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MOF – 🔥Cap 19🔥


Shary POV’s: Hola, si has llegado hasta aquí por medio de AO3, espero que puedas disfrutar esta bella historia y les recuerdo que la version corregida estará en ALIANZA YOI e Inkspired.

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🔥 Capítulo 19: ¡Asimilando Cambios!
🔥 Autora: Shary
🔥 Re-Beteo y Arreglos: Shary, Salem y Liz Nikiforov
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Casa del T.C Katsuki – Tokyo / Japón
Finales de Mayo del 2017 – 10:00 AM (Domingo en la mañana)


Después de dicho acontecimiento, los días en Japón se han mantenido en una gran incertidumbre, sin descartar la siembra de expectativas con respecto a las autoridades competentes del FPJ o F.E.G.I que seguían la pista de los fugitivos que han de tener azotada a Shibuya (El Clan Kazuma) y realizaban sus rutinarios interrogatorios a los capturados e implicados en la emboscada para dar con su paradero. El mutismo hermético se hacía evidente y cuando al fin contaban con que la ventana les diera la luz o señal alguna de sus hallazgos, estos se desplomaban como si la tierra se los hubiera tragado. Más la insistencia no disminuía, aquello solo aumentaba el grado de complejidad al que eran sometidos.

Si hablamos de la T.S.P.A, esta era operada por los docentes de campo con mayor rango, así como la maquinaría del F.E.G.I que pasó a manos de Chulanont y Crispino mientras Giacometti estuviera de regreso de su estadía en Rusia o que Katsuki, como jefe de línea, terminase su recuperación por completo. No ha sido tan caótico como el par de Capitanes se habían sugestionado, pero al menos, bajo las directrices de su General han sabido sobrellevar el terreno. Sin embargo, la acompañante que estaba un costado del risueño ente de la ley, estudiaba minuciosamente los hechos con lupa.

Mari Katsuki, Abogada Penalista y hermana mayor del zorro (ese, el Teniente Coronel hijo de la prácticidad), no se tragaba «entero» el cuento completo…

—Así que… ¿Dices que el cuadriculado que tienes por jefe y que yo tengo por hermano no ha ido a trabajar porque según tú, está bajo amenaza de alguien más? —La mujer de perfil duro como la roca, alzaba su ceja incrédula y fumaba con disfrute el cigarro que disponían sus labios…

—¡Exactamente, Mari! —Respondió el moreno—. ¡Y eso es bueno! ¡Al menos ya no debes sacarlo de la oficina como otras veces, ja, ja, ja!

Phichit fue a recogerle a una de las estaciones de Shibuya. Ella sabía la rutina, debía ir a las instalaciones de la academia para sacar a patadas al terco de Yuuri de allí y obligarlo a reposar cuando le sucedían esta clase de inconvenientes, pero al escuchar por boca del hámster que eso ya no sería necesario, lo observó con una cara asombro que luego pasó a ser una de total desconfianza.

Yuuri, aun con heridas, es de los trabajadores extremistas, nunca lleva el control de sus medicamentos con cuidado y por esa misma razón es a ella a quien le toca el trabajo pesado de enfrentarlo con carácter. Ahora, si ponemos todo desde un abanico con su intervalo de posibilidades, calcula por anticipado que conoce demasiado a Yuuri como para saber de qué alguna cognición de fuerza mayor lo mantiene atado de manos para no encontrarle en la oficina y que vayan directo a su hogar.

¿En serio?

¿Su Yuuri?

¿Su hermanito?

¿El Katsudón renegado?

¿En su hogar?

¿Y descansando o haciendo caso a las indicaciones?

«¡Hasta que no lo vea, no le creo!…» —Intuyó la muchacha internamente y luego habló—. Tú y yo sabemos que ese «enano testarudo» no cumple ni con años las órdenes de los doctores o de Yakov cuando se encuentra convaleciente porque lo ve como una pérdida de tiempo.

—Ja, ja, ja, ja, ¡Ya lo verás! —Le afirmó sonriente.

Al sacar el juego de llaves, Phichit abrió la puerta con cuidado, entraron con sigilo por el angosto pasillo donde se pudo oír con claridad las voces de Yuuri o su sobrino discutiendo tontamente por algún objeto y al llegar a un buen apartado de la sala de estar…

—Yuu~ri ¿Qué ocurre? —Una voz femenina bien conocida para todos pero desconocida para la abogada, surgió repentinamente.

—¡Na-Nada, no está pasando nada! —Mintió el acusado muy nervioso.

—¡Buuuu~! ¡Eso no es cierto tío Yuu!, ¡¿Verdad, Makkachin?!— Le objetó el mini-juez y el poderoso ladrido del caniche alcahuete le dio la razón.

Mary Katsuki, estupefacta y sin su cigarro porque se le ha caído de su boca, no podía creer lo que estaba escuchando o viendo de modo presencial y que a ustedes como lectores, los pondremos en contexto.

Se supone que un Teniente Coronel «vendado» de medio cuerpo hacia arriba, con el nombre Yuuri y de apellido Katsuki, alejaba como pudiese de las pequeñas manitas del mini-verdugo que tiene por sobrino y del perrito guardián, su preciado tesoro comunicador (llámese IPhone) porque se lo querían arrebatar para cumplir la misión que se les encargó. Tomando en cuenta que Yuuri era grandote según Yuuki o que estaba en desventaja, al chiquitín de la casa no le quedó de otra más que recurrir a su súper, mega, híper arma secreta y «práctica» 

—¡Se lo voy a decir a Vicchan!

—¡¿Ahhhhhhh?!  ちょっとまって !!

 ¡VIIIIIICCHAAAAAAAN! ¡TÍO YUU NO ME QUIERE DAR SU IPHOOOOONE!

—¡Sh-Shhhhhhhhhhhhh! ¡Y-Yuuuki chaaaan! —Siseó en bajo por la sentencia.

El tierno pequeñín de cinco años, con su mano curveada y apegada al cachete para proyectar su voz, ha sabido darle el campanazo (o querella) del año a la persona encargada de hacer cumplir la palabra del General.

¡¡¡Katsuki Yuuri, será mejor que le entregues ese aparato al niño!!! ¡¡Nada de trabajo!! ¡¡El médico y tío Yakov fueron muy claros!! —Gritó la coneja mandona desde la cocina, imponiendo su orden.

—P-pero si solo iba revisar unas llamadas. —Soltó su rebuscada justificación con una mueca asustadiza el convaleciente japonés.

—¡No es cierto, Vicchan! —Yuuki finalmente recuperó el aparato tras el último jaloneo que tuvo con su tío, Makkachin ayudó al cachorro humano—. ¡Tio Yuu, iba a revisar cosas de su trabajo!

—¡C-claro que no! ¡L-lo juro! —Yuuri jamás pensó que su sobrino, ese pequeño sangre de su sangre y el fiel caniche café le fueran a traicionar.

—¡Yuuri-Chubby mentiroso! ¡No te creo! ¡Te estoy mirando! ¡Yuuki no dice mentiras! —La pelusa asomó nuevamente su cabeza por el dintel de la puerta y sus mofletes inflados en su rostro relucieron—. ¡Será mejor que sueltes ese aparato del diablo y no me hagas ir para allá o definitivamente te golpearé con lo que tenga en mi mano y haré que te regresen al hospital para que te incomuniquen por completo! ¡Tú decides, Yuuri amargado! —¡Esa cuchara de palo apuntándole peligrosamente con el tiernísimo puchero, lo han puesto en sobreaviso!

 —¡Será mejor que sueltes ese aparato y no me hagas ir para allá o definitivamente haré que te regresen al hospital para que te incomuniquen por completo! ¡Tú decides, Yuuri amargado! — ¡Esa cuchara de palo apuntándole peligrosamente con el tierní...
By Sharayanime

¡Y sobra decir que ese pobre hombre de la ley fue atrapado con las manos en la masa o bien, con el bendito celular!

La conejita cocinera regresó a sus labores culinarias (o al menos eso intentaba, ya que nunca en su vida había preparado algo demasiado elaborado) y roguemos porque esa cocina sobreviva a sus experimentaciones, pero, en efecto; las escenas graciosas para Yuuki y casi inimaginables según Yuuri, se repetían una y otra vez desde hace días en el apartamento ajeno. Aprovechando la baja de labores y de exámenes como tal, Nikiforova tenía una encomienda especial (expresado por el mismo General y supervisado por Chulanont) de vigilar a Katsuki para que tomara como le corresponde su incapacidad.

Chulanont vio esa opción viable por las tremendas habilidades de persuasión en Vickytoria (aunque en realidad él lo catalogó así ante Feltsman, porque es bien sabido en su radar shipeador que Yuuri, no se opondría por mucho que se enojara de la señorita, cuyos ojos azules lo tienen navegando en las redes del amor) y bueno, también porque ella era en sí, la única del equipo con los cojones (dígase ovarios) para enfrentar con franqueza deslindada a ese adicto al trabajo en su fase más nefasta.

Yakov Feltsman desconocía los nuevos intereses de Yuuri para con Vicky; no obstante, le era claro que la salud de su mejor hombre era, es y será primordial. Ni se tomó el tiempo de desglosar lo demás, simplemente decretó su orden.

¡A lugar!, ¡No quiero ver el trasero de ese muchacho por aquí hasta que mejore, Chulanont!  

—Como ordene mi General.

—¡Y lleva a Vitya contigo si es necesario!

Durante la semana, Vicky organizó bien su tiempo, de modo que los espacios o días libres que impuso Feltsman los aprovechaba para estar en casa de Yuuri y así ayudarle con todo lo que necesitara. Ok, más que ayudar, lo obligaba a tomar sus medicinas, lo desconectaba de cualquier posesión tecnológica o lo libraba de sus pendientes policiales, diciéndole que para eso estaban sus subordinados. Fue mano dura en aquello y por mucho que Yuuri refutara a su Oficial, Vicky le devolvía cada contraataque con respuestas sinceras pero abiertamente funestas con esa boca despistada de corazón, dejándole con su espíritu aniquilado y amaestrado.

Además de ello, las otras responsabilidades en las que Vickytoria ofrecía su ayuda, debido a las limitaciones médicas que presentaba Yuuri actualmente, era las de realizar algunas tareas propias de un hogar cuando se tiene la custodia de un menor vivaz y afectuoso como Yuuki. Atenderlo, buscarle a la escuela, socorrerlo con sus deberes escolares, leerle cuentos, jugar con él y demás ítems en esa larga lista, le había permitido descubrir en esa faceta de «madre provisional» que no era tarea fácil, y ahora con esa causa añadida, admiraba con más fervor la tesón que ha tenido Yuuri en estos años al dividirse entre su trabajo como superior y las atenciones con su sobrino, siendo su tío y más que eso, era como un padre. 

Eso sí, lo de bañar y vestir a Yuuki fue una tarea imposible, porque el niño sentía una enorme vergüenza que Vicky lo viera en paños menores y ella en broma, fingía un drama sufrido bien montado, con berrinches mimados o en ponerle un lindo puchero para dejarlo más rojito de lo que ya estaba.

Aun con ello, quien estaba más feliz era Yuuki al saber que Vicchan, al igual que Makkachin, serían quienes los cuidarían y no una fea enfermera aburrida. Él podría jugar mucho junto a ellos, ver esas graciosas y divertidas contiendas entre su tío y ella, siendo Vicchan la ganadora o de comer muchos dulces de chocolate a escondidas, por cortesía de la misma damisela de hebras platinadas como la luna.

Vickytoria también encontró muy divertida y tan, pero tan terapéutica la situación de sacarse el clavo de todas las torturas propinadas en sus clases o ejercicios con Yuuri «así», que cada que podía hacerse la inocente en sus contestaciones tramuyeras, lo hacía. ¡Y no se arrepentía de ello!

Yuuki reía por la chistosa cara enojada de su tío y Yuuri, hecho el digno, mirando hacia otro lado bastante chasqueado, no paraba de refunfuñar por dicho «complot» en su contra, y para colmo, lo dejaban como un cero a la izquierda en su propia casa.

¡Era un jodido adulto de veintiséis años que sabe perfectamente que o no hacer! ¡No es un crío!

—E-eso no es justo… —Obviamente dijo eso completamente disgustado, apoyando su mejilla inflada sobre el codo libre y estando sentado en su sillón—. No veo necesario todo esto.

—Tío Phi, dice que debes ponerte muy, muy, muy bien o no podrás trabajar y capturar a los ladrones. Cuando me enfermo, tú me cuidas, yo también puedo cuidarte y Vicchan también dijo lo mismo. ¿Cierto, Makka?

—Si, claro… —Malició el zorro. Su sobrino dirá «misa», pero a él no lo engaña—. Eso lo haces porque te conviene que la «señorita quejona» se quede para poder comerte los dulces en mi convalecencia.

—¡Hamp! ¡No es cierto! —Yuuki infló sus cachetitos sonrosados y empequeñeció sus ojitos, mirándole feo—. ¡Vicchan, Makka y yo te cuidamos! ¡Se lo voy a decir a Vicchan!

—Te conozco. Ni te atrevas a mirarme así o abogar por ello, pequeño bribón. No soy tonto. —Se reacomodó sobre el sillón y la mano libre ahora estaba sobre la cabeza de su niño, sacudiéndole con fuerza sus cabellos adrede. Yuuki abucheó a su tío por esa chanza—. ¡Y tú menos, Makkachin! —Sin entender poco o nada, el can sólo buscaba la atención y los mimitos del adulto humano.

—»Wow, parece que aún sigue enojado…» —Pensó Vickytoria con tintes alegres, mientras salía una vez más de esa cocina con el bowl rodeado por su brazo y moviendo el menjurje a devorar con la cuchara de palo.

Habían algunas salpicaduras de comida en su rostro y llevaba un bello delantal azul con estampados de conejitos (que Yuuki escogió para ella el día que fueron a mercar). Negaba con su cabeza al apreciar esas complejidades tan discrepantes en alguien tan serio como él. 

—»Y no puedo creer que se comporte así por algo como eso…» Concluyó para sí, muy sorprendida al contener su risa.

Aquello le había parecido curioso y lindo, ¡ah! pero ella no se quedaría con esas, pues observando lo necesario de esa inverosímil estampa, fue inmediatamente en defensa de su lindo rollito aparentando dureza a modo de broma, solo para poder presenciar en primera fila los aspavientos culposos en Yuuri. Oh si, esa conejita era malvada como su padre lo fue en vida.

Le recordó al caballero el por qué dicha medida radical se estaba llevando a cabo en su contra, además de las razones de peso jugando a favor. Yuuri trató de sostenerle la mirada a quien era «la jefa» temporal en su hogar, pero se sintió pequeñísimo y con un terrible nerviosismo, sin mencionar lo avergonzado que se encontró cuando ella sacó a relucir esos procederes tan infantiles con su sobrino por el IPhone, provocándole un color más encandilado en sus malares. Suspendió toda travesura y mandó con dulzura a Yuuki para que organizara su cuarto con la excusa de que pronto faltaría poco para almorzar.

El niño muy obediente hizo caso a su señorita y Makkachin fue tras él quedando así la adolescente y el adulto en apariencia «solos» en esa sala. Pues si no estamos mal, hay «intrusos» merodeando en secreto.

—¿Quién es la chica ilegal? —Preguntó—. ¿Y qué le hizo al terco de mi hermano para tenerlo tan manso como santa paloma?

—Quizás esa ilegal con cara de Oficial, consiguió con un par de peluchazos y uno que otro berrinche bonito de su parte, lo que ninguno de nosotros pudo realizar. —Señaló con su índice alegre en alto—. El que tuviera las actitudes arrolladoras del señor Nikiforov sirvieron de mucho.

—¿Nikiforov? ¿Acaso ese no es el apellido de…? —Le regresó su mirada con una faz semi-enseriada y la complicidad en Phichit lo dijo todo.

Mary debió ir a los extractos de su pasado para acordarse bien de la pequeña pelusita risueña de casi 7 meses que ella tuvo en sus brazos cuando fue a Rusia con Kouji al visitar al calvó de su progenitor, tras la pérdida de su bella esposa Alissha. También recordó someramente que Yuuri siendo adolescente, le había comentado de haberla lidiado de niña en los tres meses que vivió con Andrei en su mansión, hasta que pudo ingresar a la F.S.B y que de allí en fuera, no pudo verle por muchos años debido a sus compromisos u otros acontecimientos. Phichit le explicó rápidamente un esbozo de todo sobre «Vicchan», del cómo se ganó el cariño de su sobrino, así como la amistad o la confianza en Yuuri y que en su sincero o disparatado interactuar, ella lograra a paso lento, pequeños «cambios» para bien en el japonés.

