Shary POV’s: Hola, si has llegado hasta aquí por medio de AO3, espero que puedas disfrutar esta bella historia. Originalmente fue dividida en 2 partes pero se unificaron en un solo capítulo y les recuerdo que la versión corregida estará en ALIANZA YOI e Inkspired.
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🔥 Capítulo 18: ¡En la mira!
🔥 Autora: Shary
🔥Re-Beteo y Arreglos: Shary, Salem y Liz Nikiforov💜
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Campo de entrenamiento T.S.P.A – Tokyo / Japón
Inicios de Mayo del 2017 – 07:00 A.M
El enfrentamiento o combate de cuerpo a cuerpo radica en la forma en como usen todas las extremidades. Anexando a ello, son válidas las herramientas de cualquier material con el propósito de estar a defensa del bien común o en su defecto, para sí mismo.
—¿Eso es todo? —Tiró con saña uno de los tantos sujetos en su contra.
Le provocaba con señas retraídas en una mano para que se acercara y con la otra sostenía ese acero corto y afilado. Los demás también acompañaban sus burlas ingratas usando cualquier fraseo a su alcance.
—Das lastima, Cariño.
—¿Por qué no renuncias y modelas una minifalda para nosotros?
—¡Quiero ver que repitan eso cuando les patee el trasero! ¡¡¡HEAHHH!!!
Otro arranque, más furia y mucho tesón demostraban lo contrario al derribar a los bocones que tenía por contrincantes con aquella espada. Golpe tras golpe, iban anunciando una trivía de la cual solo uno, quedaría en pie para así llegar a su objetivo final y concretar la misión que se le asignó bajo su sanción.
Por otra parte los cadetes de la T.S.P.A que recibían la clase sentados en sus bancas, veían con suspenso infinito la demostración, y de repente, el instructor alzó su voz.
—¿Y se dicen llamar profesionales? No me hagan reír, caballeros… ¡PLISETSKY CON TODO Y LO CARA DE NIÑA QUE SE CARGA, LES DA CÁTEDRA AL MOMENTO DE PUTEAR A LAS AUTORIDADES!
Manifestando parquedad en su expresión corporal, dedicaba de vez en cuando un par de palabras a los hombres colaboradores asignados del F.E.G.I en medio de la trifulca.
—¡Están representando una escoria del bajo mundo! ¡Tienen que pensar y pelear como una porquería de esas! ¡No subestimen el hecho que sean del rango criminal de menor grado! ¡Bien dirigidos suelen ser más peligrosos que miles de narcos juntos! ¿O es que ustedes creen que en una misión real esos tipos van a jugar a las muñecas?
—¡No señor! —Negaron en lo que trataban de ir al ritmo de su única enemiga.
—¡Y TÚ! —Ahora habló para la prodigio oficial—. ¡DEJA EL TUTÚ A UN LADO Y PROCURA DE SER MÁS RAPIDA EN TUS FAENAS CON TU ARMA O SINO TE VAN A JODER! ¡¿ESTAMOS CLAROS NIKIFOROV?!
—Ham… Ham… Ham… ¡Si señor!—Afirmó con fuerza en lo que se retiraba el sudor con su antebrazo y se preparaba para una nueva estocada en línea.
—¡¡VICKY!! ¡¡VICKY!! ¡¡RA!! ¡¡RA!! ¡¡RA!! ¡¡TÚ PUEDES!! ¡¡NO TE DEJES!! —Y Ese fue Emil. Traía su cara de cachorro contento y le daba muchos ánimos.
Como adicional ondeaba una bandera rosada con un estampado de un conejito blanco que la movía frenéticamente desde la banca, y el resto de los cadetes (compañeros de su clase) solo se preguntaban al tiempo que esa gota de sudor se escurría por sus frentes… ¿De dónde la sacó?
Que entre otras cosas, era tan gigante como él mismo…
En efecto, después de muchos días, la protagonista de esta historia momentáneamente se fue acoplando a las actividades de la T.S.P.A viendo que aún es estudiante en formación. Aparte de ello, se está poniendo al día en sus exámenes instructivos, en los módulos dictados por Richellieu y compañía o con sus cursos del idioma Japonés. Han sido días caóticos, pero gracias a Emíl y a su salón de clases se le ha aligerado la carga.
También se le ha reintegrado a unas cuantas funciones en el F.E.G.I (y digo «algunas» de modo irregular en lo que a papeleos se refiere) debido a la orden dada por el General. Es de ley que primero culmine sus sanciones comunitarias e internas según la cláusula del manual policial, así que deberá completar el ochenta por ciento como mínimo para que fuese totalmente ingresada.
La Oficial Nikiforov ya tenía miles de golpes, moretones y cortadas desde hace días que retomó sus intensas sesiones. Ella luchaba codo a codo contra la avalancha de oficiales de élite que también pertenecían a su misma tropa. Cumplían el entrenamiento reglamentario y demostrativo a los novatos en post de estos, vieran simulacros lo más realistas posible, aquello era dirigido nada más y más menos que por el T.C Katsuki. El simulacro daba la instancia de cómo sobrevivir en individual a una turba de pandillas, en los cateos siempre ocurren esos incidentes al fraccionarse el equipo por razones de última instancia y deben prepararse para cuando eso les suceda ya sea con armas o sin ellas.
Variando un poco el asunto… ¿Ustedes sabían que a los pandilleros en Japón les cuesta tener acceso a las armas de fuego y que por consiguiente, la blanca predominaba? Y si más o menos han captado la idea…
—¡Ahora prepárense! Porque esta vez entraré al juego, ustedes serán los vándalos, se vale cualquier recurso o incluso insultos, más no admitiré errores.
—¡Como diga, Teniente Coronel!
Nikiforov y su gente han de jugar el papel de «bravucones» y el propio Katsuki, será una especie de Ceniciento Toyota Company «en apuros».
Todos y cada uno de los oficiales atacaron en conjunto, sin embargo se han llevado severa paliza por el «desprotegido» oficial de ojos marrones. Nikiforov desde su poción y habiendo cambiado su arma por una daga convencional propia del enemigo, era la única en pie. Katsuki tampoco usaba su milenaria Katana, se supone que estaba desarmado y sin municiones por lo que se valía de los movimientos de su cuerpo.
—¡Será mejor que se rinda, o acabará como los demás!
—Si claro, eso dicen todos… ¡OBLÍGAME PERRO! —Y ella reanudo con esa pelea a muerte con cuchillos.
—«¡Je…! Nada mal… Esa no me la esperaba…» —Sonrió ladino y confiado yendo al ataque.
Sxf: ¡¡¡SLASH!!!
La aparente delincuente rusa era efectiva en sus escapes y/o apuntes con el filo que portaba, y lo desafiaba con palabras propias que usaría un criminal y en parte lo hacía porque tomaba de ejemplo al boca-sucia de Plisetsky o porque se desahogaba insultando a su jefe de lo malvado que era con esas sesiones espartanas e igual este último no podía reclamarle, porque él mismo pidió realismo en ese simulacro, ¿no?
Después de ciertos minutos, su arranque inicial ya estaba mermando, ella llevaba en esa tónica desde hace dos horas ininterrumpidas cuando luchaba en primera instancia contra sus compañeros. Agitada, golpeada, con dolor, sin nada de clase, y siendo un antónimo en lo que a belleza se refiere, la joven estiró el brazo dando una nueva zarpada descuidando su guardia por el mal humor y desespero de querer golpearle o de ver que este le esquivase tan con suma facilidad cada uno de sus combos. El fuego serio en los ojos del superior y ese agarre inesperado hicieron lucir todas sus cartas ante la perdedora de la contienda.
La jaló del brazo hacia él retirándole su daga, allí mismo en esa posición, la obligó a girar a su alrededor, tomó impulso agarrándole su otro antebrazo, la alzó con fuerza y terminó dándole una voltereta para que su espalda besara rotundamente lona tal y como lo indican las pautas de defensa corporal (lucha libre) cabe anotar que la caída fue dolorosa para la rusa. El aire se cortó en los cadetes espectadores… Su maestro era un digno rival, un hueso duro de roer, era cualquier apelativo de admiración… ¿Y porque no?
¡Es un grandísimo hijo de puta cuando se lo propone!
Ese hombre se tomó muy apecho las palabras que Nikiforova le expresó el día del paseo, ella quería dureza, ahora que se atenga las consecuencias.
Terminándose la clase los estudiantes escribieron los apuntes relevantes de las lecciones dadas y se fueron a receso, los adoloridos oficiales del F.E.G.I, cojeando y apoyándose unos a otros se daban moral por esa siniestra apalastrada que les dio su jefe. Al quedar el lugar vacío Katsuki vio a Nikiforova tratando de recoger los utensilios usados y organizarlos pero…
—»Creo que se me fue un poco la mano…» —Para él era obvio que le costaba mantenerse en pie y duda que pueda terminar el trabajo.
—¡Nng!… Du-duele…
Susurró únicamente para ella cuando dejó caer parte de lo recogido, mantenía un ojo cerrado por la incomodidad, aun peleaba por intentar de cumplir su quehacer y casi al momento de trastrabillar hacia atrás por ese cansancio, ella se topó con alguien…
—Ahng… Perdón, yo… ¿Eh? —El Superior la sostuvo a tiempo apoyando la figura pequeña en su pecho—. ¿Yuuri…? Es decir… T.C…
—Apenas vamos para la primera semana con unos cuantos días y estás hecha un desastre. Sí vas en serio con lo de reintegrarte a mi batallón, deberás acelerar tu proceso de resistencia, retomar el ritmo que llevabas antes de ser suspendida para que tu cuerpo se re-acostumbre nuevamente y dejar de quejarte tanto.
Yuuri ha aprendido con el tiempo que sí Vicky tendía a flaquear, debía motivarla sacándole de casillas, así esto implicara usar sus «antipáticos» métodos prácticos de modo retador.
—¿O será que mis sanciones son demasiado para ti?
—¡Puedo soportarlo! —Se separó de golpe recobrando sus bríos
—¿Estas segura, Usaforov? yo opino que no… —El hombre mirándole con ese aire de «auto suficiencia» insistió una vez más.
Pese a que la Oficial con orgullo y algo de vergüenza estuviera a punto de desfallecer, se ha negado enérgicamente. Le ojeaba con determinación y le aseguró que no importaba lo extenuante fuese el trabajo, ella mantendría el ritmo a como dé lugar.
—Perfecto, porque aquí no hay oportunidad para lamentaciones o disgustos desde el momento que aceptaste mis condiciones.
—Eso lo tengo claro T.C
—¡Bien!
Afirmó cruzándose de brazos y pronto, su perfil lo adornó con una sonrisa de lado o con esa nobleza que le caracteriza dejando sorprendida y confusa a la pequeña Oficial que tiene boquita de corazón.
—Te espero en los archiveros en cuatro horas, por ahora descansa y ve con la Medico Yang para que alivie tus heridas.
—¿Eh?, pero… Yo me encargaría de recoger el desorden y…
—Déjalo… Eso lo puede hacer otra persona por el día de hoy, incluso sé cuál es tu limite y si no hago un pare, te desplomarás. —Fue neutral en su respuesta y comenzó a acercársele poco a poco.
—Pe-pero y-yo puedo ha-hacerlo. Esas fueron las reglas, ¿no?… De no cumplirla, los maestros, los superiores o el resto pensarán que no voy en serio y que tú perderás tu tiempo. —Vicky retrocedía por cada paso dado de su jefe, seguía necia, y muy a la defensiva.
Tal vez se debía a que se presionaba por tratar de hacer las cosas bien esta vez y no recrear problemas, y tal vez porque se le había olvidado por mucho lo que era presenciar ese lado «amable» en su jefe cuadriculado.
Yuuri solo podía sonreír en su reservado ser ante esa reacción, comprendiendo que la chica se esté forzándose al máximo para verse como toda una «Oficial ejemplar», pero no le agradaba el modo en que lo está llevando o la presión que estaba cargando. Conocía de antemano sus capacidades, no tenía necesidad de fingir rectitud cuando intuía que en cualquier momento haría uno que otro desliz producto de su edad como su personalidad y que eso es normal.
Le bastaba y sobraba con que ella quiera ser una buena oficial sin que reprima su característico estilo.
—Llevas una semana y algo en días de intensas actividades y entrenamientos por tus sanciones. Además que estás tomando todo con mucha presión y así no me sirve, hazlo con calma.
—Pero…
—No seas terca y hazme caso. Esto no es apelable ni revocable. —Le dio a entender lo contrario y Vicky se apeno por ello. Katsuki culminó con un—: ¿Quedó claro, Usagi-chan? —En chanza al final de su oración, optó por puntear con el índice de su dedo la bonita «frente-amplia» de su Oficial y se giró sobre si para irse.
Ese señor esperaba algún arrebato buscando distraerla y… ¿adivinen qué pasó?
—¡Mooohh~~! REALLY?! ¡Deja de hacer eso y deja de llamarme conejito! ¡Teniente Coronel Cuadriculado!
¡Parece que logró su cometido! Sus mofletes se inflaron al igual que ese puchero.
—¡Sí, sí, sí! ¡Como digas, Zanahorias! ¡Solo haz caso! —Comentó aquello en confianza, estando de espaldas el muy cabrón japonés y con ambas manos en sus bolsillos.
No detuvo su andar así como tampoco se volteo a verle pero ya se imaginaba el rostro adorablemente enojón de la chiquilla. Acabó negándose con una pícara sonrisa de esas que hace años no lucia… Aunque también se alegraba de que la relación y comunicación con su sobrino haya mejorado gracias a la intervención de Vicky, de que las cosas con ella estén «bien» y mucho mejor que antes, al punto que eso tienen al hombre… ¿Tal vez feliz de la vida? No le alcanzará esta alma y la otra para agradecerle a esa conejita traviesa el que llegara el momento justo e indicado, ¡juzguen ustedes!
¡Ah! Pero si nos devolvemos con la muchacha en mención, se encontraba cabreada y no pensaba lo mismo de su superior.
—Ese Caribonito… ¿Quién se cree? ¡Tengo diecisiete, no soy una niña para que me puntee la frente! ¡Jum! —Rastrillaba todo por lo alto su berrinche tras perderle de vista—. ¿Aun no me explico cómo alguien pasó de ser un precioso Chubby adorable a un antipático mandón con los años… ¡Si quisiera y le diera la gana, seguiría siendo un príncipe muy lindo como mi Yuuki! —Reclamó con derecho de causa—. Aunque, bueno… No es como sí nunca lo hubiese sido, Yuuri estando gordito lo era… y ahora el actual, de príncipe solo tiene lo físico… Mmmm….y no se vé nada mal para ser un amargado con veintiséis años…
Divagó desviándose del tema al hacer su monologo descarado, la coneja quejona posaba sus dedos en medio de sus labios bien pensativa y gazuza. Ella continuó con más alusiones.
—Pero sí añadimos lo que hizo en el paseo con Yuuki se comportó súper dulce. No esperé ver eso, sinceramemte. —Aquí sonrió un tanto ensoñadora al recordarlo—. Sus sonrojos fueron preciosos, fue muy atento conmigo… Mantuvo un encanto enigmático, atrayente, y… ¡¿UN MOMENTO!? ¡¿QUÉ RAYOS?!
Algo en sí le hizo «clic» y la exagerada de hebras platinadas se reprendió por esas palabras ¿En serio dijo eso de él? ¿De Yuuri? ella se preguntaba de dónde sacó tal disparatada deducción… Quizás el hecho de haberle extrañado por mucho en estos días y que en ese paseo se comportara tan diferente y tan sumamente especial con ella, le hizo estragos.
—¡Oh Por Dios! ¡Eso fue de locos! ¡Repítelo varias veces, querida!, ¡Olvida lo que dijiste de Yuuri, Vickytoria Nikiforova! ¡Eres su subordinada y él es tu superior! ¡Tú jefe y rival por default!
Hablaba consigo misma con drama atribulada en todo su ser y hacía algo parecido como el «OM» (el cántico ese que usan en el Yoga) solo que sus retahílas ¡No le permitían recaer en el pecado!
—¡E-ese amargado no tiene nada de «príncipe» y ni de «bonito»! ¡Él se portó así y solo así, por esa ocasión! ¡Olvídate que aquello se repita! ¡Recuerda que todos los días te patea o te hace prácticidades feas como la de ahora! ¡Es tu némesis! ¡Es tu némesis! ¡Es tu némesis! ¡Tú tienes que superarlo como la excelente Oficial que serás porque hiciste una promesa! ¡Sí! ¡Eso! —Se auto convencía caprichosamente y se llenaba de razones para arroyar toda alocada posibilidad de su cabeza…
¿El Yuuri actual viéndose lindo con ella como todo un príncipe? ¡Eso es imposible!
—¡Bien! ¡Mañana le ganarás en sus entrenamientos, y le romperás su bonito rostro! ¡Mmm! Aunque primero me quejaré con mi lindo Yuuki para que lo regañe y así meto a ese amargado en aprietos. Je, je, je. —La careta de maldad o el brillo espeluznante en esa muchacha con boca de corazón era impagable.
Comentaba en sus adentros variados planes, y sinceramente ya solo se quejaba por quejar. Pero ya el daño estaba hecho y ese pensamiento de idearse a su jefe «como alguien bonito» le ha creado un ruidillo «peculiar» en su inocente cabeza.

Aduana Principal de Shibuya – Tokyo / Japón
Inicios de Mayo del 2017 – 5:00 A.M
Si nos pasamos al otro lado de Shibuya, exactamente en las Aduanas, muchos hombres desvalijaban varios contenedores, y dentro de ellos había cargamentos nuevos que fueron enviados desde Inglaterra. De alguna manera franquearon los puestos de control (empezando de que parte del personal fue «comprado» para no levantar sospechas) Camuflaban el contrabando con objetos originales y en medio de estos, iba el preciado motín que sería vendido a cualquier persona que quisiera perderse en el vicio. El dirigente de tal acción era uno de los altos directivos de seguridad (un funcionario muy corrupto en su caso) que tenía sus manos untadas con la bien llamada «mermelada» desde hace rato y era uno de los más fervientes colaboradores de tal acto.
De la nada y con sigilo, tres automóviles negros arribaron al lugar donde se cometía el indulto, de uno de ellos, descendieron tres hombres con su estilo particular y único que les caracterizaba como criminales y efectivamente, hablamos de los Kazuma.
El cordón de seguridad que les custodiaba era enorme, a la cabeza Iba Akon y más atrás sus hermanos. El viejo funcionario les recibió como de costumbre explicándole al detalle la marcha de su plan. Jay C. en su frescura le dio a entender a su hermano mayor que no había de que preocuparse y que todo estaba cubierto, Akon prefirió verlo por sí mismo. Le habló con rudeza al tipo exigiéndole que no puede haber errores, porque si hay un solo fallo, su cabeza rodaría.
El funcionario se erizó ante esa amenaza, proporcionándole su palabra.
Mientras sus hermanos trazaban las últimas directrices, Akon fumaba apartado de ellos y miraba a lo lejos el imperio que ya estaba creando…Por ningún motivo se lo dejará arrebatar.
°°°《 Flashback 》°°°
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Los hermanos Kazumas nunca fueron los grandes «Gánster» asiáticos que son en la actualidad. Ellos eran descendientes de un vulgar y alcohólico Yakuza japonés de muy mala reputación dentro de su propio gremio, el haberse casado con una drogadicta neoyorquina que alguna vez ejerció el trabajo de la vida alegre o de tener hijos con la condición de «Hafu», deterioró aún más su estatus. Sin embargo, el hecho de que solo trabajase para pagar su maldito vicio a la bebida o de tener miles de mujeres por querer presumir su hombría y de ofrecer fiestas excéntricas, fueron cosas que colmaron la paciencia de la madre de Akon. Era una mujer avariciosa y no soportaba aquello. Sus hijos desde muy temprana edad ya conocían la corrosión de ese mundo, el amor a sus padres nunca emergió por sus actitudes indolentes, y maduraron rápido al verles como una chequera con vida. No obstante, siempre se cuidaron entre ellos mismos.
Después de muchos años, aún siguen haciéndolo dadas las diferencias y caracteres que poseen. El primogénito de la pareja disfuncional (Akon) quien ya sabía de plano las verdades, que poco a poco ya realizaba sus pininos en el negocio y que de paso, había heredado ese espíritu voraz de poder; solo esperaba obtener la comarca y que ese sujeto que se hacía llamar «padre» le diera vía libre una vez que cumpliera la edad estipulada.
Un día cualquiera el hombre Yakuza se ensañó con su esposa al verse atiborrado de la ira y que manchara su honor al acostarse con uno de sus enemigos después de escucharle gritar en su estado más drogado de lo estúpido que era, de todas las veces que vendió información confidencial a su competencia y de que su pene no servía ni para un mal polvo.
Rebosó toda racionalidad en él y acabó matándolos sin contemplación alguna con muchas balas en toda su existencia. Sus hijos vieron aquella escena tras pasar la puerta… Sus hijos veían correr la sangre del pecho de la que alguna vez en ese cuerpo desnudo, lascivo y agonizante, fuese su madre. Cuando ella en un vago intento de estirar su mano en dirección a ellos, pidiendo ser auxiliada con desespero, el Yakuza de mirar gélido narraba dicho abanico extenso para poner en contexto a los muchachos de siete, nueve y trece años.
—La saco de la cloaca de mierda en el cual se encontraba, le doy las mejores joyas y así me paga esa… ¡Perra!
Sentado a un costado de su cama, manchado por la salpicadura del rojo producto de los disparos a quemarropa en su esposa y su amante, ha de empinarse el último sorbo de su botella para después romperla y las roturas sobrantes del vidrio dentro de esa mano cortada y empuñada, las ha clavado directo a su garganta. Como sí eso le asegurará que aquella víbora sin veneno tuvo su fin.
—¡Sepan esto, malnacidos! ¡Las mujeres son la perdición que puede tener un hombre de negocios! ¡Te abren las piernas para cualquier cosa! Lo irónico es… Que sí no tienes con que mantenerlas le dan el culo a otro adinerado, no importa si este es tu enemigo. Pero viendo que esa puta era su madre y que vieron los resultados al traicionarme, no creo que muerdan la mano de quien les da de comer! Y en cuanto a ti… —Lo dijo refiriéndose a Akon. —¡Jamás cederé ni un solo yen de mi legado! ¡No importa lo que hagas, esta mierda es mía! ¿Está claro?
Pasaron los años… Akon con dieciséis años ya destacaba dentro del clan como un miembro visionario, pero tuvo muy en claro que si quería gloria absoluta dentro de su zona y del resto de Yakuzas… Tenía que ser poderoso; tenía que ganar credibilidad y prestigio. No importaba la forma, solo quería aquello, saborear las mieles, el oro, adueñarse de la ambrosía mal habida a costilla del mundo e infundir terror a su paso. Y eso pudo lograrlo sacando del camino a quien era su padre tras cierta ocasión que con engaños a su persona, tomando la palabra de algunos de sus mejores hombres para ponerlos de su lado y un plan bien armado, pudo rodearle en un baldío solitario.
—¡AHGRR! ¡TRAIDORES DE…! —El proyectil traspasó su pierna y el olor a pólvora mezclado con sangre era pronunciado. Aquel decrépito no hacía más que quejarse aun si era apuntado por más y más armas—. ¡YO LOS HICE GENTE!, ¡LOS PUSE A VALER! ¡¿ASÍ ES COMO ME PAGAN?!
—Corrección, tú eres la escoria…Padre…—Apareció Akon en medio del gentío y de la mano de sus hermanos menores, su tonalidad era indiferente pero auguraba sentimientos explícitos de querer acabar con ese futuro desecho humano.
—¿TÚ? ¡¿CÓMO OSAS HACERME ESTO?!
—Error otra vez… Tú lo hiciste solo por tus constantes animaladas. Huh… Mírate… ¡No eres más que una porquería a punto de ser arrojada a la basura!
—¡ERES IGUAL DE VÍBORA QUE ESA RAMERA!
—Y mientras tú solo te enfrascabas de beber en estos años, esa puta barata se acostaba con medio Japón porque al ver lo desgastado que estabas, no le servías ni para el arranque y ni para darle una buena follada. —Otro disparo, más piel desgarrada con sangre, más quejidos… Akon no dudó y le valió que fuese su progenitor. No sentía nada por ese hombre que no fuese repulsión.
Narrativamente en las consecuencias y el desenlace, Akon acabó diciéndole que él mismo tiene la culpa de su desgracia, que una persona tan patética no merecía tal puesto y que le demostraría al mundo entero de lo que realmente el Clan Kazuma podría brindar. Guardó su arma y su voz se alzó por última vez dirigiéndose a sus hermanos y sus miembros de que una nueva era estaba por cumplirse. Ellos frívolos y sonrientes le seguían su prédica visionaria pero su padre, terminó bajo un manto de fuego y pólvora tras un chasquido del nuevo líder. Ese tarde nublada bajo la premisa de un torrencial aguacero, sus hombres hicieron pasar el suceso a la policía como un «ajuste de cuentas»
Poco a poco, al asumir el mando, fue escalando terreno con ayuda de sus hermanos, siendo ejecutores de lo ilegal con el pasar de los años. Más sintió que las reglas en el gremio eran insulsas, arcaicas y limitadas. Los convenios hechos por la policía y el gobierno de carroña le parecían absurdos… Deseaba más, deseaba caos y deseaba verlos arrastrarse.
—¿Y qué te parece mi propuesta, amigo mío? Yo puedo ayudarte a obtener el mundo bajo tus pies… Lo demás, depende de ti
—¡Acepto!
Al conocer a Tryannus en medio de su sobrada y siniestra sonrisa, al conocer su retorcida ideología y al conocer a su gente, no lo pensó. Sí el precio a pagar era con sangre para ser poderoso en esta vida, definitivamente lo hará.
°°°《 Fin Del Flashback 》°°°
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Esa evolución tan sobre girada y acelerada que ha obtenido era su máximo orgullo, no podía permitir que nada ni nadie le arrebatara el imperio que tanto le ha costado. Raven le ha llamado trayéndolo a la realidad, él va con ellos tras acabar la última colada a su cigarro.
Entre tanto el funcionario le aseguraba por sexta vez de que su plan era infalible… Un grupo de agentes del E.E.I realizaban inteligencia en ausencia de sus jefes, Chulanont y Giacometti.
Babicheva, Crispino y Popovich en un lugar distante y retirado, ya tenían la orden de indagar en caso que hubiese movimientos raros viendo los últimos acontecimientos con los cargamentos incautados o de las declaraciones en los capturados. Al ver avanzar la tropa de carros se les hizo sospechoso, pero al no tener un buen ángulo para captar evidencias no podían hacer mucho, sin mencionar que aún no tenían una orden de la A.N.P para entrar libremente a inspeccionar. El hecho de ver lo que posiblemente serian las figuras de los Kazumas, «allí»…les generó un fuerte indicio, por lo que se fueron del lugar a llevar la buena nueva para su jefe directo, Katsuki Yuuri.
Regresando con el encuentro, Jay C se siente confiado por los protocolos tomados, Raven es objetivo al preguntar el cómo harían para que el F.E.G.I junto con la FPJ (La policía ordinaria) no metieran sus narices. Akon, también tenía esa inquietud puesto que se dio a la tarea de hacer contrainteligencia de su cuenta y sabe perfectamente que la comarca llevada por el tal Katsuki (el Teniente coronel que organizó el operativo en el bulevar o que descubrió varias de sus caletas al punto de enfrentarse con él, los tiene entre ceja y ceja) el secuas junto a Jay C. dijeron que ya tienen todo premeditado, en estos días tendrían un encuentro con los miembros que dirigen tal noción (siendo su colaborador un ente de la ley sabe de qué forma jugarles sucio) y que de marchar todo como lo tiene previsto, podrían decirle «Sayonara» al problema mayor entre-manos.
—¡ESOS HIJOS DE PUTA DEL F.E.G.I NO SABRÁN QUIEN LOS GOLPEÓ! ¡BOOM NENA! —Alardeó con altanería el menor de los Kazuma al chocar la palma de su mano izquierda con el puño de la derecha.
Raven y Akón se retiraron en silencio, dejando a cargo a Jay C. del seguimiento de la droga empacada y en lo que ese par caminaban, Raven pudo detectar un brillo cruel en los irises miel de su hermano.
—Veo que estás… «Emocionado»
—Solo quiero estar presente para cuando eso ocurra, yo necesito saldar mis cuentas con ese tal «Katsuki».
—¿Estás seguro que es solo por ese tío o porque esperas ver a la «chica policía» con él? —Raven fue sutil dando en el clavo.
No tuvo que deducir mucho las intenciones de Akon. El norteamericano de ascendencia japonés se acarició el lado lacerado que le recordaba el desliz que cometió al subestimar a la intrépida e inexperta Oficial. Que entre otras cosas, también le ha seguido el rastro por su cuenta y se encuentra muy interesado en ella. Tenía razón al suponer que debajo de su rudimentaria vestimenta policial se escondía una belleza de mujer, una que nunca había visionado. Ahora más que nunca la quiere para su colección, y sentirse un lobo depredador que domestica a su antojo a la dulce, tierna e inocente presa.
Desea romperle todo, la boca y sus partes las veces que quiera además que se orgasmee o rogase en su sufrir…
—¡Ya me conoces! Nunca rompo mis promesas, y cuando la tenga en mis manos será mi puta personal.
—Recuerda que ese no es nuestro objetivo principal, hermano.
—¿Acaso te convertiste en una maldita consejera para decirme que hacer?
—Solo te doy una maldita advertencia… —Fue conciso, a veces su hermano mayor puede ser terco—. Debemos desmantelar al F.E.G.I, empezando por su cabeza, quien es Katsuki. Acabándolo a él, damos fin a nuestros problemas y lo demás será pan comido.
—¡Lo se cabrón! ¡No tienes que decírmelo!
—¡Entonces, razona como el líder que eres!
—¿Sabes algo? Deberías dejar esa porquería. Tanta marihuana te pone agresivo, Bro.
—¿Dah? ¡Tú y Jay C. me desesperan! ¡Carajo! ¡¿Que serían ustedes de mi si no les salvo su trasero por tantas estupideces?! ¡Un día de estos me voy a cabrear y los mandaré a ambos a la verga!
Akon reía, su hermano no cambiaba ese carácter mierdero de anciano que se cargaba, pero no podía refutarle porque tenía razón… Puede tenga sus acotaciones zanjadas con la Oficial en un tiempo ajeno a la realidad conocida, más no por eso deja de lado que su límite, (según lo fijado por Tryannus), se está agotando y si o si, el escenario que ha trazado tendrá que ser exitoso si él y sus hermanos no quieren «colgar los guayos…»

Sala de juntas del departamento de la ANP – Tokyo / Japón.
Inicios de Mayo del 2017 – (mismo día) 07:00 A.M
A las 0700 horas de la mañana dio apertura una reunión esperada en el equipo formado por el General Felstman, su mano derecha, el Teniente Coronel y por medio de una vídeo-llamada en-críptada para que no fuese hackeda se mostraban el Mayor Giacometti con el Capitán Chulanont. El complique radica en las últimas acciones de contención realizadas al desbocamiento disparado que han tenido los participantes que pertenecen al Clan Kazuma. La ciencia de este género especulativo marcaba tendencia en la medida que los funcionarios gubernamentales como los magistrados pertenecientes a la ANP, los Súper-Intendentes o los Jueces del alto Estrado, no se explican cómo de un momento a otro, el grupo delincuencial nombrado haya crecido tanto como la espuma, desatando caos, reclamando territorios, masacrando a su propia gente, además de estar inyectando a ciertas prefecturas del país fuertes cargamentos de droga, desde las más conocidas como la marihuana, el éxtasis o la cocaína, hasta las más extrañas y letales (siendo estás, las más difíciles de detectar) La realidad era, que actualmente los ciudadanos japoneses peligraban y vivían rodeados bajo el cartel de la droga, ya sean blandas, duras, sintéticas, en polvo, etc. Estas provocan efectos secundarios, efectos que perjudican la estabilidad social y por supuesto, derramamientos de sangre donde los inocentes, son los más vulnerables en este maldito juego.
Después del pequeño desglose inaugurado por Felstman, este cedió gran parte de la palabra a su equipo. Katsuki, explicaba con cautela y neutralidad cada uno de los golpes dados en contra de aquel grupo, también comentó las fallas y bajas generadas en el proceso. Fue directo y milimétrico en su hablar a su vez que Giacometti y Chulanont respaldaban lo declarado por Katsuki enviando pruebas fotos y como última instancia, los nuevos datos revelados por su espía colaboradora (La Capitana Dos Santos) o lo suministrado por el grupo de la FSB (entre Plisetsky, Altin y Leroy) ya que el mismo patrón ocurrido se estaba repitiendo no solo en el país del sol naciente, sino en otros países que tienen convenio e historia con Japón de modo paralelo que ya están agravados con la novedad.
Katsuki agregó que los Kazumas por mucho que fuesen delincuentes de cuello blanco con renombre, su mano de obra no era tan marcada y tan amplia para alzarse con los vejámenes actuales, y que definitivamente, ellos son el chivo expiatorio o la conexión directa de un tiburón más grande que es el causante de que dichos patrones en el resto de países, emerjan.
