoces desde niña y para ese workahólico cuadriculado eres una amiga especial. Has sido la única que en poco tiempo logró romper su barrera aislada o en hacerle ver que sí puede revelar su vieja amabilidad. Ninguno de nosotros podía sacarlo de ese estado, y gracias a ti se pudo. —Se acomodó muchísimo esa mujer con mucha confianza al poner su codo en la mesa y usar su puño de apoyo en el cachete redondo que posee.
Alessia le habló que los chicos, Leo, Phi y Chris le dialogaron cosas muy buenas de ella, le expresó sus «gracias» por hacer que su viejo amigo amargado gradualmente volviera a ser quien era mucho antes de lo acontecido con su hermano. Aunque tampoco se le escapó cierto asunto en mención.
—Y sobre ciertas cosas que escuchaste cuando estabas en esos arbustos buscando a Makkachin, no pienso mentir, si pasaron.
—¡Ah!…¡J-J-J-Juro que no fue mi intención oírlos! ¡Es que…!
—Lo sé, descuida. —Alessia rió—. Esto no me incumbe, pero sí me gustaría aclarar que tienes unos superiores, incluyéndome, muy particulares y que somos excelentes amigos, solo espero que no tengas una mala impresión de nosotros. En especial de Yuuri o de mí. No somos buenos manejando el alcohol y ya vez lo que nos ocurrió por culpa de tu papá, ¡Yuuri jamás lo perdonará!
Alessia (a medias, porque no se la dejará fácil a Yuuri) le dio unos visos de sus historias etílicas y parte de que a ese par les pasara «aquello» fueron por las ocurrencias de Andrei en vida, Vickytoria rojísima, no sabía qué decir al respecto y ahora se sentía súper pequeñísima por dos cosas:
En primera, no todos los días hablaba abiertamente del como la virginidad de su jefe fue perdida de la manera más disparatada; empezando por ella misma, nunca ha estado con nadie y en segunda, que los remolinos mal hallados qué infirió de Alessia se diluyeron en grandes proporciones con su sinceridad, le ha demostrado una vez más ser una persona altruista, para nada odiosa o ninguna «roba amigos» pese al modo de ser tan salvaje que exhibe.
—Admito que… no deja de sorprenderme.
—Yo asumo que ese japonés cuando se arme de valor, te comentará muchas cosas, dale tiempo.
Alessia y Vickytoria seguían conversando, ya la pequeña estaba más relajada y la Capitana contenta, pese a ello, no podía ignorar el tema de Sagara y de inmediato, le advirtió que lo que hizo ese pelele fue un gran abuso e incluso hostigamiento injustificado, aquello no es correcto y pretenderá decírselo a Katsuki apenas lleguen a la academia
—Por favor, no le diga nada, Capitana Dos Santos. —Vickytoria se inquietó de saber sus intenciones—. No deseo generarle más problemas a Yuu… digo, a Katsuki-san de los que ya trae.
—¿Y dejar que ese tipo se vuelva a encontrar contigo y repita lo mismo? ¿O que lo haga con otro subordinado? —Aquí fue algo dura en su hechura, pero solo así podría hacerla entender—. Lo siento, linda, me estas pidiendo un imposible y sí conoces bien a tu jefe amargado, sabes que él repudia ese tipo de actos injustos. Veo apropiado que Katsuki le ponga un freno.
—Y también sé cómo se pone cuando son cosas relacionadas conmigo. Ya lo he metido en muchos problemas en este año con el hecho de aceptarme en sus filas, por favor, no se lo diga… En serio Yo… deseo realmente no ser un foco de distracción en su buena gestión, tampoco me gustaría perjudicar a mis compañeros…—Su voz fue disminuyendo, igual que su ímpetu—. Incluso… aún sigo pensando el por qué el T.C Katsuki me mantiene «aquí».
—»Oh chama…» —Alessia solo veía una jovencita tratando de verse lo más fuerte posible cuando en realidad cada día le costaba, más, más y más superponer esa fortaleza.
Vicky con su mirada al suelo, y cadejo cubriéndole su tristeza, fue franca y en su despiste se abrió un poco al comentarle lo que sucedió con ella, su ingreso, el problema que tuvo meses atrás por su inmadurez o de su complicado reintegro. No la ha tenido fácil y cada día lo confirma preeviendo el rechazo directo en muchas autoridades.
Lo otro era que no dimensionó el tocar ese asunto con la capitana, quizás lo hizo porque vio que su actuar y gestos para con ella son genuinos, y así le inspiró confianza.
—Por más que cumpla mis misiones a la perfección o que me esmere en hacerlo bien, los superiores a los que Katsuki-san le rinde cuentas y las otras prefecturas siguen rechazándome… Debió devolverme a Rusia cuando podía… A veces siento que él… cometió un error en reintegrarme. —Vicky miraba al suelo, y sonreía con toques lamentables.
Alessia sabiendo esto, la remontó a su época de juventud, le cerraban las puertas o no creían en ella, y congenió mucho con la conejita tocándole esa vieja fibra.
Soportar las críticas, tragárselas en silencio o no expresar como quisiera las opiniones que tiene al respecto, nada de eso fue simple de asumir… El único camino era ser fuerte. La diferencia que ve en Vicky es, que ella ha de sentir que debido a sus acciones, temía causar algún daño que perjudicara a los demás.
Teniendo esa índole palpable, necesitará dialogar con Yuuri y que este hablase con ella, para que le hiciera entender que no debía temer del que dirán. Tampoco debía temer por lo que pudiese pasar, Sí Yuuri la tenía en sus preferencias como una de sus mejores Oficiales de Élite más jóvenes en sus filas, no era por el hecho de ser la hija de Nikiforov o su amiga, y menos por «ser una linda carita», lo conocía de sobra.
Vicky labró su propio camino y consiguió todo por mérito propio. Eso es algo que Yuuri valoraba por sobre todas las cosas.
—De acuerdo, por ahora no le diremos nada al amargado de tu jefe.—Vickytoria realzó su rostro sorprendida cual niña con su mechón cubriéndole un ojo y sus labios rosados entreabiertos—. A Cambio me llamarás Alessia «a secas», nada de formalismos. Pero, si descubro que Sagara se vuelve a topar contigo o hace sus insinuaciones, deberé romper mi promesa y comentárselo; no está bien que te guardes o pienses esas cosas en tu cabeza. Tú no eres el problema, son ellos…
Vicky agradeció mucho ese gesto, lo agradeció demasiado.
Cuando Alessia y ella caminaban de regreso para tomar un taxi con el resto de postre, Vicky le sostuvo por el brazo y sintió el deber confesarle su sincera opinión.
—¿Qué ocurre, catire?
—Gracias por escucharme Capitana y… perdón. —Eso fue todo lo que se le ocurrió—. Perdón por meterle en problemas o que yo… pensara algo errado de usted cuando hizo todo lo contrario. —Y esta vez la curva en sus labios si fue risueña y genuina, además que todo el conjunto en el rostro de la señorita de hebras platinadas era tan dulce como la miel.
—Claro…
Vicky avanzó un poco más animada y sin esa cruz encima que cargaba parando el transporte que les regresaría a la academia. Mientras, Alessia de pie y atontada, pareció no funcionar.