—Así que… Ella es la famosa «Vicchan» de la que tanto Yuuki me hablaba en casa. — Phichit asintió en lo que Mary la analizaba—. Con razón cuando le ví se me hacía familiar… Esa boca de corazón y frente no se improvisan. —Habló ella por el físico remarcado en el idiota de su padre.

Phichit no pudo con eso, se tapó su boca para no exteriorizar su carcajada y Mari solo curveó sus labios. Él de poderse quedar a saludar a su jefe tirano lo haría, más la falta de tiempo no le favorecía, le explicó a Mary que debía irse a buscar sus colegas al aeropuerto de Narita, sin embargo, Phichit no es tonto, premeditaba que ese silencio en la abogada Katsuki era porque algo estaba tramando y le pidió encarecidamente que no atosigara a Yuuri con el tema de «Vickytoria» o en caso de hacerlo, que no le presione.

Así como llegó el moreno, abandonó la morada dejando Mary contemplando lo que sus ojos castaños le permitían ver en fracción de segundos. Su hermano menor siendo el mismo muchacho amable, quejón, simpático y tímido que siempre conoció y que ansiaba volver a divisar alguna vez. Debieron pasar casi siete años para que aquella novedad se desplegara y aunque no es muy dado como él mismo le ha dicho a abrirse con gente nueva, si lo hizo con esa chica, capaz sea porque le halló un interés o un motivo de grandes proporciones por muy hija de Andrei que sea.

Lo infería bien. Lo sabía bien. Lo conocía bien. Solo debía atar un par de cabos que por la boca maliciosa de Phichit, suponía que no se lo dirá. Prefirió seguir de incógnita un poco más para encontrar ese «faltante» su ecuación.

Sí nos vamos con los Oficiales, las palabras e intenciones entre ellos iban y venían, el ambiente era agradable y ciertamente uno de los dos era quien rebosaba de risotadas encantadoras por toda la sala de estar mientras que el perdedor se veía liado.

—¡Ay por Dios me muero~…! ¡Pfff…! ¡Ja, ja, ja, ja! —Vicky estaba en automático con sus impulsos. risueños.

—¿Ahora qué? —Soltó seco con el rostro entre rojo y ofuscado.

—Esto es demasiado bueno y tierno de tu parte, me agrada mucho este «Yuuri»

—No le veo nada de gracioso.

—Para mí sí lo es, señor amargado, y se lo volveré a repetir, pero conste que usted lo ha pedido. —Le expresó con voz calma cambiando su actitud a una más aplacada.

Dejó a un lado el bowl en la mesita de vidrio y al dar un par de pasos en donde estaba Yuuri, se arrodillo frente a él sin perder ese carisma encantador. Yuuri se paralizó un poco al tenerle tan cerca a su espacio personal, demasiado cerca haciendo que su pulso se acelerara con verle sus labios rosados o sus despampanates ojos azules causándole estragos. A Victoria no le importó, ella solo prosiguió.

—No sé si te has dado cuenta Yuu, pero para mí si es muy gracioso el ver cómo mi jefe, todo un hombre de veintiseís años quien se da alardes de ser alguien muy maduro, serio y correcto, pueda armar tremendo replicón por algo como esto.

«Buen punto, esta chica tiene el toque de su madre Alissha, ya me agrada tu hija, Andrei»… —Discurrió Mary en su malicia.

—¡Oh por favor…! —Yuuri rodó sus ojos en blanco—. Sabes perfectamente el por qué estoy enojado.

—¡Vamos! No es tan malo tomarte esos días por tu incapacidad y descansar en casa.

—Aprovecha todo lo que puedas, porque si mejoro mis condiciones, me la pienso cobrar en tus entrenamientos.

—Ese discurso siempre me lo dices y no es algo que mi cola o mi esbelto cuerpo no soporten. —Lo refuto bien fresca.

—¡Y para colmo, sabes que no soy un niño pero me tratas como a uno! ¡Es absurdo!

—¡Pero lo demuestras con tu accionar al negarte con las medicinas y con todo lo demás! —Afirmó contenta y mimada.

—N-no es c-cierto. —Lo mencionó con su cara hecha un poema.

—Si lo es y puedo probarlo. —Le miró confiada y porte en sus zarcos azules—. Te ves como un niño. Uno bonito y enojado igualito a mi lindo príncipe Yuuki cuando tiene su ceño enfurruñado al prohibirle comer sus chocolates después de cenar. —Y lo acabó mortalmente con ese ejemplo al darle una puntada con el dedo en su nariz, que el «¿Ah?» sorpresivo en Yuuri causó que el carmín subiera de golpe hasta las orejas.

«A eso le llamo tener ovarios…» Mari aplaudía con calma esa belleza de jugada. La chiquilla tiene el toque de su padre y la finura de su madre; y no sabe cómo le hará, pero la quiere de cuñada con el solo hecho de tener en cuenta a su sobrinito y por supuesto, al renegado de su hermano.

—Es más, en estos momentos siento que los papeles en ambos se invirtieron y admito que me estoy divirtiendo muchísimo, don amargado. Y lo era, era tan épico que pocas veces podrá darse el lujo de repetir esa experiencia con satisfacción—. Pero quieras o no, son órdenes de arriba que debes asumir con la madurez que te corresponde y por mucho que intentes probar tu resistencia, no puedes, porque estás inhabilitado de todo. —Comentó sin rodeos la señorita—. Eso me lleva a una simple pregunta: ¿Cómo se supone que tu sobrino o mi persona, quienes somos los menores en edad, sigamos buenos criterios en los adultos sí el que se supone que es nuestro superior y mentor evade sus juicios, por razones para nada objetivas y tercas? — ¡Listo!, la sacudida lo aterrizó y su conciencia lo llevó al fondo dándole a Vickytoria la dulce partida en su reyerta.

—Ehhhh~ ¡Esa carita ruborizada me dice que tengo razón! ¿No es asi, Ka – tsu – ki – san?

—Mmmm… —Desvió su rostro colorado mirando a la nada y no le quedaba de otra más que aceptar en su derrotado ser los fraseos de guante blanco que la linda señorita le ha propinado.

Vicky no le dijo nada, porque su risa la carcomía por dentro, imaginándose las chuscadas moralistas y exageradas que tendría Yuuri en su interior por sus comentarios desmedidos pero oportunos, más ella sabía que una vez que él premedite mejor las cosas, le da la razón, aunque eso significara que primero, pasara por sus yugos martirizantes.

—Eso me recuerda.

—¿Eh?

—¿Has ingerido tu medicina, correctamente? tuviste algo de temperatura en estos días, déjame revisarte. —En su arranque ella tomó con mucha delicadeza la cara varonil ajena y ha de posar la otra mano sobrante sobre su frente sin dejar de sonreírle con aparente sosiego.

Yuuri estaba quieto, sin saber que hacer o decir, reparando toda su atención en las salidas de Vickytoria, pese a todo el maremoto leído en este apartado aún no se acostumbra a ese cambio sutil en su comportamiento para con él en varios días, no se acostumbraba a esas atenciones, de hecho le costaba (apurado comprendía que su sobrino, sus familiares o seres más allegados se preocuparan) pero que otra persona lo hiciere, lo abrumaba y al mismo tiempo le fascinaba porque no era cualquiera, era Vickytoria.

La valiente Oficial que no sabe cómo le hizo para robarle su cristalizado corazón.

A Yuuri le parecía estar viviendo un sueño alocado por tenerle así y pronto recordaba que todo esto era real, gracias a los jugueteos de Makkachin o las réplicas de Vicky para su mascota. Ni en sus deseos más locos esperó ver a una Vickytoria Nikiforov, mujer de alcurnia, gran celebridad del arte e icono del glamour a nivel mundial, en esas fachas como toda un ama de casa.

Una bien disparatada e inexperta pero a fin de cuentas la intención cuenta, ¿no?

El cabreo se le fue al dibujarse una curva en sus labios de solo recordarlo. Vickytoria podrá hallarse con bonitas intenciones o de ser optimista en su colaboración, más si él era sincero, ella no era alguien muy hogareña y nunca en la vida había hecho tareas del común como limpiar los muebles, organizar la ropa o comprar los víveres para la alacena. Yuuki en su disposición de caballerito, le colaboraba explicándole cosas en las cuales no era muy diestra, el resultado final era que a veces chillaba por su manicure arruinada, que llorase al picar las cebollas o porque su piel le era muy delicada al momento de lavar los platos con esos jabones corrientes.

En fin, en la perspectiva del japonés, no lo ve del todo mal, más insiste que no está acostumbrado a esa clases de atenciones con su persona. Sin embargo, la sensación se avivaba mucho más cuando ella se encontraba así, justo como ahora, desprendiendo dulzura en sus tratos ya sea estando a solas o con su sobrino.

¿A esto era lo que se referían Chulanont, Giacometti o De la Iglesia al explicarle que era sentirse enamorado y de compartir con alguien? porque si ha de ser así, estaba considerando seriamente el asunto.

Pero también evidenció detrás de sus tratos, unos dejos entristecidos en Vickytoria, aquello lo intrigaba desde hace rato y quería saber por qué siempre se bajoneaba.

—Que bien, bajó la fiebre. —Se alegró la damita por ello mientras acomodaba los mechones obscuros.

A ciencia cierta, la gesta es genuina, más el tono en cual dijo las cosas recobró otra vez los tintes apenados, él ya no pudo callarse. Necesitaba saciar el ruido en su cabeza.

—Vicky-san…

—¿Ah? ¿Dime?

—Estás…actuando algo rara últimamente. ¿Te sientes bien?

—¡¿Ehhh?! Really?!—Reaccionó, dándose cuenta de lo que hizo poniéndose muy nerviosa, trató de actuar como siempre bien aniñada y con su bocota de corazón—. ¡Ah!… No, descuidaaa. Solo quería comprobar que estuvieras bien… Aunque no me fije de lo cerca que estaba, sé que eres algo esquivo con lo del espacio personal, ¿fue demasiado, verdad? N-no era mi intención…—Vickytoria se disparó como metralleta dando respuesta tras respuesta en el agitar de sus manos.

—Eso no me molesta… —La detuvo—. Creo que es inevitable para mí que no lo hagas, ya he ido asimilándolo. El día que no invadas mi zona o me des una tacleada con algún abrazo, allí si me preocuparé de verdad. —Le aclaro—. Es solo que me llamaba la atención verte «tan distraída» o en esa tónica disminuida en ti.

—¿Eh? ¿Qué dices? —Trató de reírse como comúnmente lo hace.

—No trates de engañarme usando ese rostro, Vickytoria…—Le arguyó amable.

Ahora fue él que con algo de valor se atrevió a acercarse a ella, y Vicky sintió como se le cayeron los velos a su fachada. 

—Veo que heredaste esa mala maña de tu padre, pero sí quieres ocultarme las cosas deberás hacer más que eso, sé que algo te ocurre ya que has estado así por casi dos semanas. ¿Puedo saberlo, por favor? Confía en mí.

—¿Tan… visible soy para ti? —Ha soltado apenada rascándose su cabeza—. Vaya, y yo pensé que era buena escondiéndome.

—Ya ves que no es así, y no creo que sea por algo malo, ¿o sí? —Intentó convencerla.

—No en realidad…—Fue agachando su cabeza o bajando el tono alegre de su voz. El cadejo ayudó a encubrir su expresión apagada sin perder su sonrisa—. Quizás solo estoy así momentáneamente… porque me encuentro aliviada de que estés en tu casa y de saber que ya no te encuentras en ese horrible lugar con esos aparatos encima de ti… ¿Sabes?

—Vickytoria…

—Sé que estás enojado… —Alzó su mirar azul al hablarle con mucho afecto, Yuuri no pudo contrarrestar sus bonituras—. Y sé que no te gusta estar aquí sin hacer nada porque Yuuki y yo te obligamos a permanecer fuera de tus labores o de capturar a esos insulsos de los Kazumas hasta que te recuperes por completo. Pero no fue por malo. Sí me comprendes, ¿Verdad, Yuu?

«No es justo que me mire de esa forma»… —Pasó aquello por la mente del zorro sonrosado al deleitarse en la ternura desprendida de su bella dama.

—Por eso sí quieres regresar, tienes que cooperar contigo mismo para que te repongas, las heridas que tuviste fueron de gravedad y no puedes descuidarte con las indicaciones. —Y lo regañó al final con un lindo mohín chistoso en sus labios, rompiendo el encanto.

Yuuri usó la almohada como escudo en caso de que esa niña le golpeara con el cerdito de felpa de su sobrino, luego ella se calmó al verle esa reacción defensiva causándole una corta risilla. Continúo con la plática.

—Aunque si soy sincera, debo admitirte que… Sí me sentí muy mal en esos días… —Fue aparentemente dócil en sus expresiones generándole un sinsabor a Yuuri y el tono de tristeza le dio un punto de partida a sus sospechas—. No fue fácil para mi verte allí tendido en esa cama dormido y sin reaccionar a ningún estímulo. No fue agradable y no deseo vivirlo otra vez. —Terminó por abrazarlo con sumo cuidado.

Yuuri dejó que hiciera lo que estuviera a sus anchas o que se desahogara, pues ya comprendió su estado de ánimo diluido. Ella aún mantenía miedo. Miedo de perderle.

—El día que ocurrió ese feo desenlace te dije frases o deseos enojados sin prever que se cumplirían…

—Pensé que eso ya se había aclarado en el hospital, Зайка… Sé que no fue intencional, fueron pequeños arranques inocentes, tenlo presente y nadie es adivino para visualizar algo así.

—Pero lo dije…—Se culpó aferrándose aún más a ese hombre que tanto estima. Él no se oponía. Solo la escuchó—. Cuando papá falleció, recuerdo que lo último que él hizo fue darme un beso y un «nos vemos luego, conejita», yo no pude despedirlo con lindas palabras como acostumbraba porque casualmente dormía, estaba demasiado agotada por mis clases, y no quiso despertarme… Después pasó lo que pasó y m-me arrepiento por mucho hasta el sol de hoy…

Vicky se separó poco a poco de Yuuri, quedando encima de sus propias rodillas sobre el tapiz de madera y estando lo suficiente absorta en sus emociones para estar consciente de que lloraba.

—Y -y – y c-casi ocurre lo mismo y d-de una forma h-horrible… Pese a lo regañón que te portas conmigo por mis ocurrencias, siempre me cuidas y me proteges. Tú eres mi amigo, el primero que tuve de niña y más que un amigo, eres alguien muy importante para mí…— Eso lo desarmó por completo y algo cálido lo acogió al saberlo. Vicky hipeaba en su triste hablar—. De verdad… No sé qué hubiera hecho si no despertaras por mi culpa y menos de verle a la cara a Yuuki sabiendo que por mis reproches tú pudiste…

—Pero yo estoy aquí, Зайка. —No la dejó completar la fúnebre frase. —Aún sigo aquí y tendrán que sacar todo su arsenal para acribillarme, separarme de mi sobrino o que yo deje de vigilarte. ¿No por nada soy el terror en la T.S.P.A, el FPJ o del F.E.G.I? —Lo dijo con intención de hacerla reír.

y también porque pensó que no valía la pena recordar ese reciente suceso. Deseó borrarle cualquier incomodidad a como dé lugar.

—Tonto… Yuuri…Creído. Esto es… ¡Serio!. — y al parecer le funcionó, Ella le dio un golpe flojo en el hombro bueno de Yuuri, este fingió dolor y la tenue risa escapó de sus labios.

Al final Vickytoria se sintió mucho mejor porque sabía que su jefe/amigo estaba con su sobrino y sin mayores problemas a su lado. Yuuri recapitulando esa linda confesión (de las tantas que ya tiene anotadas en su alma de aquella dulce muchacha) encontró la forma de hacerle olvidar ese mal momento en su jovialidad.

—Realmente agradezco que estés bien, Yuu… —Gimoteó y rascó un poco su enrojecida como respingona nariz.

—Estaré mucho mejor sí te veo sonreír y no llorar por mis desastres.

—¿Eh?…—Si Yuuri no realizaba la gracia de limpiarle sus lágrimas, ni se daría cuenta—. ¡Ah! ¡Qué vergüenza! L-lamento haberte preocupado… —Se quitó los sobrantes salinos de su faz—. Creo que…llorar como princesa se me ha hecho constante.

—Y siendo muy franco contigo, verte derramar esos cristales de aquellos luceros azules debería ser considerado un pecado, no luce en tu rostro y me disculpo por ello.

Lo dijo serio, con ese gesto amable y quizás algo comedido al acomodarle con devoción el mechón plateado y desordenado que cubría parte de las facciones asombradas en Vickytoria. El bonito halago a sus iris celestes la hizo sentirse en las nubes.