Muchos de los reunidos allí en esa oficina eran grandes veteranos de guerra y la verosimilitud fundamentada los llenó de una ansiedad corrosiva. Los inundó con recuerdos situados en los ochentas que para mal sazón los llevó a esa gran crisis de liderazgo, gracias a la pobre ejecución de la ley o la corrupción del momento, donde la heroína, la cocaina y la marihuana eran el nuevo Opio que tanto jodió en eras pasadas y que dio como resultado catastrófico el que jóvenes, hombres y familias enteras murieran por la avaricia del poder. Esa época fue un frenesí obscuro, porque era una que relató acontecimientos desarrollados en un marco detractor e ingrato. Costó muchas lágrimas, pérdidas importantes para que al fin hubiese algo de paz, y solo hasta el 2000 pudieron acabar al menos con la gran mayoría de las escorias que usaban esa política de mierda.
Katsuki, retomó el dialogo haciendo énfasis de que ese clan está repitiendo los pasos de un viejo caso bien conocido para ellos, que de no amarrarse bien sus espuelas les estarían viendo las caras y que no sabe cuándo y ni como, pero que de encontrar el hilo máximo que articule su investigación con el archivo en mención, no piensa parar hasta llevarlo a las últimas consecuencias. Los asistentes helaron ante esa declaración e incluso dos individuos de buena estirpe reviraron ante tal soltura expuesta de la boca del joven Oficial Imperial de Elite, y quien en ningún instante se perturbó al enojo de sus superiores.
Técnicamente les dio a entender que aquello no era una amenaza cordial, sino un hecho.
Felstman desde su puesto sabía que tarde o temprano su Teniente Coronel saldría con algo como eso, sabía a lo que apuntaba desde aquel incidente que marcó su vida, sabía que su antiguo equipo (o parte de lo que queda de ellos) también lo hacían y que él muy en el fondo, comparte sus deseos de justicia, comparte sus sentires y no dudará en apoyarles. ¡Tal atrocidad no puede quedar impune!
Dos Auxiliares de la jueza encargada que lleva el tema clasificado, demandaron orden en el acalorado debate, más los magistrados se rehusaron y Katsuki insistió. De plano, él tomó la vocería entregando a cada asistente un folder con los datos recopilados hasta el momento de las cabezas principales del afamado Clan Kazuma y entre fraseos a la causas y a la falta de penalísmo constitucional por la permisividad en los magistrados como los Súper Intendentes, Kasuki fue amargo con ellos.
—Jay Cameron Kazuma, Alias «Jay C», de veintiocho años. Es uno de los tres secuaces y es el menor de los hermanos. Se destaca por atacar a sangre fría y valerse de cualquier método sucio o desquiciado para hacerlo.
En el vídeo-beam que mandaba señales holográficas en 3D reflejaba la figura del frenético y aberrante Yakuza. Katsuki continúo con el resto de descripciones a medida que aparecían.
—Mayormente es quien hace las conexiones o distribuciones y este suele ser apoyado por Raven Kazuma, Su Alias: «R.K», o «Sombra» de treinta años. El hombre en mención es el segundo en la jerarquía al igual que en el lazo consanguíneo. Sus movimientos son calculados y suele trabajar bajo la obscuridad con métodos de lucha o tortura sofisticados. —Aseveró—. Por tener ese tipo de naturaleza, es el pilar o el polo a tierra del grupo cuando tienen conflictos según lo recolectado en los informes de mis investigadores, y ambos hermanos le rinden pleitesía al ultimo en la línea pero no menos importante, Akon Kazuma.
Aquí hizo un pare y la imagen es revelada poniendo al sujeto en medio.
—Alias: «A.K» o «El loco» de treinta y cuatro años. Es el Líder absoluto del Clan y hermano mayor de los tres. Lleva un demandante record delincuencial desde que asumió el mandato a la edad de dieciséis años, además de otros cargos de buen calibre en su carta de presentación como contrabando, prostitución, trata de personas, distribución de armas, posesión y comercialización de estupefacientes. Está de más insistir que son las más empleadas en ese Clan y que su líder pocas veces se deja ver, cuando lo hace suele ser certero.
Al final prosiguió con más descripciones específicas de los involucrados, y del cómo han ido ascendiendo hasta explotar en lo que son hoy en día.
—Con esto damas y caballeros, les puedo decir que no será nada fácil su captura, ellos nos llevan un paso de ventaja posiblemente por las ayudas extras que reciben y que la cual también investigamos. Necesitamos determinar sí quienes los acogen tienen algo que ver con esa adjudicación que mis colegas en línea desde San Petersburgo, les han mostrado.
—¡Oh Por favor! —Uno de los Súper-Intendentes convocados reviró—. Sin ofender su criterio Teniente Coronel, pero… ¿Usted realmente cree que ese grupo tenga nexos externos parecidos a lo que ocurrió hace milenos, por decirlo así? No se ha sabido nada de esa organización continental en años. Legalmente están acabados, así como se dictaminó que su líder quedo liquidado el día del atentado.
—Pero su cuerpo nunca se halló y todo es posible. —Contesto en tono audible, sin demora y con templanza llegando a congelar al payaso que tiene por superior—. Nada en esta vida se escapa de la corrupción. Esa gente siempre encuentra artimañas o vacíos legales para zafarse de sus conductos, y como ustedes cancelaron toda premura al igual que el gobierno ruso, se valieron de la ocasión durante todo este espacio temporal. Se reinventaron buscando otras alternativas para asumir el mismo objetivo y lo están logrando. Ahora con los nuevos avances de sumisión, terrorismo o delincuencia, será más difícil acabar con ellos. Era cuestión de tiempo para que ellos hallaran un títere, los Kazumas en su inexperiencia y su desespero de verse como un Clan imponente, aceptaron sus condiciones con tal de ser su títere, aquí… Y el Modus-Operandi que ese grupo Yakuza utiliza, es exactamente el mismo que vimos hace muchos años atrás con esa vieja organización extrajera que hizo estragos con otros pequeños clanes de nuestro país o los micros-carteles en Rusia. No se me haría raro que ese depredador fantasma del cual aún no se tiene nada en concreto, tuviese relación con lo que les dije y de ser así, ustedes tendrían parte de la culpabilidad por no dejarnos hacer nuestro trabajo. —Decretó con fundamento.
—¡Señor Katsuki, lo que está diciendo es una acusación muy grave!
—¿Y…? —Le miró con jactancia y pensó bien sus palabras al acomodarse sus espejuelos con indiferencia y elegancia—. Esto no debería sorprenderle viniendo de mi persona, Magistrado. No es la primera vez que les digo a su personal de la A.N.P y a los Súper-Intendentes mis conjeturas. Ustedes saben lo que realmente ocurrió, el cómo fueron las bajas de las personas importantes en nuestro gremio, de nuestros colaboradores en el extranjero, así como a los inocentes que pagaron el precio por su falta de direccionamiento en esos hechos y maquillarle a sus seres queridos «otra» versión.
—¡¡ESTO ES INSÓLITO!!
—¡¡NOS ESTA INSULTANDO!!
—¡ORDEN, ORDEN EN LA OFICINA! —La voz de la dama entrada en años se hizo notar imponiendo su ley y orden—. Será mejor que todos se comporten o daré por finalizado esto.
—De mi parte no he dicho nada en mis fraseos que difieran al caso.
—Katsuki, guarda la calma.
—Pero, señor…
—¿No fui lo suficientemente claro? —Declaró el General riguroso. Katsuki no le quedó de otra más que reservarse y sentarse en su puesto, su jefe siguió—. Seré franco ya que no me gusta andarme con parloteos. Para ustedes es más que claro que yo como autoridad en esta prefectura de Shibuya, puedo hacer lo que se me venga en gana, siempre y cuando use todos los artículos de la ley con tal de proteger a los civiles de mi zona. No me interesa como se manejen los F.E.G.I.S de las otras prefecturas cercanas a la nuestra, pero es obvio que están obteniendo el mismo problema con este caso. No obstante, esos perros falderos con tal de no perder los privilegios que ciertamente la A.N.P y la Comandancia Gubernamental les han entregado, son capaces de no mover ningún dedo. —El aura que le rodeaba era espesa y amarga.
Chulanont y Giacomentti detrás de la línea estaban tensos, sabían lo delicado que era este asunto y es en esos segundos cuando más desean estar a al lado de su amigo japonés para brindarle su apoyo presencial o que su ansiedad no le causara estragos (aun sí figuraba una perfecta fachada de absoluta serenidad), confíaban de que su General no permitiera que los magistrados o Súper-Intendentes derrumben todo lo que han recolectado en estos años de intensas jornadas producto de la absurda negligencia.
—En caso tal, depende de la juez y no de ustedes. —Señaló a las insufribles Autoridades que iniciaron su protesta—. Lo que si podemos decir es, que sabemos por las recientes barridas a las zonas peligrosas que próximamente, entrará un cargamento mucho más grande que el confiscado por la D.E.A hace dos meses atrás y tenemos entendido que es posible que el menor de los Kazumas, sea en el encargado de recibir dicha misión; y si bien es un crió con grandes ínfulas de matón en serie, al punto de manejar tendencias dominantes debido a sus prácticas depravadas o que disfrute el dolor ajeno, el desgraciado no es el más inteligente de los tres. Es un animal que peca por sus impulsos primitivos.
Felstman, ese viejo lobo siberiano supo hacer un buen enganche dejando interesados a la juez y blanqueando a sus opositores (o al menos a gran parte de los que le llevaban la contraria.) Katsuki, Chulanont y Giacometti sonreían confiados ante esa jugada renovándoles las esperanzas.
—Allí es donde aprovecharemos para terminar de ligar todo con esa gente. —El General fue contundente en sus palabras y prosiguió—. Sí encontramos cualquier minucia que dé el conector total con lo que mis hombres les han dicho, pediré ante los tribunales que re-abran el viejo archivo y sí toca juntarlo con el otro que involucra a Rusia, también. ¡Es un hecho!
—P-pe-pero… ¿Ustedes saben lo que nos repercutiría aquello? ¡Entraríamos en una gran controversia!
—Y creo que esto era algo que debió haber pasado hace mucho tiempo. —La jueza encargada vuelve a pronunciarse, sus dos compañeros que son jueces auxiliares de menor instancia no le interrumpieron—. General Feltsman, ¿qué tan verídico es todo lo que lleva a su mano?
—Hay un noventa por ciento de probabilidad de que si lo sea.
—Entonces, viendo que las causas de mayor instancia ocurren en el sector de Shibuya, el F.E.G.I comandado por usted deberá darnos detalles profundos de su investigación, les estaremos informando a través de comunicados el día y la hora exacta para que su gente nos dé una ponencia más detallada.
—¡PERO SU SEÑORÍA!
—¡SILENCIO!
—«¡Bien!» —Pensó para si Katsuki y sonriendo con disimulo triunfal.
Con ese mismo disimular, cobro compostura hinchando su pecho y alzando su rostro con mucha superioridad ante los regañados. Ese maldito japonés lo disfrutaba, y Chulanont como Giacometti intentaban no reírse detrás de esa vídeo-llamada, porque se dieron cuenta. La jueza terminaba de alegar sus condiciones y el General con sus hombres de confianza agradecían la oportunidad.
La junta se ha disuelto, saliendo cada quien por su lado y con sus propias preocupaciones porque la caja de Pandora o al menos una de las tantas que se han mantenido ocultas, tenía sus días contabilizados para explotar por completo y de lograrse, los funcionarios deberán rendir muchas cuentas a las familias perjudicadas…
Yuuri Katsuki ahora estaba inmerso en sus lagunas, pensando la forma más adecuada de re-armar este rompecabezas y arbitrar la siguiente jugada porque se encontraba a la expectativa o muy emocionado de que al fin todo este largo proceso haya comenzado a dar sus frutos, aunque la voz de su superior lo trajo a tierra con un llamado.
—Katsuki.
—¿Ah? ¿Dígame señor?
—Tú y tu personal hicieron un buen trabajo y logramos pasar el primero de muchos filtros. Pero ve con cautela. —Le recalcó—. Todos vamos por el mismo objetivo, a esos malnacidos les llegó la hora de redimirse.
—No se preocupe, trataré de no presionarme e ir con recato, aunque… Sinceramente, sí debo dar lo mejor de mi… ¡Lo haré!, yo…—sus ojos transmitían ese único llamado de hacer justicia—. Deseo que esa gente pague por todos las familias perjudicadas y que el gobierno actual sepa la verdad sobre la putrefacción que hay con algunos de sus dirigentes…
—¡Y así será! ¡Dalo por hecho, Katsuki! —Se lo prometió—. ¡Ah!…Y te aconsejo que la próxima vez, no dejes que la carga del momento te devore o haga que menciones cosas que te puedan costar caro, muchacho. —Felstman lo analizaba y puede que comprendiera su sensación de acelerar las cosas, más no por eso, le dejará pasar ese ligero exceso de lengua cometió…
—Excúseme señor Felstman… —Respondió apocado, Katsuki.
—Eso espero, porque al parecer, la lidia en estas pocas semanas supervisando las sanciones a tú “pupila”, han hecho que se te pegue algo de su “imprudencia”…—Acabó mofándose. Pero bien que compartió por completo la opinión sincera de Katsuki al sacarle a esa gente en cara sus mediocridades.
No obstante, esa oración del General fue tan contundente en aquel Teniente Coronel, que al captar su mensaje, no sabía cómo dar la cara sonrojada de la vergüenza. Su jefe continúo molestándole.
—Es normal que vea esas salidas en Vitya, y es normal que nosotros le llamemos la atención por ello, pero verlo en ti a estas alturas del partido, esa no me la esperé. ¡Pilas con eso!
—G-g-gomen nasai, Feltsuman Rikushō-san
Y el que le viese de regreso ese viejo, torpe, curioso y característico aspaviento de ruborizarse de la nada, más el honorífico en su idioma natal, le lleno de gratos recuerdos…
Podremos decir que el ruso no es el más expresivo con sus muchachos, pero a todos les estima a su manera (una bastante huraña pero lo hace), y Katsuki es de los pocos a los cuales ha tenido un gran aprecio por ser un gran profesional, como también por tener una gran calidez humana.
Tiempo atrás desde que su noble Oficial sufriera tantos golpes juntos en la vida al arrebatarle parte de su esencia tras lo ocurrido con su hermano, su cuñada o su maestro, que casi tocara fondo por sus crisis de ansiedad echándose la culpa de todo, y que luego de se recuperara habiendo percibido el cambio drástico en su personalidad solo para cumplir una única meta y cerrarse al resto (exceptuando por su sobrino), no espero que diera señales de aflorar su verdadera naturaleza otra vez. Poco o mucho, era bueno saber que el muchacho ya se le notase un aire menos enseriado, y en parte agradecía que su pequeña y revoltosa sobrina, sea la causante de ello.
Andrei se caracterizaba por sacar lo mejor de todos y hacerlos brillar…Yuuri aun en su torpe nobleza, su Ex-maestro nunca dejaba de potenciar sus cualidades y que lamentablemente, reprimió por mucho tiempo convirtiéndose alguien frió… Ahora con la llegada de Vickytoria (y pese a que el mismo Yakov confesara que era un dolor en culo cuando se metía en problemas por sus travesuras, haciéndole perder el poco cabello que trae) También pensó que su arribo fue en el momento preciso, y que ese don bien habido de su difunto padre, el cual ella parece haberle adquirido muy bien, ha logrado en pocos meses con sus disparates y amistad sincera, lo que muchos viejos conocidos, (incluyéndole) intentaron realizar durante estos años de renacer en Yuuri Katsuki…
Que se abriese al mundo nuevamente, sin dejar de ser el muchacho amable, franco y excelente Oficial que es.
Claro, después de la comitiva de estos días y los acuerdos que él fijó tras aquel problema superado, pudo observar que ambos muchachos lograron limar asperezas y hasta donde los ha supervisado; el codeo amistoso y/o profesional ha mejorado considerablemente permitiendo que los dos aprendan cosas entre sí.
Yuuri le mostraba su vasta experiencia, sabiduría o recato, de modo calmado a Vickytoria, cosa que ella admiraba e intenta seguir… Sin embargo por ser tan ella, y con esa bocaza de corazón deslindada como el cabeza de chorlito de su padre, le costaba por montones.
Vickytoria por su parte destacaba esa pureza humana, pureza que alguna vez tuvo Yuuri y que sigue teniendo muy resguardada, solo que ella también se ha encargado de hacerlo, devolviéndosela con la confianza de expresarse poco a poco a los demás y de ser franco aun sí por momentos «se vea algo precipitado» como lo ocurrido en el día de hoy. Yakov solo deseaba que aquel joven pudiera seguir destellando esos visos en medio del complique que se le vendría encima con esta «misión»
Finalmente, cambió su dura presunción para palmear el hombro ajeno en familiaridad…
—Es bueno ver otra vez esa vieja franqueza noble en tí, pero no olvides manejar la prudencia…Yuuri.
—Ahamm… Yo…—las facciones o aspavientos entorpecidos de Yuuri no abandonaban el carmín ganado en su rostro, más solo pudo responder accionando ese ademan militar con un tímido, cordial y sincero—: Si señor, Felsman…

Oficinas de la T.S.P.A – Tokyo / Japón
Inicios de Mayo del 2017 – 08:00 A.M (muchos días después)
El gran salón destinado al trabajo agobiante de mantener el orden a través de la papelería era custodiado y dividido en pequeños cubículos donde cada uno de los trabajadores se encargaba de una sección específica. Existen muchas formas según la función y pocas veces las oficinas se les delegaban grandes archiveros. Vickytoria a diario aparte de las miles de condiciones que debió asumir por un mínimo de dos semanas, también se comprometió en organizar miles y miles de archivos con fecha, nombre y rotulo marcado, actividades de oficina como requisito antes de reincorporarse a su vida policial.
Estos iban a parar en distintos departamentos como el de estupefacientes, el de evidencias, o incluso a tribunales y otras entidades como la A.N.P, la mesa gubernamental, la fiscalía, o la superintendencia.
para esas fechas en las que Vickytoria colaboraba al resto de oficiales del rango ejecutivo o los oficinistas que radican en dicho lugar, estaban al borde de la locura gracias a que Yuuri Katsuki los tenia milimétricamente trabajando como hormigas a causa de esa conmocionada e imprevista plenaria que pronto tendrían ante los tribunales con la Juez. Además de alternarlo con las labores de inteligencia que ya estaba adelantando con sus divisiones.
Él recibió de primera plana más capturas fotográficas y reportes por los chicos de E.E.I (Los agentes especiales Sala Crispino, Mila Babicheva y Georgi Popovich) sobre los extraños movimientos de aquel clan en ciertos sectores de la prefectura de Shibuya…
—¡Bien! Quiero oír sus reportes damas y caballeros, el tiempo apremia.
Dentro del marco legal no podían irrumpir, pero según las informaciones bajo cuerda de algunos gandayas obtenidos en los interrogatorios que Giacometti o Chulanont en compañía De La Iglesia o Hong indagaron antes de viajar a Rusia, se estarían basando en un viejo sistema de carga (códigos por clave) para que sus indultos no fuesen detectados y despistar a los escuadrones antidroga. El otro asunto pero no menos relevante, era que tal vez un peso pesado conocedor de la zona, les estaría encubriéndoles.
Katsuki les pidió a ellos que junto al Subteniente Altin, (quien servía de apoyo) sacaran variadas órdenes ante la Fiscalía para hacer las revisiones anticipadas de cada aduana, encontrar cargas sospechosas y de paso revisar esos códigos con prontitud.
La T.S.P.A y el ente del F.E.G.I seguían su curso acelerado en los siguientes días después de esa improvisada reunión. En unas de las rondas donde Vickytoria, más muerta que viva con un par de documentos y su fiel caniche se dirigían a la oficina principal de su jefe (bonito-amargado). Le tocó hacer un pare para observar a los oficinistas u auxiliares ir y venir más despavoridos que de costumbre y con un sofoco terrible. Ella les preguntó el porqué de su reacción, ellos en medio de su revoloteo le comentaron que al parecer, a su jefe le cayeron con un imprevisto haciéndole estresar o malhumorarse peor que el volcán y que sí querían sobrevivir, era mejor no molestarle o no cruzarse por su camino.
—¡Wow!, Si de por si ese japonés estando amargado ya daba miedo… Siendo un amargado estresado será peor… ¿Qué dices Makka? ¿Averiguamos qué le pasó a tu cuadriculado amigo? —Comentó Vicky con ese despiste a su caniche.
Ella giró la perilla de la puerta, pudo percatarse que Yuuri se hallaba incómodo e irritado hasta por los codos debajo de su parca neutralidad con una llamada que atendía y miles de hojas en su escritorio. Yuuri le vio y le hizo señas de que pasara y ella solo se limitó a seguirlas. Al acabar esa conversación, el superior se llevó sus dedos forjando esa manía de juntarlos sobre el puente de su nariz y cerrar sus parpados al pensar.
—¿Todo bien? —Dijo eso para relajar el ambiente y acercase cuidando de ser respetuosa, Vicky sabía que Yuuri cuando realizaba aquel gesto, era que algo le disgustaba por completo—. Ahammm… En una escala del uno al diez ¿Qué tan estresado estás?
—Mil. — Fue seco.
—Ok… Eso no es amazing.
—Nikiforov… —Se tomó un nuevo respiro pronunciado y buscando enfriarse.
Él sabía que la chica traba de “despejarlo” cosa que en otra ocasión se lo agradecería, pero en estos momento no tenía y ni estaba de humor para “conversar”
—Te recuerdo que estamos laborando por lo que te pido formalismo y lo que tengas que decirme, dímelo rápido. Necesito el tiempo para resolver mi asunto.
—Vaya, que serio. En realidad era para entregarte unos documentos que te llegaron de la fiscalía y son de primera tipología. Pero… No creo que los revises ahora, ¿o sí?
—Afirmativo. —Acotó—. Y ni lo pienso hacer, la jueza encargada del caso clasificado ya quiere su plenaria.
—What?! —Se puso muy emocionada dejando a un costado sus papeles en el escritorio ajeno y terminó de cortar la distancia poniéndose a su lado—. ¡¿Eso es estupendo, no?! ¡Felicidades! —Aplaudió contenta mostrando esa bella sonrisa de corazón—. ¡Chris, Phi, y el resto de chicos han trabajado mucho en ello! ¡Y tú igual, Yuuri ¡Digo! Katsuki-san! —Se corrigió—. ¡A mí me costa!
—Y fuese del todo productivo si Plisetsky hubiese dejado totalmente organizado y traducido al menos en inglés, parte de la simbología. Está en un ruso el cual no es comprensible para mí. —Reveló su frustración con esa expresión en su rostro o al agarrarse de sus cabellos
—¿Eh? ¿Cómo así? ¿Qué me perdí?
—La manera en cómo ha distribuido su papelería y sus archivos, es incomprensible. Por mucho que sepa ruso, tiende a usar iconos o códigos clave que solo él puede entender. Altin, Babicheva y Popovich intentaron leerlo siendo el ruso su idioma natal, e increíblemente no dieron en nada—. Katsuki terminó retirándose sus lentes con gran fastidio—. Y dada la menuda suerte de que él está por fuera de Shibuya cumpliendo labores de apoyo en otra prefectura, no puedo hacer mucho para empalmarlo con lo que ya llevo.
—Ya veo… —La seriedad en Vickytoria, era notoria. De repente ella lanzó una locución que aturdió a su superior. —¡Bien! Déjame ver.
—¿Huh?
—¿Eres sordo? ¡Que muestres lo que tienes y mueve tu trasero!
Todo formalismo se le perdió a esa mujer tras hacerle un pequeño mohín en su rostro a quien era su «jefe» y córrelo de su propio puesto sin recato alguno. En su repentino parpadear por esa orden dada, Alzó su ceja incrédulo por lo que acababa de ocurrir. La muchacha abrió los archivos digitales proporcionados por Plisetsky al tomar posesión de su computador.
—Vickytoria no estoy para juegos, esto es serio… —Yuuri no sabía que coños haría su pupila pero ya había desaparecido ese estrés del inicio y fue reemplazado por uno de genuina curiosidad en sus ojos.
—Tampoco estoy jugando Yuuri, me dijiste que parte de lo que tiene Yura lo necesitas para tus carpetas, ¿no? —Le mencionó aquello mientras realizaba un escaneo rápido, tomó una hoja y le fue escribiendo en inglés el significado de cada icono o un pequeño extracto de las acotaciones hechas—. ¿Así?
—¡¿Ehh?! ¡¿Espera?!—Le arrebató el escrito de sus manos, Yuuri no podía creer lo que miraba al tiempo que esa pequeña sonreía con su despiste natural, infantil y boca acorazonada—. Esto es… ¡¿Pero cómo es que sabes esto?! —Él comparaba las descripciones de Vickytoria con las suyas y tenían concordancia.
Vickytoria le recordó que en el tiempo que estuvo enojada con él, había estado colaborándole a Yuri en su investigación. (Algo que Yuuri ya sabía, pero se le olvidó) Lo otro que en sí no supo, era que el cabo primero le había explicado su «infalible sistema de códigos» siendo él un estudiado en el arte de «descifrar o en-criptar símbolos» con el motivo de que si alguna vez quisieran robarle lo que tiene, y que aquello cayera en manos equivocadas, nadie pudiese entenderlo.
Los símbolos, según lo que Vicky razonó de la breve ponencia de Yuri, pueden componerse de información realista o extraída del entorno y que dependiendo de las características estos cobran un significado, obviamente ella no es la experta en el tema, sin embargo comprendió lo básico del sistema hecho por su colega y de allí, que pueda deducir sus «jeroglíficos eslavos»
—¿Y bien? —Esa mujer amoldada en el gran sillón ajeno, posando su mentón sobre su puño y codo, o con la mano sobrante acariciaba a su fiel perro guardián, le miró como toda una reina poderosa al cruzarse de piernas—. ¿Aun sigues pensando que estoy jugando, jefe Cari-bonito?
—¡Tú! —La señalo exigente, con su dedo un tanto robotizado y algo singular—. ¡Te quedas aquí y no te muevas! ¡Necesito que me expliques esos códigos! —Fue a paso apresurado a un lado, aunque este se devolvió e intento articular algo más o quizás hizo un amague en abrir su boca pero calló. Solo acabó con un—: ¡Makkachin!, ¡Vigila a tu dueña! —Y el caniche ladró feliz moviendo su colita al tiempo que Yuuri se iba a sus lockers por el material faltante o que Vickytoria riera con ligereza por su cometido de distraerlo y relajarlo del pésimo estrés que cargaba.
Después de esa breve mini-clase sobre símbolos idiomáticos, superior y pupila trabajaron prácticamente todo el día en ello, no dejó que ella se fuera, incluso llamó a una de las secretarias para que le avisara a los docentes y/o funcionarios de la T.S.P.A donde ella debería contemplar sus sanciones o sus clases, que se fue solicitada para completar ciertas tareas de rutina hasta nuevo aviso. Katsuki cuidó de que Nikiforova almorzara al medio día o que cenara en la tarde, también le fue dando instrucciones precisas para que el escrito que él ya tenía adelantado sobre el Clan Kazuma no dejara espacios inconclusos con lo que Vickytoria bordeaba. El resumen detallado de todos los puntos descritos por Yuri Plisetsky en manos de Vickytoria a su jefe, lo han dejado asombrado por la soltura palpable y empoderada que ella demostraba.
Claro, Yuuri siendo el hombre organizado y prevenido que era, había soportado con evidencias su estudio clasificado, pero eso no se podría haber completado de no ser por la presencia de la joven Nikiforova o el que le entendiera esos garabatos al tigre ruso y eso que ella solo lleva un cincuenta por ciento de la información, en definitiva le admiró su proeza, era como trabajar con su viejo jefe y padre de la muchacha al momento de preparar los casos.
Obviamente le falta pulirse en algunas cosas, pero no duda que heredó su estilo…
Ya son las 7:30 de la noche, sí Yuuki estuviese en algunas de sus giras escolares o musicales con la orquesta, se quedaría en la oficina en total tranquilidad porque su hermana Mary o su maestra Minako le cuidarían. Más su realidad era que su sobrino le esperaba en casa junto a la dulce señora Marie. (él trataba de llegar más temprano para hacerle compañía a raíz de lo ocurrido días atrás.) Miró de reojo a la oficial quien también le había ayudado a organizar un poco el desastre natural que era su oficina, tanto fue el gusto que acogió de trabajar junto a ella como la productividad en corto tiempo hecho por la chica, que él ni pensó su siguiente decisión.
—¡Nikiforov!
—¡Wah! —Muchos papeles salieron volando al asustarse por ese repentino llamado de su jefe—. ¿D-dígame, T.C?
—¿Qué tan rápido puedes terminar organizar todos y cada uno de los apuntes que me has descrito por nombre, imagen y periodo de aparición? ¿Además de empalmarlo lo otro que ya tengo del Clan para así, darle coherencia?. —Le ayudó a recoger el hojero del suelo.
—¿Eh? ¿No lo sé? ¿Para cuándo los necesitarías?
—¡Menos de cuatro días! ¡y si es posible que tengas la mitad para mañana, así podremos estudiarlo!
—REALLLY? ! ¡E-es d-demasiado pronto, T.C! ¡Por más que quisiera avanzar o ayudarle, t-tengo que cumplir con otras cosas y…!
—Sí debo retirarte cargos o sanciones y remplazarlos únicamente por esto o inclusive sí es necesario que vengas conmigo a ese tribunal para hablar, ¡Lo haré! Pero de aquí a que Plisetsky vuelva, perderíamos esta oportunidad. Esto es un hecho y no estoy bromeando.
—¿N-no entiendo… Eso qué quiere decir?
—Que oficialmente al no tener sanciones o lumbrales a nivel legal, estarías en un periodo de prueba especial y por consiguiente, eso hará que te reintegres al F.E.G.I otra vez como Oficial Imperial. Lo que hagas en esa plenaria tómalo como tu prueba de fuego y dependiendo del cómo te muevas, regresarás a la acción en las misiones con todo los honores.
—¡Ehhhhhhhhhhhhhh! ¿Todo eso? ¡¿P-por quéééé?!
—¿En serio vas a preguntármelo? —Le dio la última hoja en sus manos, a veces Yuuri piensa que Vicky peca de inocente, pero luego recordaba el modo de ser de la muchacha y se resignaba.
—Bueno… Es que … Todo esto fue tan… ¿No se?…—Vicky estaba nerviosa, contenta, inquieta, a la expectativa, era un combinado de sabores emocionales—. y …y…¿Cuándo se supone que empezaría?
—Buena pregunta. —fue imparcial mirando su reloj y luego le regreso su vista—. ¡A partir de Ya! ¡Y no más preguntas! ¡Cuando las haces pareces un loro y eso me aturde! —Le arguyó.
—¡¡HEY!!
—De igual forma no estarás sola, porque yo te supervisaré personalmente. Estás son mis llaves por sí necesitas entrar a buscar más cosas de aquí o por si aún no he llegado temprano en la mañana. —Yuuri fue rápido examinado y trayendo otros papeles para dárselos en su poder—. Estos también son otros documentos entregados por Plisetsky, necesito que los leas, los analices, que los interiorices y te los aprendas. Yo también haré mi parte y complementaremos los que falten entre ambos. En especial estos últimos garabatos.
—¡¡Oyee!!! ¡¡La iconografía rusa es bonita!!
—Sin ofender, pero sigo insistiendo que no me gusta el «balalaika» —Su intento de chiste al idioma ruso fue malísimo—. Y no me explico cómo tú y Plisetsky siendo prodigios, aun no pueden hablar en Taka-taka como nosotros…
E hizo lo mismo con su lengua materna manteniendo esa honestidad negra y Vicky le reclamo aún más. Katsuki no prestó atención ignorándole.
—Escúchame, hablaré con los docentes para que te reprogramen tus exámenes en otros días y puedas recuperarlos, ten.
—¿Eh? —Recibió una Mac portátil al igual que un Wi-Fi portable.
—Hoy en la noche, conéctate a través del software cifrado que creó Chulanont, para que me vayas pasando tu información, yo también haré lo propio y así podré ayudarte a acelerar tu proceso o que me hagas preguntas relevantes. —Yuuri, neutro como él mismo, iba trazando punto por punto a Vickytoria…Tomó el aparato telefónico de la muchacha, digitó dos números, el de trabajo y el personal, por ultimo tomó su Bíper y le asignó el suyo.
—¿Preguntas hasta ahora, Oficial?
—Todo claro, T.C… Es solo que…
—¿Hmm?
—Lo único que no me gusta de todo esto, es que me desvelaré, y me saldrán unas ojeras horribles.
Ella no esperaba verse al ruedo tan pronto pese que ya han pasado unos cuantos días… Más no por eso dejaba de lado, su divosidad como vanidad excéntrica. Yuuri acabó riéndose por esa desatinada.
—Le diré a mi abuelo que me compre el corrector de ojeras B.B Cream.
—¿A veces no sé por qué algunos hombres como todas las mujeres tienen la necesidad de comprar y echarse esas cosas en sus caras? Solo son un par de noches, tu piel sobrevivirá.
—¡Se llama salud! ¡Me gusta cuidarme y eso lo dices, porque tú eres un trabajólico nocturno! —La sacó del estadio.
—Y si quieres ser oficial esto es unos de los tantos precios a pagar, jovencita. —El «Jum» caprichoso de Vicky surgió tras esa mención y Yuuri rió por dentro.
La coloquial y divertida conversación mermó. En un solo proyecto el japonés terminó de ultimar las cosas con la rusa. Cuando ella estaba por irse con su mascota, Yuuri le hizo otra salvedad.
—Nikiforov…
—¿Sí?