—«Estoy viendo un ángel, marico»… —Quizás «apendejada» sea la palabra correcta y en números extraordinarios—, «¡Coño y no puedo coquetearle! ¡Cónchale Jesús, que vainas, eso no se vale!» —Lloraba suavecito y con ahínco reprimido mandando sus quejas al Dios de los cristianos—. «¿Por qué no me la pusiste en mi camino mucho antes? ¡Ni modo! Espero y Katsu haga algo de servicio, sino se pone trucha y sigue con sus embarradas, ¡se va a quemar!
Rogaba en verdad, que Yuuri no la marañe más de lo que la tiene.

Biblioteca Distrital de Shibuya – Tokyo / Japón
Junio del 2017 – 08:00 A.M (Sábado por la mañana)
—¡Vicky-San…espera! —Un Japonés se la pasó recorriendo medio campus vacío.
Por ser fin de semana la mayoría de los estudiantes salían a distraerse y los Oficiales del F.E.G.I tenían ese día libre para hacer lo que quisiera, había poca guardia como poca gente por lo que podría alzar su voz al llamar a unos metros delante suyo a la rusa que bellamente encandilada por su falla estratosférica, no le hacía caso, y de hecho, ¡lo ignoró!
—¡Vicky-San, lo siento! ¡En serio… Yo…!
—¡¿No tiene trabajo que hacer, señor Katsuki?! —La señorita lo fulminó usando su apellido con esa sobriedad de primera dama.
—»Katsuki, ahora si la liaste …” —Se regañó a sí mismo—. ¡Espera!
—¡Lo dicho! ¡No puedo creerlo marico, se lo advertí y el carajo no hizo caso! —La venezolana negaba incrédula y hasta ha simpatizando con su colega rusa por la despistadota monumental de Yuuri.
Ella fue más atrás por ellos.
Tal y como se lo predijo Alessia a Yuuri, el muchacho por no coordinar sus fechas debido su obsesivo impulso workahólico, volvió a cometer la falla de no avisarle a Vickytoria sobre la cancelación de su encuentro en la biblioteca distrital en la tarde del viernes. Ella sabía que Alessia no tenía culpa, sabía que era una buena amiga de Yuuri, pero aún seguía esa pequeña e infantil inseguridad en su corazón de que en ambos, se diese algo por esos encuentros cercanos y tan repetitivos (que en si, no era porque ellos quisieran, ya sabemos que es por Felstman) e igual deben cumplir órdenes y por todo lo que supo tras escucharle sus anécdotas peculiares.
Se halló mal por pensarlo pero no puede evitarlo.
Y lo otro era que Yuuri con su apática actitud de (primero lo laboral y lo demás al caño) la tenían cansada. Sí comprende que las reuniones o los asuntos que llevaba son importantes pero nada le costaba hacer una llamada y decirle: “Hey, lamento no poder cumplirte en el día de hoy, Зайка. me surgió un impase, aplacémoslo para más luego”
O al menos un mensaje de texto o audio por Whatsapp.
Sí lo hubiese hecho el viernes en la tarde o en la noche, hoy sábado no armaría su revuelo, pero no…
Ese japonés sigue sin aprender.
—¡Yuuri malvado! ¡Ya van once veces, eso no es amazing! —Caminaba a paso pesado con sus mejillas empojadas, y los puños apretados, jura que de tenerlo al frente le dará un buen golpe en la quijada y no estaba bromeando.
—¡Perdón!, ¡no volverá a ocurrir!
—¡No te creo nada, mentiroso! ¡Déjame sola!
Ese hombre estaba desesperado, Dos Santos iba a una distancia prudente en caso de que Yuuri o la conejita necesitaran ayuda en su reconcilie, en pocos minutos habían pasado por la zona norte del coliseo de combate, entró por allí para cortar camino al otro extremo, los implementos u objetos de entrenamiento estaban afuera y cuando Yuuri pidió una vez más por sus excusas, Vicky no dudo en tomar uno de los almohadones de ejercicio de ese lugar para tirárselo en toda su nariz o por todos lados,
—¡¡Auch!! ¡E-e-eso dolió!
—¡SÍ TE VUELVES A ACERCAR SOLTARE LA ALMOHADA, USARÉ UNA ESPADA Y HARÉ PICADILLO DE CHUBBY AL AMIGO QUE TIENES EN MEDIO DE TUS PIERNAS, KATSUKI YUURI! ¡PUEDES APOSTARLO! —Esa arma mortal empuñada en sus manos o el lindo puchero daban veracidad a sus palabras. Luego soltó la almohadilla y siguió su pasarela histérica.
—¡Vickytoria, escúchame!
Alessia contuvo su risa desquiciada, ni por la droga más fuerte se pintaría una escena tan chistosa con ese japonés corriendo bases gracias a la coneja. Era épico, parecían esposos en plena pelea marital y esto debía contárselos sí o sí, a Chris o Phichit…
Yuuri hizo un último esfuerzo para alcanzarla por la ruta que caminaron por primera vez juntos el día en que su pupila obtuvo su condecoración de Oficial, aprovechó un descuido, y así sujetarla desde su cintura, pues estaba a espaldas de ella; Vickytoria patealeó, le gritó y lo insultó llamándole “tonto amargado”, Yuuri aún exponiéndose a que pudiera morderlo o darle manotazos fue valiente y se enfrentó a esa pelusa platinada.
—¡Te soltaré si prometes no golpearme en la nariz!
—¡Déjame y obviamente lo pienso hacer! ¡Suéltame Katsuki!
—«Ella sigue llamándome por mi apellido, eso no es bueno” —La resignación y su cara de derrota fue contundente.
Yuuri de algún modo hizo que se volteara para así contener mejor sus golpes, Vicky estaba roja y casi a punto de llorar por su rabieta, Yuuri se sentía culpable.
—En serio… Yo… Perdóname…
—¡No quiero!, ¡no te creo!, ¡déjame sola!, ¡vete con tus papeleos a otro lado!
—V-Vickytoria… —Los regaños le dolieron.
—¡Ya suéltame! —Al fin se liberó, respirando con pausas para no arremeterlo a golpes y se arregló su mechón con dejo frustrado y lagrimeando.
Ah genial, ahora si Yuuri se sintió un completo imbécil.
—Está claro que aun sigues sobreponiendo tus normativas delante de los demás. Lo mínimo que te pedí en estos días era una simple llamada en caso de que te pasará algo extraordinario. Una llamada, solo una. Pero ni eso recibí y perdí mi tiempo como una grandísima tonta, Katsuki.
—Sé que fue mi culpa, yo lo sien…
—¡No puedes venir y pedir disculpas como si nada, no cuando ya me has dejado plantada más de diez veces!
—E-e-escúchame…
—¡Het!, ¡y si buscas compañía, por ahí tienes a tu bella Capitana para ti solo, estoy segura que la señorita Dos Santos se sentiría disgustada sí le haces lo mismo!
—¿Ehhh? ¿Pero qué tiene que ver Dos Santos?
—¡No mucho!, pero es obvio que a ella, aunque sea por órdenes de mi tío, si le has cumplido y no las has plantado. Byeee querido~~
A Vicky ya le importaba poco o nada sus celos o su revoltijo furioso y nuevamente emprendió su huida limpiándose sus lagrimas rápidamente, Yuuri agrandó sus asiáticos ojos de la conmoción.
¿Entonces si era cierto lo que le decía Alessia? ¿Entonces ese día Vicky sí estaba celosa?
—¡¡¡VICCHAN!!! —Se puso al frente, sosteniendo firme sus hombros de lado y lado o sin saber qué rayos estaba haciendo pero necesitaba salir de dudas.