No es primera vez que Yuuri tiene esos fraseos caballerosos con ella, y en sobre manera se le dificulta un poco habituarse a ello puesto que no lo hace tan seguido, pero fue acogedor escucharle algo así en estos momentos
By Sharayanime

No es primera vez que Yuuri tiene esos fraseos caballerosos con ella, y en sobre manera se le dificultaba un poco habituarse a ello puesto que no lo hace tan seguido, pero fue acogedor escucharle algo así en estos momentos.

—A cambio de eso, Yo… prometo hacerte caso en lo que me digas para mejorarme, eso sí, con la condición de que sonrías cada vez que te encuentres aquí… Vicchan.

—Yuu…—Eso último si que no lo esperó—. Tú… Me dijiste…

—Sobre eso… ¿Me dejarías nombrarte así? —Se lo pidió—. Tú sueles decirme «Yuu», yo lo encuentro justo.

—Yo… Este… Es solo que…

—¿Es raro viniendo de mí?, ¿cierto? —Completó manteniendo su reservada calma.

Él pensó que fue algo tonto en pedirle esa pretensión. Vickytoria se apenó con otro rubor, incrédula por lo que estaba oyendo sin embargo, que la nombrara así tan cariñoso la hacía sentirse especial y cercana.

—Descuida no te llamaré así, si no lo dese…

¡ESTA BIEN! ¡SÍ QUIERO! —Fue impulsiva en su atolondramiento¡SI QUIERO QUE ME LLAMES «VICCHAN»! Más ella correspondía dichosa ante ese permiso y ahora es Yuuri el impresionado. Vicky con determinación tomó un respiro explicando mejor su punto y fue bajando sus revoluciones a unas más avergonzadas—. E-Es d-decir, no t-tengo problemas, con que me digas «así», somos amigos, m-me… M-me gusta… Es lindo.

—Entonces… Así será, Vicchan. —Ladeo su sonrisa un triz—. Agradezco que aceptaras aquello de mi parte y no olvides nuestro trato, te toca sonreir, si Yuuki te encuentra así cuando salga de su cuarto, me matará a Kobutazos.

—Aham… Tienes, tienes, t-tienes razón… —Aceptó con gesto afectuoso al juguetear con sus dedos y cuando realzó su perfil, le sonrió—. Es un trato, Yuu.

—Mucho mejor.

Ahora dirigió su vista al bowl con los ingredientes de procedencia dudosa, eso le dio otra idea para sus tretas prácticas.

¡Ya lo conocen! ¡No esperen todo lo «bonito» de ese reservado!

—Eso, y que intentes no destruir mi cocina, zanahorias. —¡Sí! ¡Volvió a sus jugadas de siempre!

—Ehhhh~~ ¡¿Otra vez con eso?! ¡Era mi primera vez manejando el fogón de la estufa, Yuuuuu! ¡Y no soy conejito o zanahorias! ¡Eres horrible!

—¡Y que lo que sea que cocines allí, sea comestible!

El jadeo encrespado en la pelusa plateada fue de telenovela, recuperó sus bríos berrinchudos en su contra y ahora lo quiere fusilar por sus prácticidades pero bien que le lloraba por estar casi en coma en el hospital, ¡Mujeres! ¿Quién las entiende?

Si bien, ese zorro de cuello blanco lo hizo para espantar los desaires en su coneja rabiosa, el muy maldito acepta que lo mejor del cuento de tenerla en su casa era apreciarle la aventura de cocinar. Esto último fue todo un reto para Vicky ya que el primer día casi quemaba la cocina hirviendo los huevos y las pastas que se usaban en el Ramen como su adorado cabello. Que de cosa no le dio el soponcio desmandado o el lloriqueo monumental allí mismo, de no ser por un Makkachin con instinto de conservación, que tomó la manguera con su diestro hocico perruno junto a Yuuki, le rociaron agua. Claro, Yuuri más que enojado, estaba maldadoso y sorprendido, sacándole en cara su falta de ingenio en la cocina con chiste (puesto que él se maneja muy bien en ese campo) y una Vicky chilló en el acto. 

Con el pasar de los días, continuó escudriñándole ese arte poco usual de su parte y admite que ella ha ido acoplándose al junglar de ollas, charolas, cucharones, vajillas y demás, solo era cuestión de ponerlo en práctica.

Ella tomó el bowl, se puso de pie con recelo sosteniendo que ha mejorado y tal fue su insistencia…

—¡Pruébalo!

—¿Es en serio? ¿Y sí muero de indigestión?

—¡Vamos! ¡Solo pruébalo, Yuuri amargado! ¡Di «aaaaa»!

Que un Yuuri escamoso le hizo caso, recibió la cucharada en su boca, lo degustó y se asombró por la explosión de sabores, sabía bien. Deberá retractarse.

—¿Y?… —Le miraba ceñuda y esperando su aprobación.

—Nada mal, Vicchan. Está muy bueno. —Los ojitos azules de la pequeña recuperaron su brillo con esa respuesta, se puso muy contenta.

—Amazing! ¿Viste que si mejoré? y Leo me dijo que sería algo cien por ciento saludable. —Le replicó bien infantil, apuntándolo chistosamente con esa cuchara en su poder.

Yuuri quiso repetir, en serio que le gustó pero Vicky, ¡No lo dejó! ¡Se desquitó!

—Ahora de castigo y por decir cosas de mi culinaria, te daré una sola tortilla de pollo y el resto me las comeré toditas con mi Yuuki. ¡Jum! —Finalizó con esa burla al mostrarle su lengua y estirarle el párpado de su ojo juguetón.

Se fue a la cocina muy enojada con sus mejillas infladas a terminar con la comida dejando a Yuuri solo, picado con hambre y gritándole que no se moviera de su lugar, que no intentara quitarle el IPhone a Yuuki o se las vería con ella. Él estando callado con una sonrisa pícara y boba por su cometido, ha de reclinarse en su mueble con una refrescante sensación.

¿Tal vez… Quedarse en casa, pasar tiempo de calidad con su sobrino y dejarse consentir por su linda señorita, (¡Sí! como lo leen, su señorita, de él) no sea tan mala idea?

Bueno casi…

Si no fuera porque su hermana quien estaba observando todo con ojos gatunos y maliciadores, caminó a donde él estaba para notificarle oficialmente de su llegada.

—Y Entonces… «Señor Katsuki…» —Apoyó sus manos por la parte trasera del mueble—. ¿O quizás debería decirte «Yuu»?

—¿M-Mari-Neesan? —Tras su respingo, tartamudeó—. ¿Có-cómo entraste y desde cuándo llegaste?

—Tengo copias de tus llaves, ¿recuerdas? Y tengo rato de haber llegado, lo suficiente para apreciar el encanto con el cual adulabas o molestabas a esa bonita ilegal que tienes por «novia» ¿son novios, no? —Mari sabía que aún no hay algo oficial que acredite su moción, pero lo molestó con ganas, será divertido.

—¡¿N-No-Novia?! —Su cerebro explotó así como el rojo encendido en su cara. Esa posibilidad fue demasiado pronta para su frágil y torpe corazón—. E-ella no es m-mí, mí, mí novia. Es mí Oficial, mi p-pupila, y m-mí amiga. E-e-ella solo me es-estaba… cuidando…

—Sí sobre todo «amiga»… Kouji puso la misma cara de idiota cuando cayó por Lucy, y esa misma cara la tienes con ella, ¿qué por cierto? ¡Me cae bien!, ¡Es digna candidata para ser madre y tía de mi sobrino!

—D-d-deja de imaginar co-co-cosas. Vicch… ¡Digo!, La Oficial Nikiforova es solamente eso que mencioné.

—Ajam…vamos a creerte…»Yuu» —La dejó allí no sin antes joderlo como solo Mary lo sabe hacer. Siendo práctica—. ¿Y asumo que estás en «modo caballero» y no en «modo Perro-Eros» como Kouji? Porque a diferencia de Lucy, tú deberás esperar a que esa chica cumpla sus dieciocho por lo «obvio» y auto-complacerte con «manuela» cuando andes bien «cachondo» pensando en esa lindura en tu cama.

 ¡¡¡NEESAN!!! ¡¡BASTA!!

Sí… definitivamente en Yuuri desapareció toda cortina de luz hallándose en penumbras con ese monstruo práctico hecho mujer y abogada en su casa…


Aeropuerto de Narita – Tokyo / Japón
Mayo del 2017 – 02:00 AM (mismo día)


Una larga trayectoria, muchas carreteras, algunos peajes y uno que otro paisaje híbrido entre lo rural y lo urbano debió apreciar Phichit Chulanont para estar por fin en las instalaciones del aeropuerto internacional de Narita ubicado al este del centro de Tokio, en la prefectura de Chiba. Según el registro del vuelo, Christopher llegaría a las tres de la tarde. Su Mayor debió regresar hace semanas pero debido a los inesperados cambios climáticos en Rusia, debió aplazar su retorno.

Sentado en una de las bancas del lugar, Phichit revisaba algunos documentos o prontuarios para matar el tiempo de espera y quizás, imágenes que ha tomado a lo largo de su relación con Katrina. Sigue observando con detalle cada fragmento retratado mientras que los individuos, comprendidos entre foráneos y nativos concentrados en cada punto de la inmensa infraestructura iban y venían a su ritmo por los pasillos, arrastrando sus maletas para llegar al Checkpoint a tiempo o tomar un taxi que los llevara a su destino final.

No es un secreto que en estos últimos años, su interacción con ella ha ido en decadencia, producto de las extenuantes horas laborales que conlleva su profesión como oficial de la ley. Aunque en ocasiones no lo parezca o no lo demuestre por ser alguien en extremo sociable, es un muchacho del común, con sus virtudes, defectos y preocupaciones. Esta última a causa del sentimiento de culpa por no cumplirle a Katrina como quisiera. La ira de Katrina a los desplantes cometidos por parte de Phichit (no de modo intencional, eso jamás, su trabajo lo ha obligado hacerlo en varias ocasiones pidiendo comprensión) la invadían nublando su mente y descargando todos sus arrebatos furibundos para con él.

Él la ama, claro que la ama, y pese que el intentaba buscar una vía solucionable a sus inconvenientes, Katrina encontraba la forma de hacerlo sentir mal consigo mismo.

¿Qué clase de novio se supone que es sí no cumple con sus promesas?

Phichit suspiró resignado y bien desganado, el cúmulo de sanciones, regaños o discusiones ha hecho que la llama pasional que ella le profesaba haya mermado a un punto al que él no quisiera y le preocupa. Es obvio. Pero lo otro que tal vez si le ha dolido, que ha quebrado un tanto más su relación y que ha hecho que se soslaye con otras cosas fuera que en los días en que ocurrió el atentado, todo el mundo estuvo al pendiente de su salud, sus padres, hermanas, amigos, todos menos ella. Tuvo señales de Katrina muchos, (muuuuuuuuuuchos) días después, de la manera más seca y simple.

Estuvo en su departamento como tres días, luego tomó algo de su dinero como era su costumbre y se fue a sus ocupaciones de siempre. No fue tan cariñosa como esperaba, más a su modo de ver las cosas, al menos se acordó de que él existía. Sin embargo le hubiese gustado un interés intensificado de su parte, uno bonito así como lo hizo Vickytoria con su amigo Yuuri ayudada por Yuuki.

Los pocos días que él estuvo en el hogar del japonés, solo por supervisar de que él cumpliera con lo que se le exigió o de auxiliar a Vicky en caso de que se pusiera pesado, vio que sobraba de más. Esa niña lo tenía amansado cual cachorrito y con su sobrino de mano derecha fue pan comido, el ambiente entre ambos había ido mejorando, ni hablemos de la «bonita» interacción que Vicky de apoco dejaba más cautivado a Yuuri y puede que en ella misma se gestara «algo más» en su tierno querer al Cari-bonito-Amargado sin que se percatara por ser una joven inexperta en el tema.

Se alegraba sinceramente por Yuuri, porque el bienaventurado «amor» le sonreía en medio de su soledad, se alegraba por Yuuki, porque se ha divertido muchísimo como le corresponde al tener a su tío consigo, se alegraba por ambos «Katsukis» porque ya era hora que tanto tío como sobrino por fin tuvieran a una persona que les iluminara sus vidas o les hiciera sentir lo que es «estar en familia»

Lo hacía de modo honesto y también deseaba en sus adentros de poder vivir una experiencia así con Katrina. La pregunta era: ¿Sí se podrá?

El tailandés distraído y ahora en una postura pensante con sus manos entrelazadas mirando a cualquier lado, reflexiona sobre lo que va hasta ahora con Katrina y con su última acción. Entristecido, se negaba un poco a creer que las palabras de Christopher se cumplieran tal cual como se lo advirtió. Que quizás él está remando solo con ese intento de «relación» y no juntos como se lo idealizó. Que quizás ella solo esté con él por lo material y no por los sentimientos que al inicio supuestamente le demostró. Él no tiene otra opción más que jugarse el todo por el todo con un último as bajo su manga y esperaba que con eso Katrina no tenga dudas de sus gentiles deseos de formalizar una familia con ella.

El telepronter indicó que el vuelo de Rusia ha llegado a su destino final y la voz femenina por los altavoces confirmó el enunciado. Phichit ha de levantarse para caminar al punto de encuentro y decide olvidarse de sus pesares, no piensa recibir a sus amigos con esos ánimos por el suelo, hoy no será. Tratará de ser el tipo optimista de siempre.

Entre tanto un suizo desesperado junto a la portuguesa-venezolana deseaba salir lo más rápido de allí para re-encontrarse con «su» hámster. Desde que se enteró del atentado no ha parado de llamarle o preguntarle como neurótico si ha comido bien, que si las heridas no son graves y quien sabe que más, acabando con la paciencia en Alessia y gritándole ferozmente en su jerga latina de cuanta cosa o dándole sus coñazos. De hecho, se hallaba casi por hacerlo.

—¡Coño, Marico! ¡Más despacio que voy en tacones! ¡Vale!

La Capitana jalaba su valija, tratando, de apurarse y de no caerse. Lucía un Jean descaderado, una camisa tres cuartos la cual dejaba ver todo su abdomen plano como esbelto o sus curvas delineadas y el buzo que portaba lo traía encima de su brazo, no vio lógica portarlo ahora que Japón gozaba de buen clima en esta temporada. Chris ni le importó si tenía calor o no con esos abrigos sobre su ser. Pero por andar de apresurado incluso de lengua, podría pagarlo caro…

—Solo mueve el jugoso y gordo trasero latino llevas en ese cuerpo, querida.

—¡Ja! ¡¿Gordo?! —Lo agarró por la bufanda haciendo que se detuviera de mala forma cayendo al suelo bien aparatoso y mientras más apretaba o estiraba esa tela, más se enojaba. Chris pensó ver la luz al final del túnel—. Esto es el colmo, todo lo mío es de primera calidad y bien tonificado ¿Qué te pasa chamo? ¡Retráctate!

—F-fue f-f-ue un…de…cir…Per…Per…dón.. ahhhh~ —Dijo aquello Chris quedando sin aire, con su careta desahuciada en color azul tirando a morado y ojos en espiral indicándole a Alessia, que si no le soltaba acabaría ahogándolo.

Con desparpajo soltó el instrumento homicida de sus manos, sacudiéndoselas con palmadas pausadas de cualquier mugredad, adoptando una postura altanera y una cara de pocos amigos ante ese ese bellaco pestañudo de la ley, Chris agradeció de al menos seguir con vida o de poder respirar todo lo que pueda y al voltear su mirada a cierto punto, sus iris verdes captaron lo que tanto buscaba.

—¡Oh mi petit! ¡¿Qué le hicieron esos hijos de…?!

Un Phichit Chulanont abstraído, observando cualquier cosa, esperándole pacientemente en la entrada, se encontraba vendado en su cabeza, cuello o brazos y con su saco entrepuesto. Chris, se fue corriendo a toda marcha dejando un polvero y olvidando sus maletas o cualquier cosa que lo retrasara, solo quería llegar con él.

¡MIGNON HÁMSTER!

—¿Eh? —Esa voz la reconocería en cualquier lugar del mundo—. ¿Chris? ¡Hola! Es bueno vert… ¿Ah?

—¡Por Dios, muchacho! ¡¿Pero cómo fue que te paso esto?! —Lo abrazó al punto de no medir su fuerza que terminó alzándolo bien acuñado a su pecho. Phichit parpadeaba cual colibrí ante las exageraciones dramáticas del divo su Jefe. La vio venir.