—Una cosa más… —De su cajón sacó la placa bañada en plata y caminó hacia ella para abrochársela en su ropaje—. Espero y aproveches al máximo esto… Oficial Imperial. Pero te recuerdo que aún debes convencerme en ese tribunal y… «Suerte» —Acabó animándole muy amable y con una pequeña caricia a su mejilla con su pulgar. Quizás como su jefe no debió hacer aquello, pero algo dentro de él, lo impulso a hacerlo y se fue dejándole allí, estática por esa gesta.
—Él… ¿Está confiando en mí? —No se la creía—. ¡Está confiando otra vez en mí! ¡¿Lo viste Makkachin!? …—Vicky se enterneció y tiró los papeles en su frenético escandalo porque Yuuri poco a poco retomaba confianza en ella—. ¡¿Sabes amigo?! ¡Esta vez todo tiene que ser perfecto! ¡Tío Yakov, los demás y Yuuri estarán muy orgullosos de mí! ¡Woahhhh! ¡¡Esperaaa!! ¡Ja, ja, ja!
Aunque su perrito ladró contento y le llenó su cara de babas, a nuestra Vicky no le importó y se dejó hacer cualquier travesura de su lanudo amigo. Nada le quitaría su logro. Perdió temor llenados de una bonita seguridad, una que pudo aumentar su brillo tras ver la incidencia franca de Yuuri y que su chispazo azul se encandilara tras sus palabras, no puede estar más dichosa.
El día posterior esa buena noticia se regó como pólvora gracias a cierto checo que fue informado por propia boca de la rusa, y que sin importarle la hora, avisó a sus compañeros por un videollamada grupal, vía Discord… Les dijo que Vicky al inicio solo mantendría sus sanciones, pero debido a ciertos acontecimientos que favorecieron a su amiga, terminó salvando la patria en la investigación, y podría regresar por completo a sus labores de salir exitosa.
—¡¡¡A LA VERGA, CABRON!!! ¡¿ES NETA?! —A Leo se le escapó su bien florida mexicanidad teniendo a su lado a una Guan maravillada en el aeropuerto internacional de Washintong Dulles en Estados Unidos. Su jefe Seung Lee, Les quedó mirando como bicho raro al no entender la situación.
—¡Eso es bueno, me alegro por Nikiforova! —Ha dicho Otabek movilizándose en las furgonetas Marks con Georgi sobre su hombro y llorando por tal evento. Lo más cómico fueron las algarabías de Mila y Sala de fondo…
—¡¡POR BUDAAAA!! ¡¡CHRIS!! ¡¡CHRIS!! ¡¡¡¿¿ESCUCHASTE ESO??!!! —Desde algún Hotel de buen prestigio en Rusia, gritó radiante el tailandés estando en su ordenador a su compañero.
—¡POR FIN ESE PUTO AMARGADO HACE ALGO BUENO POR LA VIDA! —El descarado suizo salió del baño mostrando todo lo que Dios hizo y con un gorro verde en su cabellera, lanzaba miles de gracias al cielo por esa primicia
—¡AHHG! ¡QUE ASCO! ¡PONTE ALGO EN ESA “COSA PELUDA” QUE TIENES EN MEDIO DE TUS PIERNAS, CABARETERO! —El russian punk se asqueó e intentó purificar su mente hablando de la noticia—. ¡Y YA ERA HORA! ¡Dime algo que ya no sepa hámster. —platicaba desde Okaido por labores específicas que le encomendó su General. Comiendo como siempre alguna chuchería. Se hallaba alegre por ello, aunque no lo demostraba por su huraña cara y pésima actitud. —La conejo en el día de ayer me había llamado pidiéndome datos y me comentó algo. En fin, Eso significa que podré tener a alguien competente y decente para mi investigación además de librarme de «¡ESOS INEPTOS!»
—¡¡OYEEE ESO FUE CRUEL!! —Chillaron Jean quien estaba a su lado a su lado y Emil por la otra línea del teléfono escondido detrás de uno de los murales de la T.S.P.A.
—¿QUÉ? ¡Es verdad! ¡La conejo me ahorraba horas de trabajo en cambio ustedes, me estorban!
Phichit se ahogaba en sus carcajadas con esa pelea del trió de jóvenes, parece que Leo, Chris y él, no eran los únicos que esperaban que esos dos ya se llevaran bien. Se alegra en demasía con la vida, y se pone a organizar su ropa, de todas formas ya debía volver a Japón.
Al final, esos cuatro días extensos, mortíferos y desgastadores fueron lo que calcularon ambos jóvenes para acomodar la totalidad de ese importantísimo documento.
Cuatro días que durante el día, se la pasaban en la oficina y en los archiveros de los otros departamentos, donde Vickytoria trataba de que el estrés o el amargue desaforado y practico de Yuuri no dejase sin personal oficinista a la academia. A veces cometían pequeños dedazos de los nervios y ese hombre no admitía minucias o errores. Ella a raíz de eso cumplía su papel de buena samaritana, salvándoles la vida.
Cuatro días desvelándose en las noches a través de las videocámaras por tanto trabajar en los ajustes de cada párrafo. Digamos que allí, las cosas eran algo más tranquilas porque Yuuri, pese a su constante teclear, de vez en cuando se permitía reír al ver a la pequeña (secretaria improvisada) con pijamas de conejito o su peluchito, y que Vicky le mirase con mala cara o le dijera que esos feos ropones de viejo y para nada Chick que usaba para dormir, debería de «quemarlos» por ser un sacrilegio a la moda.
Como la vídeo-llamada comenzaba un tanto temprano, Yuuki alcazaba a verla, y a veces apoyaba a su señorita con eso de incinerar su ropa fea dando muchas ideas ocurrentes en su imaginación. (Y haciendo que Yuuri se indignara con los traidores) cuando ya debía irse a dormir, se despedía de la conejita y del zorro mayor diciéndoles: «¡Buenas noches Vicchan! ¡Buenas noches Tio Yuu! ¡Los quiero mucho!»
Vicky, siempre terminaba encantada como si fuese toda una madre. Esos ojos azules enormes y aguados, sus manos cubriendo parte de su cara por el hype generado, los mimos que afloraban de su boca de corazón y los brillos rosados que salían del ordenador, no mienten. Aunque en Yuuri, bueno… ¡Mejor léanlo ustedes!
—D-duerme bien, Yuuki. —El niño se fue corriendo muy alegre a su cuarto y Katsuki miró de reojo a la señorita por la pantalla y de antemano le fisgoneaba con dejos acusatorios o achinando sus ojos como un gato.—¿Etto? ¿Por qué me miras así?
—¿Cuando será el día en que dejarás de ser tan tímido con Yuuki y le digas todo lo que sientes sin cohibirte? ¿No me digas que te da pena expresarte con cariño estando yo aquí? y no me salgas con eso de que «soy japonés»
—Es que…—Sonrojado de la cobardía porque se vio descubierto, vacilaba en su hablar al chocar sus índices entre si una, y otra, y otra vez.
—Awwww~~ Quien lo ve taaaan inocente con esa expresión. Si no fueses un “demonio kamikaze policial” que siempre me patearas a cualquier hora la cola, juraría que no matarías ni una mosca.
—¡¡¡VICKY-SAN!!!
—Ja, ja, ja, lo siento, ya comprendo a la señorita Yuuko, a Phi y a Chris cuando dicen que extrañan verte en tu versión amable. El actual no me gusta, eres muy regañón y amargado.
—¡No abuses, Vickytoria!
—¡Es la verdad! Mmm… volviendo al tema, ¡No tiene nada de malo ser expresivo! ¡Inténtalo!
—Pero…
—Olvídate por un minuto de las tontas reglas de comportamiento de tu país. Has viajado por fuera, haces cosas que un japonés del común no haría, y también sabes que la mayoría de las reglas de los japoneses son algo tontas, ¿verdad?
—Lo sé…perfectamente…
—Entonces, sabes bien que brindar afecto en público no es mal visto, me encanta que Yuuki no sea así y que siempre te diga lo mucho que te quiere. ¡Tú deberías de hacer lo mismo! ¡No seas cobarde!
—¡Auchs! ¡N-no grites! —Le tocó retirarse los audífonos.
—¡Mañana haré que le digas algo bonito a mi mini-príncipe, cuando nos toque pasar por él a su escuela después de salir de la fiscalía!
—¡¡¡¡¿EHHH?!!!! ¡¡¿NO ESTÁS HABLANDO EN SERIO O SI?!!
—¡¡LO HARÁS Y PUEDES APOSTARLO, YUU~RI!! —El bang (gesto bien conocido en Vicky) lo noqueó directo a su cara y Yuuri se puso rojo perdiendo la batalla—. ¡Eres su tío!, ¡y los tíos siempre son cariñosos con sus sobrinos!
—«E-esta niña»… «S-supongo que no podré negarme»… —Pensó al encogerse de hombros.
Como se habrán dado cuenta, para Yuuri ese tipo de interacción era algo muy nuevo y le costaba acostumbrarse. Tanto afecto y soltura sincera en Yuuki (cortesía de la coneja al aconsejar al pequeño en el tiempo que duró haciendo sus labores comunitarias en su escuela) o que Vicky fuese con él mucho más carismática y cariñosa que antes, le avergonzaba y no en el mal sentido, le agradaba que su Oficial fuese así, y que fuera una linda influencia para su sobrino.
¡Aumentemos la apuesta!, la calidez trasmitida por ella le fascinaba desde lo más recóndito de su ser y no quiere dejar de sentirla. Sabía que aquello no estaba bien… ¡Pero se encuentra tan sosegado…! Ruega por mucho a los dioses que le den sabiduría para mantener esa bonita conexión «amistosa» lo más que pueda y que no siga pasando a otros «tintes» que ya está involucrando a su corazón con un sentimiento mayor. Uno del que está a «nada» de concretarse y que por más que le ignore, ya es consiente.
Finalmente, en esos cuatro días pasaron tantas cosas que fueron suficientes para que la camaradería, la amistad y el trabajo en equipo borraran todo rastro de la experiencia anterior, causando que Yuuri y Vicky estrecharan mejor sus viejos y renovados «lazos».

Corte Principal de Shibuya – Tokyo / Japón
Inicios de Mayo del 2017 – 08:00 A.M
Cambiamos de panorama, son las 11:30 A.M. en el centro histórico de Shibuya donde se ubican las cortes y tribunales. Katsuki quedó en encontrarse veinte minutos antes con su Oficial, mas el sueño traicionero lo venció y debió correr para llegar con el tiempo justo en su plenaria que comenzaría en diez minutos. Caminaba con premura por las escaleras y no lucía su típico uniforme imperial, pero debía vestir formal para la ocasión. Portaba una camisa azul clásica de líneas verticales, la cual tenía ligeramente abierto los dos primeros botones por el calor, cabello peinado hacia atrás con unas cuantas hebras salidas en su andar, y usaba unos lentes de sol Ray Ban. El Traje de dos piezas Slim-Fit de color gris celeste y confección italiana en mezcla de lino hecho por Hugo Boss, terminaban de darle el visual e imponente que buscaba en cierto grado. (Aunque el chaleco reposaba sobre su antebrazo para no ensuciarlo por el recorrido) Eso sí, odió gastar demasiados yenes en algo que bien, pudo conseguirlo en un almacén más «barato»
Sin embargo, la señorita que tiene por Oficial en sus indicativos pomposos, le dijo que para ocasiones así, tenía que demostrar un gran peso y poderío ante esa gente, él ni siquiera sabe cómo se dejó convencer, ni con Minako (quien fuese su maestra y segunda madre por derecho) habría logrado tal hazaña de hacerle poner ropa de lujo. Solo esperaba que haya valido la pena ese despilfarro innecesario.
Continuó circulando por los pasillos, buscaba con la mirada a Vickytoria, sus ojos iban de un lado a otro reparando los rostros en ese concurrido lugar y pronto…
—¡Ohayo Yuuuuu~ri! ¡Solo Aeroflot me ha hecho esperar tanto como tú! —La voz agraciada de la joven retumbó en sus oídos haciéndole voltear en su dirección pero…
—Vicky… san… —Al retirarse los lentes, lo que vio lo dejó anonadado. Ese hombre está en problemas…¡Y uno bien grande!

La damisela lucía preciosa. Una tan digna de compararse a la princesa Diana de Gales, siendo Vickytoria la perfección rusa a los ojos de Yuuri. Marcando paso en su pasarela, la Oficial amante del icono de la moda que era, había llamado con anticipación a su abuelo para que le buscara cierto traje y se lo mandará vía express. Ella no podía quedarse atrás. ¡No señor!
También tenía que impresionar a los jueces (además de resplandecer igual de despampánate que su jefe) y ha de hacerlo siendo capaz de destacar con prendas sobrias y clásicas como el traje de chaqueta. El truco estaba en elegirlo en un color suave pero llamativo como el blanco inmaculado… Sus bordes eran semi-rizados, las hombreras le daban un toque retro ochentero y llevaba un corte en «v» el cual ella se permitía usar una hermosa gargantilla de perlas. Su peinado era el clásico cabello recogido en un tomate semi-floreado y su flequillo no podía faltar. Hace poco traía encima de su cabellera un sombrero Celada en lino blanco (El cual llevaba en su mano porque ya se encontraba dentro del lugar y sería de mala educación portarlo dentro de este), el pequeño bolso que también le hacía juego, se le veía estético y minimalista, además que la falda en lino estilizada hasta las rodillas, mostraban sus piernas y se veían esbeltas con sus zapatos de tacón Vizzano blancos que vislumbran.
«¿En… En serio ella es… «mi» Oficial?»… —Pensó el otro bien distraído y fuera de órbita—, ¿y se supone que tiene diecisiete?… —Oh, ese aire maduro, y elegante terminó por maravillarlo.
¡Ok!, ¡Ok!, ¡Ok! ¡Seamos sinceros!…En realidad al Temible T.C e hijo de la practicidad, se nos embobó por la conejita y después dice que no le llama la atención, que su interés no puede ser, que eso no es amor, ¿el sentimiento del cual se niega hablar será «amor»?
¡Bla! ¡Bla! ¡Bla!…¡Bah! ¿Quién lo entiende? ¡Maldita sea! ¡Qué se decida!
—¡Tenía razón! ¡Esa ropa que te recomendé te hace ver estupendo y con mucha presencia Yuuri! ¡¿Ah?! ¡Espera! ¡Déjame arreglarte esto! —Sin medirse le acomodó el cuello de su camisa o parte de su cabello, Katsuki estático, no podía asimilar con tiempo las apropiaciones de Vicky, esa mujer era única.
—¡Ya está! ¿Eh? ¿Hola? ¿Yuu~ri? ¿Te pasa algo?
—Yo… —Recién sus sentidos o su cerebro mandaban señales, solo que con efecto «retardado» tirando a «tarado»—. ¿Ah? no… No es nada… es que te ves… ¿Diferente?
—Con «diferente» te refieres a que… ¿Me…Me veo mal? ¿Es eso?—Su ánimo decayó pensando cualquier exageración—. ¡Lo sabía!, ¡Debí usar el negro en algo como esto!
—¡NO, NO, NO, NO! —Le aclaró alarmándose y tratando de reparar la dejadez que cometió—. Yo quiero d-decir que aunque te ves diferente, vas muy adecuada y distinguida para la ocasión. Era de esperarse en alguien de clase y con gracia… Como tú…
—¡¿De verdad?! —Sus ojitos brillaron gustándole el halago que hizo su superior—. ¡Gracias! ¡Me alegra saber que si voy a acorde contigo! ¡Ahora, basta de juegos y pasemos a lo importante!
—¿Eh? ¡Wahh! —Fue lo único que pudo articular después de que esa niña lo llevara a remolque al lugar acordado.
Vicky en sus nervios hablaba y repasaba el cómo iniciarían la plenaria (ella quería que todo saliera bien) de lo que ella hablase de la simbología, dependería que le dieran el aval completo a su jefe para que así, pudiese continuar con su caso. A sabiendas de que Katsuki sería quien empezaría, Nikiforova no podía evitar sentir ese revoltijo en su estómago producto de las ansias. Caminaban con apuros por los pasillos, Vicky no paraba de parlotear, más él señor Teniente Coronel estaba volando en… ¿Su propio mundo?
¡Y todo por culpa de la bonitura que tiene por Oficial!
Realmente se cuestionaba sí podría mantener una «amistad» o «trato profesional» con ella como lo tiene llevando hasta ahora o sí podría seguir oponiéndose ante lo obvio para él… Estaba en una fuerte laguna moralista, porque día tras día, ese ángel de ojos azules hacia más presencia en su vida, en su sobrino, en casi todo y por mucho que trataba de pelear con su razón y su estatus, las palabras de Phichit o que Christopher le mencionaron algún tiempo atrás, lentamente le pasaban factura a su corazón y …
—¡¡YUUUUU~RI!!
—¡¿AH?!
—¡No me estas escuchando! —Le reclamo con un lindo puchero enmarañado sin mencionar su pose caprichosa.
—Ehhmm…Yo… Lo siento. —Sonrió, se disculpó y disimuló su descuido centrándose en otra cosa—. Si te estoy escuchando… es solo que, me distraje pensando algo. —»Por tu culpa»…
Lo último se lo guardo para así.
—¡Mooh~ esto es muy importante Yuu! ¡Tú me dijiste que a menudo la jueza que posee la orden en este caso es difícil de convencer! ¡¿Que pasaría si mis argumentos no son suficientes porque de pronto diga algo que no sea relevante con lo que tú o tío Yakov ya tienen?! Es por eso que te estoy comentando para que me des algún consejo y…
—»Mmm esto no es bueno»… —Inquirió inquieto.
Yuuri pudo visualizar otra vez la tensión en Vickytoria o la presión que se sometía en cada fraseo. Con el paso de los días esperaba que se le disolviera esa obstinación, si continua así se quemará antes de tiempo. En un decidido arranque, le tomó por el brazo y la hizo entrar a una oficina desocupada.
—¿Ah? ¡¿Q-que fue eso?! —Preguntó la joven, Yuuri tras cerrar la puerta, dejó a un lado su chaqueta y se puso frente a ella detallándole fijamente y muy serio.
Vicky no sabía por qué su jefe se comportaba así, más le era imposible no sentirse aminorada por su imponencia.
—»¿Habré hecho algo mal?»…»¿Hice algo mal?»
Especulaba muchos interrogantes y el semblante de Yuuri pasó de serio a uno suave, e incluso algo atrayente, (no mucho) cuando le tomó con sus manos el perfil agraciado con mucha delicadeza y acercándose lo suficiente a ella.
—Me agrada que tengas esas intenciones pero no te servirá de nada sÍ te comportas así con esa energía, ¿Lo sabes, verdad? —Su voz se escuchaba entre neutral y enigmática o su mirar marrón no le perdía de vista, apuntando a un objetivo, apaciguarla.
—¿A …A que te…refieres? —Ella con pena rodó sus ojos a otro lado—. Yuu…Yuuri, ¿Q-q-ue haces? Lle-llegaremos tarde… No es momento para hablar de estas cosas.
—Para mí lo es, tenemos tiempo de sobra. —La forzó a sostenerle su mirar azul en él—. Tambien sabes que no me gusta que bajes tu perfil en mi presencia. y sí te soy franco, puedo ver y oler tu tensión, y más que tensión… Es miedo.
—Pero…
—Presta atención y mírame, ¿sí? —Le dijo con sutileza y firmeza en su voz. La sensatez no lo abandonaba—. Ya te lo dije antes pero te lo vuelvo a repetir. No estoy buscando que seas una «Oficial ejemplar» para los entes autoritarios de hoy… Tampoco quiero que empieces a obligarte o sonar como una verdadera «Oficial ejemplar» ante tus compañeros en la T.S.P.A, de tu división del F.E.G.I o el resto cuando sé de primera mano que no lo eres… Solo estoy buscando que aprendas realmente tu función, que te agrade tu trabajo más de lo que ya lo haces y por sobre todas las cosas el que seas tú misma, Vickytoria, solo eso—Fue sincero—. SÍ te reprimes o no te muestras tal cual y como eres, de antemano no te irá nada bien. Llevas así muchos días, tu presión es equivalente a mi «no franqueza» ¿Acaso no te la pasas regañándome por no ser muy «franco y abierto» con mi sobrino o con los demás en los momentos indicados?
—E-eso es diferente. —Se ruborizó buscando alguna excusa justificable.
—No, no lo es señorita… —Negó con su cabeza y en otro arranque juntó su frente a la de ella además de rodearle con sus brazos dejándola desarmada—. Es lo mismo…Créeme.
—¿Y…y…y porque el abrazo? —Preguntó con dejos tímidos. Estaba absorta y con su guardia totalmente caída—. ¿No… se supone que eres un… Un cuadriculado japonés?
—Lo soy…—Le aseguró—. Pero soy uno raro según tu lógica… y sobre lo otro, solo diré que tú eres una niña consentida que sueles calmarte cuando recibes abrazos de personas cercanas…
—Es que…
—No negaré que para mí también es complicado porque no estoy acostumbrado. De hecho esto no tendría que pasar viendo que estoy en calidad de superior y no de civil, tampoco es que haga esto con cualquier subordinado, cosa que jamás hago. Pero, digamos que contigo hago esa excepción porque te conozco desde hace tiempo. No puedo permitir que te pongas así por presiones.
—Ahamm…
—Je… Tengo razón… ¿No es así? —Vicky terminó por aceptar su abrazo calmándose por completo.
Katsuki no debería de hacer aquello y lo sabía. Katsuki debería guardar su distancia y lo sabía… ¡Pero qué demonios!, le es difícil mantener su prudencia al intentar de buscar la forma de reconfortar a esa joven. Mandó al diablo su etiqueta, dejando relucir su nobleza y quizás ese nuevo gusto culposo de hablar «así» con ella. No se arrepentía.
Por otra parte, Vickytoria en silencio y cerrando sus parpados pensó que Yuuri era alguien excepcional, uno de verdad al punto que ahora se siente algo pequeña por comportarse de esa manera y dejar que él siempre sea quien termine ayudándole. Aquello le hizo replantearse sobre lo que había dicho días atrás, de que si Yuuri podría ser «lindo» como sí fuese un príncipe o un caballero a su rescate en muchas perspectivas. Con este gesto y muchos otros pasados que le vinieron a su cabeza, debió tragarse sus palabras…Él ya lo era.
Él ya lo era ya desde que le conoció de niña, Él lo es y ha de seguir siéndolo, no importa sí pasó del tiempo o que los acontecimientos lo convirtieran a la fuerza en alguien «Aislado» y «resguardado», su nobleza aparecía cuando más se le necesita. Tiene demasiadas cualidades lindas por decir de Yuuri, que eso hizo que se sonrojara al reaccionar por tal cosa y acabó escondiendo su cara aún más en su pecho para tranquilizarse…
Ah eso sí, por ahora la deducción que sacó de su jefe «bonito», se lo callará… o al menos se lo comentará a Makkachin cuando esté de regreso en la academia.
—¿Mejor, Зайка ?
—A-algo… —Su voz fue dócil al levantar con indecisión su vista y perfil enrojecido para comentarle una cosa más—. ¿Estás seguro de hacer esto? Es decir… ¿Y si la riego y cometo alguna imprudencia sin querer? ¿Y si fallo?
—Confió en tu trabajo Vicky-san, y lo otro lo descubriremos en el camino. —Rompió el abrazo acogedor, algo que no quería (sí le preguntaban) pero tenían seis minutos para llegar al lugar—. En caso de equivocarte yo estaré allí, aunque siempre encuentras la forma de zafarte. Eres la hija de Andrei Nikiforov, alias «todo lo puedo», si sobreviviste a mis prácticidades, podrás con esto, ¿o acaso no estoy en lo correcto?—Intentó hacerla reír pero se ganó una careta chistosa y molesta en reproche por parte de la pelusa.
Dicho indicativo le hizo saber que ella se sentía en mejores condiciones y que sus ojos azules recuperaran esa determinación, entonces Vicky con seguridad en todo su ser le dedicó unas últimas palabras.
—¡Y-Yuuri! Quiero decir… ¡T.C Katsuki!
—¿Hmm? —Alzó su ceja intrigado por lo que dirá—. ¿Dígame, Oficial?
—Yo…ahamm…Yo trataré de convertirme en una buena Oficial para usted, n-no es broma… Aspiro dar lo mejor de mí y que se sienta muy orgulloso. Así que cuando estemos en ese lugar ¡Míreme a los ojos y cuide de mi, por favor! —Ella sin remedio alguno le devolvió lo que hizo abrazándolo con fuerza o hablándole más nerviosa y olvidándose de su trato formal inicial. —¡P-promételo Yuuri!, ¡No dejes de mirarme, por favor!
—»Te gusta ponerme en aprietos…¿No es como si pudiera dejar de mirarte de todos modos, eh?»… —Reservó esa apreciación en silencio para sí mismo.
Tal expectativa no la visionaba, y ni lo ambicionaba. Honrado en demasía con dicha suntuosidad etérea, acabó contentándose y sintiéndose importante por esa tierna pero sincera petición de la bella señorita más de lo que debería; y como en el pasado no fue tan grato en Victoria en muchas formas… Yuuri piensa hacer todo lo que ella le pida con todas las de la ley aprovechando que el destino los ha re-encontrado.
—Por supuesto, Vickytoria… Soy tu superior, me es imposible no hacerlo sí forjas tus desatinos o descuidos y…bueno, aparte de ser aquello, también creo que somos y seguimos siendo… amigos. Los amigos nos apoyamos, ¿no, Зайка ?
—¡Ehhhh! —Y jadeó asombrada por esa respuesta—. ¡OMG! ¡YUURIIIIIIIII ERES AMAZING!
—¡¿Ah?! ¡¡¡E-Espera!!! —Ambos cayeron sobre el enorme sofá.
¡Hey! ¡No le fue tan mal a ese japonés! El puchero cariñoso o el tacleo a su persona le terminó de confirmar que la Vickytoria aguerrida, infantil, escandalosa con boca de corazón, regresó y era la que Yuuri quería ver, aunque…
—¡Stooppp! ¡B-bajate y deja de abrazarme!
—¡Ño quierooo~! ¡Tú lo dijiste! ¡Los amigos se quieren mucho y como eres mi amigo te puedo abrazar!
Para que fue eso… Ahora que se puso su propio karma, esa niña tiene pensado abrazarle las veces que pueda, porque quiere, porque puede y porque obvio, Yuuri le pidió ser su amigo otra vez (cosa que siempre lo fue en su pasado) era cuestión de que ambos renovaran su confianza.
—¡¡Pero estamos trabajando!! ¡¡Ya Bastaaaaaaaaa!!
—¡¡Pero tú me abrazaste!!
—¡¡Si pero es diferente, sabes el por qué lo hice!!
—¡¡No es cierto, es lo mismo!!
—¡¡Bueno ya basta!! —La tomó por los hombros intentando de recobrar el orden sobre el sofá—. ¡A partir de ahora nada de abrazos en el trabajo! ¡y…y….Es de carácter obligatorio! —Eso era caso perdido, haga lo que haga sabe que Vickytoria, ¡esa regla la romperá!
—Ehhh~ ¡Yuuri amargado! ¿Por qué eres así? ¡No es justo! ¡Yo también puedo! —Se cruzó de brazos la coneja caprichosa—. Además no es algo que haya hecho de pequeña. Extraño mucho cuando eras un Chubby Adorable que te dejabas consentir.
—»¿N-no me estas escuchando, verdad Зайка?»… —Su voz perdió firmeza y acabó resignándose con esa gota recorriendo su frente.
Cuando la euforia desapareció, Yuuri acomodó su vestuario y ayudó con el de la señorita, algo que a Vicky le dio mucha risa porque él se abochornó al tratar que sus movimientos no fueran inadecuados (Y ella no es que colaborara mucho con sus comentarios picarones y bromistas con el pobre.) Luego, Yuuri puso sus lentes de sol sobre el filo de su camisa y la chaqueta la sostuvo con estilo en una sola mano dejándola caer en su espalda (en el camino se la acondicionaría) Le recalco a Vickytoria que no se presionara por los dirigentes, que si sentía alguna inquietud que le buscara su vista para calmarse y que al final los sorprendiera como solo ella lo sabe hacer. Obvio, la chica afirmó con mucha energía.
Superior y Subordinada con rostro desafiante, salieron de esa oficina y caminaron a paso firme por los pasillos yendo a la sala en donde enfrentarían a muchos magistrados en su contra, donde buscarían que la juez de esa corte tribunal les diese visto bueno de proseguir con la agenda propuesta.
—¿Preparada, Oficial? —La forma seria y espectacular con la que se puso su chaqueta elegante dio mucho de qué hablar.
—¡Afirmativo, T.C! ¡Ya no hay vuelta atrás! —Respondió ella erguida como toda una zarina.
Y al atravesar el gran portón, todas las miradas recayeron en ellos. Ciertamente no sería sencillo, Pero Katsuki y Nikiforov demostraran la garra que ambos tienen y que trabajando en conjunto son una dupla sin igual.

En alguna Constructora por las fronteras de Shubuya – Tokyo / Japón
mediados de Mayo del 2017 – 08:00 A.M ( días después)
Mediante cierto operativo realizado en uno de los tantos terrenos fronterizos que limitan en la prefectura de Shibuya, la dirección Antinarcóticos de la Policía Ordinaria Metropolitana de Japón (FPJ) en conjunto con la D.E.A, los chicos del E.E.I y el Trio de la FBS (con Nekola de comodín) incautaron cerca de ocho mil toneladas y media de marihuana tipo ‘creepy’, que pertenecería a un brazo extensivo criminal que posiblemente comandarían los Kazumas. Este tipo de droga no era para nada común, y su peligrosidad es más alucinante como mortífera porque científicamente, es una marihuana mejorada gracias a la manipulación genética aumentada del THC (Tetrahidrocannabinol, responsable de las propiedades psicoactivas) y bajándole al CBD (Cannabidol, responsable de las propiedades antiinflamatorias y ansiolíticas) un 50% de THC versus un 3% CBD no es una dosis recomendable….
Aquello pudo ser detectado e interceptado a la gran pericia que ya se venía maquinando días atrás tras las ordenes o el trabajo continuo de todas y cada una de las partes involucradas. Dicho puesto de control, estaba instalado en La zona Suroeste y funcionaba como fachada de construcción para no levantar sospechas. Sin embargo, se tenía pleno conocimiento que el alucinógeno provenía de Inglaterra, donde el kilo de esta extraña marihuana tiene un valor muy alto en dólares, y de ser distribuida en Japón la rentabilidad en Yenes se triplicaría.
Forjaron la respectiva revisión del lugar, cada aparato fue revisado el E.A. (Seung, Guan y Leo ya habían regresado de su viaje en E.E.U.) y cuando los perros entrenados Balto, Xiang y el Santo ladraron hacía varias tractomulas, catapilas, retroexcavadoras o aplanadoras, Lee, De la Iglesia y Hong, fueron directamente al contenido de la cisterna inspeccionando sus compartimientos con ayuda de los policías asignados mientras que Plisetsky, Altin y Leroy detenían en seco el intento de fuga de los encargados del sitio con Babicheva, Crispino, Popovich cubriéndoles sus espaldas y esta vez teniendo a su capitán Chulanont de compañía.
Encontraron el cargamento ilegal camuflado entre puntos clave de la maquinaria.
—¿Entonces? ¿Tienes algo que decir antes de que ordene una última sentencia? —Expresó Chulanont con mucha seriedad al aparente responsable, estaba cagado porque sabe que sus mal habidos superiores y detractores de la ley no admitirían ese error—. Ok, chico listo. Te esperan unas lindas vacaciones. ¡Oficiales! ¡Retiren a ese sujeto de mi vista con el resto de su gente!
—Mi equipo y Yo seguiremos revisando si hay procedencia de otros alucinógenos. De encontrar más les avisaremos. —Ese fue el detective Jefe Seung Lee. Realizando una señal al Fedérale mexicano y la Agente china exploraron un poco más el perímetro.
—¡Bien! —Empuño su mano animado y lanzó más ordenanzas. —¡S.T Altin y Agente Popovich!, necesito que supervisen a los demás. Se quedaran aquí a tomar pruebas o relacionar más cosas para avanzar en esto. Lo que tengan me lo envían a la aplicación que les instale en sus IPhones. ¿De acuerdo, chicos?
—¡Tks! ¡Lo que digas Hámster! —Rabió el ruso de mal humor.
—¡Vamos! ¡Ánimos, Jefe Yurio! ¡Ya pronto acabaremos! —Emil como siempre destilaba alegría y palmeaba la espalda ajena con fuerza. Yuri pensó que el checo le sacaría el pulmón.
—Estas pidiendo un imposible, cachorro. Su cara de estreñido es así de nacimiento. —Mila se burlaba.
—Y el gatito gruñón se marea cual malcriado cuando se trata de estas cosas. ¡Ja ja ja ja ja! —Jean reía a sus anchas. Sabía que esta era la parte del trabajo que más odiaba.
—¡Cierra la boca Rey charlatán y tu vieja bruja, deja de joder! ¡El cerdo sabe perfectamente que esto no es lo mío y que ustedes son los encargados!
—Pero resulta que eres un «Policía de Élite Imperial» —Retomó con chiste ególatra su majestad.
—Y para tu sufrimiento, El T.C Katsuki o cualquier superior del F.E.G.I puede hacer contigo lo que se te venga en gana, primito. —Lo remató la mujer de cabellos rojos y burlándose aún más descarada que antes con Jean apoyándole. Plisetsky estaba a punto de cometer doble homicidio en primer grado.