—¿Ahora qué? —Le miro con fastidio en su capricho infantil—. ¡Suéltame! ¡Y te prohíbo llamarme así, ese apodo es únicamente para mi Yuuki!
—Etto… S-sé que todo lo que está pasando es mi culpa. —El joven estaba avergonzado.
—¡Awww dime algo que no sepa! ¡Yuuri no baaaaaaka! —Alargó esa vocal “apropósito” y le pellizco sus cachetes de mala gana poniéndoselos hinchados; igual, eso no lo detuvo para lo que estaba por preguntar.
—Pero… ¿Si estás consiente que Dos Santos no tiene la culpa, no?
—Lo sé muy bien, es solo que… — «ella tiene la suerte que aun sí no haya pedido trabajar contigo, le cumples y a mí me dejas como un cero a la izquierda…»
Casi lo decía, prefirió morderse la lengua y no ser evidente.
—Olvídalo, Katsuki. —Miró hacia otro lado con su mohín, y ese comportamiento a Yuuri lo volvió a dejar en shock.
—¡¡Vicchan, respóndeme con la verdad!!. ¿E-e-estás… celosa de Alessia porque ella ha estado más conmigo que yo contigo, cierto?
—¡¡Aaaaaahhhh!! —El rojo en Vickytoria la delató.
—¡¿Eh?! ¿Entonces si era eso? ¿ESO ERA VERDAD? ¡¿ESTÁS CELOSA PORQUE NO ESTOY CONTIGO?! —Obvio que sí lo era, ¡lo era! Más bien Yuuri no lo creía en medio de su valiente torpeza.
—«¡Cooooooooooño esas cosas no se dicen, maldita seaaaa!» —Alessia se llevó sus palmadas a la cara, Yuuri se tomó lo de encararla muy literal.
—¿SABES QUÉ? ¡SUÉLTAME ANTES DE QUE TE DE UNA PATADA Y DEJE A TU SOBRINO SIN TÍO, PORQUE TE MANDÉ AL HOSPITAL! —Aquí el distraído superior sí le hizo caso como por inercia a la voz de mando en Vickytoria.
Terminó de nalgas al suelo tras asustarse con el crujir de Vickytoria y se fue con un humor de los mil demonios para la academia de su rollito. Quedó en recogerlo a las diez, puesto que se había programado con Yuuri mucho más temprano para su trabajo en la biblioteca, pero ya saben que en que concluyó y Ale quería golpearlo cuando vio que no había “conejos” en la costa.
—¡Por kami! Ella… Ella sí estaba…
—¡¿CELOSA DICES? ¡¡¡CLARO QUE ESTÁ CELOSA, PERO LA JODISTE A LO MAL!!! ¡¡¡JAPO BALURDO!!!
—¡¡¡Itaiyoooo!!! —Se sobó su pobre cabeza tras ese coñazo y lo sentó de un jalón en una de las bancas.
Alessia, le reparó todo en un salvaje español latino, lo regaño feísimo, lo mandó a cualquier lado porque ella se lo advirtió, ¡pero no! Él niño mimado de Hasetsu no hizo caso y siguió como si nada. Ahora que ya es consciente de lo que forjó por ser tan “él”, de que Vickytoria realmente lo celaba y de la magnitud en su despiste; ella terminó de despertarle parte de sus dormidos sentidos con el siguiente comentario.
—¿Dime sí es que no quieres a esa linda conejita? ¡Porque yo si le doy y me estoy conteniendo solo por ti, querido! ¡A mí no me afecta el que sea ilegal!
—¡¡ALEEEESSIA!!
—¡¿Qué?! ¡Es verdad!, esa chica es el prospecto de mujer que me gusta y que le encantaría a cualquiera: tierna, femenina, buenísima y arrecha. Así que te lo volveré a repetir, —Y ha de lanzar la típica frase de callejeros, por algo Altin o ella, son primos—, ¿La vas a conquistar o no para hacerlo yo?
Yuuri no podía con sus movimientos acartonados, la nueva torrente de información era demasiado para procesar, Alessia sabía que con él tocaba ser directo, puede que el estilo de Phichit funcione pero es muy demorado, necesitaba acciones rápidas.
—Mira, Yuuri, sabes que no tengo pelos en la lengua para decirte las cosas, a mí me queda clarísimo que esa pequeña te trae loco y alborotado, sino, ni la persiguieras en el campus o te aguantaras la pataleta que te armó. —Él la observó acusador, ella se defendió—. No me mires así, que para jodidos en esta vida son los japoneses. ¡Tú no te quedas atrás!
—¡Eso no es cierto!
—¡¿Ahora que coñazo te pasó por tu pajúa cabeza?! ¡Eso que hiciste no se hace, caramba! ¡Sabía que eras nulo en romance pero no pensé que tanto, hombre! —Lo hundió mucho más y Yuuri se empequeñecía hasta parecer una cachorrito castigado—. Con algo de suerte, aun tienes posibilidades de ser perdonado y de recuperar su amistad si actúas rápido y te comportas como el príncipe que eres, la debes.
—Sé que debiste de ver todo, casi me mata… No creo que me hable en un buen tiempo.
—¿Entonces te rendirás? ¿Así nomás? ¡¡NO SEAS COBARDE, CABEZA E’ HUEVO!! —Katsuki ha de quedar estático con el canto estrellado en su cara—. No quiero presionarte, pero Vickytoria es una lindísima jovencita que llamaría la atención a cualquiera, así como sus padres lo fueron en vida y sí sigues con esa jodida actitud, la vas a liar.
—Si te das cuenta, ya estoy liado.
—¡De pana que estás necio! —Se sentó a su lado—, ya hablándote seriamente, allí donde la ves toda molesta contigo, tienes posibilidades de cuadrar con ella. ¡No te niegues a lo evidente! ¿Por qué crees que te celó conmigo? ¡¡Porque te quiere mucho!!, tanto, que por la forma en la cual hace dos días me habló de ti cuando estábamos en la fiscalía, pude ver que no es simple admiración amistosa. ¡Le gustas! ¡TÚ LE GUSTAS!
—¡Eh! ¿En serio… lo crees? —Algo se averió en él y a esa Capitana le ha parecido dulce la expresión de cachorro esperanzado en su superior.
—Te apuesto lo que quieras a que ya siente cosas por ti y no lo sabe. Es cuestión de mover las fichas gradualmente. Así se dará cuenta y te corresponderá; pero ahora la tienes más liada que antes.
Yuuri no le entendió y Alessia sin tapujos en su cara burlona le tiró la bomba que en el momento que ellos hablaban de sus borracheras y anécdotas lujuriosas ese mismo día, una coneja por andar de oreja traviesa, escuchó todo.
—¡¡¡¿Eeeeehhhhhhhhhh?!!! ¡¿Dime que no es cierto?!
—¡Lo siento, tu conejita lo sabe todo! Hasta lo del revolcón entre nosotros y… ¿Eh? ¿Yuuri?… ¡¡¿Muchacho, qué tienes?!! ¡¡¿Estás pálido?!! ¡¡¡Ni se te ocurra privarte aquí, carajo!!! ¡¡Auxilio, le dio el Beri-beri a este man!!