¡Ah sí! Después de Vicky, podría decirse que Chris, es su competencia…

—Te dejo por unos días y mira cómo te volvieron hecho harapos. ¡¡Debí venirme contigo!! ¡Nadie se mete con mis chicos del E.E.I o mi mano derecha incondicional y vive para contarlo! —Estaba furioso, el fuego verdoso en sus ojos o aura macabra no mentían.

—Tranquilo, lo mío solo fueron un par de rasguños en comparación de lo de Leo, J.J o los demás, nada grave, Chris. —Le expresó ese roedor de laboratorio con una sonrisa y paciencia únicas para calmarlo.

—Pero Phichit…

—¡Conchale vale!, ¡pero deja la ladilla que ya lo oíste, carajo!

Sxf:  Clanck!

Alessia arribó a su rescate, esos nudillos huesudos y llenos de anillos de orfebrería maciza en toda su sien le dejaron un enorme chichón. La escenita de los extranjeros ha llamado la atención en los pasajeros, los residentes y trabajadores del aeropuerto de modo chistoso.

—¡¡Auchs!! ¡Hey! ¡Eso dolió!

—Te daré otro coñazo si continuas así y esta vez no serán mis nudillos sino la empuñadura de mi revólver, ¡Y ya suelta al ratón, que él está fino! ¡Lo vas a desbaratar!

Se lo quitó de las manos con esa fuerza sobrehumana que rebasa los estándares normales de toda chica haciendo parecer a Phichit como esos animalitos que tiene de mascota (no pesaba nada), El suizo se quejó, La portuguesa de procedencia venezolana lo regañó y el moreno presintió que esto no acabaría en buenos términos cuando el Eros maduro, salió con semejante arbitrariedad de su parte.

—Por andar de mano-larga, rezongona y hecha una diabla es que no consigues marido.

—Ay Christopher Nohah Giacometti… Ahora si te jodo a golpes la cara,  ¡COÑO E’ TU MAE’!

 ¡¿Espera?! ¡NO! ¡LA CARA NO!

—¡Con un herido basta y sobra así que dejen de pelear! —Phichit sonriente se puso en medio de los dos (en sí, protegió a Chris de su posible atentado viendo que Alessia no se anda con rodeos) llamando a la paz y el amor—. ¡Mejor vayamos a comer! ¡¿QUIÉN DIJO YO?! — Y alzó su puño con ganas, destilando felicidad. Pues digamos que allí, todo esbozo de trifulca se terminó.

Estando en un Mc’Donals, se dedicaron a charlar, Alessia y Chris le comentaron de las últimas intervenciones que hicieron en Rusia, Phichit fue a lo directo con los últimos allanamientos hechos o los cateos para recuperar esos espacios territoriales que los Kazumas se han acreditado sin justa causa, solo por cuestiones de poder. En algún momento la plática se tornó templada, pues Phichit debió dar con lujos y detalles, los nuevos hallazgos encontrados tras su combate contra Raven.

De los recursos aberrantes (si es que se le puede llamar recursos el usar a seres humanos en sus experimentos) que les han servido para escalonar abismalmente a la cumbre de su imperio o de sus escalofriantes estrategias auspiciados por esa organización criminal. Alessia y Chris enseriaron sus perfiles puesto que por primera vez y en mucho tiempo, no le veían una mirada cargada de rabia e impotencia en el Tailandés, la presión que ejerció en sus dedos sin querer ha destrozado el vaso vacío de plástico, era una prueba de ello.

—Lo que nos cuentas es… Tan…

—Lo sé. —Puntualizó el capitán Chulanont a la Capitana Do Santos—. No hay palabras para repudiar una porquería como esa.

Phichit se obligó a sosegarse para poder continuar sus explicaciones. A modo temporal, él había reparado una coincidencia escalofriante en esos Yakuzas con respecto al modus operandi del Viejo caso archivado que llevaron sus Ex-jefes en vida, y de ser así, saben que esto no es bueno porque sería revivir una trama de su pasado, saben que sería estrellarle en la cara al despacho gubernamental que ellos siempre tuvieron razón y finalmente, sería una bomba de tiempo para que cierto colega suyo estallara con justificación y resentimiento… Phichit temía internamente…

Temía por lo que pueda pasarle a Yuuri o su estabilidad emocional, y más ahora, sabiendo que la hija de Andrei se ha involucrado sin querer en el caso clasificado.

—Juro que de no ser porque ese día teníamos a algunos oficiales heridos y uno que otro inexperto en la emboscada, me daba lo mismo batirme a muerte con ese malnacido de Raven o con el quien sea de los Kazumas. La vida y la ciencia son grandes premisas para mí como persona y como pregonero de la paz en mi visión, de solo acordarme me hierve la sangre…

—Calma, Chulanont… —Chris fue la voz de la razón, realmente se sorprendió por esa actitud en su Capitán y decide reconfortarlo—. Sé cómo te debes de sentir porque te movió una fibra muy delicada para ti, pero las cosas se dieron así por algo y eso nos está permitiendo en llenarnos de razones y armanos como se debe para enfrentarlos no solo a ellos, sino también a nuestros dirigentes. Nos guste o no, toca ser asertivos y hacer nuestros movimientos con cabeza fría.

—Te entiendo pero… Me siento con tanta frustración…

—Ándale chamo, hazle caso al sensual suizo de tu jefe. —Apoyó Alessia con un donaire menos estructurado pero igual de firme—. Chris no lo dice por joder o creerse la verga mayor de Suiza.

—¿Y quien te dijo que no lo soy, Mon’ amour? —Aceptó orgulloso esa jugada con voz de galán. —y la tengo bien «grande» y «puesta»—. ¡Pero Chris, es Chris!, ¡cambió todo con su doble sentido del humor!

—¡Oh, por favor!, ¡ya deja tus maricadas…!

El ademán de vitorear con su mano le demostró lo contrario, Chris rió con malicia y Phichit le miró acusador fallando por completo, acabó riéndose liberando su mal sazón. Chris se dio por bien servido al contentar a su amigo y Alessia continúo.

—Regresando a lo que nos compete, los hechos hablan por sí solos. El que se deja quemar pierde. Sí te dejas provocar, todo lo que ha luchado Yuuri, Chris y tú se irá al caño. ¡Adiós! ¡Bye! ¡Como le quieras decir!, ¡Y eso sería peor! Así que si realmente quieres joderlos, solo queda esperar el momento adecuado y…—Aquí hace el gesto de guillotina por su cuello usando su mano—. ¡Listo! ¡Esos hijos de puta tendrán su merecido en un, dos por tres!

—Comprendo. —Debió admitirlo—. Aunque me cueste un poco aceptarlo ya que en cosas así, no suelo ser «paciente».

—Nadie lo es, amigo mío. —Habló Chris con ese estilo tan propio y elegante en él—. Pero ya verás cómo los quebraremos en su juego la próxima vez y lo mejor es que ya estaré aquí para molerlos a golpes contigo y el resto.

—Yo estoy dispuesta a patear un par de traseros. —Levantó su índice con gracia la dama, luego recordó algo—. Y ahora que tocamos ese tema, quería preguntarte algo. —Mencionó con interés Alessia—. ¿Al menos dime que le rompiste la cara cuando peleaste con el tal Bushuzhima o lo que sea? ¿Porque se nota que el tipo te sonó sus buenos golpes?

—Quizás me dejó algo magullado, Pero ni punto de comparación a lo que yo le hice… —Rápidamente explicó que alcanzó rebanarle una de sus articulaciones biónicas con sus hilos letales o destrozarle un par de huesos con su arte marcial—. Si Leo no hubiese recibido los balazos para protegerme, claramente estando en desventaja, ese tipo no se nos escapaba. Muchos de nosotros salimos lesionados de allí, sin embargo el que sí nos puso a sudar frío fue Yuuri. Se llevó la peor parte por protegernos y querer hacer las cosas solo.

—Ese niño no cambia… Es igual que nuestro Ex-jefe. —Alessia se estresó al recordar cómo era el hermano de Yuuri.

—¿Ya está mejor?… —Especuló muy serio Chris.

—Gracias a Buda y todos los santos ese japonés se encuentra bien y actualmente está en su casa, tomándose su incapacidad como debe de ser.

—¿Es broma no? —Chris se sorprendió—. ¿Ese cabrón está en descansando y no trabajando?

—Todos sabemos lo workahólico que era el Sexy-Shinigami-Amargado en vida, y el otro papasito del katsuki menor es igual o peor que él. —Alessia le continúo con su carota de conmoción.

—Pues los planetas se alinearon en su contra porque era eso o que una linda conejita con mi sobrino lo capotearan apunta de peluchazos ja, ja, ja, ja. —Rió a sus anchas.

—Oh la laa ~~ ¡Señor tailandés!! ¡¡CUENTA, TODO RATA DE ALCANTARILLA!! Las pupurinas rosadas maripozonas en Chris resurgían cuando se trataba de su protegida—. ¡QUIERO LOS DETALLES COMPLETOS DE LO QUE HIZO MI LINDA ILEGAL!

—¡Solo te adelanto que el Yuuvik es más real que nunca! ¡y al menos el atentado sirvió para que ese maldito aceptara sus sentimientos por ya sabes quién! ¡¡FUCK YEAH!! ¡¡TRIUNFO EL AMOR!! Elevó ambos brazos al cielo llorando por ese hecho. —¡Y TENGO FOTOS DE ESO!, ¡Aunque por usar el celular del tigre y llenarle su memoria casi muero!

¡¡¿NO ME JODAS?!! ¡¡¿ENTONCES EL CUADRICULADO YA LO ACEPTO?!! ¡¡C’EST MAGNIFIQUE!! ¡¡¡HALLELUJAAAAAH!!! Su emoción fue tal, que besó la punta de sus dedos para abrirlas al aire dándole gracias a Dios por ese milagro imposible.

Alessia fastidiada, entendía poco o nada de la algarabía en esos locos, no obstante, desde que estaban en Rusia, los temas colados con ese «sobrenombre» en particular la intrigaban más y más.

—¡Hey ustedes dos! —Exigió deteniendo el gozo encompinchado del par de vagos—. ¿Cuál es la arrechera que se traen con eso del «Yuuvik» o lo de «coneja ilegal»?

—¿Qué dices Chris? —Le miró gatunamente preparando el terreno—. ¿Le decimos?

—¡Of course! —Imitó el mismo gesto—. Mujer, agárrate de tu silla, porque esto es la bomba del año.

—¿Eh?

Y lo demás… Bueno… ¿Ya sabrán más o menos en qué terminará?, ¿no?


Sala de operaciones de la T.S.P.A – Tokyo / Japón
Primer día de Junio del 2017 – 02:00 PM


L
os días transcurrieron con normalidad en la academia así como en las Fuerzas Elites Especiales de la Guardia Imperial, cada quien metido en sus asuntos de primera instancia y ahora, con la mano del Mayor Giacometti coordinando las filas, las cosas adquirieron otros tintes (unos buenos pero también rosados) en donde a veces, cuando tomaban las pausas con su equipo, suavizaba las cargas lanzando sus comentarios de doble sentido, haciendo reír a muchos o mareando explosivamente a un Capitán Crispino junto al Tigre Ruso. Vickytoria por ser la novata como ilegal del grupo, no siempre captaba las indirectas de Chris en sus despistes propios de su edad o por tener un mundo de poco recorrido en ciertos ámbitos pero estaba feliz de tenerle de vuelta.

Ahora, todos están en un extremo de la sala de operaciones, reunidos leyendo reportes, coordinando las pesquisas en las pantallas holográficas y uniendo las pistas de dónde podrían estar escondiéndose los Kazumas por los mapas o rutas trazadas, en dicho receso, comían pizzas mientras el Capitán Chulanont o el Fedérale de la Iglesia les indicaba a todos que posiblemente en estos días se les uniría un nuevo miembro al equipo principal y que en su momento les avisaran para hacerle la presentación formal puesto que tramitaban algunas documentaciones faltantes para su permanencia definitiva.

Yuri sentado de mala gana, le valía un pepino lo hablado, se dedicó a comerse cada pieza de queso, pepperoni, y jamón, Otabek estaba intrigado sin demostrarlo por su estoica actitud, los demás como Sala, Mila, Georgy o J.J, si cotilleaban por eso, a Emil también le llamó la atención la buena nueva pero su amiga Vicky, seguía distraída en su aburrimiento, haciendo lindos pucheros, jugueteando con sus dedos o realizando dibujitos imaginarios en la mesa porque últimamente cierto caballero ocupaba sus pensamientos.

—¿Hola? ¡Tierra llamando a Vicky! ¡Cambio!

—Eh?! Ah?! What?!

—Estás en la luna, «Princesa Vicder» —Le hizo una jugarreta con esa referencia literaria.

—Yo… Lo siento… Sinceramente no escuché. —Se avergonzó por ello.

—No hay drama, linda Vicky. —le guiñó su ojo al arroparle con su fornido brazo y arrinconarla a su cachete barbudo en afecto, como buen hermano mayor—. Aunque para que estés así de distraída se deberá a algo muy importante, ¿no?

—¿Ah? ¡Para nada! —Mintió. abaniqueaba su mano estando muy nerviosa. Le daba vergüenza admitir su despiste y se fue por otro lado—. El bigotón de Richelieu nos dejó un taller muy complicado y si no lo gano tendré problemas.

—Oh… ¿Es por eso que estás así? —Parpadeó, su cara de cachorro curioso fue demasiado graciosa—. Pensaba que era por algo más complejo o quizás alguien de tu interés, conejita.

—¡¿A-a-alguien?! —Le miró por inercia chocante por esa conclusión, sin embargo el checo no desatinó del todo. Ella lo disimuló como pudo—. ¡Nahh! ¡En tus sueños y no soy conejito, Emil!

¿Y si ya tienen alguna idea de quién se trata? pues, les diremos que el susodicho en quien pensaba es nada más y nada menos que el serio Teniente Coronel y protagonista de nuestra historia. ¿Quién lo creyera?

Viendo que la abogada penalista, Mary Katsuki (a quien conoció de un modo bastante peculiar en casa de yuuri o que de inmediato se enteró por un lindo pequeñín cachetón que era su tía y hermana mayor del tío reservado) le explicó que se quedaría el tiempo que fuese necesario para atenderlo con todas las armas disponibles y agradeció por mucho su colaboración o por aguantarse los desplantes del delicadito de su hermano, cosa que Yuuri lo enojó y que a Mary ni le importó.

Ese día Vicky pudo conocer de primera mano la fraternidad con la cual se traban ambos Katsukis, le fascino aquello y se sintió muy contenta por saber que Yuuri está rodeado de buenas personas que le quieren. Claro, con ese gancho, ella ha de retomar con más regularidad sus ocupaciones ya sea como estudiante o como Oficial pero solía aburrirse con facilidad porque se había a acostumbrado a lidiar al jefe cari-bonito-amargado en su rutina y como ya no iba tan frecuente a su casa a raíz de ello y que Felstman de apoco fue reincorporándola con encomiendas específicas, le extrañaba.

Extrañaba sus regaños, extrañaba hacerle sus bromas, extrañaba sacarlo de quicio junto a su rollito de canela, también extrañaba sus exigencias, extrañaba hacerlo sonrojar e incluso extrañaba sus prácticidades (y más en los entrenamientos) ¡Ok! ¡A eso le llamaríamos masoquismo! pero en sí, extrañaba su presencia o tirársele encima con sus abrazos tacleadores (cosa de la que no puede disponer sabiendo que sus heridas aún están sanando) y sí hablamos en los operativos, extrañaba su comandancia a diestra y siniestra, mucho más cuando se trataba de este tipo de juntas.

Lo único que la mantenía «ocupada» y concentrada era el hecho de indagar a fondo el tema de la simbología con forma de cobra bajo la mano de Plisetsky (quien también estaba en la misma situación o más liado que ella por la conversación que tuvo hace muchos días con el Chulanont). Tras el último encuentro con los Kazuma con ese destello revelado, Vicky y Yuri son más conscientes que nunca de la magnitud del caso en la que están involucrados, internándose en aguas profundas y peligrosas.

A Yuri le urgía llegar al fondo de todo esto porque si los dirigentes de su país estaban salpicados en algo que supondría un «operativo de rutina» se armaría un revuelo enorme a nivel internacional. Él no es de lo que puyan el ojo para dos bandos (o es blanco o es negro, así de sencillo) Se enlistó como Oficial porque toda la vida admiró la rectitud y honestidad en su abuelo Nikolai cuando se encontraba activo en la milicia de su país, y no piensa fallarle ni a él, ni a su conciencia.