—Cuando no es Nikiforova, atacan Babicheva y Leroy. Creo entender al señor Katsuki cuando se torna nefasto con ellos. —Dijo Otabek desganado y con un buen suspiro, aunque su rostro se mostrara inexpresivo y el «Ujum» de sus compañeros como Sala y Georgi apoyaron su comentario.
—¡Ya chicos, otro día se hacen bullying! Además, el tigre no estará con ustedes. Lo llevaré conmigo para delegarle otra misión viendo sus cualidades y rudeza.
—¡Ehhhhhhhh eso no se vale, jefe! —Abuchearon Mila y Jean.
—¿Huh? ¿Y cómo para que sería?
—Ya lo sabrás Yurio… Sí te lo digo te dañaría la sorpresa. ¡Te gustará! —Le guiño un ojo en confianza. —¡Hey, dejo todo en sus manos!
—¡Sí señor!
—¡Ok! ¡Eso me interesa! —Se tramó Yuri al tiempo que ponía una cara excéntrica o sus orejas y cola de gato revoloteaban en su ser por saber que hará. —Con que no me hagas tocar un fregado papel en mis manos me basta. ¡Soy un maldito policía no un oficinista!
Phichit soltó la risotada ante el cabreo monumental del ruso. Mientras ocupaban el carro asignado y como era de esperarse todos los oficiales dieron con posibles indicios que sirvieron de base para el portafolio que reunía Katsuki y compañía. La prontitud en Chulanont de llevar su registro fue inmediata al recibir fotos interesantes.
Pasaron las horas, Ahora Phichit estando en las oficina de su Jefe y amigo japonés armaban organizadamente el rompecabezas jurídico además de desenmarañar los códigos cifrados que resultaron ser coordenadas. Las cuales antes habían sido evaluadas por uno de sus colaboradores y que fueron confirmadas por el capturado en el reciente operativo. (Una hora en la sala de interrogatorios con un tailandés dándole anotaciones especificas a Plisetsky de que fuese el policía «Agresivo», fue suficiente para contentar al ruso, y de paso hizo llorar a quien sea para que confesara cosas relevantes) Nada mal pero… ¿Y Katsuki?
Ese hombre no podía pedir más, por fin están despegando y obteniendo una buena rancha ganadora tras los inconvenientes pasados. Que de ese operativo llevado por Chulanont dando como resultado varios sospechosos les ayudo a visionar por donde tomar los siguientes rumbos, que poco a poco las órdenes entregadas por fiscalía dieron carta blanca de revisar las aduanas existentes en Shibuya, y que de aquello han ido aflorando datos o coincidencias que sostienen los testimonios de algunos ciudadanos con respecto a los Kazuma, su ascenso y la Organización que les dirige. Porque es un hecho para él, que tantas caletas, negocios clandestinos o territorios no pudieron ser dominados por ellos estando solos en tan poco tiempo, es obvio que reciben su ayuda externa y cada día su estrategia de juego se asimila más al expuesto y viejo caso archivado.
Caso que Katsuki en la Corte Suprema Constitucional de Justicia supo abordarlo con inteligencia sin que su pupila y compañera de ese día (Nikiforova) se percatara de su «profundidad» o de los otros Ex-participantes implicados de la talla de Andrei. Era sin abogados o peritos correspondientes (ya que esto era un llamado especial que buscaba el convencimiento o no de una «razón de ser») La jueza en el estrado, con sus jueces auxiliares, o los distintos entes respondían a puerta cerrada para los periodistas. Katsuki debió hacer una recapitulación de los hechos hundiendo por inercia el barco que tenía preparado la ANP, Vicky al exponer la parte de la simbología, de la grafía vectorizada con forma de Cobra y del posible listado existente de grupos criminales que se acogieran a las características nombradas por Katsuki en su y intervención, fue lo que le dio ese plus faltante.
La jueza centrada y asombrada veía como la muchacha de poca edad se manejaba con elocuencia y coherencia. Por momentos los nervios trataban de superar a Vickytoria, pero solo era cuestión de observar a los ojos serenos de su superior para tranquilizarse o que él marcara las pautas a seguir y ella relucía a flote. Yuuri estaba orgulloso por su esfuerzo. ¡Era su mejor pupila después de todo!
El desvelo, el poco descansó y el trabajo duro, convencieron a la Jueza y reabrió un nuevo camino a modo temporal, si Katsuki termina de conseguir las evidencias faltantes para cuando se vuelva a presentar ella le dará formalmente la apertura a su caso y por ende la retoma al antiguo (y en ese deberá poner al corriente a los Abogados Penalistas de la academia). A muchos no les gustó la idea, otros se ensañaron con la jueza, ella los calló de golpe con el fuerte magullar de su mazo en su estrado y aduciendo que aquello era de carácter irrevocable.
Y en ese tiempo, el recordó la conversación que tuvo a solas con la Jueza mientras esperaba a Vicky.
Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø
—Jamás imagine que la Hija del EX Detective de Elite Nikiforov, fuese la mujer oficial que causara revuelo este año precisamente en la cúpula policial de Felstman. Pero independientemente de todo, han hecho un gran ponencia, ¡Felicitaciones!
—Nos honra mucho saber esa opinión viniendo de usted, su señoría.
—Haré lo que esté a mi alcance para facilitarle las cosas al General Felstman, en su momento no puede hacer nada. Para ese entonces, aun no tenía los títulos requeridos. Ahora, después de mucho y de enterarme del proceso que Felstman o usted llevan, veo justo hacer lo que se debió realizar desde un inicio. No obstante…—La voz femenina y señorial destilaba intriga. —Pude notar que la joven aún no conoce a fondo los pormenores… ¿O me equivocó T.C Katsuki?
—Acertó completamente, su señoría.
—Mi pregunta es… ¿Cómo lo tomará cuando se entere realmente el cómo fueron las cosas? Sí no asimila la noticia del todo, eso podría afectar la investigación. No podemos permitir eso.
—Es algo que he visualizado pero ya estoy tomando cartas en el asunto…y para cuando el momento llegue sé que Vickytoria sabrá sobreponerse. Heredó el espíritu fuerte de su padre, No se preocupe. El General y mi persona sabemos que se está arriesgando mucho por nosotros…. No habrá desfases.
Ø Ø Ø Ø Ø Ø Ø
Finalmente esas ultimas acotaciones a Katsuki lo dejaron con una conspiración enorme, su tiempo se agotaba y debía preparar a Vicky lo mejor que pudiera para cuando tenga esa gran conversación y así pasar a «segunda fase»
Phitchit notó que su jefe quedó inmerso sobre sí mismo y él lo nombra espantándole toda neblina mental. Yuuri se disculpó por distraerse y retomaron la conversa, de manera que en ese preciso instante, alguien tocaba la puerta.
—¿Permiso para pasar Katsuki-Tōrikusan?
—¡A lugar, Himura-San!
El Oficial jefe, Kenji Himura, de la Policía Ordinaria del FPJ, es oriundo de la prefectura de Shibuya, y es un experto en desmantelación de drogas además de dirigir los escuadrones ordinarios de su localidad.
En su momento colaboraba en las pesquisas del Ex-Sargento Katsuki y lamentó por mucho su fallecimiento. Años después y al enterarse que su hermano menor tomó «su lugar» siendo Jefe del F.E.G.Ide su prefectura (Katsuki Yuuri) le brindó toda su disposición, además de apelar a su ayuda cuando hubiesen casos que se le salieran de las manos (como los asesinatos múltiples que se enlazaron con el operativo del bulevar)
El destino nuevamente les une en una nueva premisa por el bien común, Katsuki le busco días atrás para explicarle los inconvenientes de los códigos y viendo que Himura conoce este rincón de Tokyo como la palma de su mano, el hombre de facciones maduras accedió gustoso.
Fue él quien por descarte le indicó que los códigos hallados por el equipo de Chulanont eran coordenadas en clave (y que corroboraron lo dicho por el capturado en el operativo). Al habilitar el mapa todas apuntaban a sitios estratégicos, retirados y de difícil acceso, pero que todas tenían un punto en común, una de las aduanas más grandes de Shibuya. Lugar que también en días anteriores Babivecha, Popovich y Crispino habían detectado visajes raros o muchedumbre externa no perteneciente al sitio, dando por sentado a los Kazumas como principales sospechosos.
A raíz de ello, comenzaron en los días posteriores varias revisiones a las Aduanas (para no levantar sospechas como índice de rutina) y mientras, desviaban la atención de modo llamativo a esos lugares que sin lugar a dudas terminaron decomisando miles de cargamentos perjudiciales que atentan contra la ciudadanía. Katsuki, ha retomado el giro argumental que los reunió y con la seriedad que les compete.
—Entre otras cosas, hoy mis hombres de confianza y mi persona tendremos reunión con uno de los funcionarios de seguridad en la aduana principal, ¿qué me puede decir de él?
—Oh sobre eso, Katsuki-Tōrikusan. Mis hombres han estado monitoreando cada aduana y me han dicho que detectaron acciones irregulares como la entrada y salida de camiones en el lugar a donde irá; el hecho de que este hombre tenga su mano metida allí…—Señaló Himura al funcionario de la foto—. Hace que no sea confiable. No es primera vez que le veo envuelto en estas situaciones anómalas y que salga bien librado.
—Comprendo lo tendré en cuenta.
—En caso tal, al igual que usted, hoy tengo pensado en ir a esa misma Aduana en calidad de requisa sorpresiva. Con esta ya completaríamos el cien por ciento de las requisas. Mis hombres y yo nos podríamos pasar por su seccional solo por prevención.
—No es necesario. —Yuuri declinó la oferta con amabilidad—. Usted y su escuadrón ya nos han colaborado bastante, veo justo que tome un merecido descanso.
—¿Está seguro señor?
—Completamente, cuando requiramos de su experiencia en alguna jugada extraña, le avisaré.
—Perfecto, entonces he de dejarle el resto de documentos.
—¡Sería espectacular! ¡Así podría darle una ojeada con Katsuki! —Dispuso Chulanont bien animado.
—¿Bueno…Es cuestión de que aparezca la señori… ah?
Sxf: BRAAAAAAM!!!!
La conversación fue interrumpida por cierta imprudente de cabellera platinada que abrió y cerró la puerta de un sopetón…
—¡Permiso! Ha… Ha… Ha… Y… ¡Lo siento! Ha… Ha… Ha… Tuve un pequeño… impase por el corredor… Señor Himura.
Se deslizó sobre la madera hasta llegar al suelo por el cansancio y se abanicaba con frescura con los papeles ajenos. Si les decimos la verdad es, que Vickytoria por andar corriendo se llevó por delante al bigotón de Ricchelieu y este despotricaba regaños a diestra y siniestra de ella.
—¿Y ahora que se supone que le hiciste al Subintendente para que rabiara sin cesar? Hasta acá se escuchan sus gritos. —La voz de Katsuki fue neutral e indicaba que no estaba jugando.
Más al oído agudo de Phichit eso sí que le interesó, porque apenas arribó a Japón no tuvo tiempo de hacer el debido «chismorreo» y quería ver por sus propios ojos que tan bien estaban ese par.
—¡Solo diré, que soy inocente de toda culpa y escándalo… T.C Katsuki!
—Hasta no ver, no te creo. — Lanzó la daga hiriendo el orgullo de la muchacha.
Vicky juró que de estar a solar se las cobraría, en fin prefirió irse por la tangente mencionando los documentos del señor Himura y…
—¡O.M.G!… ¡¡¡PHICHIT!!! ¡¡QUÉ ALEGRÍA!!
Al fijarse en su otro jefe su cara estalló de felicidad y olvidó olímpicamente que se dirigía al don práctico de Katsuki. Por su parte, el señor Himura trató de no reírse ante la situación particular, pero fue imposible. en los pocos días de estar lidiando a Nikiforova, tanteó que la jovencita era alguien bastante efusiva, y con este nuevo descubrimiento, también infiere que muy cercana al par de oficiales.
—¿CUÁNDO LLEGASTE?, ¿ESTÁ CHRIS CONTIGO? ¡LOS EXTRAÑE!
—¡Hola pequeña! —Saludó el tailandés con gusto espolvoreándole su cabellera—. Se supone que llegará hoy en las horas de la noche.
—¡Nikiforov! —El T.C la reprendió retomando el orden con ese típico reparo objetivo—. Te recuerdo por enésima vez, que estás en horas laborales. El uso de honoríficos es obligatorio con tus superiores o al menos los apellidos como mínimo. Sin mencionar del trato y eso último, ¡Va para ti, Chulanont!
—¡Ah vamos! ¿Acabó de llegar hace tres días y ya estás en ese plan? De ser así, me quedó en Rusia.
—Y eso que no estaba la semana pasada con lo del tribunal, Capi. —Metió la cuchara Vicky donde no le llamaban. —¡El bonito-amargado traía unos corajes que daban miedo!
—¿En serio?
—Hmmmm….—Ese sonido acusador o incluso su ceja en alza, denotaban las ganas de acribillar a su capitán y poner a correr a su Oficial.
¿Cómo no? sí con Phichit apelar a la formalidad era complicada, con Vickytoria los pobres honoríficos pedían auxilio y su paciencia tiraba la toalla, también. Yuuri tiene suerte de que el señor Himura sea un viejo conocido o alguien que en medio de su basta longevidad fuese comprensible, él también poseía un personal algo ligero en su trato y era debido a la buena camaradería que compartían. El hámster y la conejita fueron amonestados.
—Ehh~ je je je je… Ehhhmm L-lo siento jefe bonito… Digo…Señor, T.C —La Oficial se disculpó.
—No volverá a pasar. —Lo mismo hizo su Capitán.
—No les creo ni un quinto…
Vicky y Phichit rieron en vergüenza. Luego Yuuri con el rostro fijo en Vicky, le habló…
—¿Y ya que andas por aquí?, veo prudente indagar sobre usted frente al Oficial Jefe.
—¡¡¡¿Ehhhhhhhhh~~?!!!
—Señor Himura… ¿Cómo se ha comportado la Oficial Novata Nikiforova bajo su escuadrón en estos días que cumple sus asignaciones académicas como estudiante de la T.S.P.A? Tengo entendido que ella debe tomar nota de cómo se maneja cada escuadrón y dar un reporte como nota final. ¿No lo ha metido en problemas? Sea totalmente franco conmigo.
—Descuide señor Katsuki. La Oficial ha resultado ser alguien muy eficiente. Mis hombres no han tenido impases con ella ya que sigue bien las indicaciones, siempre es muy educada y presta a colaborar… ¿No es así, Nikiforova-san? —Le hablaba con el cariño de un abuelo a su nieta y Vicky con esos ojos de huevo frito y casi chillando, sintió como los ángeles a su alrededor la adornaban por el apoyo.
El señor Himura era muy amable, y está que le hace un altar.
—¿Vio que sí me porte bien, señor? —Lo dijo bien orgullosa y mimada.
—Ok, digamos que por «ahora» no has pisado campo minado y por ser el señor Himura, aun no tienes carta negra conmigo. —Yuuri no se fíaba, él sabía que en cualquier momento algún disparate se le ocurrirá—. Solo te advierto que te estoy vigilando y no lo estoy insinuando… Lo estoy afirmando, ¿Estamos?
—Sí señor…—Fingió dulzura en su voz jovial pero por dentro se dijo un: «Tonto cari-bonito-amargado»… Esa carita infantil enfurruñada no dio espera al igual que su vena marcada en toda la frente.
—Bien si no es más, he de retirarme. —Hizo una leve reverencia el señor Himura y por debajo le susurró a la señorita un: «Usted puede, Nikiforova-San»
¡Si! Ese señor era un ángel caído del cielo para Vickytoria, no había duda.
El Oficial Jefe también pidió permiso para pasar por Nikiforova-San más tarde y que lo acompañara. Eso le serviría para la asignación que la T.S.P.A le ha otorgado en su calidad de estudiante y como es algo de rutina no habría problemas. Así ella podría ver de primera mano cuando se hacen ese tipo de allanamientos y tener una mejor redacción en el informe que debe dar a sus Subintendentes en su clase.
Katsuki no vio problema en ello, y accedió. Cuando el señor Himura se retiró, Vicky pudo soltar por completó la informalidad que le caracterizaba llamándole amargado a Honris-causa por no creerle, Yuuri con ese estilo tan seco que trae, se defendió de cada pataleo (y sin mirarle por estar pendiente a los papeles) al final, Vicky no pudo con la insensibilidad en su jefe y terminó con sus mofletes inflados.
Se fue de ahí, pero le dijo un par de cosas a Yuuri, que le rogara al reino celestial de que no le pasara algo en alguna misión porque no le ayudará y ni se preocupará. Culminó con broche de oro al sacar su lengua, estirar su parpado inferior de su ojo derecho a modo de mofa infantil, y terminó tirando la puerta. El trancazó retumbó en el espacioso lugar.
—Esta mujer y sus rabietas… Me dejara sin puerta cualquier día. —Suspiró resignado en lo que alineaba sus papeles…
—Lo veo justo, ya que tú no eres ningún santo… —Phichit la amparó.
—Yo diría, «ser práctico». ¡Y deja de ser su «madrina»!
—Por lo que veo los rumores son ciertos, las diferencias entre ustedes se esfumaron… ¿Tan bien te la llevas con la conejita que no dejas de molestarla?
—¿En qué momento te volviste mi verdugo y yo el acusado?
—Desde que me enteré que la incluiste en la plenaria del tribunal… ¿Que por cierto? ¡Debo felicitarlos!, el conocido mío que asignaron para la redacción testimonial me dio lujos y detalles de su ponencia, les quedó magistral. —El Maestro japones no disimuló su orgullo y satisfacción de haber trabajado codo a codo con su pupila, luego giró su rostro dando con el de su amigo. Phichit le dedicó una alegre sonrisa—. Me alegro mucho que ambos se vuelvan a hablar como antes. Estaba por jurar que no te retractarías. —Fue lo que pudo inquirir el moreno en un tono de voz afable…
—También me alegro…¿Sabes, Phichit? Aham… Yo… ¿Puedo confesarte algo muy importante para mí? —Comentó con recato y su amigo asintió, tenía mucha curiosidad por saber lo que Yuuri le dirá—. Tú y Chris tenían razón en todo… Fui egoísta y provoqué cosas no gratas. De haber sido sincero desde el principio con ella, ese mal episodio no hubiese pasado. Lo bueno de todo esto es que… Me di cuenta de mi error a tiempo…y pude apreciar muchas cosas que antes no notaba.
—¿Cómo así?
—El problema que tuvimos en los días que tú no estabas, lo había complicado con mi pésima actitud y al darme cuenta, me encontraba en una horrible circunstancia… No me hubiera perdonado sí se marchara Phichit… Ella… Ella quería irse…
Aquello captó la atención del moreno poniéndole consternado, no esperaba que fuese Vicky la que tuviera tal idea de abandonar su sueño y por lo que logra comprender… Esa acción dejó afectado a su amigo.
—Al recordar que ella casi se iba por mi culpa, porque ya tenía todo listo para regresar a Rusia, me sentí fatal y yo sé que ni debería de ponerme así porque en ese instante quería darle de baja por andar terco pero… No podía permitir que se fuera… No después de lo que hizo por mí, por mi sobrino o por haberme hecho entrar en razón sobre lo descuidado que fui con Yuuki en esos días a causa de mi Trabajo y de mi extremista rectitud… De verdad que yo… Yo me asuste…
Phichit no le presionó para hablar. Phichit dejó que se descargara, le vio arrepentido como jamás lo ha sido por algo o alguien (exceptuando a su pequeño). Eso lo hizo conmoverse…
—Me asuste demasiado y pensé que no podía convencerla, que perdería su amistad o no verle más…
—¿De verdad?
—Si…— Aceptó con pena y timidez—. Es irónico el como me jugaron muchas cosas en contra cuando yo era quien en un principio quería sacarla. ¿Cómo le hubiese dicho a Yuuki que su señorita se fue por culpa mía?
—Te dije que ella es… Una buena chica, Yuuri. No cualquiera tiene acciones nobles, Vicky adora a Yuuki como no tienes idea y a ti te aprecia mucho aun con tus regaños.
—Recién soy más consciente de eso… Yo tengo mucho que contarte… —Le reveló. —y créeme que verle aquí, luchando por su puesto de Oficial, y que siga siendo mi…amiga o pupila después del cómo me porté… Me da una tranquilidad enorme, y saber que hice lo correcto, lo es el doble.
—Espero que ahora si la tengas en cuenta y la puedas guiar con más disposición.
—Eso hago, aunque a veces debo frenarla un poco… Tras los acuerdos que hicimos se está presionando mucho y no quiero que se exija demasiando siendo algo que no es. Sé muy bien sus límites y sus alcances, pero si la dejó así, cometerá más errores que si realizara las ocurrencias de siempre… Ella realmente se está aplicando.
—Ya veo… ¿Por eso la molestas con tus prácticidades aun sabiendo que ella no se había portado mal? — Preguntó el capitán malicioso y el T.C asintió.
Yuuri le dijo que solo así la pone en sus sentidos para que no pierda su verdadera esencia…Que ella solo sea y siga siendo Vickytoria. La Oficial prodigio despistada que defiende a capa y espada la ley en los indefensos y que siempre se queja de su jefe «el amargado»; Más no quiere que se vuelva una «Producida Oficial ejemplar»
—Vaya quien lo creyera, el amargado preocupado por su pequeña pupila… Eso es tierno.
—¡Ah! Si vas a empezar, entonces, te invito a salir de mi oficina y cierra la puerta cuando salgas. Gracias. —Se irritó un poco…
Se supone que lo que le está diciendo es algo serio y ese hámster (o más bien rata negra) se lo toma a juego.
—¡Oye! ¡No dije nada de malo!, el que te preocupes y pienses así tan franco de Vicky es bueno… ¡Hasta tu mirada cambió con solo nombrarle!
—Lo único que ha cambiado en mi vista es el Astigmatismo aumentado que llevó.
—Aguafiestas. —Murmuró—. Y no te hagas el «loco» conmigo. Sabes a lo que me refiero con «eso». —Terminó sacándose la espina.
Phichit sin mucha vuelta pudo reparar un gran cambio en su amigo Yuuri. Uno bonito por ese sentimiento maravilloso que ha de tener todo ser humano.
—No sé tú, pero el «Yuuri» de hace casi siete años no es igual al «Yuuri» de inicio de este año e incluso, al «Yuuri» que estoy viendo ahora… Solo diré que te veo más… Franco y abierto con lo que sientes. No por nada soy tu mejor amigo.
—Y yo sigo siendo el mismo jefe «amargado» de siempre como sueles decirme. —Yuuri encubrió como pudo su guardia baja. Aunque el moreno tenía razón…
Él es consiente que todo en él obtuvo nuevos aires desde que Vickytoria apareció en su vida. Solo que su razón y conciencia moralista tenían una pelea constante con el cálido despertar de su corazón. Eligió jugársela con su fachada y recordarle que tienen que armar las planeaciones faltantes para la reunión con el funcionario de alta seguridad de la Aduana.
—¡Genial! Va jugando, Jefe amargado. Pero hagas lo que hagas, tendrás que darme muchas explicaciones en tu casa o cuando puedas sobre «esto«—Le mostró las fotos del paseo sacándolo de su zona práctica—. ¡A ver!, ¡Niégamelo! ¡Y ni se te ocurra refutarme! … El Sous Chef de Le Petit Agape que es el primo de Chris, nos contó a ambos de esa bella cena familiar de los tres, a parte que mi sobrinito me dijo otros detalles y fotos por algo llamado Discord…
¡Oh qué bien! El japonés cavó su tumba…Necesitará desinstalar esa aplicación de gamers de la tableta de Yuuki.
—El shipeo entre ustedes me da vidaaaa, ¡Ah! ¡y eso que falta lo mejor que vi desde mi Instagram o en Nico-Nico Douga! ¡JURO QUE GRITÉ CUANDO LE DIJISTE AQUELLO! —Se emocionó—. ¡Te robaré la idea para hacerlo con Katrina! ¡Pido ser el padrino!
Algún ocioso grabó la “Falsa Propuesta de Matrimonio de Yuuri a Vicky” y la subió en internet. El título del vídeo era bastante cómico como viral: ¡Cuatro ojos y casi desdichado japonés, salva su relación con una declaración de amor fenomenal a su pareja!
—¡¡Phichito-Kun!! ¡¡Basta con eso, nada de lo que pasó en ese bochornoso momento fue real y fin del asunto!!
Yuuri Katsuki, echando humo quería morir y que lo enterraran tres metros bajo tierra (o por lo menos se cubrió con toda la catapila de papeles a su merced) después semejante bomba en su contra…

Aduana principal de Shibuya – Tokyo / Japón
Mayo del 2017 – (Misma tarde)
El día siguió su curso hasta las horas de la tarde luego de que tratase de desmentir cualquier especulación mal habida en Chulanont como por dos horas (y fallando en el intento porque no hubo poder humano que le sacara ese matoneo shipeable de la cabeza del Capitán) además de prohibirle vociferar ese tema a colocación en pleno peritaje (teniendo a Leroy, De la Iglesia, Plisetsky, Altin y veinte hombres junto con ellos) asistieron a la hora acordada que el funcionario y jefe de seguridad de la Aduana le había propuesto. Normalmente este sitio es concurrido, pero en el día de hoy no disponía del todo el personal. Ellos tocaban variados temas como las adjudicaciones escritas y los depósitos que dicha oficina pública gubernamental y fiscal, situada en puntos estratégicos, manejaba. (Por lo general suelen ser costas, fronteras, o el transporte de mercancía de cualquier tipología) Katsuki con esa seriedad no demoró en sacar a colación los seguimientos sospechosos que monitoreaban los escuadrones a cargo del Oficial Jefe Himura, y disfrazó sus interrogantes de modo práctico.
El individuo que les dirigía el tour, con pensar rápido les supo encubrir sus fechorías negándose a todo, más no ocultaba su nerviosismo puesto que no pensó que el Teniente Coronel fuese tan certero. Igual necesitaba quemar tiempo acorde al plan instado, llevarlo a esa bodega y así asegurar la cuartada final.
Al lado norte y cerca del lugar de los hechos, el Clan Kazuma preparaba el «espectáculo» que daría fin a la estrella principal de la función. Akon y sus hermanos iban presurosos por los pasillos de metal de la esa inmensa infraestructura. Raven daba señales desde su comunicador a sus servidores, mientras Jay C. le aseguraba a su hermano mayor y líder que todo iba acorde a lo planeado.
—¡Bien!, ¡Pero les digo de una vez a todos que ese japonés de mierda es mío! —Muy centrado, Akon ya maquinaba como hacerle pagar por los golpes y pérdidas millonarias causadas.
—¡Como digas, Big Bro! ¿Y qué hay de la chica policía que se nos infiltró como conejita Playboy esa vez? ¿Crees que venga con él? ¡Porque buena si está como para darle duro por todos lados y hacerle un par de críos!
—¿Cuándo será el día en que dejarás de pensar con tu pene y uses tu cerebro, Jay C.? —Escupió Raven.
—Cuando me vuelva un marica y se acaben las perras.
—¡Pero resulta que no es hora de follar, ni de fantasear con tetas, culos y vaginas! ¡Aterriza!
—¡Fuck yourself, son of a bitch!
—¡Jódete!
—¡CIERREN SUS MALDITAS BOCAS Y DEJA DE JODER JAY C! —Akon estaba harto—. ¡Y en caso de que lleve a la chica policía con él ni se te ocurra tocarla o te dejo sin verga!, ¡te lo advierto! —Lo tomó por el cuello muy brusco y causándole presión al estrellarlo con la pared—. A ella la debo adiestrar por mi propia mano. —Le recalcó y acabó la agitada conversación.
En ese mismo local, El oficial Jefe Himura y cuatro hombres de su escuadrón con la compañía de la Oficial Nikiforova (que no lucía el vestuario correspondiente ya que ella estaba en calidad de estudiante/civil de la T.S.P.A para tomar sus apuntes en la tarea individual que debía presentar) Culminó la requisa rutinaria en una de los depósitos de menor envergadura y por ser de frecuente uso, no empleaban cámaras de seguridad. En medio del formulario verbal, una llamada entró al IPhone del señor Himura, (por órdenes de él, nadie disponía intercomunicadores ya que no lo vio necesario y en sí, la requisa sería sencilla.) Entonces, tras la insistencia del aparato y su vibrar, el Oficial Jefe le pidió el favor a Vickytoria de hacerlo. Mínimo, supuso que sería algún superior del F.P.J.
Vickytoria se retiró unos cuantos pasos del personal para no interrumpir con el proceso y al acceder, la voz angustiada de uno de los oficiales de su superior provisional la ha puesto en alerta. El muchacho ha declarado que han captado un par conversaciones que atravesaron su onda radial (siendo este, el ultimo día del sondeo o trabajo de inteligencia y aún no se había detenido por completo) Aparentemente los presuntos «trabajadores» que resultaron ser matones profesionales, hablaban de un amotinamiento o plan de choque a estas horas con varios entes policiales pero que su objetivo principal, era un Superior de Élite perteneciente al F.E.G.I.
Que el funcionario jefe en cargado de la aduana estaría involucrado para tal barbarie, y que no tardaría en llevarlos al sitio para no darles tregua a su propia masacre.
—¡Nosotros estamos a unos metros de donde están ustedes! ¡El auxiliar con quien hablan, también esta pringado y los trabajadores son secuaces de bajo rango que le custodian! ¡Por eso necesito que me comunique inmediatamente con el jefe Himura y que salgan de ahí! ¿Señorita? ¿Señorita?
Vicky por cuestión de segundos llevó su mano a la boca. Quedó ida, temblando y sintiendo que todo se le escapaba…
—»Oh Por Dios…Y-Yuuri…» —Sintió una pesadez terrible, para ella era claro que el ataque era en su contra.
Yuuri era y es el único Superior de alto rango entre los presentes que acudieron a esa reunión y que cumple con el requisito.
Se obligó a respirar para tranquilizar sus iris azules nublados por ese escozor de querer llorar y reaccionar cambiando su semblante a uno más fuerte, no podía demostrar nervios o flaqueos y menos ahora, cuando Yuuri y los demas, le necesitan. Terminó la llamada, se fue en dirección de Himura y sus hombres, guardo la calma e hizo como si nada estuviera pasando. No obstante, Himura había reseñado su canje de ánimo como en sus gestos corporales, indicándole en su experiencia que algo no se encontraba bien y con ciertas señas que solo sus hombres conocen, les avisó se prepararan para cualquier cosa… Justo en el momento que el cínico auxiliar hablaba o preguntaba a los oficiales de que si tenían alguna u otra inquietud, Vicky se pone de tras de él y enunció una curiosa pregunta.
—¿Dime en que maldito lugar quieren armarle «su emboscada» a mi jefe o mis colegas? ¡Desgraciado! —desenfundando su pistola reglamentaria SIG-Sauer P228 que tenía cubriéndole con su camisa y escondida detrás en su espalda; la puso en un movimiento ágil sobre la parte posterior de la cabeza de ese sujeto y liberando la palanca de seguridad para accionar el gatillo cuando le plazca. Este muy pávido, sudaba frió por la voz férrea y autoritaria en la joven.
—¡Nikiforova-san!, ¡cuidado!
Los trabajadores al darse cuenta, trataron de hacer algún amague soltando tiros, los demás protegieron a su compañera sin saber que estaba pasando. Detrás de cada tumulto de mercancía, los bandos respondían con sus plomos al aire destrozando las maderas que sostenían los pesos de los paquetes que se trasladaban dentro de la Aduana. El auxiliar trató de huir, pero Nikiforova y Himura le seguían el ritmo en medio de ese descargue. De repente, uno de los tipos hizo un disparó sorprendiendo a Vickytoria al ayudar a uno de sus compañeros más el superior se interpuso quedando herido del hombro pero no fue en vano. El también alcanzó a regresar el favor con su proyectil atinando a la vena Orta y dando de baja al infeliz que les atacó.
—¡Señor Himura! —Vickytoria y el otro Oficial gritaron desde su lugar.
Deseó y quiso ir con él. Sin embargo, Himura se los impidió diciéndoles que concentren sus energías en no dejar escapar al auxiliar, y ella habla con el muchacho pidiéndole que se quedara con él mientras Perseguía al fugitivo. Los demás oficiales fueron a respaldarlos, Himura no detuvo su orden de detener a los sicarios y de ser necesario, ¡liquidarlos! ¡Eran sus vidas o la de ellos!
La rata cobarde seguía corriendo en medio del laberinto de pilas, Nikiforova lo alcanzó (es una bola de cebo andante y no es que tenga un gran físico que digamos) en el instante que logró divisar la puerta, está se abrió revelando al resto del personal pertenecientes del FPJ y apuntándole sin miramientos.
Tal atolladero hace que él tenga un tras pie de modo abrupto cayéndose al suelo, trató de dar vuelta atrás y tres tiros se concretaron por parte de Nikiforova sabiendo que su fuerte no son las armas bélicas; aun así, conoce el cómo portarlas y dar en zonas estratégicas para propiciar vacilaciones en sus adversarios. El auxiliar se rindió quedando sobre el suelo y muerto del miedo. El resto de matones debieron abandonar sus armas porque estaban en desventaja numérica a causa de las bajas.
Pasado que les leyeran sus derechos o amordazaran a los sinvergüenzas en ese depósito, que trataran de curar improvisadamente el hombro al señor Himura y acomodaran a un lado la cantidad de cuerpos abatidos en pleno combate, los oficiales interrogaban al auxiliar para sacarle información sobre el lugar exacto en donde se ejecutaría la vil acción, pero el tipo estaba reacio a soltar prenda o cualquier pista.