El gran Teniente Coronel, aquel que libró batallas a muerte y que gozaba de una prácticidad austera, perdió color… Su alma quien sabe a dónde paró con su mísero infortunio, Alessia alterada lo zarandeaba, le gritaba su nombre y no daba señal de regresar. ¿De todas las cosas que Vickytoria habría de enterarse de su persona, previamente eran esas obscuras tragedias que tanto trató de ocultar?
Sí antes le costaba expresarse de modo abierto con ella, no cree poder darle su cara ni de tener tal confianza para ir más allá, sabiendo que Vickytoria conoce su problema con el licor, de esa curva peligrosa de su pasado o que sus celos se cimentaron el triple teniendo a Alessia en la mira por… bueno, ¿No hay necesidad de explicarlo, verdad?
—No puedo creer esto… ella debe pensar que tú y yo tenemos algo…
—¡Vamos Yuu…! ¡No es tan malo! ¡No creo que te juzgue por eso! ¡Yo ando feliz de que aún no me armara peo, aunque se mantiene un tanto a la defensiva!
—¡Solo a mí me ocurren estas cosas! —Dialogaba nefasto consigo mismo—. ¡Algo hice mal en mi otra vida y ahora pago mi karma!, ¡no me siento capaz de buscarle!
En su trance de tinieblas y con las manos en su cara muerto del bochorno por el cual se acaba de enterar, no lo dejaban razonar. La dama negó sonriente, su amigo es alguien extraordinario y muy ejemplar, pero se olvidaba que a veces sus inseguridades cuando lo atacaban de esa forma, lo superaban hasta lograr que pensase en negativo o se auto-lacere durísimo. Ella le nombraba pacientemente sin dejar a un lado esa buena vibra que le caracterizaba. Le trazó las cosas de tal forma que Yuuri en sus presiones, fuese tranquilizándose.
—Vuelvo y te repito que no te adelantes, sé que ella te quiere en sus enojos, y para mi es obvio que tú la amas, a tu manera.
—Yo…
—Es amor… Acéptalo, Katsu. —Puntualizó y su amigo se sonrojó. Alessia continuó—. Si de verdad la amas y quieres estar con ella, lo primero que tienes que hacer es arreglar sus diferencias, pues no la tienes sencilla por los desplantes que le has hecho en tu distracción y en eso, ella tiene razón. Luego, cuando veas que todo mejore, ve a tu ritmo para subir al siguiente paso.
—¿Si…guiente…paso?
—¡¡Conquistarla, claro!! —Le dijo ella en su experiencia y él solo quería esconderse—. Un coqueteo de vez en cuando, una miradita matadora o esas acciones bonitas que hacen de ti un noble galán, ¡Vamos chico!, ¡ya sabes de lo que hablo!, ¡ve por ella! ¡Y no te hagas el bobo que se te da muy bien sin necesidad de estar ebrio! Phichit y Chris me han dicho un par de hazañas que has orquestado con esa niña a solas, picarón.
El caballero cobarde giró su rostro, no pudo con su pena, Alessia rió con ganas.
—En caso de que ambos hablen y por casualidades del destino toquen dicho tema que ya conoces bien, sé sincero. Solo dile que eso pasó hace muchos años en un momento de borrachera juvenil o que entre nosotros solo hay una fina amistad y camaradería profesional.
—Eso lo entiendo…
En momentos así agradeció la paciencia que la Capitana ha tenido con él o que lo hiciera sentar un poco su cabeza, Phichit ya se lo ha dicho, Alessia igual. Solo le costaba enfrentar su realidad o lo que seguiría, sí se le daba por“avanzar”
—Aun así, sabes lo complicado que resulta todo esto para mi… Yo… No sé si pueda…—Apretujo sus rodillas con sus manos muy ansioso y su ánimo bajó—. No sabiendo que me juegan en contra miles de tropiezos. Cada vez que la veo y sus joyas azules me observan, son luces de paz que amortiguaron mi alma, en cambio, ¿quién soy yo para opacarla con mi nula presencia?, solo…encuentro defectos en mi ser roto o aislado… No sería justo que por mi culpa le hicieran comentarios indecorosos a sus espaldas y yo… Yo no me considero lo suficientemente digno para estar a su lado.
—¡Si lo eres! —Alabó su virtud, no le gusta oírle hablar así tan duro de sí mismo—. Eres más digno de lo que piensas, y añadiría lo “noble” al expresarte así de Vickytoria. Es… primera vez que te veo hablar de esa manera tan abierta o romántica de alguien. La Catire te dio duro, ¿eh?
—Ni yo sabía que podría hablar así, ¡ahhhrg! ¡No lo sé!, Yo… —Se retiró sus lentes y deslizó la palma de su mano por todo su cabello, denotando lo abrumado y estresado que estaba—. Me siento a la deriva sin saber qué hacer…
Alessia solo veía a alguien honesto y primerizo que se aventuraba en el juego amor.
—Yuuri, sé que esto que te voy a preguntar, ya lo hizo Phichit pero quiero que me lo digas, ¿La amas?—Lo confrontó.
Se tomó su tiempo para contestar, se tomó todo lo necesario para analizar esa pregunta que lo punzaba día tras día, finalmente sonrió con timidez y en su acto resguardado solo dijo un: “No lo sé…”
—Eso en tu idioma reservado es un “si” y es decisivo para mí.—La Capitana esperaba algo así de su torpe, amable y enamorado superior. Se ha de poner de pie y Yuuri no perdió de vista a esa mujer—. Y te diré un consejo en cinco palabras: “¡Que te valga verga todo!”
Yuuri pensó que esa franqueza en los latinos era única.
—¿Qué son ciertos años de diferencia y quién carrizo es la sociedad japonesa para juzgarte? Vickytoria es menor en teoría, eso lo sabemos pero no es una niña y ni tiene seis años, lo que no te hace un depravado de serlo, sería la primera en encarcelarte. —Fue directa con eso—. Quizás la única desventaja que lleva Vicky en su contra es que demuestra ser despistada al probar situaciones como esta por primera vez. Sin embargo, su instinto y corazón por muy inexpertos que sean, se están dejando llevar por algo bonito gracias a ti. Y todos nosotros te conocemos lo suficiente para saber que eres la clase de persona que jamás jugaría con los sentimientos de alguien.
—Eso en la jerga de Leo sería un: “Chinga a su madre” —Soltó aquello para calmar la euforia en su compañera y de pasó su tic ansioso…
—¡Nada mal! ¡Estás mejorando tu español! —¡Y lo logró! Ella volvió con su idea—. Ya si es por cuestiones de conciencia o madurez, en Rusia o en otros países, la edad consensual para estar con alguien es a partir de los dieciséis, ella cumple con el requisito y diré que es una chica bastante madura para su edad, mucho más que un adulto promedio; y si nos vamos a lo legal, ella tiene diecisiete, este año cumplirá dieciocho. ¡Que no jodan!
—¿Entonces, tu solución es que debo salir a escondidas con una ilegal?
—Yo opino que luches por ella, que seas su novio y que le dejes el chispero a medio Japón poniendo tu relación pública cuando ambos lo consideren adecuado y san se acabó. —Tal vez fue chistosa pero Yuuri sabía que lo dijo enserio.
—»Nunca cambiará…”—Suspiró y a su vez habló—. No es tan sencillo como lo pintas, Ale-san. Aunque agradezco tu intención. —Le devolvió una tímida sonrisa.
—Está en ti callar lo que sientes debido al miedo o dejarte llevar por la libertad de amar y enfrentarlo, tú decides. —Le tiró esa balsa al agua—. Pues yo no puedo decidir en algo que es de tu competencia, al menos medítalo y chécalo.