Por parte de Vicky, hay un voraz deseo de hacerse fuerte para no ser vista como un “eslabón débil”, de no defraudar a sus compañeros y menos a sus superiores como Chulanont, Giacometti o al mismo T.C, quienes han depositado una gran confianza en ella. Quiere ayudarlos en lo más mínimo y dar captura concluyente a esos detractores de la ley ademas de enorgullecer la memoria de su padre.

Para ello, ambos rusos pretenden hallar más respuestas y piensan que ubicando a los auspiciadores a través de la simbología comparándola o analizándola con otras existentes, tal vez logren dar con ellos. Su red continental está afectando no solo a Rusia o Japón sino a otros involucrados; y quizás pueda que se topen con algo «más»

Vicky se ofreció a llevar los residuos a otro lado, en lo que eso pasaba, Christopher había culminado con su discurso, pidiendo el cien por ciento a todos y que al menos recordaran que él, no era como el hijo de puta cuadriculado que tienen por superior. La situación se tornó chistosa, porque de un momento a otro lo que era una seria reunión, se convirtió en algo parecido a esos grupos de apoyo donde se quejan del maltrato laboral.

Tal vez tipo: «Pare de sufrir» o ¿qué sé yo?

¿Y a todas estas? ¿Esos no son los pastores brasileños estafadores con la palomita de la paz metida en un corazón?

Anyways!, retomando el vuelo de esto, Phichit secundado por un Leo en muletas, no dejaban de hablar sobre la disciplina neo-nazi-extremista de su jefe de línea y con Chris a la batuta, exagerando en sus mofas, más la pésima actuación de los gestos característicos del japonés, el descaro no dio tregua. Mila, Sala, Jean, Georgi, Emil y Otabek se sorprendían por esas anécdotas y puede que escondieran sus risas pero tenían un trémulo presentimiento de que eso, no estaba bien…

¡Y tenían razón! En vista de que el karma es premisa en esta historia, hace acto meritorio cuando la puerta fue abierta sin consentimiento alguno ya que un sujeto de lentes finos tenía rato de estar mirando el «espectáculo de quinta» que sus amigos más fraternos montaron sobre su persona. En si, le causaba gracia y le daba igual, ¡Total!, ya les conoce sus atrevimientos (aunque no es que fuese una santa paloma con esos tres y admite su lado exigente) Pero hay reglamentos por cumplir y uno de ellos era el de respetar a sus superiores o de no tomar ventaja de sus codeos con ellos.

Amistad es amistad y trabajo, es trabajo.

Con la ceja en alto y pensando ladinamente de qué manera darles al suizo cabaretero difamador, al gringo-mexicano enyesado tirando al manco de lepanto y a la rata negra vendada de origen tailandés, un escarmiento de esos malditos que solo él sabe dar, porque puede, porque quiere, y porque le da puta y reverenda gana de cobrárselas. Su lado nefasto salió a flote.

—»Ah cómo me voy a divertir»… —Neutral, el hombre se ha de acercar a paso imponente como la autoridad que es. Los otros siguen en lo suyo sin sospechar el desastre que estaba por ocurrir.

¡¡¿Levante la mano todo aquel que haya sufrido una patada en el culo por culpa de ese desgraciado japonés?!! —Gritaba Chris bien descarado.

—Si fuese solo en el culo, casi nos mata la otra vez con la conejita. ¿Recuerdas Chris? —Phichit apoyó la noble causa chillando.

—¡Hey, Chris! ¿Y si te echas el de los maratones que nos hacía correr ese hijo de la chingada cuando fuimos a Almaty? —Leo metió su sal en la herida, ¡Digo!, «aporte»

—¿Qué no fue el amargado de Kouji?

—Son la misma madre, güey.

Las risas no paraban de resonar, a veces el Yuri ruso cuyo lenguaje distaba de toda educación, afloraba una que otra vulgaridad de su parte (instado por esos tres chiflados que tiene por superiores) hasta que el único que se dio cuenta…

Ah Sakraa!!!!… ¡Chicos! ¡C-chicos! —Emil con voz famélica tirando a oírse como gallo, sacudía a Jean enérgicamente intentando no morir, el resto solo les ojeo de repelón.

—¿Qué te ocurre y habla claro para tu rey, cachorro?

—No quiero ser ave de mal agüero pero…

—¿Qué? —Preguntó Yuri.

—¡M-m-miren! —Les señaló detrás de las espaldas del Mayor suizo la figura omnipotente y severa del T.C.

«¡Mierda, el cerdo!» —Fue todo lo que pensó Yuri al quedar azul.

Katsuki, fingía su mirada seria, fría y muy fija en ellos, obviamente en el suizo también (solo que el muy chichipato seguía en las nubes de su estrellato improvisado) las sonrisas perdieron color, todo perdió color una vez se entumecieron como mártires ya que aquel, ese al que llamaban tirano cuadriculado en sus chanzas, les hizo una muda señal con su dedo indicándoles silencio y cuando Chris estaba por concluir su Stand up-comedy simulando la voz de su víctima…

—Ah y odio cuando sale con eso del: «No, no lo soy, soy práctico, caballeros. ¡A trabajar que no tengo todo el fregado día!» ¡Y bla bla bla bla, ñeh~!

—Soy toda una ladilla, ¿verdad, Giacometti? —Habló el japonés siguiendo el cuadro.

—Ni que lo digas querido. —Respondió el rubio mamerto sin voltearse—. Siempre lo serás y… ¿Oigan? ¿Qué les pasa? ¿Por qué están tan callados?—Chris miró extrañado a todos sus compañeros con una pose de divo sin igual.

Leo y Phichit con señales de humo o sus dedos apuntadores le dieron a entender a Chris que estaba en problemas. El hombre no comprendía (o quizás andaba más pelotudo que nunca) y pronto su sexto sentido hetero-homo-sensual, lo hizo entrar en razón al escuchar ese «¿Hmmmm?» detrás de él bien perturbador…

—¡OMG!— de cosas contuvo el gemido o el correrse allí mismo del miedo—. Chicos… N-no m-me digan que… —y todos asintieron con sus cabezas como esos perritos cabezones que usan los taxistas para trabajar.

—¡Ah que belleza, señores! —Retomó la palabra el hombre serio de ojos marrones—. Con gusto los llevo a mi casa y platicamos más cosas interesantes sobre mí a los muchachos, también queda cordialmente invitado, Giacometti.

—Ho-hola… Je-je-jefecito ¿Có-cómo está?

—Perfectamente. —Respondió seco—. Tan perfecto que vengo a ponerme al día. ¡Se les acabó el recreo, trío de zánganos!

—»¡A la Verga!, ¿y ese no se supone que estaba en su casa? —El fedérale masculló asustado su comentario para Phichit.

—S-se supone… —El capitán rezaba a sus dioses para que le permitiecen vivir—. ¿Será que le levantaron su incapacidad?

—Sí eso resulta cierto, no más digo que «ya valimos cheto»

—¡Ustedes allá! ¡Cierren sus bocas, que callados se defienden mejor!

—¡Como ordene T.C! —Se robotizaron en el acto con su pose militar.

Y si nos vamos con Yuuri, fue duro y para nada amable (o al menos eso demostraba por fuera, porque por dentro el desgraciado estaba a nada de soltar su carcajada reservada). Caminó un poco más ubicándose al centro con ese cabestrillo puesto, mas no le hacía perder rectitud. por el contrario su expresión corporal y todo en él gritaba un: «Están jodidos…»

Los demás se pusieron en pie y adoptaron el saludo militar por inercia más que por otra cosa.

Yuuri había considerado el ser «algo moderado» como le había sugerido su linda oficial Vickytoria, en estos días que ha estado en su casa como un pedido especial, a raíz de los bonitos consejos que ha tenido ella sobre cómo abrirse y mostrarse «más amable» con su personal, para que así, le perdieran esa envestidura de «amargado o malnacido» que tienen sobre él. Solo es así cuando tiene que serlo, Vicky sabe que con los gestos adecuados Yuuri puede ser muy noble y hacer uso de su autoridad sin encabronarse.

Pero por lo que ve, el modo «Práctico» deberá seguir activado por un tiempo prudencial o hasta que Leo, Phichit y Chris (más el gato gruñón como extra) dejen de cometer barrabasadas.

¡Okay! Seré breve con esto para todos, porque no pienso perder mi tiempo. —Sin rodeos, Katsuki les sortea una mirada indiferente por encima de su hombro al caminar de lado y ver a esas estampas que tiene por “amigos” tiritando del horror.—Haré de cuenta que esta “guachafita”  o «desorden» no pasó o que mal influencien a los chicos del E.E.I como a los de la FBS en sus barbaridades, exceptuando a Plisetsky. Claro.

Chris, Leo y Phichit sudaron la gota gorda al tragar hondo y eso que faltaba lo peor en medio de su «reservada diplomacia».

—¡Oe! ¡Yo ni siquiera tengo velas en ese entierro!. —rezongó, aludiendo demencia.

—Dejémonos de formalidades y no te hagas imbécil conmigo, que bien sabes las porquerías que lanzaste de tu boca, y agradece que estoy de humor… «Yurio»

Se sacó el clavo con ironía y de la manera más mundial. Los demás no esperaron que el señor Katsuki tuviese esos tintes banales en su actuar enseriado, más lo creen justo, ¡El Yuri ruso se lo buscó!

—¿O prefieres que te llame «Hada rusa»? ¡Oh ya sé! ¿Qué te parece si mejor te nombro «Barbie» «Cara de niña» o «Rubia oxigenada» y así quedamos a mano con lo de «Cerdo Marginal», «Japo de mierda», «Puto enano» y «Tocino con complejo de samurái»?, Es buena oferta. —Eso de ser más abierto y menos formal con sus opiniones hacia personas conocidas como le dijo Vickytoria le está gustando, pretende seguir usando eso con su homónimo vándalo de vez en cuando para pararle el carro.

«Marrano de…» —Odió con todo su gatuno ser esa burla poniéndole rojo o rabiando entre dientes.

Otabek suspiró resignado y le apretó su antebrazo, dándole señales de no hacer nada porque Katsuki tenía todo el derecho de regañarlo o de ser nefasto igualándole la tónica, tras ser pillado. Yuuri manteniendo la dureza en su sonrisa retomó su idea con los otros tres chiflados.

—Omitiendo aquello y regresando con ustedes, les recuerdo que no me importa, cuanto me lloren, me puteen, me hablen o se mueran, sigo siendo su «maldito «jefe» en esta maldita división. ¿Les quedo claro o se las pinto de colores? El que tenga un cabestrillo en mi brazo derecho no me hace inválido. Aún tengo el izquierdo libre que me pide joderlos a golpes y no estoy bromeando.

—L-lo sentimos jefecito. —Ese fue Phichit.

—Eso fue una bromita chiquita, patrón. —Le siguió Leo en su cantinflear.

—Y ya aprendimos la lección, querido y excelentísimo T.C —El último en cerrar todo fue Chris.

—Me gusta que lo digan. —Se sintió poderoso imponiendo severidad camuflada—. Mientras ustedes se quedan conmigo, el resto tiene un minuto para que abandonen este lugar y regresar a sus labores. —Decretó el T.C—. ¡¿Que esperan?! ¡A TRABAJAR!

Todos salieron corriendo, Phichit, Leo y Chris, temblando u orando, deseaban ser salvados por algún milagro divino o que pasara algo como ese programa de comedia de genero extraño llamado «omegaverse» que el mexicano les mostraba de vez en cuando con una rosa blanca que suele auxiliar a una virgen llamada Yuuri María de Guadalupe y su esposo Víctor José de las maldades del maligno.

Yuuri los mandó para una de las mini oficinas que quedaban anexas en la sala de operaciones (allí terminaría de ajustarles las cuentas en privado) el japonés relajaba su cuello con movimientos circulares o se retiraba sus espejuelos para guardárselos en su bolsillo, hasta que cierta conejita se emocionó al verle.

¡¡¡YUUUUUUUUUUUURI!!! —Su grito fue tan genuino como escandaloso, que al hacerlo parecía una cachorrita pequeña. Pegó la carrera a su puesto y le abrazó embistiendole muy contenta.

—Ahh…Ohayo Gozamasu… Vicchan. —La recibió gustoso y amable sin contraponerse.

Aunque debió aguantarse un poco ese apretón apachurrable hacia su pobre cuerpo adolorido, pensando que esos arranques efusivos en ella serán difíciles de moldear. Más no le importa, ya se ha acostumbrado.

Vicky le preguntó por sus amigos, Yuuri le hizo un pequeño resumen de lo ocurrido, ella terminó abucheándolo (o eso intentó) en su propia defensa el hombre apela que intentó ser “cordial” pero ellos no le dejaron. La niña negaba, expresándole entre risas un “No te creo nada”, Yuuri en su ecuánime ser le dio a entender que está en ella creerle o no; que por su parte, tiene su conciencia limpia y que él actuó conforme al protocolo y los estatutos como autoridad.

—¡Chubby Mentiroso!

—Soy un hombre de palabra.

—Si pero eres uno que también aplica a «raja-tabla» las practicidades. —Le ganó con capricho, y Yuuri prefirió reír con mesura, dándose por vencido.

Pronto Vicky, cambió el tema averiguándole con interés además de cambiar su chip de Oficial a su linda versión de enfermera mandona, consentida y militar, sobre el por qué se presentó a la academia.  Yuuri sabiendo lo extremista que ha resultado ser con respecto a su salud, le mostró un documento donde el médico en el día de ayer le hizo su chequeo general y le dio el visto bueno de reintegrarse a sus labores. La noticia contentó por mucho a la pequeña conejita con esa boquita de corazón y de paso, le ayudaba a Yuuri a librarse de algún «regaño» o «peluchazo» crucial por no hacerle caso, como quien dice, le ha cumplido la promesa en toda la regla.

Ese par se la están llevando demasiado bien. ¿No creen?

—Obviamente, mis magulladuras no han cicatrizado del todo, pero el medico dice que de seguir así, prontamente estaría ejerciendo mis labores al 100%, por ahora solo puedo realizar funciones de oficina o dirigir las clases a modo teórico, más desde hoy puedo incorporarme.

AMAZING! —Expresó muy feliz con ese brillo en sus ojos y manos en alza—. ¡Eso significa que al fin estarás con nosotros! ¡La academia y las misiones son muy aburridas sin tí!

—¿Ah sí? —Le miraba suspicaz sin negarse que estaba complacido por esa espontánea respuesta. Sin embargo no demostraría su debilidad tan fácil, sostuvo su fachada parca y seria ante ella—. Veamos si dices lo mismo cuando supervise tus entrenamientos y te haga morder el pavimento.

—Ehh~~ ¿Y eso porque? —Reparó infantil con su puchero.

—Porque te sacaré en cara todas y cada unas de las jugadas que me hiciste estando convaleciente en mi propia casa. No creas que se me ha olvidado. —Y en parte era cierto.

—Yuuri resentido, ¿Por qué eres así?— Rió con chiste al poner sus manos detrás de su crin.

—Porque soy tu jefe y uno bien cuadriculado.

—¡Si era por tu bien! ¡No aguantas nada!

—¿Y tú eres bien imprudente lo sabías, zanahorias? —Le respondió portándose algo ladino y sarcástico.

—Di lo que quieras, y me llamo «Vic – ky – to – ria», no «Za – na – ho – rias», zorro amargado. —Vicky tenía una pose confiada, juguetona de sí misma con ambos puños en sus caderas, y retándole en su grandeza.

—Ya veo, ¿ahora ya no soy «tu teniente» «tu Yuuri«, sino «tu amargado» ?, ¿eso debo entender? —Hizo la misma gracia pero sus movimientos eran un tanto seductores.

Vickytoria asintió directa en su elocuencia dando otro paso, aclarándole que no se ilusionara con eso del «tú», Yuuri le repitió el interrogante, como buscando confirmar eso con voz atrayente e interesante, tampoco se quedó atrás y al final todo se resumió en esa frase bandera.

—Puedes apostarlo, «amargado» Brindó ella con encanto agraciado.

Yuuri terminó de acortar toda distancia, además de sostenerle su fino mentón entre sus dedos, de juntar sus rostros aun sí sus narices o pestañas rocen entre sí y apreciar la magnanimidad de su divinura cómo debe ser. Vickytoria, ratificaba sus zafiros enigmáticos en el marrón envinado de los ojos contrarios. Le desafiaba, por ningún motivo perdería esa guerra de miradas aun cuando por dentro sintiera miles de cosquilleos por aspirar el perfume varonil de ese hombre y que le recorriece su interior, donde se vio obligada a apretujar con sus manos parte de la camisa de Yuuri por sus nervios o ese «no sé qué» que le pidiera seguir así, no tambalearse y ni separarse jamás.