Himura, sentía que los agobiantes minutos se estaban desperdiciando, necesitaba resultados, sus chicos no lo estaban logrando pues por mucho que superen en edad a Vickytoria o sean brillantes con el desmantelamiento de drogas, los encares no son lo suyo. Cuando pensó intervenir, Vickytoria siendo como es, se paró sin darle oportunidad al Señor Himura, aplicando lo poco que aprendió en Katsuki o Plisetsky sobre métodos rápidos, y le encajó un golpe al auxiliar en toda su quijada.
El sujeto escupió su sangre a borbotones de su boca y reviró.
—¡Esto es un atropello a mi persona! ¡¿Qué clase de interrogatorio es este?!
—Uno bastante especial. — Fue sarcástica y templada al tiempo que agitaba su muñeca con cabreo… —Señor Himura, dígales a sus hombres que a partir de aquí, yo me encargo.
—¡Todo suyo, Nikiforova-San! —Cedió su turno—. ¡Los demás se quedan en su lugar!
—¡Pero jefe! ¡¿Se enloqueció?! ¡Ella es una aprendiz!
—Sé muy bien lo que hago, ahora cierren el pico y aprendan de una buena vez el cómo se debe hacer un buen careo por parte de un Oficial… Lo cierto es, que por ser de la Guardia Imperial, sus métodos varían y se nos sale de nuestra jurisdicción. —Comentó confiado.
—¿Imperial? —ninguno de sus muchachos lo visionaron.
Himura ya había sido advertido por Yuuri que Nikiforova por muy estudiante en formación que fuese o por muy dulce o joven que sea… Era de armas tomar y no por nada se había ganado con gran gesta su lugar como Oficial en el F.E.G.I y que mejor momento que este, para ver sus potencialidades.
—¨¡Y en cuanto a ti, no te lo diré otra vez! ¡Será mejor que confieses todo lo que sepas!
—U-Una mujer c-como tú…D-debbería estar en su casa y..y…y …¡Waaaaaahhhhhh!
Jaló del gatillo y la bala rozó por toda su cabellera. Pensó que iba a morir.
—¡Por Kami-sama, estás locaaa! ¡Ni siquiera eres Oficial y en caso de serlo, lo que haces se llama tortura! ¡Te puedo demandar! —Gritó el otro espantado y con gallos en su voz.
—¡Hazlo si quieres, querido… Pero esto se pondrá peor si no hablas pronto! —Ella con mal temperamento, ha de ponerse más cerca de ese cobarde—. ¡Escúchame bien, pedazo de ímbecil! ¡Yo no soy cualquier niñita de kínder jugando con muñecas!, ¡SOY LA OFICIAL IMPERIAL DE ÉLITE NIKIFROVA, PERTENECIENTE AL F.E.G.I DE SHIBUYA!
Le ladró su cargo en toda su cara dejándole más cagado que antes, y completamente hundido.
—Quizás los Oficiales del FPJ por su condición ordinaria se vean limitados, pero yo gozo de ciertos privilegios especiales para volarme conductos, ¿Y qué crees, cariño? —Le tomó de sus harapos sin dejar de apuntarle con su arma en toda su sien—. Esto es válido por más que declares. ¡Es tu palabra contra la mía y de mis colegas! ¡NO ME RETES O ME TOMES POR ESTÚPIDA!
Esa acción asombró a los oficiales del FPJ y enmudeció al resto de alimañas capturadas porque ellos no sabían que la chica tuviese tal cargo y habían inferido que aún era estudiante en la T.S.P.A… El único que por supuesto no se inmutó o se sorprendió de dicho detalle fue Himura. Sin embargo, comprobó la calidad de la cual hablaba Katsuki de Nikiforova.
—Ahora, se supone que yo no debería meterme en problemas porque estoy en calidad de aprendiz, pero resulta que los idiotas a los que sirves para tu podrida porquería, quieren hacerle daño a mis amigos y también a mi Jefe y eso no lo voy a permitir. —Sentenció ella con esa llamarada azul que expelía de sus ojos o la bravura que traía consigo—. Así que te lo repetiré una última vez, y respóndeme bien, porque tal vez… ¡La próxima bala la descargue en tus bolas y puedes apostarlo!
Su glamur y etiqueta se perdieron dejando a relucir toda dureza.
—¿Dime en dónde tienen a mis compañeros y a «mí» Teniente Coronel?
—Yo… Yo… No lo…
—¡DÍLO, MALDITA SEA! —Vocifero muy amenazante y estaba dispuesta a darle un cañonazo en ese lugar.
—¡¡AHHHHAAAAGGGGG!!!!! ¡¡Por favor no me mates, tengo esposa y cinco hijos que mantener!!
—¡¡LE HARÉ EL FAVOR DE LIBRARLOS DE UNA BAZOFIA COMO TÚ!!
—¡ESTA BIEN! ¡ESTA BIEN! ¡ESTA BIEN! ¡ME RINDO! ¡ELLOS ESTÁN EN LA ULTIMA BODEGA DE LA ADUANA! ¡hay como un total de cincuenta a casi cien hombres allí, si no es más y SIN CONTAR A LOS PROPIOS HERMANOS KAZUMA! ¡Lo de ustedes fue un imprevisto… yo solo cumplía ordenes!, pero por lo que más quieras… ¡¡¡QUITAME ESA COSA DE ENCIMAAAAA!!! Wahajaaaagggg… Nh… Snifff… —Acabó llorando y orinándose sobre sí mismo. Vickytoria vio que sus reacciones eran honestas.
—¡Bien ya lo oyeron, debemos movilizarnos! —Declaró el Oficial Jefe.
—Pero… Nosotros somos menos, señor. —Habló uno sus los oficiales.
—Es obvio que necesitamos refuerzos. Sin embargo, nuestro superior y compañeros de lucha apelan a nuestro apoyo.
—¡Y mientras más hablemos sobre si ir o no, ellos siguen peligrando! Yo… ¡Tengo que estar allá!
—¡Nikiforova-San! ¡Santo cielo!, ¡ustedes acompáñenla, yo iré más atrás!
Nikiforova arrancó sola y algunos hombres le siguieron el paso. Señor Himura al ver ese movimiento precipitado en la joven llamó a varios cuadrantes cercanos del lugar comentándoles la agravante situación aunque tardaran como sus veinte o quince minutos en llegar. entre tanto, Vicky con su arma en la mano, solo quería que a sus amigos no les ocurriera nada malo, en especial a Yuuri…
Porque sí bien le dijo en sus enojos infantiles pocas horas atrás que en caso de que el sufriera algún problema no le ayudaría, todo fue por simple arranque o una querella, nunca visionaría algo así. ¡Claro que no!, él es su amigo, su jefe, y alguien muy importante para ella en este momento de su vida como para la pequeña criatura de cinco años que le espera en casa. Sí Yuuki recibiera la noticia de que a su tío le aconteció una calamidad… Ella no tendría las agallas o el corazón para arrojarle tal noticia. Sin mencionar que sus amigos corrían la misma suerte… ¡Tenía que actuar ya!
—¡¡Allí está, ese es el lugar!!! ¡¡Rápido!! —Desesperada hasta decir no más, Vicky poco a poco se separaba del grupo.
—¡Espérenos, Señorita Nikforova!
—¡No hay tiempo! ¡Si no nos apresuramos los matarán! ¡Yuuri! ¡Chicos! ¡Resistan!
Simultáneamente, Katsuki y su equipo ya estaban en la boca del lobo, la bodega retirada fue preparada a prueba de todo sonido, (sin mencionar del poco personal aduanero presente y del cual sobra decir que eran asesinos a sueldo) El Funcionario los traía en ese son de visitar sitios específicos para que vieran la transparencia y sus procederes, que la aduana de Shibuya era libre de toda «corrupción» y claro, acabaron dentro de la función principal que daría inicio en pocos minutos.
Raven, Jay C. y Akon vitoreaban desde una de las partes altas de esa bodega, solo esperaban la hora indicada para bajar y darle la estocada final.
—Esta mierda no se hizo para mí. ¡Odio estas cosas de oficina! —El rezongar de Yuri brilló con sus manos detrás de su cabeza y caminaba de mala gana.
—¡Ya párale al pedo, ruso quejón! Tú querías ser policía, ¿no? ¡Ahora te la tragas, güey!
—¡Haz caso gatito!… Pfff…jajajaja.
Leroy o De la Iglesia tenían un solo relajo con los otros oficiales riendo del malestar en el ruso, por el contrario al japonés, él no se sentía tranquilo y nada de este recorrido le estaba gustando, Phichit lo notó.
—¿Yuuri, ocurre algo? —Susurró por lo bajo.
—Sé que Himura-san nos dijo que no confiáramos del todo en ese tipo y estoy por pensar que tuvo razón. En la mayoría de sus respuestas se tensó demasiado… Algo oculta y no me equivoco.
—Yo opino lo mismo que el T.C —Acotó Altin desconfiado desde su lugar.
—¡Llegamos!
El sujeto, que se prestó para tal vileza dio una palmada cuyo eco se escuchaba a su alrededor, era la señal que el funcionario quedó en hacer a los secuaces de sus jefes. Ellos se fueron armando con sus metralletas, fusiles y pistolas al ubicarse como sombras sobre los puntos ciegos.
—Hace poco, esta bodega fue remodelada con fines de mejorar nuestro servicio, Señor Katsuki y como verá, no tenemos muchas cosas aquí…— «Tan solo muchas armas y hombres sedientos de sangre para acabar con usted»
Le miró con una sonrisa pesada esperando que pronto los Kazumas concluyan su ataque…
Yuuri le observaba serio, cerro su mano en un puño creando mucha presión, denotando que el ambiente no le gustaba y una tenue luz blanca, una casi imperceptible que rechinaba en su placa de Oficial logró acaparar su atención visual, en ningún segundo le perdió el rastro mientras que el funcionario seguía con su retahíla y entonces… Yuuri hizo caso a sus sentidos reaccionando ofensivamente… ¡Era una mira láser!
—¡TODOS CÚBRANSE YA!
La agresiva emboscada se inició con ese ajuste de balas dejando sangre, casquillos, polvo, y varios caídos del en el proceso. Yuuri se sintió impotente por no poder hacer gran cosa por sus hombres, estaba enojado por no tener un control de la situación. Muchos proyectiles iban o venían de cualquier lado y de ese resultado fugaz como letal, solo diez Oficiales quedaron en pie protegiéndose como pudieran usando las pilas de bases hechas de madera reforzada o los objetos gigantes en su entorno y respondían causando una fuerte impresión a los contrarios.
—¡SÍ ME ENCUENTRO A ESE ASQUEROSO FUNCIONARIO INFELIZ QUE NOS TENDIÓ LA TRAMPA EN MI CAMINO, LO HARÉ BORSCHT! —Yuri maniobraba con rabia su disparar.
—¡MANTÉN LA CALMA PLISETSKY! ¡TENEMOS QUE PROTEGERNOS DE ESOS BASTARDOS! ESTAMOS EN DESVENTAJA! —Otabek lo aterrizó, él al igual que su colega tenía una fuerte aversión por esa jugada sucia.
—¡¿DIME QUE YA PUDISTE CABRÓN?! —Leo cubría las espaldas del tailandés desde otro lugar, y como todos estaba desesperado—. ¡ESTOS CULEROS DE POCA MADRE! ¡NOS ESTÁN DANDO DURO SIN VASELINA!
—¡NO PUEDO PEDIR REFUERZOS! ¡LA BODEGA TIENE ALGUNA SEÑAL QUE BLOQUEA MI ONDA RADIAL! —Phichit trató de comunicarse a la base central, pero fue inútil.
—¡DEMONIOS! ¡ESTO NO ES BUENO! ¡Y LO PEOR ES QUE ELLOS NOS TIENEN RODEADOS! —Calculó Jean con más sal en la yaga.
—¡SIGUE INSISTIENDO PHICHIT! —Ordenó Yuuri—. ¡Y LOS DEMÁS MANTENGAN SU POSICIÓN! ¡REPITO! ¡MANTENGAN SU POSICIÓN Y RESISTAN TODO LO QUE PUEDAN ANTE EL ENEMIGO! ¡¿AH?! ¡CUIDADO!
En esas, uno de los Oficiales Imperiales que estaban más adelante que Yuuri se vio sorprendido por algunas ráfagas y en su descuido fue herido. Katsuki fue en su rescate esquivando con agilidad las balas que se incrustaban en los montículos de pilas u objeto de metal hasta llegar con el subordinado pero ahora se encontraba atrapado en ese torbellino y dependiendo de la resistencia de su campo de protección natural…
—¡OBJETIVO EN LA MIRA, OLVÍDENSE DEL RESTO Y DISPÁRENLE AL MALNACIDO! —Uno de lo sicarios con más bagaje distinguió a Katsuki y dio la señal de abatirlo a como de lugar.
Plisetsky se dio cuenta que ahora una gran parte de la lluvia de proyectiles se iban hacia el Superior japonés. Por lo que no tardó de deducir que dicha trampa no era con ellos, era en contra su jefe.
—¡HEY, ESOS TIPOS QUIEREN AL CERDO! ¡HAY QUE AYUDARLE! —El tigre va con él sin titubeos y los demás le siguen el ritmo. no puede permitir ese descarte podrido y rastrero sobre quien es su Jefe directo y gran camarada. Todos reunidos sobre llevan la situación infernal y frustrando el hecho pensado a sus enemigos.
—“El maldito resulto ser bueno…”—Pensó aquel hombre que armo la emboscada.
Akon Kazuma en lo alto admirando el espectáculo, creyó que estarían perturbados con ese ataque sorpresa, pero ya vio que una vez más no es así... Se enfrentaba a unos enemigos dignos de su presencia, en especial al japonés que aun estando en desventaja logró acabar con algunos de sus hombres. Dio la orden de darles con todo, las municiones en contra aumentaron y pronto alzó su voz.
—Raven, Jay C… ¡Es hora de mandar al diablo a esos perros!
El líder Yakuza fue a su destino a para darse el gusto de matarlos personalmente.
El Capitán Chulanont, el Subteniente Altin, el Fedérale De la Iglesia, los Cabos Plisetsky y Leroy, y su jefe, el Teniente Coronel Katsuki con el personal restante, los tienen en grandes aprietos y de no encontrar la manera de salir bien librados en esa matanza, este sería «¡El adiós definitivo!»…

Frente a frente en la ola infernal y poco antes de las 5:45 PM, los proyectiles hacían su labor de perforar y destrozar todo a su paso, resquebrajando las ventanas o vidrios, exceptuando las compuertas y/o cualquier otra cosa que estuviese reforzada. La precaria situación tenía a nuestros oficiales al borde de ser eliminados, además de varios caídos; dentro de ellos el subordinado que fue rescatado.
Más ahora estaban brindándole auxilio, teniéndolo reclinado a un costado de la barricada improvisada. Con la respiración errática y expulsando bocanadas de sangre tras aquellas balas propinadas en su cuerpo, no dejaba de culparse por la «novatada» que había cometido.
—Se…señor, fue mi…Culpa. Por mi d-descui-do… Nos…Ng….Nos tienen d-donde ellos… q-que…rían…
—¡Oficial! ¡Escúcheme! ¡Pronto saldremos de esto! ¡Resista!
Aseguró el Teniente Coronel al meterle conversación como un distractor. Se había quitado su chaleco imperial para acuñar la parte más afectada y detener algo del fluido rojo que yacía desmedidamente en aquel hombre, mientras que el Cabo Primero arremetía con su arma a los demás desde su posición. Sin embargo, con la gravedad en sus heridas y el conteo paulatino que el jefe japonés llevaba de las pulsaciones en su Oficial, era cuestión tiempo para que lamentablemente pereciera en el acto y que en una gesta reverencial como digna, Katsuki le cubriese con la palma de su mano esos ojos blancos, ajenos y carentes de vida o que deslizara sus dedos cerrándoselos.
—¡TSK! ¡MALDITOS!
—¡JODANSE, PUTOS CABRONES!
Yuri Plisetsky, Leo de la Iglesia y más atrás el resto del equipo se enardecieron fuertemente, soltando la furia contenida. El caos constante y punzante continuaba sobrecogiendo a los Oficiales, que en su intento de mantener todas sus señales en alto, no dimitían a dejar la lucha inconclusa, aún si sus municiones ya empezaban a escasear o que hubiesen colegas abatidos en el piso ensangrentado. Katsuki también poseía detrás de su mirar marrón con tintes de fuego consumidor el mismo sentimiento de desprecio e ira, pero él era la cabeza y debía aterrizarlos, le urgía pensar fríamente y armar un plan de contingencia o si no sus emociones les pasarían a todos una cruda factura, sin mencionar a las familias que esperan su regreso con bien…
Aunque conociendo bien a sus hombres, en caso de que no lograran escapar, ellos preferirían morir a ser capturados. Él compartía la misma idea, dispuesto a resistir lo más que pueda el complot.
La enorme infraestructura de acero y concreto de tres pisos, más la planta principal y con un área que rondaba aproximadamente 6.500 metros y 15.000 en terreno, seguía cubierta estratégicamente por mercenarios del bando contrario. Lucían con desdén sus artefactos mortales y no contenían el descargue bélico dentro del lugar. Las chispas y rebotes incandescentes de los proyectiles desmoronaban gradualmente la fortaleza que protegía a los operarios del F.E.G.I. No obstante ellos, firmes y a pie de cuesta, se las ingeniaban para atinarle a uno que otro opresor en sus cabezas o cuellos, haciendo que por producto de la gravedad, cayeran directamente hacia el suelo.
Akon y sus hermanos bajaron a la segunda planta, se encontraban armados y preparados para entrar en el clímax de la asombrosa función. El secuaz que dirigía la puesta le lanzó una mirada y éste, solo hizo un ademán en sus dedos indicándole que hiciera un pare. Claramente, su lacayo no dudó en dar la orden de detener la injusta mansalva.
El silencio imperaba por todo el lugar, sin escucharse siquiera un respirar. Era uno asfixiante que solo dejaba más y más aturdidos tanto a los oficiales que observaban de un lado a otro con escama, así como a sus adversarios que no renunciaban de apuntar con sus miras láseres hacia los puntos donde se concentraban sus objetivos. Uno que figuraba de forma vertiginosa y cuyo conteo, solo apresaba una y otra y otra vez los minutos transcurridos… Minutos que hacían el aire inestable y precario en esa intemperie que para bien o mal, no había cesado en arrebatarles la paz.
Fuera del rollo, la Oficial Nikiforova al encontrarse a pocos metros del lado norte de la bodega, oculta detrás del enorme container junto a los otros Oficiales ordinarios del FPJ, veían la forma de ingresar, más tuvieron el inconveniente de toparse con cuatro trabajadores (vigías). Según Himura y lo explicado por el auxiliar capturado, la bodega fue remodelada específicamente para cometer aquella bajeza en pleno día sin levantar ninguna sospecha y cualquier onda radial diferente a los aparatos que ellos poseyeran que trataran de emitir sus caracteres a las bases centrales cercanas sería inútil, pues estando dentro de ella se bloquearán automáticamente…
En diez minutos llegarían los cuadrantes restantes pero necesitaban adentrarse como sea y dar una reseña para el ingreso. Tras analizar la situación y en vista de que sólo podrían comunicarse utilizando los aparatos que los trabajadores falsos portaban, a Vickytoria repentinamente se le había ocurrido una idea algo descabellada, y que de funcionar ¡Sí o sí, entrará!
Aquellos hombres se detuvieron un tanto para descansar, conversando abiertamente de lo vigoroso que sería tener a varios policías de mierda a su merced. Luego, en medio de esta, Vickytoria se les manifestó con su típico aire «despistado», saludándoles con una fingida simpatía, para darse así un bajo perfil ante el grupo. Sin duda alguna les pareció curioso o inusual porque se supone que un civil del común no debería rondar en esta área y menos a estas horas de la tarde, pero una vez más, ella supo desviar sus indicios. Les dijo que se había extraviado de la comitiva que le acompañaba y mostró su pase de credencial, asegurándoles que tenía media hora deambulando por ahí y que apenas los vio, quiso preguntarles el camino para devolverse.
Claro, sin sospechar el plan armado los secuaces cayeron a la redonda. Aquello les brindó tiempo a los dos oficiales para moverse con rapidez y de esta manera situarse detrás de ellos. Vicky concretó su señal muda a sus colegas y procedieron el ataque, dejando noqueados a tres de los cuatro tipos. El último de ellos en el instante que quiso reaccionar, debió haberse quedarse inmóvil, puesto que con un movimiento rápido, la Oficial lo desarmó con la agilidad de un lince, apuntándole frontal a la altura de sus ojos y ni hablar de las palabras que expresó con dureza en su mirada.
—¡Si haces alguna salida en falso, no respondo y ellos tampoco!
Apresaron a los tres inconscientes con esposas en sus pies y manos, los despojaron de sus ropas y tomaron los Walkie-talkies especiales. Vicky le comunicó al Oficial Jefe Himura de modo fugaz que su idea era ingresar con uno de los secuaces, haciendo que éste les guiara al puerto de control y desactivar el sistema que bloquea sus señales radiales, y a su vez, pretendía dejar las compuertas abiertas para que los dos escuadrones pudieran incorporarse, de allí a que usaran sus vestuarios.
Himura sabía en primera instancia que la maniobra era peligrosa, sin embargo, aquello fue lo más acertado ya que no disponían de los segundos para crear algo más ostentoso. ¡Le dio el aval a ella y a sus muchachos!
Uno de los Oficiales se quedó haciendo guardia a los capturados, con otros de los Walkie-talkies en mano para acoger las novedades de sus compañeros y recibir a su Jefe con el personal. Vickytoria y el otro oficial se fueron, llevándose al bandido con ellos para dar marcha a su objetivo principal. Avanzaron como si nada a través del lugar, el tipo disimulaba demasiado bien sus temores pese a tener la pistola de Vickytoria presionando uno de sus costados, como recordatorio de que si trataba de jugar sucio, sería su fin. La bodega no tenía cámaras en otros puntos que no fuese el sitio principal donde estaba aconteciendo el hecho y la mayor parte de los sujetos se encontraban allá siguiendo la orden de su líder, por lo que pudieron llegar sin problemas al puesto de control del tercer piso.
El secuaz fue amarrado por Vickytoria (junto a dos operarios más que se toparon en su destino) y su otro colega logró desactivar aquel campo magnético que bloqueaba toda onda o frecuencia radial distinta, con éxito. Adicional a ello, ha de quitar los seguros internos o externos a todas las compuertas de esa prisión disfrazada de bodega.
Por otra parte, en los cuatro monitores se reflejaba esa imagen de Yuuri y de sus amigos aferrándose a sus vidas o teniendo a esos infelices acorralándoles a su merced. Vicky se desajustó y temió lo peor… La presión se sintió aún más cuando el líder yakuza, responsable del atentado, se divisó con una oportunista y gélida sonrisa, haciendo gala de su hablar.
—Vaya, vaya, vaya…Yo esperaba al tal «Katsuki» que siempre se nos cruza en nuestro jodido camino y no a sus perros, pero debo admitir que están bien entrenados. —El eco de un par de «claps» se escucharon con sorna—. Eso significa que mi gente y yo nos vamos a divertir. —Yuuri reconoció la voz profunda y la figura apática de Akon sobre la plataforma.
—Señores Kazuma… Yo no esperaba que el T.C Katsuki viniera con una comitiva grande. —Comunicó el funcionario.
—Igual no es algo que podamos solucionar. ¡Cumpliste bien tu trabajo! —Dijo Jay C, dándole un gran fajo de dólares.
—¡Basta de charlas y vayamos al grano! —Repuntó Raven—. Akon, ya los tenemos a nuestra merced, solo da la orden y acábalos de una vez.
—Déjame saborear un poco del momento, ¿quieres?
—Pero Bro…
—Ya… Di… «Mi»… Orden. —Las pupilas dilatadas le indicaron peligrosamente a Raven que su hermano no daría su brazo a torcer.
Eso lo fastidiaba en cierto modo y Akon prosiguió, girando su rostro siniestro con los perros acorralados.
—El lío es… Que yo solo quería a una persona, a ti… Katsuki. Me da igual el resto de escorias que te rodean, más yo sé que eres… —Aquí se burló con propiedad, exagerando los gestos en su cuerpo—. Mmmm… Digamos que eres de esos «hombres honorables» que ya no existen y que sacrificaría su vida por la de su gente, ¿no es así, Katsuki?
Desde cada esquina, su ejército estaba la expectativa, sus sentidos estaban en máxima alerta para evitar más «sorpresas»
—Claro que lo eres, te he observado. —Caminaba con pausa, llevando una mano en su bolsillo, la otra portaba su arma mientras Katsuki, permanecía callado y serio desde su lugar—. Es solo cuestión de mirar el cómo te has puesto por varios de tus hombres cuando les viste morir. Lo ocurrido en el día de hoy con ellos fue «tú culpa» y solo «tuya»
—¡No lo escuches!
—¡No caigas y ni te presiones!
Phichit y Leo conocían lo delicado que era para Yuuri afrontar aquella clase de circunstancias sobre sí mismo, viendo cómo él nunca dejó de crucificarse por las vivencias o demonios de su pasado.
—Pero puedes redimirte con algo sencillo. Sí te entregas a mí, daré la señal a mis hombres para que no terminen de acribillar a los pocos parásitos que te quedan y que ellos se larguen. ¿Qué dices? —La línea blanca que se entrevía en su boca, delataba el cinismo invocado de sus actos.
—Yo lo haría. Es una buena oferta. —Apoyó Raven con indiferencia al tirar la colilla de marihuana al suelo.
—¡Hijos de perra!
—¡Repítelo, desgraciado!
—¡Plisetsky, Leroy, a sus lugares!
Yuri y Jean cabreados por la proposición de los contrarios, estaban por moverse de su estancia y que de no ser porque Yuuri los tomó a ambos con fuerza desde su vestimenta, quién sabe qué clase de desastre se habría desatado con esas miras láseres activadas.
—¡¿No pensarás hacer lo que esa porquería te dice?! —Bramó Yuri en respuesta.
—¡Mi Cabo tiene razón, T.C! —Jean concordó.
—¡Sabes perfectamente que cabrones como él se valdrán de cualquier pedo! —Leo no se mordió la lengua, cantándole sus verdades.
—Nosotros no le permitiremos que haga una locura como esa, Señor. —Otabek fue directo.
—¡Y YO DEBO VELAR POR LA SEGURIDAD DE USTEDES, MALDITA SEA! —La voz potenciada en Yuuri fue clara, retumbando por todo el lugar y callando de una cualquier alegato—. ¡ME QUIERE A MÍ!
—¡Y YO TE RECUERDO QUE NO ESTÁS SOLO!
Phichit se impuso ante Yuuri con furor, dejándole estático. Así mismo, se dirigió a los demás y los aterrizó por ser el mayor del grupo.
—¡Me sobra decirles a todos que tenemos familia y seres queridos que desean vernos! ¡Aquí nadie se sacrificará y no es momento de discusiones! Busquemos…—Trató de relajarse y mostrar una mejor actitud, ya que no estaba acostumbrado a ejercer voz de mando—. Busquemos la forma de salir de esta y mantengámonos juntos lo más que podamos, chicos.
—¿Y bien? ¿Vendrás a mí por las buenas, o tendré que hacerlo por las malas, Katsuki? —Akon les interrumpió, percibiéndose un goce retorcido en sus palabras—. Sabes de sobra que sí llevo a cabo la segunda opción, tu gente se muere. Estás en desventaja… Tus defensas están por desplomarse y si quisiera, desde hace rato tendrías una lluvia de balas volándote los sesos junto a tu equipo en su lugar y no está «amena» conversación.
Realmente disfrutaba tener el control, provocando inseguridades dentro de todos.
Vickytoria, observando la discusión desde el puerto de control, no podía soportar ni un segundo más el desasosiego generado en sus colegas a causa de ese criminal o su amenaza visualizada en pantalla, él solo jugueteaba con ellos.
— ¡Hay que hacer algo! ¡Lo que sea! —Exclamó Vickytoria, dando un golpe al escritorio.
—Guarde la calma Oficial, no podemos hacer mucho por el momento, el señor Himura recién rodea el lugar y sin los apoyos será imposible ayudarlos. Lo único que se me ocurriría, es buscar algún distractor para ganar tiempo y así el jefe pueda intervenir, pero no sé cómo…
—¿Un distractor? ¡Como si en estos momentos tuviésemos cabeza para pensar! —Vickytoria solo podía frustrarse, pasándose la mano por su flequillo, dejando salir su estrés y pateando con rabia a cualquier lado, más el golpe en dicho sitio hizo que por momentos las luces parpadearan.
Sus ojos se abrieron de golpe… Ese suceso le entregó en sus manos la posible «idea» y quizás la solución momentánea para que sus amigos salieran ilesos.
Tomó de las solapas al reo, preguntándole en tono demandante si en ese lugar también tenía la manipulación total de las corrientes eléctricas. El tipo temblando, le explicó que detrás de las cabinas se encontraban todos los fluidos principales o cuñas que controlaban la electricidad. Al escuchar aquello, el Oficial entendió las intenciones de la joven. Los escuadrones corrían por los distintos pasajes del segundo piso, les faltaban un par de pasos para arribar a las compuertas donde se encontraban los grupos armados y el oficial manifestó el plan a trazar, lo cual a Himura le pareció estupendo. Una vez que el punto de quiebre se diera, sería la justa adecuada para atacar.
Vicky solo esperaba la orden para dar por entendido que estaban posicionados. Como las señales radiales ya se encontraban desbloqueadas, pudo mandarle un «Beep» a su Capitán (de hacerlo con Yuuri sería aún más complicado, además de obtener un regaño seguro), cosa que al hámster le sorprendió cuando sintió la notificación de mensaje de su Biper en vibrador y aún más al saber de qué quién era o que trajera consigo refuerzos y en lo que eso transcurría… La astucia en sus ojos le renovó por completo.
—¡Al diablo con todo! —Jay C. claramente ya se estaba hartando, estiró el brazo que sostenía su arma enviándoles la respuesta a los Oficiales de que su tiempo de espera se había acabado—. ¿Entonces vendrás o no, policía de mierda? —Los sicarios a sueldo de su clan imitaron el mismo movimiento malintencionado con cualquier armamento en sus manos.
—¡Lo siento, pero este «policía amargado de mierda» lo necesitamos! ¡¿Cierto Señores?! —Encaró Chulanont con atrevimiento.
Los otros colegas no tenían sospecha de lo acaecido, pero al estar pendientes de no permitir que esos malnacidos acabaran con su jefe, en la misma tónica dieron un «¡Sí Señor!», defendiendo su decisión sin miedo alguno y mostrando de igual forma sus pistolas o fusiles.
—¡Además, no puedo entregárselos, ese desgraciado cuatro ojos aún tiene una deuda personal conmigo en el ring! —Plisetsky le recordó lo de su revancha.
Leroy, Altin y De la Iglesia rompieron esa tensión al negar con una línea mordaz y socarrona de los arranques del Cabo ruso, sin dejar de mostrar sus armamentos a los enemigos.
—Espero y con esto te quede claro que esta pelea no es del todo tuya, Yuuri… No estás solo, Amigo. —El Capitán Chulanont sonrió alegre y confiado ante sus palabras.
Yuuri, al intentar absorber lo escuchado o al salir de su conmoción por tal acción en ellos, al tiempo que él también empuñaba su revólver hacía los Kazumas, no pensó que sus hombres fueran capaces de llegar tan lejos por él. Nunca se consideró alguien importante, nunca se visionó de ese modo.
—Pase lo que pase, es un honor estar con ustedes, caballeros. —El hecho le dio un respiro en medio de sus tribulaciones, para así recuperar su determinación y mirada severa.
Y tan pronto, que Jay C daría el último comando de acribillarlos…
—¡Ja! ¡Me quito el nombre si los tocas, infeliz! —La careta enojona, graciosa y boca acorazonada en esa rebelde Oficial direccionaron el plan. —¡AHORA!
—¡COMO DIGA OFICIAL!
Himura dio el aviso que tenían el campo cubierto y la Oficial Imperial junto al otro Oficial Ordinario bajaron simultáneamente todas las cuñas, apagando la fuente eléctrica. Eso permitió el paso a la oscuridad temporal del lugar, que el campo de visión se viese algo relegada para que los escuadrones abrieran ágilmente por puntos ciegos de la bodega y entrando de golpe por los portones del segundo piso, llegando a tomar por sorpresa a los enemigos y causando confusión.
— ¡ALTO! ¡Somos del Escuadrón de Policía del F.P.J de Shibuya! —Himura arrasó con esa premisa.
— ¡¿Cómo carajos fue que….?!
— ¡ABRAN FUEGO!
Jugaron su papel desde el inicio y disparando sin titubear, Raven, Jay C y Akon se dividieron por grupos para hacerles frente. Katsuki, Altin, Leroy, De la Iglesia y Plisetsky al percatarse de esa salvada milagrosa, iban a la par del Capitán Chulanont. La tarde caía tornándose más peligrosa sobre aquella tormenta de balas, estruendos y gritos. Colocando las cuñas en su lugar y dando de baja a cuanto individuo en su camino y con prisa, pudieron ir por las escaleras con el fin de colaborar a los escuadrones que luchaban incesantemente en los pisos superiores, pero al oír el resumen de Chulanont sobre el despliegue que se había apañado gracias a que los del F.P.J se ubicaban en el mismo sitio…
—No me digas que… — Katsuki no pudo completar su oración cuando esquivó a un sujeto, golpeándole en la quijada para ahorrar su munición, y volteó con dejos de preocupación hacia su colega.