No habló más del tema, Katsuki callado nuevamente retribuyó su gesto.
—Por cierto, antes de que te vayas debo decirte otra cosa más y es una muy importante. —Eso llamó la atención en el asiático.
La extranjera pensó con pesar un: “Lo siento catire, no puedo cumplir lo que me pides”
Más debía cortar el problema que tiene Vicky de raíz y eso se haría siempre y cuando Yuuri estuviese al tanto de la situación.
—Deberás mantener a raya al idiota de Sagara.
—¿Hmm? ¿Qué hizo ahora? —Todo en Yuuri cambió.
—Solo prométeme que al menos, lo manejarás con mesura…—Esa frase no le gustó para nada a su superior.
Confirmó sus sospechas cuando Alessia le explicó que ese mismo día en la fiscalía, Sagara en su suciesa abordaba a la Oficial con palabras crueles o comentarios fuera de lugar por sus procesos policiales o cosas de otra índole donde lo involucraba a él. Yuuri solo la escuchaba muy serio, para Alessia era indiscutible la cólera que él emanaba de su iris marrón. Lo que sí no pudo tolerar fue la forma en que Alessia le desglosó los últimos sucesos o del momento de fragilidad que ella presenció en Vicky diciéndole que solo ha sido una molestia.
Vicky es mucho más que eso, por más enamorado que Yuuri este de ella, su parte racional daba por sentado que la Oficial se ha vuelto una pieza fundamental para todos sus hombres y camaradas en el F.E.G.I
—Ella mantuvo su mirada fuerte, y supo contestarle, pero si llegó afectarle. Aunque esto de Sagara solo fue una muestra, puesto que con tal de no perjudicarte ti o al viejo Felstman, ha venido guardándose muchas cargas de otras personas que la juzgan a nivel laboral. Ella anímicamente no se encuentra bien, Yuu…Nada bien. De a poco se va ahogando.
—Te creo… No es primera vez que lo hace, es… Igual que Andrei para ocultar sus preocupaciones. —Se irguió con porte y continúo adoptando una actitud neutral—. Sin embargo sabes que no pienso dejarle las cosas tan fáciles a Sagara. Está es mi zona, no la suya; y el resto que venga con apreciaciones mal habidas a mis oídos deberán enfrentar las consecuencias, así de simple.
—Yuuri me lo prometiste…
—Intentaré, pero no puedo prometerte nada en concreto, Dos Santos. —Fue sincero y sin rodeos—. Y si lo que te preocupa es Vickytoria, no la interrogaré… aún. —Advirtió—. Le hablaré en su debido tiempo… Quiero darle espacio para que sus ánimos se restablezcan, también quiero llenarme de razones con ese sujeto, y quiero hacerle entender a ella que es buena en lo que hace, que no debe pensar esas insinuaciones y que no me importa lo que opinen los demás.
—Así se habla. —Todo en la Capitana se destensó—, y espero que esa determinación que me expresas, también la uses cuando decidas ir a ella por asuntos de «aquí» —Señaló su corazón—. y no laborales.
El vaho flexible de Yuuri no demoró, sus amigos no desistirán hasta que él tomase las riendas de una vez por todas en lo que sentía por la señorita de ojos azules.

International’s Shibuya Art Academy (I.S.A.A) – Tokyo / Japón
Junio del 2017 – 09:00 A.M (mismo día)
Vickytoria podrá tener los ojos puestos en el pequeñín violinista que interpretaba su solo con la proeza de cualquier adulto que llevase años y años de experiencia. Mas su mente, esa que últimamente le jugaba mala pasadas, se encontraba hundida y enredada en un callejón sin salida.
La señorita fue sin pensarlo dos veces a la academia de Yuuki, se supone que ella estaría a las 10:00 A.M, hora en la que termina el niño sus clases, para así llevarlo a pasear tal cual como se lo prometió en esta semana y no antes. Pero con la cancelación tan estrepitosa y descuidada de su ronda investigativa, (cortesía de un Yuuri despistado) cambió el rumbo de todo y ahí la tienen.
Sentada en una de las sillas del anfiteatro donde departía con otras personas, como padres, tíos, o abuelos del grupo de ballet infantil, que danzaba al son del violín del más pequeñito de la orquesta juvenil. Ella mientras le miraba, tranquilizaba su descontento por el como Yuuri ha manejado este rollo, pero lo que más le pudo fue la desfachatez de su pregunta.
Mordió con insistencia la uña del dedo pulgar y su inquietud no se eliminaba. ¿Tan visible fue para ese hombre? ¿Tanto para preguntarle eso?
—¡Yuuri insensible!, ¿cómo se atreve a decirme eso? ¡Jum! —Empojó muchísimo sus cachetes o ese rojo sobre su piel a causa del bochorno, no la abandonaba.
Las prácticas de Yuuki habían terminado, el niño ya se había encontrado con su señorita y ella le esperaba pacientemente en una de las esquinas de la salida mientras que Yuuki, guardaba sus cosas en el maletín. Vickytoria continuó con ese arrebato carcomiéndole su estado mental y cada minuto que pasaba se hacía más propensa a armar su típico drama ( Nikiforov tenía que ser) no por gusto, el concepto en sí mismo era uno inverosímil que no podía aceptar. Lo que sí tenía claro, era la piedra enorme que le daba, que Yuuri le cometiera tantas fallas seguidas, (y si son solucionables, más él, las pasó por alto) Que Yuuri no hiciera nada al respecto para arreglarlo, que su capitana en medio de todo haya sido más comprensible, y por mucho que ella no tenga velos en el entierro, su imaginación no dejó de recrear las miles tareas que esos dos realizaban.
—¡Tonto caribonito… con su tonto rostro perfecto y de… ojos marrones bonitos! —Resopló en disgusto y su flequillo platinado se espolvoreo, seguía enojada, de brazos cruzados y reclinada de espaldas sobre la columna que sostiene parte de la infraestructura que sostiene el lugar—, como si él o lo que haga con la señorita Dos Santos me importara.
Se persuadía a sí misma de ello, pero sabe muy en el fondo que no es así… Que si le importaba.
Si le importaba lo que pensara o los aprecios que le tendría como amiga u Oficial, pero últimamente no debería darle tanta matraca al desarrollo que él o Alessia llevaran bien como tal. Su mente sabía que son amigos de años, pero su corazón y ese sentimiento raro de su parte, no han hecho más que ponerla irritada.
« ¿Estás celosa de Dos santos porque no estoy contigo, Vickytoria? »
—¡Demonios, no estoy celosa! ¡No puedo estarlo! —Lo negó una vez más dándose cuenta que alzó mucho su voz o que algunos de los acudientes que transitaban por ahí se la quedaban mirando. Aquello pudo con ella, con su cara hecha un poema y su pobre corazón acelerado.
¿Por qué sigue pensando en esas cosas tan raras?
¿por qué le ocurren solo con Yuuri?
¿Acaso la vida le quiere cobrar todas las incomodidades
que le hace pasar en sus clases o algo así?
Pensó, y pensó, y pensó y pronto no sabía la causa, razón o circunstancia, a su memoria llegó el comentario que Dos Santos le soltó a Plisetsky por ese mismo dilema.