A su vez, no se percataba de la atmósfera atrayente y natural que había en el lugar pero a diferencia de la menor, Katsuki ya era consciente del juego que proyectó, de la intensidad que creó, y de lo mucho que disfrutaba la química o ese fluir furtivo en ambos. Yuuri quisiera poder avanzar un poco más, solo que…

—¿Y bien? —Habló ella arqueando su refinada ceja o manteniendo ese ademán elitista y caprichoso en medio de su broma—. ¿Seguirás observando mi bello rostro o aceptaras de una vez por todas que eres todo un amargado?

—»Esta niña»… «Es increíble»… —Sonríe y niega por ese desatino en su Oficial.

—¿De que te ríes, Katsuki? —Fue intuitiva Vickytoria sin dejar de mostrar curiosidad ingenua en sus expresiones.

—Nada. —Contestó susurrado al juguetear con ese mechón platinado—. Nada en particular, Nikiforov. y disimuló el desliz impulsivo de hace unos minutos.

Encontró sensato en parar aquí su coqueteo reservado, recién tiene esas libertades y no quiere arruinar el nuevo tramo o nivel de confianza ganado. No obstante se alegra de hallar esas pinceladas francas de Vicky para con él, así sea que ella lo haga de modo inconsciente. Katsuki, tramado y con una faz engalanada se hace a un lado, dejando más confundida a la muchacha en sus pantomimas chistosas y al ponerse a sus espaldas, la mano libre la apoya en ella y le da pequeños empujones mientras le expresa su ordenanza sin dejar su sarcasmo negro.

—Será mejor que te largues o te patearé tu cola, Nikiforov. —Mintió y fue todo lo soltó. Era mejor frenar ese lado pasional a tiempo para que no fuesen evidentes sus reales intenciones.

—Eh? Really?! —Opuso resistencia y Yuuri más la empujaba en broma—. ¿No me digas que te enojaste porque te dije «amargado»? ¡Eso no es justo! —No se la creía.

Se le dio por arquearse a esa pícara y traviesa coneja para verle la expresión serena pero chistosa en Yuuri, yéndose por la tangente de modo monumental. Eso le confirmó aún más al japonés el terreno que estaba pisando y que deberá trabajar mucho en ello si quiere que Vicky capte sus «indirectas» o «intenciones»

—Tal vez… —Volvió a mentir en sus pujanzas, rápidamente se escudó en otra cosa—. Y digamos que con esto me pagas la que me hiciste esa vez en el baño de damas. ¿Recuerdas?

—¡Ay por Dios me muero!, ¡no seas infantil! —Obvio que lo recordaba.

¿Cuántos jefes han tenido la fortuna o el infortunio de mirar a la única mujer oficial de sus filas desnuda en un baño? ¡Solo Yuuri!

Vicky pensó que Yuuri cuando sacaba a flote esa faceta enfurruñada y necia (en buenos términos) puede ser alguien demasiado divertido. La risa cantarina en esa niña no la dejó dramatizar su simulada indignación y al dar un último empujón por la puerta principal, Vicky se volteó rápidamente para ver por enésima ves vez la cara a ese japonés aparentemente severo por fuera y que por dentro fuese adorable, en su inocente pensamiento.

—¿Sabes que me vengaré y no te tendré piedad de tí, verdad? ¡Piénsalo bien, amargado! —Se paró en puntiitas poniéndose a su altura y mirándole adorablemente rezongona, la muy pretenciosa.

—Solo… vete, —Seco como el mismo aunque estaba risueño. Le puso la palma en toda su carita alejándola de su presencia.

—¡Oyeeee! ¡Eso no fue caballeroso!

¿Tengo capa, armadura y espada para serlo?

 ¡OMG! ¡Yuuuuuuuuuuuuuuuri!

—¡Ok! Je m’excuse auprès de vous, Votre altesse pleurnichardes. —Su venia fue elegante con ese francés educado, uno vistoso que hizo reír por mucho a la Oficial o que la dejara encantada con su acento espectacular y luego continuó en su inglés americano de siempre. —¿Contenta?… Ya, vete a tus clases, cerraré la puerta.

—Entonces… ¿Sí vas en serio, Katsuki Yuuri? ¿Dejarás por fuera a tu mejor Oficial?

—Oui, mademoiselle. —No titubeó—. Y te responderé con las palabras que me dijiste ese día en el baño: «Este Teniente Coronel, ¡Sí lo hará!, ¡Y puede apostarlo, Oficial!» —No hubo «bang», pero sí acabó todo con un «¡adiós!» y su portazo.

Ella, la Oficial revoltosa no salía de su estupefacción de diva dramática, estando fuera de esa sala y acogiendo una postura de reina pasmada con sus puños de lado y lado diciendo para sí un—: ¡Ja! ¡Y realmente me cerró! ¡Mooohh~~, esto es la guerra! —En su índice de maldad adolescente e infantil. Dejó atrás el fogueo vivido al pasearse con gracia por los senderos en su contoneo de pasarela y dedo índice en sus labios sonrientes.

—Ese zorro las pagará con creces. —Su maldad infantiloide salió a flote como el brillo incandescente al cerrar su puño—. ¡Y ni que me hable con ese bonito francés se salvará! —No veía las mil y una formas de ganarle todas las cartas a su jefe. A ese Oficial amargado, de ojos bonitos como el vino, que tiene un dulce sobrinito y que cuando se lo propone era todo un príncipe azul, solo que ahora no lo fue del todo e igual se rió—. Tonto Yuuri cari-bonito, ¿cómo se atreve? — claro que reia encantada de este día, de su amigo y de lo que vio.

¿Oh y qué pasó con ese Teniente Coronel?

Les comentamos que Yuuri descansaba su frente encima del acero que compone la entrada tras asegurarla, esperando que el frío le refrescara su acalorado juicio o razón de ser, y cerrando sus párpados para aplacar sus ansias… ¿En serio hizo eso?

¿En serio se comportó de esa forma?

La respuesta era un «sí», y fue una en la que nunca se sintió tan vivo consigo mismo pero que bien, no fue correcto por los perjuicios y los juzgamientos que le harían a futuro en caso de ser pillado en «esas»

Hagamos contexto, por el cargo que ostentaba le era imposible puesto que la persona que le gusta pertenecía a su cúpula policial, el segundo punto sería su diferencia de edad y otros detalles que la sociedad japonesa no le perdonarían por su cultura tan estructurada.

Mucho menos a Vickytoria. Ella sería la más afectada.

¿Quién dijo que sentir un fuerte vínculo hacia alguien sería sencillo?, pues anotaremos que para Yuuri, ¡no lo es!

—Katsuki, eso que estás haciendo está mal… —Se reprendió por dejarse llevar y el suspiro afanoso escapó—. No debes… No puedes… No tienes derecho a arrastrarla egoístamente y lo sabes. Ella es una inocente niña y la puedes perjudicar sí… continuas así… —Y cada aguja fue peor al perforarle más su sentida conciencia.

Aunque bien, un hámster, le animo.

—¡Yuuri Katsuki, te prohíbo pensar así y sabotear mi ship! ¡No después del bello espectáculo que ví! —El obturador de la cámara que iba como a diez clicks por segundo, lo desorientó.

—¡Eh?! Phichit?! ¿Q-q-que haces aquí? ¿No deberías estar en la oficina interna?

—Debería, pero mis ojos y mi IPhone capturaron para la posteridad el embrujo romántico de ustedes, son mi ejemplo a seguir.  ¡QUIERO MI YUUVIK!

—Deja de… d-d-ecir esas cosas. —Quedó ruborizado sobre esas deliberaciones.

—¡Vamos amigo, tu puedes!, ¡ve por tu chica!, ¡que te valga la ONU y todo lo demás!, ¡yo te ayudo!

—Vicchan no es mi … «chica» o lo que sea que pienses y sí me escuchaste bien, sabes que no puedo tener algo más que una «amistad»… ¡Solo eso!

—¿Oh así que Vicchan? ¡Vaya!, ¡eso es tierno! —Yuuri quería golpearse por soltar aquello sin pensar y Phichit más que nunca se ha de convencer que tiene la razón—. Yuu, escúchame… Se nota a leguas que la quieres y que en estos días en que ella ha estado en tu casa has reforzado lo que sientes. Si nos vamos con Yuuki, mi sobrino también la quiere muchísimo. No le niegues a Yuuki y a tí esta linda oportunidad. —Su amigo fue comprensivo al despejarle sus inseguridades.

Yuuri en medio de sus afanes tímidos, hablaría de sus miedos…

Sí no fuera por un par de bocones que se metieron sin permiso… ¡Todo iría perfecto! ¡Joder!

¿Alguien quiere pegarles? porque yo como narrador omnisciente, tengo ganas de hacerlo. ¿Quien me acompaña?

—¡Ándale!, ¿Lo dice el cabrón que le puso un nuevo apodo bonito y todo a la güera?! —Leo salió de su escondite para cotorrear a gusto matando toda posibilidad—. Bien que te gusta la pelusa, no más esas miraditas dicen mucho, Yuuri goloso.

—¡Y oficialmente puedo decir que no has perdido el toque de «Eros»!, ¡Sigue vigente! —Para completar el mogollón, apareció el demonio de Chris invocado por Satán—. Esos acercamientos de Don Juan, los suspiros, el calor, la tensión, ¡Uuufff! ¡Necesito aire porque hace mucho calor aquí! —Hiperventilaba peor que Phichit—. No más digo que me quedó faltando un «beso francés» lleno de impuro deseo y pasión para rematar el momentum.

—Si tú, señor «beso francés»

—¿Y según tú cómo hostias debería decirlo?

—¡De lenguita!

¡SUFICIENTE! —Yuuri se enervó por esas desfachateces de «sus amigos» y Phichit codeó al par de demonios por su tomadura de pelo—. Ustedes tres… A la oficina… ¡AHORA! —Sentenció y se fue a paso a acartonado como pesado, rezongando en su idioma o haciendo acopio de su fuerza de voluntad para no sacar su revólver y descargarlo encima de ellos.

—Ay, ese chino culero ya se enojó de verdad, quiero a mi «Guanita» de Guanajuato…

—Y yo a mi mamá, ¿será que nos pasamos?

—¿Noooo, que vaaaa? —Les vitoreó Phichit con el palo de su selfie y esos dos se protegieron.

—¿Tú crees poder salvarnos, Phi? —Chris y Leo se comían las uñas.

—¡SÍ fuese Yuuri también me enojaría con esos comentarios! ¡Como nos mande a la mierda con eso de los archiveros y nos toque quedarnos hasta las dos de la madrugada, los haré filete con mis hilos letales. —acotó Phichit debido a esa falla garrafal en sus compañeros quienes se quejaron.

Katsuki por su parte, nefasto como nunca, no les dio pausa recordándoles su orden.

 ¡HEY HOLGAZANES!

—¡¡¡GYAAAAAAAAAAAAAAAAAGH!!! —Los tres locos temieron por lo que les pudiera pasar.

 ¡¿PARA HOY O PARA MAÑANA?! ¡MUÉVANSE!

—¡S-S-SI SEÑOR, TENIENTE CO-C-CORONEL!

 ¡PERO YA! ¡CARAJO!

Más les valía a los chiflados hacerle caso al zorro Oficial Imperial o sino todo se pondría de Guatemala a Guatepeor…


En algún lugar de mala muerte de Shibuya – Tokyo / Japón
Primer día de Junio del 2017 
 – 02:00 PM (mismo día)


En total facultad de sus sentidos, no había mejor punición que auto-contenerse a sí mismo, al procurar de no estar visibles en plena luz del día para los demás. Los criminales, líderes de cierto grupo desertor huían de la ley o de sus agentes desde hace semanas y con tal de no dejarse capturar como es lo habitual en estos casos, iban a los suburbios, sitios olvidados o desprestigiados de los estratos bajos donde la policía no tuviere dominio alguno. Akon Kazuma en compañía de su hermano Raven Kazuma, operaban en las sombras cualquier movimiento. No negaran que la situación se ha agravado, pues lo que debió ser el final para cierta escoria de procedencia oriental, ahora se les ha volcado en contra en un abrir y cerrar de ojos.

La cicatriz maltratada de Akon fue entre comillas «simple» de subsanar, lo mismo que las puñaladas que recibió en comparación a lo ocurrido con Raven. El combate que sostuvo con aquel Policía de tez morena terminó en una dura gresca de descuidos o fallas monumentales, tan así, que el sujeto supo tomarlo a favor y rebanó de un movimiento efectivo de sus hilos unos de sus brazos biónicos. Raven en un estado colérico de solo ver la minucia de pedazo metálico de su cuerpo que aún posee por «extremidad» porque aún no ha podido auto-reparala como quisiera, jura que de tenerlo cara a cara lo acuchillaría hasta hacerlo rogar piedad. Esos perros los tienen en la mira, de esquina a esquina, aguardando por alguna movida en falso y allí capturarlos. Por consiguiente, necesitan ser lo más sigilosos que puedan para que no les detecten.

Tampoco tenían información sobre Jay C o de su paradero; a su hermano se lo ha tragado la tierra de forma semejante a como las olas se llevan con ellas lo primero que se les atraviese. Muchas de las mercancías que ocupan un vasto abanico de actividades como el control de las apuestas, la extorsión, el contrabando, lavado de dinero, la especulación de bienes inmobiliarios, el tráfico de drogas y armas (donde estas últimas, son en sí su materia prima), les fueron confiscadas por las redadas o planes de choques del FPJ de la mano con el F.E.G.I, y cuyas divisiones a cargo del mismo hombre que ya debería estar en el basurero, el Teniente Coronel Katsuki Yuuri, eran su amenaza primordial.

La frustración o el ambiente en ese estudio rebuscado de Shibuya no ayudaba en nada con sus emociones, Akon al soltar el estupor blanco de su boca causado por ese cigarrillo de marihuana, solo le deseaba la muerte instantánea para el malnacido japonés y su gente, Raven si bien no hablaba, maquinaba los mismos pensamientos de venganza en igual o peor forma; y en cuanto a su otro problema, son conscientes que en ese instante, cualquier cosa les puede pasar porque ya deberían de haber dado algún reporte.

Ellos esperan retener el tiempo, uno el cual es muy escaso y se les escurre poco a poco como el agua de sus manos.

Sus secuaces, envueltos en esos trajes sobrios, elegantes y sin mucha procedencia les comentan de los últimos golpes (para males, muy negativos) o de las bajas obtenidas en los territorios visibles que cubrían. Akon, al ser figura principal en la jerarquía (un Oyabun) rugió exasperado, lo suficiente para imprimir una gran fuerza y que de un braceo mandó al piso cualquier vidrio con líquido alcoholizado de esa mesa burda de madera que separaba por centímetros a su lacayos de ellos. Claro, por inercia, los hombres tomaron una distancia prudencial para no verse encontrados en el camino del Nipon-Afro-Americano enardecido. Conocen perfectamente sus reacciones violentas y no desean tener un mal fin. Raven, en su calidad de mano derecha (Sumiyoshi) no sugestionó nada, no mencionó nada, simplemente ordenó preparar un auto con su cordón de seguridad para llegar al sitio y ajustar cuentas con los encargados de perder tal mercancía…

Son las 14: 20 horas de la tarde, se deslizaban por una vía poco transitada (de esas que las autoridades desconocen, para escabullirse sin problemas) en los asientos de atrás, Raven se mantenía en una postura relajada, de piernas cruzadas y con su único brazo bueno apoyando su mentón, meditaba a ojo cerrado las equivocaciones cometidas. A su lado Akon, tragó con apuro un buen whiskey que tenía disponible a la mano, no se le difuminaba el mal genio generado por el cúmulo de problemas en estos días.

—Si continúas bebiendo así no servirás ni para «jalártela» y tus heridas no sanarán.

—Tú fumas esa mierda, yo puedo beber lo que me venga en gana.

—Lo mio puede pasar como «medicinal», pero haz lo que quieras.

Raven, optó por seguir en su postura relajada mirando el paisaje urbano destruido por el vidrio de su ventana. Lo hizo para darle espacio a que su hermano enfriara su «necia» cabeza, espero un par de minutos y cuando vio apropiado hacerlo, solo habló.

—Akon…

—¿Hmm?

—Sabes que esta calma de la cual gozamos es «momentánea», ¿verdad?

—Lo sé… —Se tensó tras esa afirmación. Sabía que tarde o temprano Raven iniciaría esa «conversación»

—A estas alturas cualquier cosa puede pasar, y no está demás el decirte que debes estar preparado para cualquier «llamado» que Tryannus nos haga.