—¡Sí! ¡El señor Himura, su escuadrón y Nikiforov aún siguen aquí! —Chulanont acabó la sentencia, a su vez que daba un par de combos en su defensa o que Jean y Otabek se petrificaran.
—¿Y cómo chingaos esa canija llegó acá? —Leo dijo aquello acompañado de una cara apabullante y chistosa.
—¡¿Carajo?! ¡¿Acaso importa?! — Yuri de pésimo humor y con su última bala gastada, optó por cercenar a sus enemigos a punta de cuchillos tácticos, perforando justo sus venas ortas—. Ahora no solo tenemos que evitar que nos jodan, sino también encontrar a esa Conejo escurridiza para que no se tope con alguno de esos Kazumas y… ¡OE!… ¡OE!… ¡CERDO!
—¡HEY! ¡ESPÉRATE, KATSUKI! —Le llamó Leo, pero fue inútil.
— ¡Altin y Leroy, encuéntrese con el Oficial Jefe Himura! ¡Aprovechemos el caos o que ya no hay bloqueo en nuestras señales para pedir más refuerzos y contener a esa gente lo más que podamos! ¡Plisetsky y De la Iglesia! ¡Vienen conmigo! ¡No podemos dejar a Katsuki solo!
—¡Como diga, Capitán!
La redada siguió su pie de fondo mientras que en el segundo piso se libraba una batalla más equilibrada. Las balas no detenían su trayectoria, a menos que llegaran a encontrarse con cualquier sujeto, ya fuese policía o enemigo, sin importar quien, solo había derramamiento de sangre, gritos de guerra, zanjadas y un fuerte espíritu que amparaba las vicisitudes de parte y parte.
Al despojarse de la rudimentaria pieza industrial aduanera de color blanco, para quedar meramente con sus atuendos habituales, Vickytoria y el Oficial decidieron ir en busca de sus colegas. Sin embargo, justo al lado norte de esos pasillos, el menor de los Kazuma declaraba una fuerte discusión con su hermano mayor sobre en quién recaía la culpa, mientras que mataban a sus contrincantes o el que Raven no les prestara atención, centrándose en su famosa maniobra especial y sacarse a varios de encima. Entre tanto, Akon se había hastiado con cabreo, dando la reseña a sus hombres en ir preparando los vehículos para salir de allí inmediatamente y que fueran trasladando la poca droga que quedaba en la aduana. El escozor de su sed o su frustración por el cómo se boicoteó su baraja fue un golpe duro a su ego. ¿Cómo rayos se salieron las cosas de control en menos de un segundo? ¡De tener al culpable en sus manos, lo hará trizas!

Bodega B10 / Segundo Piso (Aduana principal de Shibuya) – Tokyo / Japón
Mayo del 2017 – 6:00 PM
Cambiamos de escena, tenemos a un Katsuki desesperado usando su intercomunicador para contactarse con su pupila, viendo que el F.P.J. le suministró uno provisional, pero parecía que el destino se la jugaba honda con saber que está dañado.
—¡¿Nikiforov, en dónde estás?! ¡Maldición!
Katsuki se movía sumamente rápido, zigzagueando para esquivar cualquier cosa a su paso. Con un sólo movimiento de su katana, eliminaba los obstáculos y enemigos en medio de la penumbra en vista que algunos fusibles se han dañado o que el claro traslúcido que captaban las ventanas con el irónico ocaso, al tiempo que eran salpicadas por cada rebanada ensangrentada que daba. La agilidad y destreza prevista no paraba de asombrar a un arisco Plisetsky que en cierta forma, buscaba seguirle el paso junto a sus otros superiores.
—¡Demonios! ¡Juro que ese cerdo me las pagará por hacerme correr tanto! ¿Cómo coños puede ir tan rápido y moverse así con esa cosa? ¿Es un maldito samurái o qué?
—¡Me cae que ese «chino culero» trabajó en Samurai X como ninja de los Oniwabanshū! —Leo jadeaba peor un perro pordiosero, los trotes no eran lo suyo.
¡Ni siquiera el ex-presidente de Peña Nieto lo ponía a correr tantas bases con los carteles de Sinaloa!
—¡Y eso que no conociste a su hermano! ¡Ese era peor!
—¿Hermano? ¿El enano tiene un hermano? —Yuri quedó prendado de esa información extra de Leo, pero Phichit al derribar al adversario de un Jab porque los dos señores estaban distraídos, les hizo recobrar el norte.
—¡DEJEN DE QUEJARSE DE UNA VEZ COMO COMADRONAS Y SIGAN CORRIENDO!
—¡Auchs! ¡Tsk! — Yuri acariciaba su pobre oído.
—¡No manches! ¡Nos vas a dejar sin aliento y de paso sin tímpano, Gϋey!
—¡Y yo los voy a dejar sin otra cosa!, ¡Caminen! —Le dio empellones para que ese vago mexicano haga lo que tenga que hacer. Yuri solo resoplaba de mala gana, poniendo sus ojos en blanco por los regaños recibidos.
Mientras ese trío apresuraba su recorrido los pasillos, el T.C Katsuki era imparable como una bala y no dejaba de preocuparse por aquella revelación, no le agradó para nada y su corazón le dictaba un mal presagio.
Sxf: ¡SWOSHH!
Realizó otra zanjada con el filo de acero sobre un detractor al amputarle todo el brazo desde el hombro y no detuvo su rumbo, aún si las salpicaduras rojas mancharan su traje y rostro por donde fuese.
Que esto se presentase en el mismo sitio o que acabara con su pupila involucrada en esta calamidad, era como sentir un baldazo de agua fría. Ella no debería de estar aquí, Vickytoria tendría que estar cumpliendo sus labores de rutina, lejos de este caos. La cuerda extra encima de su peso le atosigaba, realmente temía por su bienestar; y no es que dudara de sus habilidades en combate, era una mujer fuerte pero el modo de ser tan impulsivo en ella cuando se trataba de auxiliar a quienes se encuentran en peligro o su falta de experiencia en este tipo de emboscadas, sólo carcomía su mente por completo, haciéndolo pensar en los peores escenarios o en las consecuencias. Le robaba tranquilidad, aumentado su preocupación a cada segundo y más aún sabiendo que ese individuo de mala sangre (el líder del clan) la tenía entre ceja y ceja.
《 «Vendrás conmigo y te haré gemir como la perra que eres sobre mis piernas, ¡Lo juro!» 》
—«¡Tengo que encontrarla como sea!» —Maldijo en bajo al pensar la frase escuchada desde aquella noche, siendo el origen de que todas sus asfixias ansiosas retornaran…
¡No podía permitir eso! ¡Tenía la promesa de cuidar a esa mujer con su vida!
A medida que Yuuri avanzaba, mirando hacia toda las direcciones y desviándose a otro lado, esperando que de algún modo se encontrarse con la novata Oficial, Phichit, Yuri y Leo se hallaron con más enemigos en el camino. Ellos iban a la ofensiva y otros Oficiales les brindaron su apoyo, pero las cosas se complicaron por ciertos descuidos en donde Leo y Yuri se vieron obligados a intervenir presencialmente para socorrer a uno de sus subordinados y entre los forcejeos o tiroteos, el Fedérale resultó herido en la pierna derecha.
La adrenalina del momento no permitió que sintiera rápidamente el punzón doliente, logrando sacarse al desgraciado de encima con colaboración de Yuri y de alguien más. Nuestra Vickytoria se escabulló en sorpresa, dando un flip hacia uno de los malhechores, otorgándole una segunda patada lateral. Sin perder el ritmo, ha de tirarse al suelo en un giro y terminó por tomar dos armas contrarias para lanzarselas a De la Iglesia y Plisetsky. Finalmente el par de superiores usando movimientos ágiles con sus manos, dejaron a sus contrincantes aturdidos, atraparon los objetos y dispararon en sus cabezas, consiguiendo así la muerte súbita.
—¡Hasta que al fin apareces! ¡¿Se puede saber que coños haces aquí, conejo?!
—¡Cuando Katsuki se enteró que tú estabas aquí, se puso como loco a buscarte! ¡Recién te reintegran y ya te metes en problemas, esto es peligroso, pelusa!
—¡Fue casualidad que el señor Himura, sus hombres y yo resultaramos aquí! Pero… ¡Pero ustedes peligraban y…!
En un sentir sincero, ella mostró su preocupación resumiéndoles lo que pasó; Yuri sirvió de sostén a Leo (que en su momento, se amarró un torniquete improvisado en la pierna afectada para amortiguar su sangrado) y luego el ruso le reprendió altaneramente por meterse en algo tan peligroso (aunque así era su forma de encubrir su alivio de verle bien), Vicky a cuatro metros le reviraba berrinchuda y exigiendo como mínimo un “gracias” por evitar algo mayor, pero allí mismo, Raven los tenía justo en la mira.
—¡¡CUIDADO!! —Vicky contuvo el jadeo, disponiéndose a dar tiros contra el sujeto.
No obstante, eludió todos y cada uno de sus proyectiles continuos. En su accionar, cual sombra y destacando su técnica especial con armas blancas de corto alcance (su danza de navajas o cuchillos), el Fédérale y el Cabo Primero se vieron apresados o pasmados al ver cómo estos rebanaron abruptamente la existencia de los dos oficiales que estaban custodiándoles, lacerando directamente en sus gargantas, y cuando el último grupo de aquellas armas afiladas estaba por llegar a ellos, el Capitán Chulanont apareció de la nada, desplegando uno de sus brazos con fuerza y manipulando desde la punta de sus dedos enguantados lo que parecían ser unas fibras delgadas, que evitaron que los utensilios afilados terminaran el recorrido hacia su destino final o él que pasara a una ofensiva-agresiva para con el Yakuza con su otra mano, devolviendo el ataque con la misma intensidad e igualando la misma destreza en su danzar.
Raven, de no tener uno buenos reflejos, esos hilos hubiesen destrozado su cuello, así como ocurrió con el tubo grueso de vapor en aluminio detras de él o al igual que con dos de sus lacayos fileteados de pies a cabeza cual lomo de carne, con el líquido rojo fluyendo en el piso y con varios de sus miembros esparcidos por doquier. Después de eso, ambos se separaron manteniendo su guardia en alto, Phichit reacomodó sus fibras letales, sobreponiéndose ante sus camaradas y protegiéndoles.
—¡Chicos! —Preguntó agitado, aún sin voltearse—. ¿Todos se encuentran bien?
—Hierba mala nunca muere, me extraña compadre.
—¡¿V-viste lo que hizo Phi, Yurio?! ¡FUE AMAZING!
—T-te la debo Conejo. —Fingió aquello el ruso, aunque su ojos curiosos o cara de asombro decían en él un:“Que cool”, pronto salió de su letargo, poniéndose rudo nuevamente—. ¡Tenemos que ayudarle con esos tipos!
—¡Sí!
—¡Ni se les ocurra! —Se opuso totalmente con un tono de voz fuerte y marcada, algo no habitual en el Capitán que normalmente se mostraba alegre e incluso esos hilos peculiares formaron una ferrea barrera—. El malnacido Yakuza es mío, ustedes ayuden a Leo con los otros.
—¡Pero, Capitán! —Ambos alegaron.
—¡Ya me escucharon, háganme caso o no respondo!
Esa orden tan demandante por parte del Capitán, definitivamente no le dio una buena señal a Leo. Detrás de ellos se venía otro grupo de rufianes, Vicky y Yuri para aligerar las dificultades empezaron un nuevo abatimiento en contra la tropa del enemigo confiando en que su capitán estaría bien.
Raven expulsó pequeños cuchillos con gracia directo en los espacios que había entre dedo a dedo, y contrayéndolos para sostenerlos. Cabe mencionar que tenía más hombres a su lado, y escogió sus palabras para interrumpir la «discusión» entre los novatos con su superior.
—Con que… Hebras letales ¿Eh…? —El ojeo descarado al objeto mencionado fue sin remediar.
Estas se trasparentaban o brillaban según los comandos que su Policía y portador anotaban, además de girar su rostro para dar con el norteamericano-japonés.
—Nada mal. No esperé que el gobierno le aprobara a los F.E.G.I.S el uso de biomaterial reforzado en nanofibras de celulosa (CNF), para ser manipuladas con las fibras ópticas, los microfilamentos junto a la nanotecnología a su antojo.
Él reinició su emboscada, buscando acertar el primer golpe cosa que por casi logra. Phichit fue ágil, aunque la magulladura no tardó en aparecer y más atrás fueron sus lacayos.
—Eres muy observador. —Contestó confiado sin dejar de ser desafiante o de usar intercaladamente su peculiar arma combinándola con el desconocido arte marcial, que no pasó por alto para Vicky, Yuri y Leo desde una zona segura—. Llevo trabajando en eso desde hace mucho ya que no me gustan las espadas o los revólveres. Solo yo tengo permiso de experimentar con ello y solo lo uso en casos extremos.
Su estilo era cauteloso, se movía siempre en el sentido contrario a las agujas del reloj y como si de un guardián custodiando algún templo sagrado se tratase, su ritual personal o bien sus técnicas de golpes y patadas, iban desde lo muy complejo hasta lo más simple por ciertos movimientos artísticos, retumbando de una con los secuaces restantes que ayudaban al Yakuza o mosqueandolo de vez en cuando.
—Aunque, también es interesante el cómo adhieres a tu cuerpo la tecnología a un material contundente como el aluminio y el acero para dar aleaciones rápidas lo más parecido a las armas corto punzantes como las Navajas Taramundi. Eso hace que tu munición parezca inagotable, que tus golpes sean eméticos y que no se te haya registrado alguna huella dándote el otro alias de «sombra».
—Es toda una revelación…
Una patada rastrera, un esquivo del contrario, o el choque de elementos entre ambos adversarios hacía la riña interesante.
—Lo malo es… Que si hago corto circuito en la maquinaria hidráulica oculta que llevas en tus brazos, «adiós» a tus cuchillos fragmentados. — El moreno desgarró las mangas del saco ajeno con otro roce de sus fibras y develó parte de las extremidades biónicas de su adversario—. ¡Acerté en mis deducciones!
—Lo mismo puedo decir de tus guantes neuro-sensoriales… ¡NO ME SUBESTIMES, POLICÍA! —Y Raven repitió más lanzamientos sin restricciones.
—Quizás… ¡PERO LA VEO DIFÍCIL! —Phichit desplegó sus manos y esos hilos aparecieron a su merced para evadir el floreo afilado.
—¡¿Hah?! ¿Ese maldito gánster es una especie de Cyborg o algo así? —Detrás de la barricada improvisada, Yuri no dejaba de disparar con una arma que había encontrado sobre el suelo.
—Ni idea. —Vickytoria se venía en la misma tónica que su compañero, con otra pistola en mano e igual o más sorprendida por ese descubrimiento—. ¡Y es primera vez que veo tal cosa! ¡Solo lo he leído ideas así en libros de ciencia ficción!
—»Inches» chamacos. Esto no es nada. ¡Les falta barrio! —Leo se mofó de ambos—. ¡A ese Yakuza, aparentemente le aplicaron biomecánica experimental de alto rendimiento en las extremidades superiores de su cuerpo. Hace años que no veía un caso de esos y ustedes carecen de mucha tela por cortar en armamentos bélicos, en experimentos conspirativos tecnológicos, y en conocer más a fondo los alcances de sus enemigos cuando desean el poder.
Las Naciones Unidas (ONU) y la Unesco con sus respectivas comisiones de Ciencias, tienen estrictamente prohibido ese tipo de invenciones o prototipos en humanos porque no se sabe qué efectos pueda repercutir.
Yuri y Vicky con sus caretas impagables o ese «¡¿Eh?!» en coro, miraban con desagrado a Leo por su comentario, prácticamente los mandó a la porra y no es que hablen español, pero más o menos sabían que cuando el gringo-mexicano les decía «chamacos» era por dos cosas: por novatos o por ilegales en términos de edad.
—¿Y cómo es que él hace esa «cosa» de los hilos con unos guantes? —Para Vicky o Yura, era increíble ahondar esa faceta en el hámster.
—Es el «ñoñotasio» del grupo, ¿qué esperaban mocosos? ¿Ustedes no sabían que su capitán es el «cerebrito y cabeza principal» del departamento de Tecnología, Armamento y Software de este F.E.G.I? Cada prefectura que contemple un F.E.G.I debe tener un departamento de esos para mantenerse a la altura de las rigurosas demandas del Emperador con el Gobierno Japonés y son independientes unas de otras.
— ¿Y por qué en otras misiones no los había usado? —Yuri repuntó con otra consulta.
—El arma que Chulanont diseñó aún sigue en fase experimental. Los superiores le han permitido crearlo bajo su supervisión, pero todavía debe pasar muchos filtros. El que hoy los usara fue de suerte porque debió presentar un avance ante ellos y no le dio tiempo de quitárselos debido a la supuesta «reunión» que tendríamos aquí.
—¡Bueno lo que sea! —Yuri no paraba de dar tiros en lo que conversaba—. ¿Y qué hay del estilo de pelea que aplica ese ratón? ¡Difiere por mucho a lo que ví en el combate de armas cuando se enfrentó con Beka!
—Wai Kru Ram Muay… —Especificó Leo mirando con seriedad la pelea. Los chicos le escucharon con atención—. Phichit, aparte de saber Muay Thai, es experto en Wai Kru Ram Muay, y es de los estilos más complicados que hay en artes marciales tailandesas.
—Eso me suena que no es algo «bueno». —Infirió Vickytoria.
—No, no lo es, pelusa. —Afirmó el Fedérale inquietado—. El cabrón que enfrenta Chulanont no es ningún pintado en la pared y para que él sacara su «As» más valioso o que mostrase todo su tonelaje de lucha, es porque a ustedes y a mí se nos sale de las manos…
Los dos jóvenes no dejaban de estar alerta ante cualquier novedad. Leo al mirar levemente por el pasillo, pudo divisar cuatro hombres del bando contrario en lugar en donde ellos se encontraban, tal vez no podían moverse como quisiera por la herida, pero no permitirá que les rodeen o tomen ventaja. Se dispuso a soltar una gran cantidad de balas por minuto e hizo que se ocultaran detrás de otros objetos del lugar.
Entre tanto aquello pasaba, los agresores desestabilizan al Capitán y allí el hombre de rastas aprovechó para taclearlo y atacar de nuevo, cosa que el Oficial de rango sorteó con apuro.
—¿Cómo alguien con tus capacidades e intelecto puede prestarse para tal cosa?
Phichit, agitado en el suelo y apoyado en su rodilla a unos metros del sujeto se lamentaba por mucho. El Kazuma será un canalla diplomático, más admitía que era alguien de mente idónea y brillante.
—¿Qué precio tuviste que pagar al igual que tus hermanos para someterse a esta clase de cosas?
—Uno demasiado alto sin duda. —Respondió Raven sin dejarle de ver inexpresivo y deteniendo todo amague para enfocarse en su respuesta—. Jay C, es un animal que solo piensa con el pene, nunca le interesaron estas cosas. Akon, pese no ser muy dado a ello, comprendió perfectamente nuestras necesidades. Yo no poseo las bondades del liderazgo o la fuerza de lucha que él posee, pero sí hay algo en Akon que le admiro, son sus decisiones. Sí hablamos de mí, en lo personal soy un hombre a quien le agrada experimentar o sacar provecho de los insumos y digamos que… Tanto a mis hermanos como a mí se nos dieron las oportunidades, aunque debimos desechar a muchos «especímenes» en el proceso.
— ¿E-especímenes? —Los ojos de Phichit se agrandaron algo más de lo común por el shock.
Quedó helado tras esa confesión u oír ese calificativo y no de cualquier índole… Era uno que no quería constatar a cabalidad y guardaba la esperanza de que no se cumpliese. Pero…
—Preferiblemente «Especímenes Humanos»… —Lo temido por el joven de iris oscuros fue corroborado ante la sentencia del contrario.
Phichit dedujo que la droga u otros mercados eran solo una «fachada» o «sostén económico», esto superaba por mucho las prioridades más allá de lo que apuntaban. Humanos indefensos que se vieron separados de sus familias bajo engaños, y supuestamente sometidos en la trata de personas. Lo «recurrente» sería que acabaran en la prostitución o esclavización cosa que clanes como los Kazuma, asumían para recaudar fondos monetarios. Sin embargo con ese giro argumental sobre quiénes contaban con peor suerte… Caían en el acantilado de los ejemplares u especímenes para retorcidas y macabras experimentaciones.
El lío era: ¿Con qué fin?
—Nos dimos cuenta de que si queríamos un… —Pausó, tomándose unos segundos para buscar la expresión indicada—. Mmm…digámosle «poder absoluto», tendríamos que colaborar con ciertos «pedidos»… ¿Y si sabes a lo que me refiero?, también comprenderás que esto que ves «aquí» —extendió sus brazos con magnificencia y ego ensombrecedor en su indolente hablar—. Es el resultado y fruto de nuestros esfuerzos como Clan. Solo los más fuertes en cuerpo, en mente, en convicciones y por supuesto en la avaricia de poseer lo que esté al alcance de su mano, serán dignos de aquello. ¿Imagina cuán grande serán nuestras intenciones que recurrimos a esto?
Fue enfático en su filosofar y por primera vez mostraba una sonrisa sardónica. Obviamente su discurso era ambiguo para Phichit, presintiendo que él no le había dicho del todo la verdad (Raven es astuto) pero infirió crudamente que lo que se venía respecto a este caso, no era para nada alentador.
—En fin, del «bien llamado poder», solo nos interesa la parte de ser «invencibles o reconocidos». —Expresó francamente aquello, mientras observaba su mano biónica como la cosa más interesante del mundo—. Claro, que… algo como esto, podría llevarse a un grado aún mayor. —Especuló, cruzándose de brazos con ese simplismo que le caracterizaba—. Lo hecho conmigo es un pequeño «avance»…
—¡Son unos miserables! —Musitó el tailandés, conteniendo una gran cantidad de presión en sus puños y de la nada, alzó su cara enrojecida de la ira, de igual forma que su voz—. ¡No les bastó con traficar sus porquerías o comercializar a gente inocente! ¿y ahora se escudan en «eso» del «poder»? ¡¿CÓMO PUDIERON USAR ESAS VIDAS EN ALGO ASÍ?! —Y fue corriendo en su dirección para retomar la contienda, sin importar los opositores en su camino, acabándolos en un pestañeo.
—Como le dije, todo tiene un precio… Un intercambio equivalente por otro, esos «especímenes» cumplieron su función perfectamente para que personas como «yo» o nuestro «clan» nos beneficiáramos de estas experimentaciones. —Declaró Raven con tono cínico, esquivando su patada fulminante con gracia tratando de sonsacándolo, luego repitió aquello con los combos sucesivos, donde el hilar desenfrenado de Phichit procuraba hacer grandes daños en él.
Sí Raven no se concentraba por completo, sería hombre muerto.

Vickytoria y Yuri estaban impactados escuchando la conversación. La nueva información golpeaba duramente sus conciencias, provocándoles náuseas al oír sobre las prácticas tortuosas utilizadas y lo retorcidas que eran las mentes criminales expuestas a su visión de los acontecimientos. Leo fingió no afectarse para no desajustar a los rusos, más su mirada reflejaba esa sensación de inmundicia en menor medida.
Los informes o reuniones en las que participaba en privado junto a Phichit, Christopher y Yuuri retrataban algo escabroso y que hasta ahora, se logró atar uno de los grandes cabos… Dicho patrón que vivieron en gran parte de su pasado (recordando el viejo caso archivado con los anteriores grupos armados que rastreaban sus Ex-Jefes, Kouji Katsuki e Andrei Nikiforov, lo estaban reviviendo de nuevo). Siendo los Kazumas «los nuevos títeres» en medio del asunto. Raven continuó.
—Siempre he pensado que los humanos pueden ser una especie asombrosa al punto de convertirse en algo monstruoso cuando anhela un objetivo… ¿No le parece, oficial?
—¡Por suerte, somos más lo que amparamos las buenas acciones! —Respondió osado, y allí mismo prosiguió con la justa haciéndole un corte en el pecho—. Yuuri y yo teníamos razón al decir que alguien más les favorece, porque no tengo duda de eso. ¡¿A QUIÉN CARAJOS LE SIRVES O QUÉ MALDITA ORGANIZACIÓN ES LA RESPONSABLE?! ¡¿QUÉ ES LO QUE BUSCAN?!
— ¿Jamás has escuchado el dicho: «Nunca muerdas la mano de quien te da de comer»? —El comentario de Raven molestó por mucho al tailandés.
—¡Ahrg! —Además de no percatarse que algunas navajas pasaron entre sus hebras, lastimando tanto sus hombros como piernas.
—Y en caso tal… «Averíguelo« —Le tiró sal en su herida—. Esa es «su labor» ¿No se supone que ustedes, los Oficiales Imperiales, son lo mejor de lo mejor del gobierno de mierda que les dirige?, yo sé que pueden… Igual, lo que haga esa gente no nos interesa y lo que sí le diré es que los Kazuma haremos cualquier cosa con tal de obtener el «poder» sobre este país y que la gente sepa quiénes somos de una buena vez. La vida se trata de sacrificios y es una premisa cruel que se ajusta a nuestra realidad.
—¡Eso es aberrante! —El desprecio en el Oficial fue genuino, superándolo por completo—. El “saber gobernar” o “manejar la ciencia” son un bien común para garantizar la paz, las alegrías y el respeto a la vida en las comunidades. No para infundir terrorismo sobre los demás; ¡Y YO COMO OFICIAL DE LA LEY Y DEFENSOR DE ELLO, NO LO PIENSO PERMITIR!—Su arranque en golpes fueron más duros y constantes.
—¡Di lo que quieras!, pero miras el mundo por el culo de una aguja demasiado idealizada… «policía» —El Yakuza estaba preparado.
Phichit llegando al límite, no toleraba que personas con tales virtudes o aptitudes cognitivas expuestas en una pinta como Raven o cualquiera, los usaran con fines para lastimar al prójimo. La sola idea le aborrecía, pateando directo en su postura y conductas éticas-moralistas. Con dicha escena tan clara para Leo, le auguró un mal presentimiento de que ésto se complicaría aún más, pues hacía tiempo atrás que no veía a su amigo terriblemente emputado por un motivo de peso.
—¡A la verga, Córranle!
El choque fue tan destructivo que no tuvo más remedio que dirigir a los tres jóvenes detrás de las maderas apiladas. Recibieron todo el impacto de los tantos cuchillos, y hebras mortales. Como si fuera poco, se venía un nuevo refuerzo del enemigo. Leo vio una metralleta, la tomó a su defensa y masacró a los primeros cuatro tipos que iban por ellos, Vickytoria y Yuri terminaron con el resto. Luego habló con firmeza a los chicos, diciéndoles que lo mejor era que le dejaran aquí con Phichit, prometiendo que ellos estarían bien y que ayudaran a socorrer a los demás oficiales ordinarios. Ambos rusos se negaban, pero el Fedérale les truncó en seco concientizándolos.
—Sí se quedan aquí, será un lío más grande, y no lo digo por mí. —Explicó Leo.
—¡Ni de coña! ¡Estás herido! —Se enfadó Yuri.
—¡No podemos dejarte aquí y tampoco a Phichit con ese lunático! —Completó Vickytoria—. ¡Estoy segura que si ideamos algo…tal vez…!— Y fue interrumpida una vez más por el Fédérale.
—¡Phichit o yo lo que menos necesitamos es un distractor y ustedes ahora mismo lo son!
—¡Al carajo!
—¡Sé que podemos entre todos y…!
—¡YA DIJE QUE NO, CHINGADA MADRE! —Se exacerbó, luego tomó una pausa para dirigirse con más calma y sonreírles de lado al par de críos Oficiales—. Yo… Comprendo lo que quieren hacer y el cómo se sienten, pero el que Phichit este reacio en que participen, es porque esto no es como las otras veces… Ustedes no son pendejos, con la conversación se dieron cuenta que los hermanos Kazumas han resultado ser algo más que un simple trío de líderes Yakuza que trafican droga o que comercializan personas y armas.
Exteriorizó el mexicano dándoles a entender muchos puntos o haciéndoles pensar.
—No es la primera vez que nos enfrentamos a grupos de esta magnitud. Esos tipos se ven fuertes, pero sus jefes directos no se quedan atrás, por algo son los mejores en sus categorías. Katsuki o Giacometti son de un nivel completamente distinto y lo mismo aplica para Chulanont, aunque no lo parezca. Ahora, que ese ratón de laboratorio budista le guste andar de hippie repartiendo “peace and love” o se haga el “tonto” con tanta selfie y shipeando parejas, es otra cosa. —Aclaró en confianza—. pero es un gran luchador y por mí, no seré como ese trío que mencioné más soy veterano, uno mayor que ustedes y sé bien cómo proceder.
Nikiforova y Plisetsky ya habían acabado con una parte de los criminales que secundaban su labor, más no perdían de vista la lucha extraordinaria entre Chulanont contra aquel sujeto. Notaron una gran diferencia de niveles tácticos que les superaban por mucho y no dejaban de cuestionarse la vara altísima que les han interpuesto. Deberán trabajar y entrenar más duro si quieren llegar a su igual para no preocupar a sus colegas (porque también entendieron que los estaban cuidando de un peligro mayor). Yuri y Vicky se miraron entre sí y le dieron la razón a Leo, aunque no les gustara y sintieran su orgullo herido. Acataron la orden y les desearon «suerte» antes de ir a otra zona en donde si pudieran ser de más utilidad. Raven les observó en el preciso momento en que partían y quiso impedirlo, pero alguien se interpuso en su camino.
—¡Hey, Kazuma! ¿Tan pronto te irás? —Phichit se adelantó y le conectó un hit directo en el rostro, mandándolo a volar y estrellándolo con los objetos que había en su entorno—. He de recordarte que tu pelea es conmigo, no con mis chicos. —La burla con la que el moreno había dicho las cosas hizo enervar a Raven, que escupió con fuerza el líquido rojo de su boca.
—¡Déjalo, Phi! ¡Se le arruga lo que sabemos del miedo! —Leo captó la jugada y continúo la chanza buscándole el lado a Phichit con el arma en sus manos.
—Leo, debiste irte con ellos. Sabes que no estás en buenas condiciones y que no podré ayudarte si te encuentras en peligro, ¿verdad?
—¿Y dejarte a ti solo la diversión? ¡Olvídalo, cabrón! ¡Yo desayuno peligro y vivo para esto! —Bromeó con su frescura de siempre para no preocuparle.—Además, pienso que… era preferible que esos chiquillos se fueran. De quedarse aquí, allí sí sería un serio problema, el amargado no nos perdonaría…
—Tienes razón… No lo haría.
Phichit liberó una sonrisa confiada tras pasarse la manga de su uniforme por el lado del rostro donde tenía cortadas y sangre. Mantenía su posición básica de pelea, mientras Leo apuntaba con causa a su adversario.
—Grrrr… ¡Están Muertos! —El Yakuza no se quedó con esa patraña, y ahora abalanzándose hacia ellos hecho un león desaforado.

Bodega B10 / Segundo Piso (Aduana principal de Shibuya) – Tokyo / Japón
Mayo del 2017 – 6:30 PM
Si para ese par no había tregua dentro de la prisión, el Subteniente Altin y el Cabo Segundo Leroy coordinaban sus ataques con el otro escuadrón comandado por Himura. Su objetivo, aparte de no dejar escapar a los responsables principales de dicha emboscada, también era contener al resto de criminales. Las bases centrales del F.P.J y del F.E.G.I enviaron más cuadrantes o divisiones que les ayudase con el caso, pero estos demorarían en arribar ya que la aduana se encontraba retirada.
Se empezaba a notar el cansancio, más no era impedimento para seguir en pie, recargando sus municiones antes de que arremetieran nuevamente contra ellos. Jay C, se sentía asfixiado entre tanto policía, los odiaba con todas sus fuerzas porque verles allí, era recordar el maldito sistema de gobierno o las veces que por su causa, fueron frustrados varios de sus planes. Gritaba vulgaridades desgarradoramente como cualquier pandillero hacia todos mientras accionaba su metralleta, seguido por más perros de su clan. Akon en otro apartado, solo descargaba su ira incandescente al mancillar a muchos oficiales que no le superaban sus atributos calculados. La bruma fue tan cargada que tanto los del F.E.G.I, los del F.P.J como sus enemigos dejaron las pistolas, revólveres y demás por falta de recursos y se fueron a mano limpia con armamentos de filo blanco y otros pocos convencionales.
Un «todos contra a todos» en barricada donde ya no se sabía quién es quién.
Jean en un intento osado, trató de arremeter a los rufianes por ir en defensa del señor Himura intercalándolo con golpes, sus dagas militares y patadas acrobáticas como certeras. Sin embargo al toparse con Jay C, le sorprende de inmediato.
—¡JJ!
y la cortada brutal que llevó su espalda por parte de una jugada tramposa con sus «kamas afiladas», lo perjudicaron de gravedad.
Otabek llegó con desenfreno junto a otros Oficiales creando despiste en ese Yakuza o su gente y repartiendo Yaks frontales con sus manoplas personalizadas. Logró sacar a Jean como a Himura de allí y se preocupó aún más al revisarle su herida.
—Él necesita asistencia médica de inmediato. —Comentó intranquilo uno de los oficiales.
—¡Jean, pronto saldremos de aquí!