« Los celos pueden ser una señal emocional hacia la persona que amas cuando esta, de modo consciente o inconsciente, favorece a alguien más »
—Una persona amada… —Abrió sus ojos al musitar eso, dándole las vueltas necesarias. Al rato todo en ella estalló—. ¡Ay no…! —Se llevó sus manos a la boca de la impresión—. Eso… no es… ¡No, no no y no! ¡No es posible! —Negaba con su cabeza vertiginosamente de un lado para otro y con sus puños al pecho—. ¡Yuuri es mi amigo! ¡Él es mi amigo y mi jefe! ¡Y-yuuri no….No puede g-gustarme!
Afirmó con duda, pero también le vino a su antiquísima memoria de conejo las conversaciones con Plisetsky días antes con ese mismo tema, de las cosas que le dijo en medio de su ponzoña creyendo que solo la molestaba y que en realidad si le había detectado su interés hacia el «enano amargado» como suele decirle. Junto las piezas, sus acercamientos, sus cuidados o el que le demostrase un cariño más allá de lo amistoso. Todo engranaba…
— ¿O será que…Yura tenía razón y ya me gustaba? —Dirigió ese interrogante consigo misma—. ¡AHHHHHHHHHHHHH YA NO SÉ NADA, ME MUEEEEEEROOOOOOOOO~~!
Se tiró al suelo hecha la mártir, preocupada, asustada, alterada y quién sabe qué otras cosas tenga en sus pensamientos la pelusa conspiradora. era como si toda nube se hubiese despejado. Indistintamente su personalidad ingenua, las señales de los celos aparecieron con ese tercero en medio de esa persona con quien parece simpatizar, (Yuuri Katsuki, el Severo T.C) Alessia fue el detonante principal y aun si ella no es la culpable directa de lo que a Vicky le esté pasando con Yuuri o de los rasgos egoístas que la conejita descubrió al verse relegada porque su amigo ya no compartía con ella como antes. Esas lagunas fueron primordiales para que reflexionara sobre sí de verdad la estima que le tiene a Yuuri es «amistosa» o «algo más que amistosa»
Divagaría la reina del drama en mundo de los conejos, a no ser que un dedito pequeño tocara el remolino divisorio de su flequillo y cabello platinado, sacándola de onda, alzando su mirada confusa, y ver de quien se trataba.
—¿Vicchan, estás bien? —Su mini príncipe japonés de carita redonda fue el de la chanza.
Le preguntó aquello porque tenía como tres minutos de verla desparramada en el suelo cuál peluche desordenado, Vicky en su arte de disimular chistosamente las cosas cuando anda en aprietos, le explicó que estaba bien y por estar tan concentrada pensando sus asuntos, fue por eso no se percató de su regreso. Eso fue suficiente para que Yuuki se contentara y Vicky se prometió por el día de hoy olvidarse de sus «enredados conflictos existenciales»
El tiempo corría, el día no acababa, ya tenían de estar un buen rato de estar jugando en el parque de Shibuya, y en ese momento Vicky se le dio por comprarle algunos aperitivos y muchos dulces a su niño, Yuuki estaba muy feliz, su señorita estaba con él, le vio practicar, además de jugar, comer y faltaban por hacer otras cosas divertidas ¿Qué más podría pedir?
Los amiguitos de Yuuki: Rossy, Dylan and Rock, coincidencialmente estaban en el mismo sitio con sus papás y fueron a saludar a Vicky como a Yuuki, pero cierto recordéris llamó la atención en la más grande del grupo cuando Rossy le expresó a Yuuki que si ya tenía el poema listo para el evento.
—¿Poema?
—¡Sí, señorita Vicky! —Dy se adelantó, Yuuki se puso muy rojito a como lo hace su tío. —Verá …tenemos un evento especial a finales de Julio y ese día, a Yuuki le toca cerrar con un poema para su t…¡¡MMMHHHMMMHH!!
—¡NOOOOOOOOOOOO! —Yuuki tapó la boca de lo otro en el acto usando a Kobuta chan—. ¡No se lo digas!
—¡AHHFFF!, ¿pero por qué? —Dy se quejó al soltarse del pequeñín.
—¡Porque es vergonzoso! —Cubrió su carita con sus manos, mas el dulce bermellón que surgió no lo pudo ocultar.
—No le veo nada de malo en leer un poema para los papás. —Rossy le apoyó.
—El señor Yuuri deberá escucharlo ese día con todos los papás. —Concluyó Rock.
—Y no sé si pueda hacer eso delante de mi tío y los demás señores. S-son m-m-muchas personas.
—«Ooowwww… ¿Así que esa eso? ¡Cosito, eso es tierno!» —El aura rosa en Vicky apareció, comprendió la situación.
Los tres chicos, terminaron de decirle todo a Vickytoria y acabaron por delatar a Yuuki, que la maestra de japonés decidió escoger el poema de Yuuki porque fue el mejor de la clase e iría como acto final para la dedicatoria a todos los padres de la escuela. Claro, hay niños cuyos papás pueden ser sus abuelos, padrinos, hermanos mayores o como ocurre con Yuuki que lo cuidaba su tío «Yuu»
La señorita solo escuchaba los ánimos y apoyos que estos le daban al pequeñín, sin embargo, Vicky vislumbraba que su niño al guardar los rasgos tan reservados en Yuuri como cierta timidez, se le dificultaba expresarse abiertamente para detalles como estos, los niños ya debían irse y dejaron solos a la dupla sin igual, Vicky en su gracia no perdía esa sonrisa en el rostro por los gestos hermosos y nervios de cachorro en un Yuuki muy apenado aferrándose a su peluchito por ese inconveniente.
—¡Vamos Yuuki!, ¡Gamba! ¡Gamba! ¿Sí puedes tocar el violín para muchas personas?, ¡Podrás con tu poema! ¡A esos papitos les gustará!
—Pero…yo no sé…Si a tío Yuuri le guste que yo le diga…Ahamm…Etto…
—¿Papá?
Yuuki asintió muy efusivo y con más pena. Vickytoria pensó que ese rollito es un encanto y que Yuuri tiene suerte de tener a un nene como él.
—Yo no creo que ese “zorro amargado” se enoje porque le llames así.
—¿Y ahora que te hizo tio Yuu, Vicchan? —Indagó inocente.
—Digamos que ando muy enojada con tu tío, el zorro regañón. —Repuso en respuesta la niña mimada sacando ese mohín de sus labios o cruzándose de brazos.
Yuuki sabía que si su señorita lo llamaba «zorro amargado» o «jefe antipático» u otros apodos resaltando su lado regañón era porque su tío Yuuri se metió en un serio problema.
—¿Y lo que hizo tío Yuu fue muy pero muy malo? —Yuuki se empezó a asustar y la abrazó. —Porque ustedes siempre me dicen que los amigos no se pelean. Tú y tío Yuu se quieren mucho y yo los quiero mucho, mucho, mucho,mucho a los dos. ¡No me gusta que peleen!
—“Aawwwwwm, no puedo con Yuuki. ¡Es igual a su tío cuando se pone tierno!, ¡no se vale!”
Vickytoria sintió la culpa recorrerle en forma de prácticidad infantil, esa criatura inocente sabe cómo darle con guante blanco.
—No te preocupes, tu tío y yo no es que estemos del todo peleados, pero Yuuri debe arreglar sus problemas solito conmigo.
—¿Y no puedo ayudarle?
—Ahhh~ ahhh~. —Le negó con su voz cantarina—. Sin ayuda de nadie porque son…
—¡Cosas de gente grande! —Completó muy vivaz el pequeño de rostro redondo.