—Eso lo sé, lo sé, lo sé… ¡Arhg!, ¡Maldita sea! —Masajeó con más estrés toda su faz a través de su palma y dedos enormes. —Y el idiota de Jay C. nada que aparece ¿En dónde cojones estará ese gusano?

—No lo sé y ni me interesa, bro. —Raven fue concreto en su respuesta—. Te apuesto lo que quieras a que ese perro debe estar follando con cualquier puta por ahí, mientras tú y yo nos rompemos el maldito lomo para ver cómo escapar de este lío.

No es que lo odiaran, es su hermano después de todo, pero no es primera vez que Jay C, se las tira de mago Houdini en momentos cruciales.

El camino seguía, aún faltaba algo de tramo para acercarse a las pintorescas calles de la «Shibuya» imponente, la que a los ojos del mundo es preciosa y no el «Heneken» de mala muerte por donde pasaban. Dicho carril vacío seguía en solitario y más adelante, la charla de ambos hermanos como el arranque de su vehículo de lujo se vio interrumpido segundos después de que fuesen interceptados por unos motorizados y carros sin placas de ubicaciones desconocidas. Acto seguido, los diez hombres que formaban el anillo de protección en ambos Kazumas bajaron de sus transportes en medio de esa confusión para cumplir su papel pero fueron asesinados de manera rápida y silenciosa usando sus armas especializadas destrozando todo a su paso, unas que no todo mercado negro del común puede conseguir tan fácilmente, aun si goza con la fuente de conocimiento, el contacto deberá si o si ser peso pesado e influyente…

Raven y Akon escudados detrás de las puertas abiertas de su vehículo y portando sus Ruger Super Redhawk y Colt Anaconda (revólveres previamente modernizados para ir a la vanguardia) se hallaban alertas para cualquier vestigio en su contra y de la nada, sobre el mar de sangre, muertos y casquillos de proyectiles, una figura femenina de vestido sobrio pero ceñidamente sofisticado aparece en su taconear.

—Her…mano… ¿Ella no es?

—Deborah… —Esos ojos púrpura los reconocería en cualquier lado.

—Señores Kazuma. —Espetó la dama a lo lejos—. Acompáñenos, por favor.

Siendo Deborah Kishner, mano derecha y pareja por default de Tryannus la propiciadora de tal cruzada no podián irse a la deriva y hacerle frente como quisieran. Estaban en desventaja. Ellos con sus ojos vendados y pequeños sacos de tela negra sobre su cabeza ingresaron a un auto igual de lujo que el suyo, la organización a la cual pertenece Deborah ha desaparecido las víctimas abatidas, así como los vehículos que portaban. A las 14: 40 horas llegaron a otra zona intermedia, exactamente a una vieja fábrica que era de los dominios de los Kazuma y que solo era usada como escondrijo temporal de sus porquerías.

—Ahhhggg . . Necesito fumarme algo o me volveré loco. ¿Me comprendes hermano? —Un rubio de ojos azules, contextura delgada y que usaba sobre sus cabellos uno visores Lancer Tactical Airsoft paseaba su naipe entre sus culebreros dedos muy aburrido.

—Hablas «demasiados»… —Declaró otro hombre con un masticado inglés muy plurificado a su costado. Llevaba unas túnicas extrañas, era de facciones profundas, algo ojerosas y que afilaba sus sables de lo más habitual.

La puerta al ser abierta el talante cambió a uno macabramente alegre en el primer sujeto, su compañero, férreo en su parquedad, recibió como se debe a su apabullante «jefa» y los Kazumas fueron jalonados a empellones hasta esa parte de ese lugar. Deborah con esa boquilla de cigarro de los años 20’s que la hacía lucir como toda una Madame X, caminaba pausado en su sutil bambolear de caderas y cuando vio indicado iniciar el «careo», en un chasquear de sus dedos hizo que los mercenarios dejaran ir de bruces al suelo de metal corroído a ese par de Yakuzas o de liberarlos de su obscuridad para que vieran el «espectáculo» que estaban por experimentar. Al afinar sus pupilas con el contacto de la luz, divisaron lo que podían y causó que todo en Raven o en Akon se reprimiera.

Y si ya antes los presentes efectuaban un fuerte escozor de presión en ellos, ensombreció aún más, cuando Deborah fue sacando un aparato especial, donde procedió a buscar un «contacto» específico. La voz grave, sardónica y bromista (esa maldita voz) adquiere cuerpo de un sofisticado holograma virtual que rebota en ecos audibles por ese espacioso como lúgubre lugar.

—Akon, Akon, Akon, Akon, querido Akon, es bueno verte, amigo mío. ¡Ya te extrañaba! —Tryannus se hallaba casual en alguna mansión privada de Miami, gozando de los placeres de la vida y de su buen habano—. Me preocupé tanto por tí, que mi gente me ha hecho el encarecido favor de «buscarte» ¿Qué tal? ¿Todo bien por allá en Japón?

—De «Maravilla»… —Akon soltó eso con ironía y su hermano por reflejo lo codeó de mala gana.

—Tranquilo Raven, adoró el rabiar de tu jefe, me agrada.

—Pudiste perfectamente llamarme en vez de mandarme a tu jauría. —Su puya fue directa.

—Nada personal, ya conoces a Deborah y sus métodos radicales. —Se excusó sin mucha estela—. Yo soy más «diplomático» en mis juegos, que ¿Por cierto? ¿En qué quedó lo nuestro? —Hubo silencio helado en el líder Yakuza y su mano derecha que Tryannus detectó—. Esperaba mayores resultados…

Ese gran y austero silencio se apoderó vertiginosamente en los dos hombres capturados, secándoles sus gargantas, el apretar de sus dientes era un fuerte indicio para el gran magnánime jefe británico de que las cosas no han marchado para nada bien. El hombre lo sabía. Le era obvio el asunto puesto que siempre se anticipa. ¡Es más! lo había hecho previamente; claro, siguiendo sus propias reglas para no dañar el «juego» que justamente diseño y así no «perder» su interés.

Se extasió plácidamente en su sillón amueblado de marca, sin dejar de aspirar ese humo alucinante del habano que fumaba con gentiles movimientos de todo aristócrata, y al acomodar esa pérfida sonrisa, procedió a mover sus fichas. Ya era hora de un «Ultimátum»

—¿Y bien? ¿No se supone que los asiáticos se destacan por ser «educados»? ¿Dónde quedaron sus buenos modales?

—Tryannus… —Akon por fin aclara su atorada garganta tragándose cualquier impulso y exponiendo su mejor fachada—. Sé que para estas alturas ya deberíamos ir por la tercera fase del plan…

—Pero hemos tenido un par de «inconvenientes»… Nada grave, señor. — Raven hizo lo mismo al complementar lo dicho por su hermano mayor.

—Sí a «inconvenientes» se refieren al patético desenlace que su Clan obtuvo en este mes con el Oficial del F.E.G.I, el cual no conozco porque no me ha dado la gana de hacerlo así como de su gente, déjenme decirles que esto ya pasó a otros tintes, caballeros. —Su actitud cambió a una completamente sombría y su mirar fue igual de penetrante—. Mucho más si toca reponer inversiones en las preciosos instrumentos de «trabajo» que se les delegaron—. Señaló con propiedad el cacharro que Raven, tiene por brazo destruido.

Por muy holograma que fuese, los Yakuzas lo sentían tan real, que cada filo de sus frases traspasaba las sensaciones ansiosas en ellos y Tryannus, por supuesto, le encantaba hacerlo. Adora deleitarse en medio de sus bromas del sufrimiento ajeno.

—Ahhhh~ señores, señores, Le diré un par de cosas. —Dio otra calada más a su apreciado habano, lo dejó sobre su cenicero, adoptó una postura más seria al juntar las puntas de sus dedos y recargar el peso de sus brazos encima de sus piernas—. Ustedes y yo quedamos en un mutuo acuerdo donde ambas partes deberían jugar sin entorpecer los resultados. Como una tregua de paz para darles mi segundo voto de confianza. Yo hice la mía brindándoles «mi» valioso tiempo, «mis» juguetes y gran parte de la mano de obra. Ustedes tenían que cumplir con sus items y todos contentos. Ya lo saben, mucho caos por ahí, policías muertos por allá, testigos que acabar, mucha droga que inundar, territorios por conquistar y putas por regalar, etc, etc, etc. If you know w hat I mean? —Fue cínico al relatarlo con naturalidad y para colmo se servía su coñac. —Pero hasta la fecha no he visto gran cosa y eso queridos amigos, me está a – bu – rri – en – doooo~ como no tienen ni idea.

—Señor Tryannus nosot…

—Ya te lo dije. —Akon cortó toda respuesta en Raven. No permitirá que ese «tipo» les vea flaquear—. Hubieron «impases» pero ya nuestro Clan se está poniendo al día con ello y…

—Les completó su repertorio: cranean su plan, pelean, el policía heroico les descubre o termina pateandoles el culo en el último minuto acabando con sus chicos, gastando más dinero de lo presupuestado y yo pierdo cualquier mercancía subliminal. Bla, bla, bla, bla, bla. ¿Les sigo? —Movía su mano derecha con gracia al relatar todo con gran sentido del humor negro exagerado.

Era tal que hizo reír al de piel caucásica, que su compañero de tez trigueña le mirase con un buen grado de represión haciéndole callar o que un tercer individuo se metiera por el medio juguetonamente para impedir la masacre anticipada del árabe hacia el británico. Deborah, fastidiosa, ya sabía la rutina de memoria sobre la forma tan «particular» que tiene Tryannus en sus discursos. ¡Odiaba eso! y él por el contrario, le ha encontrado chiste en irritarla. Ya contento por ello, prosiguió en su idea.

—Conocen las reglas, conocen nuestro «lema», conocen el «por qué» o el «para qué» de nuestra ideología, conocen nuestra existencia y más que eso, conocen el cómo soy. . .—Esa sentencia se indicó en sus ojos de iris miel endiablado—. Creo que no está demás recordarles al Clan Kazuma, lo que les puede ocurrir si le vuelven a fallar a nuestra Organización. Todo tiene su límite y el mío se va copando.

Deborah al ver la señal en su jefe, ella dá aviso a dos de sus hombres para que trajeran algo enorme cubierto por una manta y luego, el telón fue descubierto dejando ver el despojo moribundo que está frente a ellos.

—A….Ayu…den….me…— Su hermano menor, Jay C había sido torturado hasta el cansancio.

De las múltiples magulladuras en su cuerpo, las costillas rotas o de las cortadas tipo sierra profundas que recibió, lo hacían casi que irreconocible. Sabían que era él, porque continuaba usando el atuendo en que originaron la errada emboscada.

¡Mierda… Grrrr…! —Gruñó, Akon.

¡JAY C—Raven explayó sus ojos al máximo a causa de la impresión.

Lo tenían «allí» expuesto y a la vez era como si «no lo fuera». Su razonar les decía que «estaba allí» pero su conciencia les jugaba ese lado traicionero, fue como ver una versión inesperada del Kazuma pedante envuelto en un grifo que expulsaba agua por doquier (claro, que esta era su propia sangre en exceso debido a las técnicas de tortura que plasmaron en su piel) se encontraba suspendido en el aire sobre una estructura móvil y las tres personas, los cuales eran los guardias de confianza en aquella mujer de sangre azul, se posicionaron en puntos estratégicos.

Debido a que estaba amarrado a varias cuerdas que estiran adrede sus extremidades inferiores todo le dolía, en especial una que de seguir forcejeando, apretaba con vehemencia su cuello sofocándole de a poco el oxígeno que llegaban a sus pulmones.

—¿Le gusto mi trabajo madame? ¡Es toda una obra maestra! —El británico de visores steampunk se enorgulleció como si de un cuadro de arte se tratase.

—De dejarme a mí a esas حماقة , recibiría un buen «escarmientos» tradicional. ¡Por Ala! —El contrario le ojeaba por su hombro muy circunspecto.

—De hacerlo nos jode la jefa, así que olvídalo, Aladdin.

—Señores, señores, calma. —Habló en tonalidad jovial una joven de lentes redondos marca Trixies no mayor de dieciocho años—. La idea era dejarlo vivo, no muerto, Yasser. ¡Y puede que no te haya quedado nada mal Stank, aunque… —Aquí la señorita de iris fucsia reparó en sus adentros varias salidas que luego exterizó como lo más acertado—. Yo hubiese optado por cortarle todos sus dedos de un tajo o quizás su miembro.

—¡Wow, wow, wow, wow! ¡Para el carro Fergy! Soy un hijo de puta que disfruta el arte de torturar pero no tanto, soy hombre, ¿recuerdas, preciosa?

—Lo que sea. —La dama de hierro finalizó todo sin mucha importancia. —¡Stank!, ¡Yasser!, ¡Fergy!, concéntrese en lo que estamos!

—Yes, Madam. — Los tres secuaces afirmaron.

Akon estaba hecho un mar de rabia contenida, Raven sudaba frío, y no podía articular palabra alguna. Ambos, arrodillados, amarrados, apuntados con esas armas justo sobre sus cabezas y sin poder hacer nada para auxiliar a Jay C; asumen que a causas del último ataque fallo que ocurrió en la aduana llegó a oidos de aquel sujeto, ahora esa preocupación se les dibujó muy claro en sus caras, pero tampoco podían eximirse de sus novatadas, solo que no esperaban que fuese tan pronto. No esperaban se tomados de esa forma tan burda o en sus narices. No esperaban este sin fin de calañas e incluso ni saben lo que estaban por vivir.

Tryannus, viendo que ese par colapsaban bajo su merced, desató sus hilos declarando los continuos desaciertos e ineptitudes de los Yakuza de manera venenosa pero sin dejar a un lado su deliberada cordialidad de diablo envenenado e impecable. Raven y Akon entre murmullos argumentaban el porqué de esos escombros, quizás como un plan apurado para mitigar toda actividad amenazante en su existencia o de resguardar lo poco que queda de Jay C.

Sin embargo, Tryannus no es de aquellos sujetos que a los que puedan taparle el sol con un dedo…

—Excusas, excusas y más excusas. —Saboreaba cada gota alcoholizada de esa copa que agitaba con delicadeza de sus manos al observar en lo que hablaba—. No han cumplido con su parte del trato, no han silenciado al tal mencionado Intendente «Yama» algo o lo que sea, y tampoco han podido con ese «Oficial», eso me da a entender que les quedó grande el saco.

—Señor Tryanus aun podemos con su encomienda solo… Denos más tiempo para efectuarlo y….

—¿Más del que ya les he dado? —Calló el Yakuza de rastas tragando hondo—. No creo que eso sea posible.

—¿Y si te doy garantia de que sí se efectuará tu juego?

—Akon… —Musito muy bajo Raven al contrariarse por el desespero corroído en su Oyabun.

—Acabaré con Yamamoto, recuperarás tu maldito dinero y te daré en bandeja de plata la cabeza de ese policia.

—Oh ¿no lo sé, querido amigo? —Se hizo el desinteresado—. No quisiera dar mas alargue en esto puesto que…

¡Dos meses y medio! y Akon se mandó al pabellón de los fusilados con su última carta—. ¡Solo 2 meses y medio! ¡Ni un día más, ni un día menos. ¡Te prometo resultados!

—¿Y si no los hay? —Sugirió con buen tinte de altivez al mirarle o levantar su ceja.

—No habrá más margen de errores… Te doy mi palabra de que ese maldito «Oficial de mierda» deseará no haber nacido por ponerse en nuestro camino o el tuyo, junto a todo lo demás.

El sudor y su intento de verse seguro para alargar su vida o la de su gente estaban presionando a Akon.Tryannus sin estar ahí pudo oler con sorna extasiada en su gestos corporales esa necesitada oportunidad de su presa. En sí, Akon y sus hermanos solo son un insignificante eslabón más para el líder criminal de cabellos y barba estilizada tan rojos como el carmín y así escalonar a su real cometido en tierras asiáticas.

Uno el cual estuvo a «esto» de alcanzarlo en su convulsionado pasado y que por circunstancias de la vida debió «interrumpirlo»… Por ahora, solo jugaba con ellos, pero tal vez con esto, el Clan Kazuma ya devenguen con más seriedad lo que tienen que hacer tomando de motivación su iluso anhelo del «poder absoluto»… Porque en medio de todo, ellos se creen hacedores de tal privilegio cuando en realidad son desechables para él magnate que los escarmientaba.

Él mostró de apoco esa malévola sonrisa tan blanca como falsa en la obscuridad que le rodea, maquinó a fondo sus pros, sus contras, y enunció su «elaborado veredicto» como siempre, jugando a su favor.