—Hey… Bro… ¿T-tan mal me veo…. P-para que te preocupes a-a-así por el Rey? —Trató de asumir su actitud engreída de siempre con esa sonrisa de alcurnia más el fluido que expulsó por su cavidad bucal daban otra señal a los iris negros de Altín.
Era por sentado que su amigo no estaba bien y se pondría peor sino le daban la atención requerida. Todo cambió al verse otra vez con esa máquina desquiciada llamada Jay C, sobre de ellos. Jean pensó que era el fin de los tres al verse tomados con su guardia en baja, se imaginaba con esas hoces llamadas «Kamas» penetrando sus pieles o mutilándoles cualquier parte de su cuerpo, pues era por su culpa que se encontraban en esa situación pero los filos curvados de acero inoxidable jamás llegaron y en su reemplazo, el sonido truncado de otro metal, un sable milenario arribó en su defensa.
—¡Es el T.C Katsuki!
—¡Ahora sí les llegó la hora a esos desgraciaos!
—¡Será mejor que concentren y ataquen al enemigo! —Les gritó Himura a sus hombres maniobrando sus tonfas reglamentarias para ponerse al frente del Oficial canadiense herido.
—¡HEAHHHH! —La euforia a puño alzado en el escuadrón desplegado era evidente.
Katsuki entró como todo un guerrero desenvainando su Katana en un movimiento de rotación axial hacia arriba, esto hizo que Jay C. perdiera equilibrio con el choque mutuo entre sus armas y que su adversario japonés sacara ventaja sonsacando cortes rápidos, el Kazuma menor no era muy diestro, resultó con líneas superficiales u otras muy profundas al sangrar por todo su cuerpo y una que otra partida de boca en su cara por las patadas laterales o frontales que Katsuki ejercía.
Uno, dos, tres Geris simultáneos, siendo el último contemplado en todo su mentón y mandándolo al piso de concreto y metal. Yuuri arrancó sin darle respiro y al saltar con ese fajazo imparable Jay C rodó su cuerpo en alguna dirección sobre suelo y Yuuri se fue en blanco o provocando el chispazo de su acero con el piso de metal o recobrando su postura para reanudar su ofensiva, no obstante, algunos detractores por ir en defensa de su jefe Yakuza no les importó sacrificar sus vidas tras la mutilación masiva que Katsuki alzaba con ellos, Altin hizo lo propio manteniendo a Jean alejado con un par de oficiales y apoyando al T.C Katsuki. Ambos intercalaban jugadas. Jay C aplicó la misma aunque no paraba de putearlos verbalmente.
Cercanos al sitio, Yuri y Vickyoria avanzaban eludiendo disparos de algunos enemigos aparte de los vidrios rotos. Las pistolas que tenían provisionalmente quedaron vacías y debieron optar por armas blancas. Sabemos de sobra que Yura no abandonaba sus Cuchillos Tácticos de milicia, Vicky estaba en una gran encrucijada. Necesitaba tener cualquier cosa a la mano y rápido. Por suerte en ese lugar las variadas descargas han roto muchas cajas de mercancía y una de estas, transportaba «espadines» que serían usados en las distintas academias de los F.E.G.I.S. Ella ni lo pensó, sin preveer que los criminales ya tuviesen agotada o no todos sus proyectiles se hizo paso saltando, esquivando todo y haciendo piruetas asombrosas para llegar ilesa como liebre y tomar con espectáculo uno de los tantos espadines cuando realizó una media luna o que ágilmente franqueara su posición de defensa evitando que un tipo le diera con su rifle vacío en la cara. La estocada en punta lo paró en seco y el empuje mortal de Plisetsky acabó a dejarle muerto. Ella no estaba acostumbrada a ver gente morir (prefiere dejarles inconscientes) pero comprendió el actuar de Plisetsky puesto que son ellos o sus vidas.
Siguieron su recorrido complicado hasta trepar a la batalla principal que sus superiores tenían con el enemigo.
Katsuki nunca perdió de vista al energúmeno Kazuma menor, y tan pronto logró liberarse (o por lo menos de dos imbéciles que estorbaran en su camino), le cayó encima, enfrentándolo con un estruendo salvaje, sutil y práctico. Con armas en mano, los aceros se estrellaban unos con otros con todas sus fuerzas. En un segundo trascurrieron miles de cosas, de algún modo Altin quedó relegado y defendiéndose de un grupo donde la zona abarcaba las cadenas operarias que cargaban las cajas o contenidos de mediano peso. Katsuki quería auxiliarlo pero el presuntuoso Kazuma como el canalla que era le mandó a toda su comarca, y se vio en apuros.
Su instinto experimentado le permitió abrirse ante esos gandayas incluyendo al Yakuza pero no lo suficiente para llegar con su subordinado, Altin acorralado no se rendía entregando golpes con sus manoplas, así mismo como Katsuki empleaba su Katana. Ambos esperaban cualquier amotinamiento y pese a lo ahorcado que era, la caballería en forma de «policías rusos» hicieron acto de presencia en un momento crucial porque aquello le advirtió a Jay C. del peligro que se le aproximaba.
—¡TOCAN A MI JEFE Y LOS QUIEBRO! ¡MALDITOS PERROS! —El rugido de un tigre de tierras frías y de ojos verdes se consolidó al usar como liana una de esas cadenas, soltarse de ella, e ir con una patada bestial que se llevó a varios por delante.
—¡ALÉJENSE DE MI TENIENTE, PAR DE COBARDES! —Reclamó esa liebrecilla de ojos azules y la destreza heroica que ejecutó en flourets fulminantes, no la hicieron quedar atrás.
Jay C, maldijo al mundo en ese instante, reconoció al par de novatos por ser los mismos policías infiltrados del bulevar. Yuuri y Otabek se pasmaron al tiempo de ver la audaz entrada de sus chicos, pronto regresaron a tierra, recobraron sus andanzas, y unieron sus fuerzas a dúo con ellos.
Otabek acertó ganchos directos a varios tipos rompiéndoles sus mandíbulas puesto que sus puños eran fregadamente pesados, Yuri le secundó con patadas y cuchillazos a otros en ojos o gargantas. El ruso tenía un cabreo espeluznante en todo su ser, nadie se mete con su Jefe/pareja, Otabek por el contrario fue metódico sin desperdiciar su altivez eficiente de soldado, se sentía agradecido de tenerle allí y con vida. Además que la línea curva en sus labios no se le borraba, ese «mi jefe» se lo echará en cara cuando pueda…
Situación similar le ocurría al japonés, claro… Ya estaba al lado de su pupila, se encontraba aliviado en su alma por verle a salvo y ambos alternaban estilos o sincronizaban sus movimientos con el danzar de sus armas y estilos marciales; cuando pudieron juntar sus espaldas en posición de ataque y un segundo antes de que dos hombres más intentaran joderles, se agacharon echándose hacia un lado y ellos (los idiotas) colisionaron entre sí.
Superior y subordinada, no dejaban de blandir sus aceros con desafío a esos canallas mientras ellos se reponían de los golpes. Digamos que ese minúsculo instante, Yuuri lo aprovechó ladeando su cabeza un poco y analizando de reojo a la chiquilla intrépida que tiene a su lado.
Aún no podía superar cierta frase que mencionó ella de modo “inconsciente” sobre él, pudo llamarle de otra forma pero no fue así, y al muy maldito le encantó, lo suficiente como para salir con sus reservadas prácticidades.
—¿Eh?, ¿qué ocurre Katsuki-san?, ¿p-por qué me miras así? —Vicky preguntó con una pantomima extrañada en su cara y pestañeando repetidamente antes de que el Teniente Coronel le sonriera Pícaro.
—Así que… ¿Soy «tu« teniente? —Ella se sonrojó hasta las orejas porque recién fue consciente de lo que dijo. Yuuri prosiguió—. ¿Qué pasó con lo de «amargado» o lo de «no ayudarme» cuando me gritaste aquello en mi oficina?, si te soy sincero no esperaba escuchar algo así de tí, zanahorias. —y se sintió poderoso como importante ante su linda señorita.
La conejita renegó efusiva, al zorro práctico pareció no convencerle esa negativa en la oficial quien no paraba de replicarle para que no imaginara cosas en donde no las hay, más su semblante cambió bruscamente. Le empujó lejos para así embestir a varios cortes a dos secuaces de los cuales escuchó con agudeza sus pasos y que atacarían por la espalda. La Oficial, por supuesto no demoró en seguir el contra-ataque para aligerar la carga a su jefe. Dado el caso particular, Yuuri logró visionar a Jay C a un par de metros, parecía que hablaba con alguien más que llegó a salvarle su pellejo, y no se media en despotricar sus frustraciones. Era Akon, el líder de los Kazumas.
—¡Debiste acabar con ese japonés y con las vidas de sus perros cuando podías!
—¡Cállate! —Enfureció Akon del otro lado—. Se supone que la seguridad de esta bodega era «impenetrable» y nos garantizaste a Raven y a mí que todo estaba bajo control. —Le recordó con ácido sus propias palabras a su vez que tres oficiales fueron eliminados y su rabia terminó de escupirla—. ¡PERO RESULTA, QUE TUS HOMBRES SE DEJARON METER A UN INFILTRADO OTRA VEZ! ¡TÚ TIENES LA CULPA POR TENER A GENTE INCOMPETENTE!
—¡DÉJAME EN PAZ, MALDITA SEA!
—¡NO ME JODAS! ¡TENGO DERECHO A TIRARTE TODA LA MIERDA QUE SE ME DÉ LA GANA PORQUE SOY TU MALDITO HERMANO Y JEFE EN ESTE LUGAR, NO ME REVIRES, Y ASUME TUS CAGADAS! —Le restregó al final con justa causa—. Ahora escúchame bien, ya algunos lograron escapar con una parte de la mercancía, Raven se contactó conmigo y pudo pirarse de aquí pero no le fue sencillo porque debió enfrentarse a otros dos tipos del bando de ese malnacido, me dijo que usáramos la vía de acceso rápido lo más pronto posible porque en pocos minutos llegarán los refuerzos de esa gente, tenemos que salir…
En lo que ese par coordinaban su huida, Yuuri prefirió ir en solitario por ellos, no les dejaría escapar. Los hará pagar por destruir de modo ruin la vida de esos sus oficiales y dejar a sus familias desamparadas. Vicky, Otabek y Yuri se percataron del arranque imprevisto en Yuuri y también fueron tras él.
Jay C y Akon no les dio ni tiempo de reaccionar cuando ya se vieron con ese Japonés intentándoles detener la desvergonzada fuga con su Katana justiciera, Jay C. huyó tomando otro camino, Yuuri les notificó a los chicos seguir al Kazuma menor mientras que él iría por Akon. Vicky pretendía estar con él al igual que dos oficiales del escuadrón de Himura… Yuuri no los dejó.
—¡Pero T.C Katsuki!
—¡No puede ir solo, señor!
—¡Déjenos ayudarle, Katsuki-san! —¡Vickytoria trató de convencerlo pero no hubo poder humano para revocar ese mandato!
—¡Negativo en civil para todos, sobre todo para ti, Nikiforov! ¡No quiero verlos por aquí y menos cerca de ese canalla! —Aquello lo dijo refiriéndose a Akon mientras le perseguía subiendo las escaleras del tercer piso—. Necesito que ustedes se queden con Himura, además de auxiliar a los heridos… ¡Es una orden! —Y giró sobre de sí para continuar su camino.
—¡Pero, T.C!
—¡Oficial ya lo escuchó! —Se interpuso el colega—, sí seguimos al jefe, nos regañará y a usted también.
Dieron media vuelta regresando con los demás, Nikiforova no es que fuere de presentimientos…pero el rumbo que había tomado las cosas no la dejaba tranquilizarse. Ella no tiene más remedio que confiar en su palabra. Confiar en Yuuri y en su fortaleza, confiar en que no le ocurra algo grave.
—Yuuri…Cuídate mucho, por favor. —Fue la pequeña petición que Vicky ha de susurrar al cielo justo antes moverse de allí y reincorporarse con el resto de oficiales.
Akon huía. subía hasta lo último de la bodega con un Yuuri pisándole los talones. El sinvergüenza observó de pasón la figura de Vicky a través de los vidrios rotos en aquella plataforma ubicada en el tercer piso, y el Policía Imperial japonés al darse cuenta lo trajo en sí, impidiéndole cualquier jugada.
Por otro lado Jay C, ya quería perderse como fuese de allí, Altin y Plisetsky no se quedaban atrás, acaparando sin permiso algunos los revólveres del bando contrario y derribándolos de su periferia. Una de las salidas alternas fue embestida por parte del gánster, como si dispusiera de la fuerza de tres hombres en uno, sus pisadas no se detenían y la balacera al fin pudo exteriorizarse de esa prisión camuflada porque los refuerzos de los Kazumas como los del F.E.G.I y del F.P.J tenían una lucha constante. Las sirenas no paraban de sonar, el ruido ensordecedor de los disparos zumbaban por doquier y los alaridos de los pocos civiles del lugar, aquellos que buscaban protegerse, esconderse e incluso abandonar la contienda en la que fueron involucrados sin ser avisados se manifestó en una gran avalancha de caos.
—¡Quítate! —En medio de la confusión una motocicleta pasaba por el lugar y Jay C, interpuso su brazo duro, bajando violentamente al dueño, tomando su moto y salió disparado del sitio.
—¡Mierda, Beka se escapa!
—¡Eso lo veremos!
—¿Espera, qué vas a hacer?
Frente a Altin ha de venir otro vehículo de la misma procedencia. Sacó su arma apuntando al conductor con esa mirada de soldado.
—¡OFICIALES DE LA F.B.S, DETENGA EL VEHÍCULO!
El civil tambaleó y por poco pierde el control al detenerse. Altin muestra su placa, indicándole las ordenanzas, se subió sobre la motocicleta y Plisetsky queda algo abstraído por la acción.
—¿Vas a subirte si o no? —La orden de su jefe lo trae a conciencia y de un brinco se ha puesto en el asiento trasero.
—¡Dale con todo y vamos por ese hijo de perra, Beka! —Fue la respuesta del Cabo Primero ruso al calibrar su arma o rodear con uno de sus brazos el abdomen bajo del subteniente Kazajo, quien apretó el acelerador generando un gran estruendo en el motor y en contados segundos dio ruedo a una impresionante persecución.
Jay C, pensó haberles perdido. Sonreía cual desquiciado, hasta que los disparos provenientes de uno de los dos malditos Oficiales (aquel rubio de ojos verdes en lo que su compañero conducía con mucha velocidad) le derribaron una vez más ese umbral de triunfo en su cara. Sorteó con apuro cada balazo que rechinaba en la infraestructuras de acero o que se incrustaba en las maderas, la gente despejaba los caminos a esos aparatos sobre ruedas que sin premeditar, se han desviado por una rampa alta acelerando más y más con el final de ambos saltando, tomando un gran vuelo y acercándose a la entrada/salida de la Aduana.
En esta había un grupo de reporteros que provienen de distintas localidades televisivas y siendo Minami Kenjiro el corresponsal predilecto de la TV-Asashi para llevar a cabo la nota informativa para su empresa en vivo junto con su equipo, debieron parar para poner a salvo sus vidas o sino ese Yakuza se los lleva por delante al aterrizar.
—¡FUERA DE MI CAMINO, IMBÉCILES! —Ha de gritar Jay C. sin perder el ritmo de su escape.
—¡ABRAN PASO, MALDICIÓN! —Yuri iba en el mismo arranque, a pedido apoyo de patrullas que le colaboren con la captura de ese infeliz en lo que Otabek esquivaba con agilidad a los civiles para no provocarles un accidente.
Minami reconoció a los chicos, eran del equipo principal de las divisiones de su heroico jefe favorito de la ley, Katsuki Yuuri… Y el que esos estuvieran aquí, quiere decir que posiblemente el T.C dirigiera la franja mortal. La voz del presentador y periodista Moroka desde su comunicador personal fue lo único que sacó de trance al chico de cabellos rojos y rubios, aún seguían transmitiendo al aire y él sacudió su cabeza con fuerza para ponerse a tono.
—¡¿AH?! ¡SI! ¡SI! ¡SI! —Carraspeó un poco y habló—. ¡Noticia de última hora! ¡Tenemos imágenes exclusivas de lo que parece ser una persecución por parte de las autoridades del F.E.G.I a uno de los criminales que armaron la emboscada de esta tarde en la Aduana principal de Shibuya¡ ¡y no estoy muy seguro! ¡Pero probablemente se trate de uno de los tres líderes de los denominados «Kazuma»!, ¡Nosotros intentaremos seguirle el paso para ver en que concluye dicho suceso! ¡Hasta aquí mi reporte, Moroka-San!
Minami dejó al reportero auxiliar con los camarógrafos de bajo nivel en ese punto acordando con ellos que informaran lo acontecido en la Aduana mientras él se llevaba al camarógrafo jefe como la furgoneta que les transportaba yendo directo al acecho de los chicos del F.E.G.I vs el fugitivo, necesitaba narrar los hechos. Ambas noticias transmitidas en simultáneo, llegaron a los hogares Shibuyenses y lamentablemente a oídos del plantel en la T.S.P.A y del F.E.G.I. Estudiantes académicos, directivos, y oficiales de todos los rangos miraban con horror la escena y si hablamos en el caso de Guan Hong, Isabella Yang, Mila Babicheva, Georgi Popovich, Sala Crispino con Emil Nekola, al ser ellos de los más aproximados a sus jefes de línea como compañeros que disputan su vida como tal, les llenó de una afligida impotencia. Michelle Crispino no se intimidó y priorizo los requerimientos actuales.
—¡Nekola!
—¿Mikey? ¡Digo!… ¿Sí señor?
—Comunícate con nuestra división y que se reúnan en cuatro minutos en el patio principal, Señorita Yang, prepare varias brigadas de salud lo más rápido que pueda, ellos nos necesitan.
—¡Nosotros también iremos!—Los chicos del E.E.I se manifestaron.
—¡Yo también iré! —Habló la Agente Oficial china.
—Igual. —Secundó Seung Lee, sin tanto protocolo al moverse de su sitio y fumar de su cigarrillo—. Ese Latino que tengo por subordinado es un inepto que siempre me da dolores de cabeza y no puedo permitir que mi mejor Agente Oficial pierda la vida por culpa de él.
—¡DETECTIVE LEE! ¡NO DIGA ESAS COSAS! —Guan le reclamó con vergüenza y el coreano solo dio otra calada para expulsar ese humará blanco de su boca.
—¡Bien Señores!, ¡Ya me oyeron! ¡A trabajar! —El capitán Crispino los puso en cintura y todos fueron al punto acordado, puesto que los minutos cuentan y sus amigos más que nunca los necesitan.
Para empeorar lo sucedido y si nos regresamos a la bodega, Phichit con múltiples golpes o heridas en su entelequia (y más en su brazo izquierdo debido a la dura contienda con Raven), corría desesperadamente buscando a Yuuri y los demás. Dio la orden a todos de salir de ese lugar, pues en su lucha contra ese individuo, la cual se oscureció por agentes externos además de la interversión del Fedérale resultando más herido de lo que estaba por impedir que jodieran a su Capitán tailandés de manera deshonesta y a raíz de eso, debió dejar escapar a ese tipo no sin antes de enterarse de varias cosas. Sin mencionar, que los muy malditos ya habían activado un protocolo de volar en pedazos aquel lugar por su fracasada misión (Lograron trasladar gran parte del dinero o la droga expuesta y era mejor eliminar cualquier implicación.) Los nuevos refuerzos ayudaban a los pocos heridos a salir, entre esos a Jean y Leo quienes quedaron al cuidado del escuadrón y compañía. Vicky al saber aquello pretendía ir por Yuuri a si fuese contra viento y marea pero Phichit no la dejó y le habló con un acérrimo carácter para atribuir su autoridad.
—¡Tienes prohibido ir allá! ¡Yuuri se descontrolaría sí te ve allí conmigo!
—¡PERO HAY QUE SACARLO DE ALLÍ! —Se angustió por completo. Sus ojos azules lo reflejaban—. Él… Él está solo y con ese hombre, Phi… De-déjame… ¡¡Déjame ir contigo!!
—¡ES UN «NO» VICKYTORIA! —Le dolió ser severo. No había otra forma para hacerla entrar en razón, coordinó con Himura que se adelantaran mientras conversaba con ella más calmado—. y aunque quisiera, no estas preparada para este tipo de situaciones. Sería irresponsable de mi parte llevarte a la boca del lobo. Todo estará bien, pequeña…—Trató de aplacarla—. Yo te prometo traer al terco y amargado de tu jefe «cari-bonito» conmigo pero por favor, hazme caso. Ve con el resto, ¿sí?
—Está bien. L-lo haré. —Cedió ante las palabras conciliadoras de Phichit—. ¡Pero júrame que tú y Yuuri saldrán de aquí pronto! ¡Porque si ambos demoran, me valdrá un comino sus regaños, no dudaré en buscarlos y pueden apostarlo!
—¡Lo prometo, pequeña Vicky! ¡Nos verás de regreso! —Le dio una abrazo cortó y fugas comprendiendo el miedo de esa dulce señorita por ambos y más por el Teniente Coronel.
No le fallará a su subordinada rusa. Lo traerá de vuelta así sea en una volqueta y le dará sosiego.
Phichit tras convencerla y al adentrarse por los pasillos re-encontrándose con los oficiales ordinarios e imperiales, incluyendo al propio Himura para rastrear a Yuuri como sea, el comunicador del japonés se encontraba averiado al igual que el microchip de Gps incrustado en su traje. También pensó muy sus adentros mientras su improvisado equipo se desplegaba, de que su amigo tiene una suerte de dioses por contar con el apoyo genuino y sincero de Vickytoria, esa niña era un ángel en muchos sentidos cosa que le robó una sonrisa.
Sin embargo, aquella circunstancia permitió que se cuestionara por segundos sí Katrina estaría igual o más preocupada por su bienestar así como lo ha hecho Vicky por Yuuri (aunque fuese de manera inconsciente, Vicky es despistada) ya a estas alturas, la emboscada estaba siendo televisada por las cadenas comunicativas y algunos agentes han podido reportarse con sus familiares a través de sus dispositivos telefónicos, más ninguna vibración, mensaje o intento de eso había pasado por su aparato.
—»Tal vez Chris tenga razón en decir que… Yo soy el único que rema contra la corriente en mi relación o tal vez estoy especulando demasiado» —Caviló para sí con ese fortuito decaimiento, pronto se sacudió esos pensamientos negativos por la debilidad del momento, y se puso a la par con Himura y sus chicos. Luego se planteará mejor las cosas, debe buscar a Yuuri.
Tenían que hallarlo así les tocara ir a lo más alto de esta bodega o que eso implicara toparse con enemigos en el camino, como el propio líder del Clan, Akon «El Loco» Kazuma, que por cierto, yacía su propia batalla contra el Comandante de Línea y Teniente Coronel, Katsuki Yuuri.
El problema era: ¿En cuál de las tantas zonas del tercer piso estaba ese japonés?
Continuamente, Los brutales impulsos empleados en la Katana ancestral atacaban sin cesar a los 4 hombres que protegían inútilmente a su jefe. Para Akon fue inevitable seguir corriendo y pronto, en la última zanjada, el hombre de tez negra desequilibró al asiático.
—»¡¿Pero?!» «¡¿Qué demonios?!» —Pensó por un segundo y pasmado ante lo que sus pupilas absorbieron.
Sxf: ¡STANG!
El susodicho recibió en sus manos la ofensiva directa de su adversario y que si bien, en apariencia se ven como las de un humano cualquiera, en pleno combate adquirieron la figura de garras biónicas estilizadas. Yuuri zafó su katana, dio medio giro creando otro corte y de paso con intención que él se alejara. El kazuma se protegió e intercaló sus técnicas llegando a generar líneas rojas o heridas de menor importancia en el cuerpo de Yuuri, claro él hizo lo propio apostándole la misma causa y lesiones al contrario.
—Preciosas, ¿no? —Se alagaba así mismo con prepotencia y generaba golpes rápidos con ellas. — ¡Están hechas a la medida! —Otro más en de modo frontal, Yuuri saltó hacia atrás y el impacto lo recibió la superficie de concreto haciendo un hueco.
La situación no lo dejaba digerir la nueva revelación, Akon fluía veloz en varias direcciones buscando un punto de quiebre para joderlo y Yuuri a duras penas podía responder con bloqueos de su katana. Es decir, era casi que salido de una película de ciencia ficción, ¡Pero no! Él se encontraba allí, frente a un atípico criminal que voló toda barda de la realidad sugestionada en primera instancia. El desplante continuaba y Yuuri sentía los arropes o bloqueos de su retador, el asume el calor de los metales chocándose unos con otros, de apreciar el perfil alucinante o enloquecido de Akon y que se moviera a un ritmo descomunal, a pesar de su constante disposición; de infringirse ardor retorcido en las pieles, Akon y Yuuri no desistieron.

Dos secuaces aparecieron de la nada en contra de Yuuri, se defendió de ese par mandándolos al infierno pero no fue precavido, porque Akon atestiguando el descuido de su mayor rival; en su vil astucia, arremetió hacia su rostro usando sus nudillos, Yuuri se repuso esquivando el próximo golpe que iba a su costilla y Akon agarró una parte del filo de su katana, ha tironeado de ella obligándole a juntarse hacia él y…
—¡Te tengo!
—¡¡¡AHHHHGGGG!!!
Las estocadas han desgarrado con crueldad el hombro y parte del pecho derecho en Yuuri. Eso pudo ser más grave de no ser que el japonés amagara por inercia. No obstante, dicho ataque llegó y su movimiento al dispersarse fue tan violento, que terminó de bruces al suelo y perdiendo su katana en el proceso. Akon con esa mano ensangrentada, saboreo con gusto su hazaña a lamer la «marca de guerra» con descaro instaurado en su enemigo, la sangre caliente a través de su garganta fue prueba de ello. Pensó que un golpe de esos sería suficiente, aunque al instante…Su rostro se desencajó.
—No…can-tes, victoria. —Mencionó el japonés.
En el pasado Katsuki Yuuri, ya ha estado al filo de la muerte y en momentos así, es cuando su cuerpo por muy lastimado que estuviere se pone a prueba sacando a relucir su increíble resistencia. Resistencia de la que él no podía abusar, porque a diferencia de un simple roce de bala mal disparada o cualquier otra arma, lo usado por Akon le dejó en un mal estado y el sostenerse con ese malestar punzante le jugaba en contra. Su mano izquierda la posó en la herida y aunque aún no se reponía del todo, su expresión por muy adolorida que sea no perdía su guardia de guerrero.
Una que Akon no le esperaba ver, y que de alguna manera era desafiar su poderío como mandato, ese oficial debería estar pávido y no lo había logrado, sus estribos se esfumaron al iniciar carrera, pegando sus garras al suelo y a medida que avanzaba iba levantando parte del concreto y terminó con un movimiento hacia arriba procurando que varios bloques de ese material por la fuerza causada salieran disparados en dirección de su adversario. Yuuri con mucho esfuerzo o quizás por su estado más alerta, pudo protegerse detrás de las columnas de metal, un trozo de estos se hizo añicos y los más pequeños cayeron cerca su rostro y llegaron a picar parte de su mejilla maltratada. Deslizó su peso dejándolo caer al piso, y su respirar fue frenético además del flujo de sangre que poco o mucho iba derramándose por sus agitaciones. Tenía que hacer algo, estaba obligado a salir de ese lugar.
—¡¿Piensas esconderte para toda la vida, Bastardo?!
Ladraba Akon al retirarse parte de la sangre en su labio partido producto de las golpizas de Katsuki. Caminó hacia los cuerpos sin vida de sus lacayos y vio que uno de estos tenía un revólver sin usar, lo agarró con su mano (ahora en su figura humanizada) y al ver que aproximaba su cabeza por el borde que le protegía, realizó un disparo, Yuuri lo eludió.
—Me has metido en muchas trabas con mis clientes destruyendo mis mercas y mis negocios. Debo admitir que eres muy bueno. Malditamente bueno, policía. —Admiró con indiferencia su esfuerzo—. En el tiempo que llevo ejerciendo mi oficio nunca tuve fallos, e incluso cuando mis «promotores» me ofrecieron este «regalo» —Se tronó la garra sobrante sin reserva—, jamás tuve necesidad de emplearlos, pero contigo las cosas son «a otro precio» y ahora tengo otra razón más para acabarte ya que lo que has observado es en parte, «confidencial»
En lo que Yuuri reñía por vivir o que regulaba sus pulmones entre respiro y respiro porque le costaba o era muy desgastante, solo tenía un interrogante que arremolinaba en su cabeza: ¿Con quién carajos se estaban relacionando los Kazumas?
Para el joven Superior quedó bastante obvia la nueva-vieja pista develada, eso le confirma variadas sospechas que colindan en parte con el viejo caso clasificado. Los grupos armados que enfrentaron en su momento apuntaban a algo parecido pero no pudo concretarse del todo, y al parecer los Kazumas avanzaron en su propuesta dejando de ser un «Clan Yakuza del común»
Yuuri trataba de organizar sus ideas en medio de su agitado embrollo. Si no consigue calmar sus ansias o pensar bien sus aciertos, le jugarían una mala pasada. De no cuidarse podría salir perdiendo antes de poder buscar la bien merecida «justicia». No deseaba morir en manos de ese desgraciado, definitivamente no lo desea y no quiere provocar un dolor tan mísero como la ausencia y el duelo de un ser querido por primera vez en su sobrino o revivirlo en su rebelde Oficial.
Akon solo parloteaba al sostener el revólver y descargaba cada cuanto una bala con satisfacción porque él se sentía como un depredador que había ganado por anticipado a su presa. Yuuri lo evaluaba… Él sujeto era fuerte pero pudo notar que es de los que se le infla su ego al creerse con el control absoluto o de verle sus brotes de ira cuando le llevaban la contraria. Versión que ha de constatar por lo mencionado por Vickytoria meses atrás cuando se vio apurada en algo similar y logró salir a salvo y de milagro de sus intenciones.
Con esa balanza, el zorro japonés ya tiene una vaga idea por donde caerle, y que de funcionar, tal vez se salve.
—¡Ya deja de alargar tu maldita existencia! ¡Si es que eres inteligente, sabes que no puedes ganarme! ¡Estás en mi puta zona, solo, sin refuerzos y disfrutaré volarte la cabeza con el plomo de mi siguiente bala!
El Kazuma se deleitaba y esperaba reacciones adversas, pero el policía le sorprendió soltando una risa débil. ¿Ese cabrón tiene que estar bromeando?
—Tendrás… Que hacer m-mucho más que darme tiros….P-para…A-acabar conmigo. —Fue irónico. Seguía riendo de modo reservado (pese a que doliera su cuerpo) y repugnó por completo a Akon haciéndole coger una malversada incomodidad.
—¿¡Huh?! ¿Bromeas? —Fingió no afectarse ante ello, aunque era lo contrario—. ¡Si yo quisiera te jodería con mis propias manos! —Le apuntaba con seriedad.
—¡Entonces, hazlo! —Yuuri lo ha retado golpeándole por lo más bajo en su orgullo, incluso salió de la columna que le cuidada con mucha dificultad a paso lento e intentando no tambalearse—. Sí tanto… dices ser lo que eres, o creerte un grande entre grandes porque se te llena la boca de jactancia, bota esa porquería, sé un hombre y hazlo con tus propias manos. ¿Qué esperas? —Él quería mover ese espíritu altanero y autosuficiente en Akon, desesperarle, cabrearle, que cometiera un error donde supiera cuándo y cómo asestar su golpe en el momento indicado…
—¡No me busques, gusano! —Dio su respuesta. Akon se estaba enervando cada vez más.
—¿Eso es todo? —Bufó en burla. Yuuri lo estaba consiguiendo al recordarle sus fallos de modo nefasto—. Mírate… ¿No se supone que eres el gran líder Kazuma?, solo veo a un «patético» e «inútil» basura que no fue capaz de eliminarme.
—¡Cierra la boca!
—¿Aunque no sé para qué te insisto?, si tampoco pudiste terminar con la vida de alguien insignificante como la de una novata que te dejó un lindo «recuerdo»
—¡Ya dije que cerraras la boca!
—¡Un Yakuza real lo haría por sí mismo! ¡ESTOY ESPERANDO, AKON!
—¡QUE CIERRES LA MALDITA BOCA!—Soltó el arma, se abalanzó hacia Katsuki tomándole por el cuello y con una sola mano.
Al no medir su fuerza por la ceguera de su rabia, lo llevó a un extremo, y acabó rompiendo unas de las ventanas de ese lugar. Un jadeo intenso salió de la boca de Katsuki cuando sintió su espalda colisionar con ese cristal o revivir el agudo padecimiento en sus heridas más graves. El sonido de los vidrios quebrados llegó a oídos de Chulanont, de Himura o los demás y como estaban a unos cuantos metros, no perderían nada si revisaban el punto donde provino el estropicio.
—¡Ya me tienes harto! ¡No eres mi maldito padre! ¡Tú no eres nadie! ¡Tú no me dices que carajos o coños hacer!—Akon levantaba poco a poco el cuerpo de Yuuri a su vez que le apretujaba la tráquea en el aire.—¡YO TENGO EL PUTO CONTROL AQUÍ, POLICÍA DE MIERDA!