—¡Muy bien, Yuuki! ¡Buen niño! y así como esa vez de la foto, me debes prometer que no te vas meter y que te vas a portar bien, ¿sí? —Ella sacó su dedo meñique y el pequeñin asintió obediente juntando el suyo.
—Entonces, tampoco puedo ayudarlo con «esto» —Yuuki sacó un bonito regalo envuelto en finos papeles, y se lo dio a Vickytoria.
Ella al tener eso en sus manos dio una ojeada al niño quien sonriente le hizo el gesto de abrirlo, sus ganas la mataron y al revelar lo que había allí dentro su expresión cambió a una deslumbrada. El conjunto de ropa era sencillo, un vestido blanco en algodón fino acompañado de una chaquetilla manga larga hecha del mismo material en color rosa lucía bordados de conejito además de los accesorios como ganchitos o pulseras. Vicky tomaba esa tela entre sus manos, la seguía detallando con más cautela y maravillada de tal presente. No es que se sorprendiera tan fácil con cosas como esa, (En Rusia tiene una colección de ropa de primera clase para ella sola) tal vez el hecho de que fuese un regalo del hombre por el cual estaba experimentando nuevos sentimientos la dejaron pasmada, puesto que Yuuri en sí, era una pelota para este tipo de cosas.
Con carita de cachorro y muy ilusionado, Yuuki le dijo en secreto que hace poquito, su tío Yuuri lo compró cuando le acompañó en unas de sus funciones como una muestra de gratitud a ella por ayudarle en el mes que se hallaba enfermo.
—¿En serio?…— Vicky tenía toda su guardia en bajo con un brillo de admiración en sus ojos, hasta su perfil se suavizó, y no despegaba su vista de ese vestido.
—Yo lo escogí, porque sí lo hacía tío Yuu, buscaría uno con colores muy feos como sus corbatas y después le pegarías muchos peluchazos. —El escalofrió recorrió todo su cuerpecito, detesta sus horribles corbatas.
—¿Y por qué no me lo dio?
—Porque a tío Yuu le daba mucha pena entregártelo. ¡Yo se lo dije y se puso más, y más, y más rojo, Vicchan! Así que me dijo que lo hiciera pasar como un regalo mio y te lo entregara, ¡Pero no le digas que yo te dije o me regañará!
—En…entiendo… —Una sonrisa tonta en sus labios acorazonados apareció así como ese bombeo acelerado en su latir y pensó—: “Yuuri Katsuki… ¿Cómo pretendes que siga enojada sí sales con estas complicidades? Eso… eso no es justo”
¡Okay! Quizás Yuuri consiguió un buen punto por medio de Yuuki entre tantas fallas cometidas durante estos días por la linda intención. Quizás sus emociones sensibles le están jugando a su favor, más aún no tiene la batalla ganada. Vickytoria es alguien orgullosa y mínimo deseará ver que ese muchacho logre por sí solo, su redención ante su magnánimo ser. ¡No se la dejará tan fácil!
Agradeció a Yuuki por ese hermoso regalo y prometió no decir nada al respecto guardando su secreto, y sin más, ella regresó al punto en que quedó.
—Sobre lo otro, a ese amargado le gustará que le llames «papá» en un día tan especial como ese, sería una sorpresa muy bonita de tu parte. Es más, estoy segura que a tus papitos en el cielo tampoco les molestaría, porque saben que tú los quieres tanto como lo haces con tu tío. ¿Sabes?
Vickytoria le explicó muchas y muchas cosas para que Yuuki rompiera aún más esa timidez que trae, y ha avanzado; pero el proceso era largo. Al final le recalcó nuevamente que no tuviese miedo de llamarlo de forma cariñosa las veces que él quisiera y nombrarlo como su «papá» era una de esas, porque Yuuri más que un tío consentidor, es y será su papá. No de sangre, pero sí uno que lo quiere y lo cuida aunque sea regañón y trabajara muchas horas.
—¿Tú lo crees? —Yuuki le habló muy quedito y le miró con un brillo curioso en sus ojitos marrones sin soltar su peluchito—. ¿Tú crees que… le gustará m-m-mi poema y que le diga p-p-papá?
—¡Tú señorita nunca miente y puedes apostarlo! —Fue muy chistosa tomando una pose ganadora. Ahora Yuuki sintió muy feliz de la emoción—. ¡Es más! —Chasqueo los dedos por otra de sus brillantes ideas—. Podría ayudarte con tu recital y podríamos mejorar tu poema para que se lo enseñes a tu profesora, aún queda mucho tiempo.
—¡Yeiiiii! ¡Gracias, Viccchan! —Yuuki se le abalanzó hacia ella de un brinco. ¡Su señorita era la mejor del mundo!
—¡Wow! Espera! ¡Ja ja ja! —Terminó el suelo con ese pilluelo sobre su ser y su sonora sonrisa se expandió.
La escena maravillosa, una de la cual Vicky disfrutaba mucho la hizo olvidar de todos sus disgustos hallándose en plenitud con el lindo pequeñín, más la linda latente que recién descubrió. Sin embargo…
Sfx: Flash!
A metros de distancia de donde ese cuadro feliz se encontraba, la cámara profesional volvía enfocar directamente al rostro de la rusa y del niño en sus brazos. El obturador resonaba con ese sonido y nuevas imágenes eran constantemente replicadas por unos sujetos de vestimenta obscura casual. Uno de ellos sacó un Samsung desechable, acto seguido procede a llamar a su jefe quien estaba en tierras europeas (Inglaterra), exactamente en algún complejo laboratorio cuya fachada fantasma (bien constituida) le accedía estar fuera del alcance de las autoridades.
Los hombres de bata blanca, comprendidos por médicos cirujanos, neurólogos, científicos de alta procedencia o todo aquel a favor de la ciencia trabajaban incesantemente por ensamblar lo mejor que pudieran, al nuevo espécimen de sus experimentos que evolucionaba bien tras intensas cirugías de implantes masivos, al igual de los dos voluntarios que ya se toparon en esa vivencia dolorosa en su humanidad otra vez y que por consiguiente, esta ocasión fue menos martirizante.
La llamada se abrió paso al oído de su receptor, su compañero queda atento a las novedades y el otro solo daba una simple pregunta.
—¿Y bien?
—Creo que le gustará lo que le enviamos, Oyabun-Sama.
Los Yakuzas de segunda categoría pertenecientes al Clan Kazuma, enviaron su seguimiento al correo predestinado del Saiko-komon (Raven) como al Samsung desechable de su Oyabun (Akón)
Raven fumando en la tranquilidad de su puesto, usó el ordenador holográfico de la organización, sus manos al aire presionaban teclas virtuales o movían los archivos de un lado a otro hasta hacerlos visibles en el holograma, Akon constató aquello mirando con fijación las imágenes sin dejar de prestar atención a los datos recolectados que mencionaban sus lacayos.
—¡Perfecto! ¡No los pierdan de vista, buen trabajo!
—¡Como ordene, Oyabun-sama!
Raven no dejó de reparar la insinuación o el destello de los ojos afilados de su hermano repitiéndose en su aplomada cabeza de que si él se comporta así, es porque lo que ha maquinado le está dando resultados. El archivo que tiene frente de por si, le causaba una tremenda curiosidad, una que a leguas no se da a esperar.