—Mmmm… ¿Ya te he dicho que me agradas, verdad? Tu mal genio me alegra la vida cuando hacemos las videollamadas, así que solo por eso, te concederé lo que me pides. —Ambos hermanos sintieron que esos escombros en tiempo de paz revitalizaron sus cuerpos para que sus almas regresan—. Pero… Lo cierto es que como veteranos en esto, deben saber que toda penalización será castigada. Eso incluye el fatal desempeño que tuvieron.

Y todo en ellos volvió a desmoronarse.

—En la cadena de supervivencia es bien sabido que los más fuertes viven o que los débiles perecen. También es de ley que en los juegos a veces se gana y en otras se pierde. Esta vez perdieron. Solo aceptenlo… —Bebió con soltura el coñac sobrante que quemaba su garganta, sintiéndolo exquisito. Tryannus prosiguió con su juicio—. Aunque sé también que por cada decisión que tomaron sin mucha estela les tuvo que ir de la mierda por sus apresuramientos.; y por esa misma «mediocridad», es que optaré por hacer cosas como «esta»

¿Eh? ¡Espere, señor!

¡Tryannus!

Los secuaces retumbaron a los dos Kazumas al suelo sin piedad golpeándoles, luego poniéndoles sus pies sobre parte de su rostro o pegándoles la punta de sus armas en sus cabezas para evitar forcejeos.

Él chasqueó sus dedos causando que estuvieran alerta, observaron a Deborah, quien no demoró mucho tiempo en llegar con la víctima asustada, y en lo que se sacaba su guante negro al liberar su mano, fue cambiando de forma a algo en extremo afilado.

y entonces….

 ¡¡¡E-espera!!!…¡¡¡Ya no más!!!, ¡¡¡Ahhhhhhgggggggrrrrrrrrrrrrrrrrrrr!!!

Con crueles movimientos mercenarios, la dama inglesa de ojos purpura había cercenado la oreja derecha de Jay c, así como todo su brazo derecho comprendido desde el hombro corpulento o que perdiera el pie izquierdo de la misma manera. Más sangre desperdiciada bañaban las sogas que le sostenían como el vestido en esa mujer de acciones calculadoras. Jay C, lloraba y gritaba desgarradoramentre, pidiendo consuelo por la desahuciada vida que lleva en estos breves instantes.

Los tres asesinos de confianza (Yasser, Stank y Fergy) que acompañaban a Deborah, quedaron asombrados por la ejecución tan limpia que realizó su jefa, no les cabe la menor duda que era toda una profesional. Tryannus aplaudió maravillado de sus habilidades, como si de una función privada se tratase y recobrando sus actitudes bromistas o fastidiándola una vez más…

Ella arrugó su ceño y chasqueaba su lengua en protesta.

El hombre con una orden, manda que sus «invitados de honor» sean liberados de toda atadura, Akon y Raven no tardan en ir tras su hermano Jay C. viendo lo grave que está.

—Deborah no suele dejar con vida a ningún objetivo, digamos que por ser de la casa, hizo mi excepción con ustedes. Así que tómenlo como un cumplido y advertencia de mi parte. —El tono jovial con el que dijo las cosas solo supo paralizarlos. Ese hombre y su gente les confirmaron que no se andaban con juegos.

—Oh pero cambien esa cara, ni que fuera el mismísimo diablo. —Rió galante, claro que lo era—. En fin, hoy viajarán a Londres para que nuestro equipo médico-científico les hagan sus respectivas «valoraciones» y les ayuden con sus «dotaciones» —Dijo eso refiriéndose a las múltiples heridas que han recibido—. Su reloj comenzará a correr una vez se encuentren en condiciones para regresar a japón, por ende deben ser precisos en lo que desean. Sin embargo, les diré esto una única vez.

Pronto, aclaró su intención con una voz trémulamente grave o una actitud austera al sentarse con propiedad en su asiento, que erizó a más de un lacayo, incluyéndose a ellos.

—Vencido su plazo de dos meses y medio, aspiro a que respondan con su palabra porque de intentar engañarme o fallarme, no volveré con más señales, juegos, ni advertencias. —Acotó severo—. Simplemente iré allá, los buscaré, los encontraré y les daré fin con mis propias manos. —La fuerza de sus dedos terminó rompiendo la lujosa copa de vidrio asustando a los presentes.

No le importó cortarse, ni manchar su ostentoso traje de salpicaduras rojas o que estas cayeran también en su imponente sillón sobre el cual estaba sentado como todo un rey. Su mensaje fue contundente y pese a sentir esa pequeña punzada que le indicaba dolor. Su diabólica sonrisa lucía más radiante que nunca.  

Tryannus les deseo suerte en su nuevo juego, cortó la comunicación por lo que efectuo que el holograma desapareciera sin dejar rastro alguno
By Sharayanime

Tryannus les deseo suerte en su nuevo juego, cortó la comunicación por lo que efectuo que el holograma desapareciera sin dejar rastro alguno. Deborah y su equipo principal dejó a cargo a dos de los mejores secuaces que integran su organización para que vigilarán que los Kazumas, no hicieran algo fuera de lo «impuesto» por su líder y se fueron de allí sin decir más.

Mientras uno de ellos fue a buscar el auto para llevarlos a la pista de vuelo clandestina que servirá de puente en su destino a Inglaterra o que el otro custodiará la puerta, Akon contenía su rabia sorda en ese frívolo lugar y sin dejar de ver ese punto donde esos individuos retomaron su rumbo a tierras europeas. Raven amparaba aferrado a su cuerpo lo que se suponía que era su hermano menor, él pudo captar que algo en Akon se había encendido, tal vez era desmán de su mirada que apilaba la ira cargada, y quizás no contra a quienes vendieron sus almas. Pero que ya tenía nombre propio e incluso figura humana imperial.

—Nos recuperaremos, hermano. —Busco palabras alentadoras, aunque bien sabe que no servirá de mucho con el cabreo desdeñoso que trae—. Podremos con esto y…

—Debí joder a ese malnacido cuando podía… —Akon no lo dejó terminar—. Ahora por su culpa Tryannus está que nos rellena el culo a balazos. Pero algo si te digo… Ese Hijo de perra Japonés de Katsuki, sabrá de primera mano lo que es enfrentarse a nosotros.

—Yo…Te apoyare en lo que sea necesario, solo no pierdas el norte.

—No lo haré… Ya no más… —Afirmó—. Le daré por donde más le duela y arrasaré con su gente, empezando por esa chica-policía.

—Bro, ¿Qué fue lo que hablamos de las distracciones?

—El día de la emboscada, pude notar como reaccionaba con nombrar a su  «ramera oficial»  y puede que con ella sea la solución a nuestros problemas.

—Ohhhh, comprendo. . .— «Al menos Ya no están cegado y si él dedujo eso, tal vez lo que tenga en mente, funcione»…

Pensó Raven con lupa lo que corroboró en las justas de Akon, su hermano siguió hablando.

—Buscaré más móviles o puntos débiles que lo desmenucen, todo lo que le rodee y «todo» es «todo» Porque una vez que lo tenga acorralado como lo quiero, pienso quebrar a ese bastardo así sea lo último que haga,  ¡LO JURO!

Raven, no habló más con Akon, dejó que se desahogara y descargará con sus garras toda frustración en el metal. Raven, arrodillado en el suelo y aun con Jay C encima suyo tendría que dar lo mejor de sí para que su Clan pueda cumplir los estándares requeridos por Tryannus, demostrarle al tipo en mención que no son del montón, que por sobre todas las cosas, los esfuerzos de su hermano mayor, del otro moribundo que tiene por hermano menor o de él mismo, tiene causa de peso y si les toca usar cualquier artimaña barata o sumirse en la oscuridad total para hacerlo, lo harán.

Katsuki Yuuri y su equipo Élite Imperial… ¡Tienen sus días contados!

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Continuará…
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Vocabulario Cultural o Idiomático ( y fuuuuuulll Largo)…
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*Tramuyera o tramuyero:  Es un coloquialismo Colombiano que se toma como sinonimo de «tramposo (a)» xD y vitya no le perdió esa herencia a su papá xD.

*Зайка /  zayka」 = Del Ruso, Significa «Conejito»

* ちょっとまって!!  /  Chotto matte!!」 = Del Japonés, Significa «¡Eh?! Esperate!»

*Marico= Expresión Venezolana que puede significar  Muchas cosas anivel despectivo según el contextopero que tambien  se usa para referirse a alguien en plan de amigos, y en este caso Alessia lo toma como una especie de muletilla para referirse a cualquier  interlocutor (Chris, Phi, ect.)En México sería un güey o en mi país un pri (en los costeños) o parce (en los cachacos o paisas.)

*Petit /  「 pɛti」 = Del francés, Significa «Pequeño.»

*Mingón Hámster/  「 ˈmɪgnən hæmstər」 = un juego de palabras entre francés e inglés, Significa «Lindo hámster» 

*¡Conchale!:  En  Cuba, R. Dominicana, Puerto Rico y en las zonas fronterizas entre colombia Venezuela, es una Interjección coloquial que denota sorpresa, enojo o tristeza. Sustituye a la palabra «coño» para no decir groserías.

*¡Coño ‘d tu mae!:  de pronunciarse correctamente sin omitir consonantes para contraer la palabra al decirla rápido, pausadamente sería un «Coño de tu/su madre», dicha palabra es muy usada en Chamozuela o en la madre patria España, para insultar a alguien malogrando a la mamita ajena. (En mi país colombia es poco usado, pero su connotación es más fuerte puesto que ese insulto es para mandar a follar a quien sea con su mamá) xD

*Fino: En la jerga del «malandreo chamoloseano y Costeño-Colombiano» fino(a) es: bueno, chévere, del carajo.

*Ladilla:  En venezuela, Se utiliza para describir una situación o una persona molesta, fastidiosa. en mi pais seria un «deja de fregar o joder» xD

*Mano-Larga :   Es una palabra compuesta,Dependiendo del contexto chimbo-chamo-colombiano, se dice que alguien es «mano-larga cuando: (1)Toca o soba a las mujeres u hombres. (2)Tiene tendencia a pegarle a los demás y (3) se roba roba cosas. y pos Chris cavó su tumba al decirle «pegona» en voz baja a la Catira de Ale xD

*Raja-tabla  Es una palabra compuesta derivada de dos palabras anteriores (el objeto tabla y el verbo rajar) según en el contexto Chimbo-Colombiano se usa para referirse a alguien realmente extricto, tambien para expresar  un castigo ejemplar o hacer uso de ambas cosas XD) 

* Mon’ amor /  「 moʊn ˈæmər. 」  Del francés, significa  «¡Mi amor 

*¡¡C’EST MAGNIFIQUE!! ¡¡¡HALLELUJAAAAAH!!!  / k ˈ es̮ maɣ̞nifike aʝeluxa Juego de palabras entre el francés e inglés  la frase puede significar un:  «¡Esto es Magnífico, Aleluya! » 

* Ok, je m’excuse auprès de vous, Votre altesse pleurnichardes.   Frase en antiguo francés (algo asi como un castellano antiguo)  puede significar un:  « Os pido disculpas a  vuestra  majestad y al teza qu ejona. » inche Yuuri xDDD anda bien C mamié jajajaja

* Sakra/  「 Sacra  :  Del Checo, significa «¡Mierda! »

*حماقة / 「 hamaqatan」: Del Arabe, significa «¡Mierda! »

*Oui mademoiselle / 「 wi ˌmædəməˈzɛl: Del Francés, significa«Si señorita.»

*Guachafita: En términos concretos significa «alboroto, ruido, desorden dramatico, como falta de seriedad, de orden o eficiencia» en español colombiano, venezolano y caribeño. Parece estar emparentado con la palabra «guache» o «huacho», que proviene del quechua «uáicha».  Joan de Corominas un sabedor de la cultura e idioma quechua dice que  significa «sinverguenza» además de agarrar el préstamo de «guácharo», que significa «llorón». En el área andina de otros paises en vez de usar la G, la omitieron dandole la forma de «huachafo» con «h» que significa «cursi» algo muy parecido al Peruanismo de «Huachafería», lo que se relaciona con el dramatismo de una persona que sufre ruidosamente. El sufijo diminutivo le da ligereza al dramatismo, de lo que queda solamente lo ruidoso. Y eso lo relaciona con todo lo primero que mencioné y nos dá a entender que CHRIS, PHI, Y LEO SON UNOS DRAMAMONES SUFRIDOS que se toman todo con ligereza y por eso es que Yuuri los jode. xDDDDDD

Para info de carácter técnico policial, pueden ir al botón que dice (Vocabulario del Fic)

🔥N/De Shary: ¡Regresamos con su novela policiaca habitual! HOLA AL PUEBLO ¿Cómo están? ¡Yo aspiro a que bien! Vamos con nueva MOF-aventura ¡Estamos por el Capítulo 19 y contando!, tuvo 20.840 Palabras :3 (¡con la nota del final + vocabulario me quedo en 21.125 Juemadreee!!! Alv xDDD) pos no es récord, pero síi es largo xD

Bueeeeno, voy con lo propio: ¿Les gustaron los dibujitos pal cap 19? me mandé con tres dibujitos (un chibi coloreado failmente, uno tierno con coloreado decente y otro bien Hp xD)

No pos Nuestros chicos están en un punto donde todo puede pasar con respecto al caso, y estarán super alertas a las jugadas de los Kazumas… vimos que el final no tuvo un cierre bonito D: les dije que desde el cap 18 ya la cosa es color de hormiguita. Más lo que se viene durante la investigación pos…. no será sencillo.

Pasando a cosas más alegres, nuestra Vitya como que piensa mucho en Yuuri xD waaaaaaaaaaaaaaaa omgggg, eso es bueno y pos ese teniente no es ningún bobo, mira no más que galanazo reservado nos salió el zorro xDDDD por eso es que Mari lo jode ajajaja. aunque ahora Yuuri entratrá en debate moral sobre si lo que siente es correcto o no q___q ayyy ❤

Y nuestro Phi de a poco abre sus ojos con respecto a katrina, pero sigue empecinado a estar con ella D:

Eso me lleva a las siguientes preguntas. Chan chan chan:

-¿Qué cosas creen que pasarán en el cap 20? (porque si se dieron cuenta, se nos viene la presentación formal de cierta Capitana Latina en las filas del FEGI)
-¿Será que Phichit podrá quitarse la venda de los ojos sobre katrina?
-¿Cómo tomará Vicky la llegada de la nueva integrante?

Pregunta extra: ¿Cómo serán las historias que la capitana Dos santos o los chicos nos revelarán sobre Yuuri joven en su época de Eros capturador policial? porque se vienen muuuuuuuuuuuuuchas cosas que exhibiran al pobre xD

Todo esto y mucho más en el próximo capítulo !!!

PARA FINALIZAR:

1) ¡¡¡ME REGALARON OTRO DIBUJIN!!! waaaaaaaaaa xDDDDDDDDDD miss Samanta, me dibujó un Yuuri, no será de MOF pero lo amé porque le salió bien shakiro, piernon y caderón jajajaaj xDD me recordó al Yuuri de Sick and Sick. ❤ y pa más cola cantando Hips dont lies !! xD Hay otro que me hizo Carliz !!!! omgggggggggggggggggg y creame que su pic la pienso usar para un capi que tengo desarrollado, ASI QUE NO SE LES HAGA RARO CUANDO VUELVA A POSTEAR ESTE DIBUJÓ DENTRO DE ESE CAPI xDDDDDDDD sahdasdkgsak VITYAAAAA hermosaaa e ilegal xD …si lo sé Yuuri debe mentarme la madre por tener 17 y no 18 xD.

By Samantha ❤
By Carliz! ❤

2) Podrán saber de adelantos y cosas sobre mis fanarts en mi fanpage de facebook “StarsDub’s” y también los invito a leer otros fics que llevo por allí en Alianza YOI, u otras como Inkspired, o AO3.

3) Si tengo dedazos de redacción, o alguna corrección que hacer, díganmela! la idea es mejorar q_q y que estos capitulos estilo biblia para ustedes queden bonitos, y ahora mas que nunca lo agradeceré porque les recuerdo que mi linda Betita ardilla Liz ya no podrá ayudarme con los capis, ay mendigos trabajos TOT deberé autobetearme solita again. (aveces beta estrella -Doña @salemayuzawa meterá su manita xD) pero literal me tocá bandearme A FULL. xD -iora-

¡Nos vemos en el que sigue! ¡¡¡Cambio y fuera!!! ¡¡Muchos Saluditos a todos!!

Att: su servilleta, la shary 😀

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Publicado por sharayanime

Profesora de Día, Artista, Fanficker y Fanduber de noche.

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