—Te veo sonriente. —No escatimó nada en dirigirse al hombre que está a su izquierda.
—¿Te parece? —Akon mantuvo su buena racha y no lo ocultó—. Revisa la ultima foto.
Raven lo hizo y su sorpresa fue grande al ver a la oficial teniendo a un pequeño con ella, cuyos rasgos les eran muy familiares al de cierto enemigo que comparten en común, él regresó su mirada a su hermano mayor, Akon no habló pero sus gestos y esa sonrisa malévola continuaban vigente en él. Raven comprendió todo.
—Vaya, ¿Ese Policía tiene un hijo?
— «Sobrino», «hijo», ¡Lo que sea! ¡Me da lo mismo! ¡Vive con él y eso es lo importante! —Respondió con seguridad Akon al acercarse con su hermano.
—Con esto confirmas tu teoría, ahora no solo esa chica parece ser su punto débil, el pequeño es un gran plus. —Expuso Raven desde su lógica—. Al elaborar nuestro plan y usándolos a ellos como carnada, la cabeza de Katsuki rodadará a nuestros pies. Con él fuera del partido, destruir a su división se nos hará más sencillo.
—Créeme que es lo que más deseo.
—No te nubles Akon. —Raven lo centró—. Recuerda que nuestro pellejo depende del cómo hagamos nuestros golpes, si fallamos una vez más, ¡Tryannus nos matará!
—Lo sé… pero lo mio con ese tipo, es personal. —Su presencia siniestra remarcó lo que estaba por ocurrir—. Cuando destroce a ese crío que es lo que más ama en su vida y me quede con su perra Oficial para follarla o romperla las veces que quiera, me daré por bien servido.
—Si tú lo dices…
—Eso le enseñará a no meterse en mi camino o con nuestro Clan.
Raven se encogió de hombros restándole peso a sus caprichos, y continuó revisando el material. Por su parte Akon, contaba las horas, los minutos y los segundos para regresar a Japón y dar fin al hijo de puta que le ha liado en todo a su clan. Debía esperar a que Jay C, se estabilizara o que su cuerpo no rechazara las prótesis cuyo material hidráulico contaba con lo último de la nanotecnología, debía esperar en su ansiado ser que todo se organizara, de cubrir cualquier infortunio y de entregar su alma al diablo para hacerlo, lo hará…

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Continuará…
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Vocabulario Cultural o Idiomático ( Cortito xD)…
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*Tapón de alberca : En venezuela, esto se usa para referirse a personas «bajas de estatura» xD Leo y Yuuri mantienen sus estaturas parecidas al anime XDDDD soo NO LE PIDAN MUCHO A ALE XDDD
*GAULA = Es algo neto de la policía de mi país, Los Grupos de Acción Unificada por la Libertad Personal «GAULA», se les puede considerar como unidades de fuerzas especiales de la Fuerza Pública de Colombia. en este caso los militares y la policía (y recuerden que en el fic, la policia de Japon la dividimos en dos Ordinarios y Elite Imperial)
* Baba Yaga = Del Folklore Ruso, es una anciana sobrenatural que vive en las profundidades del bosque ruso que engaña sus victimas, se puede considerar como una bruja. sooo xD yura quiere morir joven jajaja.
*M’onsieur Amer! / 「 monseur amier」 = Del Francés, Significa «Señor Amargado»
*Oh Meu Deus, Osito! Pelo que bello está Você! = Del Portugués, Significa «¡Oh Dios mio, Osito! ¡pero que bello estás!»
*Зайка / 「 zayka」 = Del Ruso, Significa «Conejito»
*Estar rayado (rayao)= Eso en términos venezolanos significa quemarse o joderse.
*Tarugada= En México significa hablar bobadas.
*Tirra = en Venezuela dicha expresión puede indicar dos cosas, la primera es «fastidio» hacia algo (muy parecido a Ladilla) y la segunda iría como un aumentativo para enfatizar algo (una tirra de calor, tirra de frío y así)
Para info de carácter técnico policial, pueden ir al botón que dice (Vocabulario del Fic)
🔥N/De Shary: HOLA AL PUEBLO ¿¡Cómo están!? ¡Yo aspiro a que bien! ¡Don MOF regresa al ruedo! ¡Estamos por el Capítulo 21 y contando!, y tuvo 27.000 Palabras :3 (¡Con la nota del final + vocabulario me quedo en 27.772 Juemadreee!!! Alv xDDD)
Bueeee, voy con lo propio: ¿Les gustaron los dibujitos pal cap 21? quise irme a la fija con dos dibujos (en este caso ambos representan escenas muy importantes)
Celos es lo que pienso cuando veo a otra chica, ¡tengo celos!~~tarantaran tara~ ¡Celos! xD
Aaaaay, me encantó desarrollar celos bonitos en vitya fem xDDDD, lo malo fue que debí usar a Ale como violín en el asunto (lo bueno es que al ser como una hermana mayor de Yuuri, esos dos no harán nada xD más bien Alessia le dará los jalones de oreja a Yuu por no ponerse las pilas con vityaa) jaja pero créanme valdrá la pena!!! miren que ya la pequeña está siendo consciente de lo que siente xDDD SIIIIIIIIIIIIIIIII, pero el mendigo de Sagara no me la deja en paz D:
Vimos algo del antecedente judicial de Yuuri con el alcohol xD Dios mio!!! y también que Yuuri tomara la iniciativa en su discurso para sacar como sea a la luz esa organización y del dueño quien los dirige… Yakov no se opuso porque sabe que esto es algo que Yuuri ha estado deseando por mucho. Simplemente Yuuri serio badass me puede ❤
Por cierto, se puede decir que en este punto, aparte del rumbo bonito de nuestro Yuuvik, la historia ya tomó otros tintes, sobretodo por la escena final DE VITYA Y YUUKI siendo vigilados D:… si lo sé, soy una hija de su mamá xD pero ya saben que ser troll va en mi y mi beta igual me dijo eso xD pero por si las moscas, la protejo usando mi vieja y confiable trinchera xDDD

Eso me lleva a las siguientes preguntas. Chan chan chan:
-¿Qué cosas creen que pasarán en el cap 22? (porque se viene el preámbulo de los combates imperiales mientras mantienen su investigación xD)
-¿Yuuri obtendrá el perdón de Vitya por ser tan él?
-¿Será que Vicky con ese nuevo sentimiento que está descubriendo, se le dificultará ver a Yuuri como antes? 7u7
-¿Plisetsky y Dos Santos tendrán más peleas xD ?
Pregunta extra: -¿Será que nuestro bebé Yuuki tendrá el valor para llamar a su tío, «papá» asdksajgdsa? ❤ -se muere-
Todo esto y mucho más en el próximo capítulo !!!
PARA FINALIZAR:
1) Infinitas gracias a Salem por ayudarme con el beteo de este capi TOT
2)Podrán saber de adelantos y cosas sobre mis fanarts en mi fanpage de facebook “StarsDub’s” y también los invito a leer otros fics que llevo por allí en Alianza YOI, u otras como Inkspired, o AO3.
4) Si tengo dedazos de redacción, o alguna corrección que hacer, ¡Díganme! la idea es mejorar q_q y que estos capítulos estilo biblia para ustedes queden bonitos, gracias ❤
5) ¡Nos vemos en el que sigue! ¡¡¡Cambio y fuera!!! ¡¡Muchos Saluditos a todos!!
Atte: su servilleta, la Shary : D