La sensación de ahogo, el sangrado y poco oxígeno a sus pulmones lo mareaba, pero el japonés no dejaba de mirarle fijamente a sus ojos repulsivos con el pretexto de aparentar fortaleza y azotarle con causa (algo que ya había logrado) en lo que maquinaba su siguiente jugada «práctica»
Solo tenía que resistir un «poco más» y con esa anotación que trajo el Yakuza en su»discusión» al salir a la intemperie, acercarlo a una baranda que daba al vacíoantes de encestar el golpe final con su garra letal…
—¡Una vez que te elimine iré por la chica policía, y la haré «mía» las veces que quiera!
—¿Ya…te… lo dije antes, no? —Yuuri lo encaró en medio de su agónico fin—. So-Sobre mi cadáver jodes a «mi» Oficial.
—¡ERES UN…!
Y el portón es tumbado entre todos los oficiales después de que Phichit con sus hilos trazara varias líneas donde dejó continuos localidades frágiles haciéndoles el trabajo más sencillo a sus colegas al momento de patearla. Eso distrajo al Yakuza, Yuuri aprovechó el instante, accionó enterrándole una buena estaca de vidrio roto que había recogido y camuflado cuando Akon ya no tenía lucidez por estar pendiente a otras cosas que en su alrededor. Optó por punzarlo en el pecho e incluso lo rastrilló hacia abajo causándole un alarido terrorífico. Lo sacó, lo ha clavado nuevamente por un costado de su costilla y luego por ese lado destacado su mejilla izquierda, para recordarle la «vieja jugada» hecha por su Oficial.
—¡YUURI / T.C KATSUKI! —Gritaron Chulanont y Himura yendo lo más rápido posible con él
En ese instante Akon lo había soltado y Katsuki obtiene una mala cruzada saliéndose de la baranda. Los demás contenían la nueva ofensiva que les cayó de la nada.
—¡SI YO CAIGO, TÚ CAES, «PERRO INFELIZ»! —Yuuri no se quedaría con esa.
—¡Carajo! ¡Suéltame! —Akon no pudo reaccionar.
El astuto Teniente Coronel como pudo, se agarró por los ropajes del enemigo, y si va morir ese maldito irá con él. De igual modo, Akon se fue para atrás no sin antes tomar una de las cadenas que estaban sujetas como enganche de seguridad del sitio de tal de manera que ambos, quedaron colgando de ella. La inercia con la que esa «liana» improvisada se meneaba de un lado para otro era vertiginosa y el líder intentaba sacarse a pisotones la sanguijuela que tenía aferrada en su pierna izquierda, le gritaba que le soltara y no escatimaba en lastimarle en donde fuese.
Chulanont espero a que la cadena ganara altura, en la justa utilizó sus hebras calibrándolas en modo nylon o fibra texturizada para evitar cortes innecesarios y así atrapar a un objetivo, a Katsuki. Este acierta enrollándose en parte de la cintura y piernas del japonés viendo que su resistencia flaqueó cediendo el agarre inicial al separarse de Akon. Himura y uno que otro oficial sostuvieron con rudeza al capitán con la intención que no perdiera su equilibrio al momento que el peso contrario fuese en bajada por la gravedad.
Akon se centró en su escape, quedando por fuera de la mira microscópica de los oficiales al estar pendiente de su jefe. Posicionó sus piernas a medida que la cadena iba de regreso cuesta abajo y chocó con una ventana quebrándola por completo, se soltó de ella y tuvo suerte de aterrizar encima de varias envolturas de tela industrial u plástico que amortiguaron su caída. Claro las punzadas lo dejaron sin aliento del martirio que sufría, pero no era tiempo de lloriqueos. No pensaba quedarse ni un segundo más en este lugar.
Al fin pudieron subir a Yuuri a tierra firme, Himura terminaba de obrar las direcciones, de confirmar que no hubiese civiles cerca y de constatar que nadie de sus muchachos quedará dentro del perímetro. Phichit socorrió a Yuuri al verle la sangre derramarse por su cuerpo y perdió algo de su envestidura comportándose como su encaprichado amigo, uno muy agitado y enojado con el cabeza dura que tiene por jefe y casi hermano menor.
—¡¿En qué rayos pensabas?! ¡Estás hecho un desastre!
—Lo siento, Phichit, tenía que hacerlo… —Katsuki sonreía un tanto débil, sin embargo los quejidos (un tanto reservados) llegaron a oídos de Phichit—. E-era yo o que mis Oficiales m-murieran en manos de ese tipo.
—¡Yuu! ¡Yuu!, ¡espera!, ¡ni se te ocurra hacerme esto! —Asustado y nervioso por la gravedad de su amigo, pues el sobresfuerzo como la pérdida de ese líquido rojo le pasaban una factura de muy alto costo—. ¡Ya… Ya… Ya te sacaremos de aquí!, ¡¿Oíste?! ¡Y será mejor que hagas alarde de tu cochina resistencia! ¡Amargado! —Chulanont ha pedido a los demás que fueran ágiles con los pocos matones que restaban para retirarse de ahí.
—Hey… tranquilo. Yo aún sigo aquí.
—¡Más te vale! —Debía aguantarse las ganas de llorar en medio de su voz temblorosa—. ¡Porque yo no puedo solo con la furia de Felstman, con el F.E.G.I o la T.S.P.A y el mini-Katsudon necesita a su tío regañón en casa cuando regrese de Hasetsu con Mary!
Eso hizo reír con desgane al prospecto de japonés moribundo que tiene bajo su manto, Yuuri, jamás dejaría solo a su pequeñín.
—¡Y también le prometí a la conejita traerte con vida o sino me matará! —Dijo eso ultimo para distraerle sus dolores y mirándole con camaradería.
—Ella… ¿Ella está bien, verdad? ¿Vicky-san está bien?
—Si Yuuri… Ella está bien, pero bien preocupada por ti, así que prepárate para los peluchazos que esa conejita te dará en la nariz y con toda la razón.
—Me…alegra…s-saberlo…
—¡¡YUURI!! YUURI!! ¡¡AMIGO!! ¡¡MALDICIÓN, DESPIERTA!! —Phichit pensó lo peor, le tomó el pulso y al notar el ritmo acompasado en el japonés o darse cuenta quedó inconsciente, él esperaba que no fuese demasiado tarde.
—Señor Himura, el perímetro está despejado y asegurado.
—¡SE DEMORARON DEMASIADO! —El Oficial Jefe manifestó su intranquilidad.
—¡SALGAMOS RÁPIDO DE ESTE MALDITO LUGAR! —Y con un grito desesperado, el Capitán da la orden final de retirada.
Todos, absolutamente todos, lograron liberarse de ese lugar infernal y a los pocos minutos (aproximadamente cinco eternos minutos) de haber evacuado una parte de las instalaciones explotaron tal y como había anticipado Chulanont. La cruzada continuaba fuera de la zona afectada, la división de Crispino, quienes llegaron a darles un respiro a sus colegas y auxiliares lo más que se les permitiera entraron en escena. A sabiendas de ello o que era inútil seguir en esa locura, los pocos enemigos que sobrevivieron alegaron su abandono y completa rendición y esos capturados (dentro de ellos, al funcionario jefe de seguridad de la aduana que se prestó para tal bajeza) eran llevados a la penitenciaría…
El personal facultativo entre enfermeras, paramédicos, auxiliares habían trabajado a toda máquina, cuando las brigadas de Salud llegaron a la zona afectada. Se dispusieron a revisar en las carpas a los heridos de menor cuantía y póstumo a eso, aquellos casos de gravedad; la Médico Jefe, Isabella Yang, ordenó enviarlos a tres hospitales de mayor nivel.
Leo, Yuuri, Jean y quince pacientes más, los distribuyeron equitativamente en esos espacios que cuentan con los requisitos que Yang estipuló. (Además, ella buscó que los tres oficiales quedaran en un mismo lugar) Existen variedades de hospitales: Primer, Segundo y Tercer grado, siendo su asistencia de menor a mayor complejidad. La tecnología, la aparatología y la farmacología adecuadas como el protocolo de emergencia indican que el traslado de los chicos fuese de inmediato aunque con Katsuki hubo complicaciones.
De los tres era el más delicado y debieron estabilizarlo primero en las carpas provisionales, Phichit comandaba a cada Oficial para que colaboraran en la tragedia o en despejar el camino para que la ambulancia pudiese estacionarse, sin embargo, lo peor no era ese recargo en sus hombros. Lo peor era que él fuese el encargado de comentarle la novedad la joven rusa Oficial, de que ella presenciara por sus iris azules la imagen tan frágil de Yuuri, con respirador manual, herido, descamisado e inconsciente, sin contar con el apure de los paramédicos que realizaban su rutina en la camilla que sería ingresada dentro de la ambulancia.
—«Yuu….ri»… —Su mente tiene grabado su nombre pero su labios no podían articular nada.
Esa escena hizo que el corazón de la rusa se desmigajara, hizo que su rostro adquiriera miedo, hizo que temblase por los múltiples cuadros que llegaron en su cabeza, y de lo que podría pasar a futuro si Yuuri, no se recuperaba…
—Yuu…ri… ¡YUUUUUURI!
—¡Vicky, espera…!
—¡Suéltame!, ¡Déjame ir con él! ¡Tengo que estar con él! —Forcejeaba en medio de sus lágrimas.
—¡Cálmate, por favor! ¡Él estará bien! ¡Es fuerte! —Para Phichit no fue fácil, para nada fácil sortear la tragedia pintada en esa pobre muchacha…
—¿Pero que no ves que él… Él nos necesita?… ¡Él…! ¡Yo…! ¡Debo estar con él!
—Eso lo sé, ¿Acaso quieres que lo primero que él vea sean unos ojos azules preciosos muy hinchados de tanto llorar? —Retiraba con dulzura las gotas restantes de su rostro.
—Yo…nunca debí desearle esas cosas en la oficina al enojarme en mis caprichos… Y… Y c-cuando lo dije no p-pensé que algo así su-sucedería… Y-yo…Aham… Yo…Yo no quiero que muera… No quiero….—Vicky no guardaba sus sollozos y de modo inútil sus torpes manos se arrinconaron a su fino perfil amilanado.
Phichit busco mil y mil formas de apaciguarla y explicarle que eso no tenía nada que ver, que no era su culpa, que por azares del destino nadie estaba preparado para un acto como esos y no por aquello quiere decir que ella le buscara un mal cuando sabe que lo dijo en su simple y franco reclamo infantil.
Que ciertamente él, sí se encontraba inconsciente producto de la emboscada y que era normal que estuviese así porque son los gajes del oficio. No siempre se gana y eso ella debía comprenderlo.
—Somos Agentes de la Ley y lo que hacemos siempre será peligroso, pequeña… Yuuri suele mencionártelo. Incluso para personas experimentadas como nosotros. Un día salimos ilesos, en otras lastimados. Lamentablemente a Yuuri le tocó pasar «ese» impase, yo tampoco salí bien librado. —El brazo malogrado y la crin vendada en Phichit aterrizó a la mujer que tiene a su frente—. Nos tomaron por sorpresa y que de no ser por tu oportuna intervención y la del señor Himura con su equipo, pudo ser peor…y lo sabes. —Le sacudió sus mechones enfatizándole esa última mención y Vicky al escucharle aquello, sintió como el aire se ponía denso de solo pensarlo. Phichit lo percibió y repentinamente le cambió la tónica obscura a una más clara.
—Aunque hay algo que sí puedo decirte con seguridad y es él tiene mucha fortaleza como resistencia, así que cuando despierte lo recibiremos con un cálido abrazo y después si quieres, lo golpeas con tu peluche o le reclamas todo lo que desees por ser tan necio y hacer las cosas solo.
Puede que para los demás Yuuri sea un superior, puede que sea muchas cosas, pero Phichit sabía muy bien que para ella, esa dulce jovencita a la cual trataba de consolar, aparte de ser su jefe y maestro también era su amigo, su primer amigo, uno demasiado especial y quizás, ahora mismo sea la persona más importante en su vida por la interacción que ambos les une desde sus pasados entrelazados y nuevamente en su vorágine actual.

Hospital central de Shibuya – (Tokyo / Japón)
Mayo del 2017 – (Misma noche)
Después de realizar el retorno en los diferentes hospitales, cada paciente fue atendido. Yuuri de inmediato lo llevaron directo al quirófano, suturar sus heridas no fue una obra divina, tuvieron muchas dificultades en esa trayectoria y cabe destacar que el paciente ya tenía signos en su estabilidad corporal que no fueron favorables. Las fisonomías anónimas, escondidas detrás de sus batas blancas, del frío metal esterilizado y con el antiséptico a la mano, yacían fervientemente su labor. Los segundos pasaron a minutos, y tiempo después se convirtieron en tres largas horas de intensa adrenalina.
Los del E.E.I y de la FBS acompañaban a Isabella y Jean en unos de los dormitorios. Leo era su compañero de cuarto, a su lado estaban su hermosa oficial china, el checo grandulón y el Detective-jefe coreano. Según la novedad, ese par deberán guardar reposo por un periodo más corto, se hallaban contentos por ellos más faltaba el veredicto de alguien más, la su jefe de línea principal. La felicidad no podría estar completa si no se tenía una noticia concreta, ellos no podían permanecer más tiempo en el lugar pero Altin y Plisetsky en un mudo acuerdo se quedaron en la sala de espera hasta que al menos, algún doctor apareciera con buenas nuevas, de modo que avisarían a los demás.
Un tanto más retirados del grupo, el capitán Chulanont mantenía a su costado a esa pequeña conejita que de tanto gimotear parecía un animalito desamparado, le brindaba reconforte en ese gran mueble semi-rustico de color blanco, aunque al llegar al hospital le tocó abogar por ella ya que por ser una menor de edad (en términos legales) no se le permitían estar ahí hasta esas horas.
Claro, su condición de Oficial ayudó mucho en la situación y el Coordinador dio el aval de su ingreso.
Yuri y Otabek estaban a un par de metros de ellos, (ya habían pasado por el canadiense o el mexicano) y reclinados encima de las paredes, pensaron que el tiempo se hacía eterno, sobre todo en Yuri por su falta de paciencia. Su vista de jade iba entre el reloj de leopardo o en el perfil demacrado en su compañera y Oficial rusa, ella no había probado bocado de las botanas que le dio, Phichit intentó hacerla comer y se rehusaba por completo, tampoco se había cambiado de ropa, estaba muy descuidada como inmersa en su lamento y todo por culpa de cierto «cerdo» que tiene por jefe.
—Ese cabrón… ¡Más le vale que salga con vida de ese quirófano o yo lo revivo a punta de patadas! ¡Ya quiero irme a casa! —Chasqueo su lengua en su rezongar pero también había un trasfondo en ello que Otabek, supo interpretar y sonrió—. ¿Huh? y ahora qué mosca te pico o qué? —Siguió el rubio con esa actitud arisca de siempre.
—¿Dices eso por decirlo o porque ya no deseas ver así de triste a tu «pequeña hermanita», Yura? —Sacó a relucir esa nobleza el Kazajo de Yuri, cosa que confirmó por el sonrojó malhumorado que obtuvo en sus mejillas.
—¿Haaah? ¡Ni siquiera es nada mío como para preocuparme! —Mintió, su pareja sabe de sobra la buena amistad y casi hermandad que lleva con esa chiquilla, solo que Yuri es poco expresivo y jamás aceptará algo como eso en público—. ¡Estoy aquí porque ustedes no se han dignado a regresar!, ¡Esa conejo no dejará de llorar sí el “enano-práctico” no se recupera y aun me duele el trasero por haber recorrido media ciudad en una moto corriente por culpa de ese maldito “negro- gringo-japonés” de mierda con cara de gorila!
—Sí claro… ¿Así como mandaste a la mierda a esos imbéciles porque «tu jefe» peligraba? —Otabek fue frontal sin cambiar su expresión serena, a lo mucho alzó su ceja dando a entender su punto.
—«¡Ah Shit!… «Eso»… —y otra vez los colores a Yuri se le subieron a su rostro de un modo peor que antes. El aspaviento no pasó por alto entre los funcionarios del recinto, Yuri apenado bajo su guardia como su voz y refunfuñó susurrandole al cara de piedra que tiene por superior o pareja—. ¡¡Esa es otra cosa, no empieces Beka!!
—Ajam… «¡Tocan a «mi» jefe y los quiebro! ¡Malditos perros! —El «mi» lo dijo con gusto—. Esas fueron tus palabras, ¿o lo negaras en toda mi cara, tigre? —Al fin le miró a los ojos cuando ladeó un poco su cabeza hacia su dirección.
—¿Sabes que puedo mandarte a la mierda por esto?
—No lo harás porque me aprecias y porque soy tu pareja. —Lo dijo confiado y una disimulada sonrisa adornó sus facciones, antes estoicas—Y tampoco puedes porque sigo siendo «tu» superior.
Yuri estaba perdido, gruñía de la vergüenza y maldecía en ruso muy en sus adentros por ser tan boca-floja. Acabó por cambiar su posición de modo brusco dándole la espalda a su jefe/novio, continuaba con sus desparpajos y ese color rojo en sus orejas que no accedían a desaparecer. Otabek no le siguió molestando pero no evitaba el que se sintiese amado, Yuri es y será la mejor elección que pudo tomar en su vida.
El reloj marchaba, los doctores caminaban una y otra vez cual títeres enlazados a un hilar, obedeciendo a las órdenes, casos y secciones. Por fin uno de ellos ha de detenerse y nombra en voz alta a los familiares o amigos del Teniente Coronel Katsuki, que hasta ahora su panorama ha sido incierto. Vicky, Phichit, Yuri y Otabek van con él y señaló que la saturación no fue de un abrir y cerrar de ojos porque el paciente tenía el pulso demasiado debilitado, además de una gran pérdida de sangre producto del trauma focalizado en su pecho u hombro; y acá les era el doble de riesgoso por los detalles mencionados.
Por suerte, ayudó mucho que el hombre fuese de una fisionomía muy resistente y que aquello fue, lo que les permitió avanzar con éxito.
Sumado a la situación clínica del paciente, debieron implementar una transfusión masiva. Esta difiere de una transfusión normal porque busca recuperar el componente sanguíneo en sesiones quirúrgicas donde el trauma o herida es de causas crónicas y consta de grandes volúmenes, lo que conllevaba a que sea un procedimiento largo como peligroso si se está en cirugía.
El doctor explicó que ahora mismo se encontraba sedado bajo los efectos de la anestesia, que debían observar su progreso durante las próximas 24 horas antes de definir algún nuevo movimiento o de trasladarlo a un dormitorio intermedio, entre tanto eso ocurría, el doctor sugirió que se turnaran en caso de hacerle guardia. A la voz de eso, Vickytoria pretendía quedarse, el ruso se negaba y el kazajo trataba de convencerla para que recuperara fuerzas.
Phichit por aparte, habló con el doctor para que le recetara algún medicamento o relajante que pudieran usar con ella y ponerla a dormir. Conociéndole sus impulsos no comerá o descansará como es debido por estar al pendiente de Yuuri y el Doctor accedió a la petición.
De algún modo hicieron que merendara algo ligero y en la bebida le introdujeron el sedante, a los diez minutos empezó a hacerle efecto y ella durmió como un angelito acurrucada en los brazos del ruso. Yuri expulsaba un vaho sentido sacándose el estrés acumulado, y no dejaba de mirar a esa niña en su regazo.
—»Eres demasiado problemática, frentona…» —Replicó en bajo y de mala gana al tiempo que acomodaba su mechón.
Pero la entendía. Él estaría en una forma similar si algo así le ocurriese a Otabek y al concluir ese miramiento, provocó que una línea curva se formara en sus labios.
También entendía perfectamente el cambio o choque emocional por la cual experimentaba porque eso acaeció en él hace un par de años atrás cuando era un crío aventajado en medio de las armas y la milicia rusa bajo el instructivo de quien es ahora su superior. Yuri no tiene que ser adivino para saber que la admiración, la rivalidad o el respeto que esa pequeña dice tener hacia Katsuki ya estaba pasando a otro nivel, que ella en sus despistes inocentes no lo comprendía y que si bien, podría darle un nombre, aún era demasiado pronto en la rusa.
Necesitaba cerciorarse y como quien no quiera la cuestión, estará al pendiente de sus comportamientos al igual que los previstos en Katsuki, que entre otras cosas, viendo que este es un zorro mayor que ella, que por momentos le ha visto uno que otro flirteo camuflado en su reservades hacia la ilegal; y que obvio, ella no lo vé como lo que es porque el japonés suele molestarla usando otros pretextos y al ser tan distraída no profundizaba la situación.
Plistesky no es ningún idiota y no permitirá que jueguen con sus sentimientos.
—»Espero y Katsuki no resulte ser un cretino con ella o se las verá conmigo»… —Resguardó parte del rostro empapado por las lágrimas de cristal y adormecido de aquella muchacha contra su pecho y que protegía como a una hermana.
Realmente quiere creer que ese «Enano» (como le dice) siga mostrándose honesto, de buenos principios y que no se aproveche de la conejita de hebras platinadas.

Hospital central de Shibuya – (Tokyo / Japón)
Mayo del 2017 – (días después)
Entre lecturas del pulso, toma de exámenes y revisiones constantes fueron primordiales en el Teniente coronel. Ya había pasado el periodo de riesgo pero aún no daba señales de querer despertar. Plisetsky en la noche que dieron el reporte de Katsuki les comentó como si nada al Capitán tailandés o al Subteniente Kazajo que tendría consigo a Vickytoria en lo que pasaba la incertidumbre. Total, la academia transitaba por un receso de clases, y por mucho que Emil o el capitán Crispino estuvieran al pendiente de Vicky, ella no les haría caso o les bailaría el “indio” e incluso podría descuidarse.
Fue razón suficiente para que Phichit considerara la propuesta del ruso y siendo él de carácter fuerte, Vicky deberá acatar sus órdenes. Aunque vaya forma de hacerlo… Ni espero aprobación o alguna sugerencia, el tigre tomó a la conejita durmiente en sus brazos y listo para marcharse.
—¿De manera que yo deberé informarle al General? —El hámster fingió drama y resignación pero bien que se reía—. Lo que no pudo hacer ese Kazuma de Rastas conmigo, lo hará Yakov cuando se entere.
—¿Quién mejor que tú para sobrellevar a ese viejo? —Lanzó con descaro el tigre, en voz alta y sin voltearse—. Bien sabes que tengo razón y si no lo hacemos, veremos a esa «conejo» deshidratandose o haciendo quién sabe qué cosa con tal de estar aquí.
—¿Eso significa que dormiremos en el sofá cama? —Otabek alzaba su ceja con una expresión tranquila, quizás porque nunca pensó observar a Yuri en ese plan de «hermano mayor y guardián» en lo que estiraba su cuello al realizar movimientos circulares—, ¿y asumo que la dejarás en nuestro cuarto?, hammm, y yo que quería relajarme a gusto en la cama.
Los siguientes dos o tres días, Phichit, Yuri, o Vicky se turnaban. Phichit solía estar en vela toda la noche, la madrugada o parte de la mañana, y al medio día o la tarde le correspondían al tigre y a la conejita. La situación estaba desesperando a la señorita de ojos azules, por más que le hablara a su amigo no reaccionaba, los médicos siempre decían que eso era normal porque sus heridas no fueron sencillas de tratar y ella en sus nobles pensamientos no hallaba la forma de frenar la realidad cuando el sobrino de Yuuri regresará de su recital y debiera toparse con la mala noticia.
No lo quería…
No se veía contándole esa tragedia a un ser tan pequeño y dulce como Yuuki.
Yuri veía asomos de tristeza o esos signos de que estaba casi por llorar por su decaimiento, él hacía acopio de su carácter sacudiéndole toda neblina o que alejara esos pensamientos y aunque a veces sonara algo brusco debía hacerlo o sino esa chica seguiría en sus lagunas. Era impresionante ver esa estampa tan opuesta y endeble en Vicky así mismo, tanto en su físico como en sus emociones.
Desaliñada, demacrada, para nada cuidada, o poniéndose de ropa cualquier cosa, no le importaba, ella solo quería a su jefe y amigo de vuelta, que le dijera cualquier cosa, que le molestara con eso de llamarle «Coneja o Zanahorias» en cualquier idioma, ella solo deseaba que estuviese bien y que saliera de allí, verle de pie…
—¡Pero al ritmo que vas, serán dos los enfermos y no uno! —La regañó fuerte al tiempo que Vicky escondía su rostro o abrazaba con congojo a Yuri.
El ruso nunca ha sido alguien útil con las personas cuando lloran en su presencia, tampoco es de tener ese tipo de contactos (a menos que fuese con Otabek) y su cara se debatía entre la irritación o la pena al no saber poco y nada sobre cómo consolar a personas tan consentidas como Vickytoria, la única acción que hacía era pasar su mano sobre la cabellera platinada o rezongar mientras exponía uno que otro ánimo muy a su manera botando maldiciones. Vickytoria no esperaba el gran discurso «bonito» siendo Yuri quien la sostenía en estos instantes pero al menos, lo intentaba.
—Yurockha…
—¿Hmm?
—Cпасибо. —Dijo muy suavecito, casi que quebrado—. Спасибо большое. —Ella le agradeció al dejarse ver y sonreírle tiernamente en medio de los cristales de agua que adornaban sus ojos hinchados.
—«Ok… creo comprender un poco al cerdo»… —Pensó que era demasiado adorable. Yuri estaba muy ruborizado aunque los gestos en su cara fueron un chiste y disimuló todo con su gruñona actitud. —¡TKS! ¡Sí! ¡Sí! ¡Sí! ¡Ya! ¡No es para tanto y ya deja de llorar que nadie se ha muerto! ¡Maldita sea!
La madrugada dio paso al amanecer, Phichit se restregaba uno de sus ojos con la mano derecha y bostezaba para sacarse el sueño, estaba sentado en una silla a un lado de la parte superior de la cama, Yuuri no cambiaba su semblante calmo aun si la intranquilidad reinaba en sus colegas. Ajeno a cualquier cosa y sin nada que perturbase su estatus. A veces su propia conciencia empezaba a escuchar de a poco la voz lejana en Phichit, y este le comentaba de todo, sobre su equipo o lo preocupados que están, sin mayor efecto. No obstante, hoy fue diferente… Porque el tailandés optó por decirle como se encontraba aquella señorita.
Le hablaba de su desánimo al saber que no abría sus ojos, le decía lo marchita que se veía o lo culpable que se sentía por haberle dicho esas palabras en la oficina sin saber que algo así los azotaría. Para ese entonces, Phichit residía acomodado en su sillón con la cabeza reclinada hacia atrás y con sus párpados cerrados, quizás con el fin de despejarse un poco; El subconsciente de Yuuri jugó su parte y un tanto desorientado, el japonés al fin recobró su estancia, abriendo de a poco sus ojos y lentamente musitando frases cortas llamando la atención de Phichit. Pese a la luz que atacaba sus pupilas o que el dolor le recordaba las heridas de guerra obtenidas en batalla. Verle allí, consciente de lo que hace, contentó en demasía al moreno y le rodeó con su brazo dándole gracias a Buddha por ese milagro.
El doctor que atendía a Yuuri le hizo un chequeo rápido quince minutos después de la buena nueva y como predijo, su letargo se prolongó ya que su cuerpo pedía recuperarse del agotamiento que sufrió por aquella emboscada. De allí a que demorase en despertar. Dialogó con el moreno sobre algunas indicaciones extras y le agradece. Al regresar con Katsuki, el japonés no puede evitar preguntarle lo mínimo.
—¿Hace….cuánto que estoy aquí? —Su cabeza le daba vueltas, se hallaba desorientado.
—Muchos días, Yuu… —Concretó aliviado—. Y créeme, me alegro muchísimo que al fin despertaras. Sé que eres de sueño pesado, pero con el ritmo que llevabas, pensé que… lo harías en primavera. —Bromeó e hizo reír un poco al supuesto «oso perezoso» mal trecho de ojos marrones—. Nos preocupaste mucho, amigo. Debiste llevarte algunos hombres contigo.
—Lamento haberlo hecho, pero no podía arriesgarlos y menos con ese sujeto. Tuve mis razones y por lo que veo no te fue nada bien. —Yuuri observó con atención los vendajes que portaba Phichit por todo el antebrazo y su cabeza.
—No más que tú, y de no ser porque Leo se quedó conmigo, aun sabiendo que Raven era igual de peligroso que Akon, creo que yo fuera tu compañero de habitación. —Se rió resignado de su propia desgracia aunque duró poco, la expresión corporal del Capitán pululaba una mala vibra—. Tengo muchas cosas para nada alentadoras que contarte, Yuu.
—Yo igual. —Afirmó quejándose del dolor—. Akon y sus hermanos nos tomaron a todos con la guardia baja… Esos tipos están metidos en algo más turbio y no me agrada para nada el rumbo de las cosas. —Dijo eso refiriéndose las minucias reveladas en su enfrentamiento.
—¿Yuuri, espera? ¿Qué crees que haces?
—Yo…N-necesito salir de aquí… ¡Ahhg!
—¡Nada de eso Katsu!, ¡olvídate de un momento de tu trabajo y piensa más en ti!, ¡estás herido! —Lo reprendió con un mohín en su cara y evitó que bajara de su cama—. ¡El Doctor fue claro y nos dijo a todos que debes guardar reposo y eso harás!
—Pero…
—Y será mejor que lo hagas. El recital de Yuuki culmina en tres días y ya sabes cómo se ponen Mari y Minako contigo.
—¿Mary? ¿Mary-nessan y Minako-sensei lo saben?
—No tuve opción… La emboscada salió en todos los noticieros, no dieron muchos detalles porque no se lo permitimos pero…
Phichit en resumidas cuentas les dijo toda la verdad al verse acorralado con sus llamadas, y ahora el japonés deberá prepararse, para el bien conocido sermón en ese par de mujeres.
—¿Y…Yuuki-chan? ¿Cómo… Cómo lo tomó Yuuki? —Estaba ansioso y no dejaba de apresar la sabana que le cubría.
—A Yuuki le explicamos que tu saliste bien de la emboscada, pero si le mentimos diciéndole que te lastimaste con la katana en los entrenamientos por andar «distraído» —Posó su mano en su hombro y Phichit pudo comprobar cómo los músculos en Yuuri se distensionan. —Estaba pensando que tal vez la linda Vicky pueda intervenir por ti, aunque lo dudo. Terminaría uniéndose a su «futura cuñada y segunda nuera» con el regaño que se te viene, ja ja ja ja.
—¡Phichit-Kun!! —Quiso enojarse y sus malares han de teñirse en un gracioso carmín con ese comentario.
—¿Qué? —Le miraba malicioso y reparando sus movimientos—. ¡Oh vamos, Yuu!, ¿Por favor? ¡No me hagas esa cara!
—Entonces, deja de… «imaginar» o «distorsionar» cosas con Vickytoria en… donde no lo hay…
—¿Ahora le llamamos «imaginar o distorsionar» el gustar de alguien?
—Lo que tú quieras, pero soy un superior y ella es una subordinada. —Respondió seco.
—¡Y también es tú amiga! ¡Una bastante especial!
—E igual no deja de ser mi pupila y novata Oficial. ¡Basta con eso!
—¿Y me lo dice el que hace un par de días me comentó de su angustioso martirio al saber que la conejita volvería a Rusia?
Arrimó el sillón un tanto más cerca de Yuuri, este en respuesta, desplomaba el peso de su espalda sobre sus almohadas blanqueando sus ojos en fastidio y Phichit bien confianzudo, lo atacó en su zona más vulnerable.
—¿Ah y te quedas callado? —Le miró con suspicacia. —¡Bien!, ¡Perfecto, señor amargado!
Yuuri no tuvo que tirarle tanta mente a donde quería llegar el shipeador de su capitán.
—¿En serio vamos hablar de esto? ¡No soy un niño!
—No lo eres, y sin embargo te comportas como mi sobrinito cuando esta necio con algo. —Se mofó y el rostro ligeramente enfurruñado en Katsuki, apareció—. ¿Sabes algo? En el tiempo que llevo siendo tu mejor amigo, nunca he visto que le permitas a ninguna persona que invada tanto tu «espacio personal», siempre has sido en extremo reservado y ajeno de lo que ocurra a tu alrededor. Sé que tuviste fuertes motivos con el tiempo para ser así… Pero no puedes abarcar esa rutina para toda la vida, tampoco puedes arrastrar a Yuuki en ello.
Con los segundos que la vista de Yuuri se adaptaba a la luz o que ese malestar le invadiera con pequeños piquetes a su cuerpo, él no dejaba de desmenuzar las oraciones expresadas por joven de tez morena y Phichit prosiguió.
—Y no puedes seguir peleando contra la corriente de tus sentimientos… Sabes bien a lo que me refiero.
—No te… comprendo… —Se hizo el desentendido girando su rostro donde estaba la ventana.
—Sí me comprendes y lo sabes, no eres tonto, Yuu. —Lo acribilló quebrantándole su muralla, y lo resquebrajó aún más con la sutil pregunta que lanzó al aire—. ¿Sabías que… En el tiempo que estuviste «inconsciente» porque tu salud estaba en riesgo, la conejita no ha dejado de visitarte?
—¿Eh? —Yuuri ciertamente estaba algo incrédulo…
SÍ bien la chica le tiene aprecio (aunque se enoja con él por momentos) y que ahora se han hecho más amigos con el paso de los días, no creyó que fuese para tanto, pero las cartas soltadas por Phichit lo dejaron más asombrado.
—No bromeo… ¿Y sabias que esa pequeña no ha parado de llorar o velar por ti porque nunca pensó que las cosas que te dijo en tu oficina se hicieran realidad?
Phichit le habló que en otro tiempo, esto no sería de mucha relevancia para él, más sabe bien que ya no es así, que el cariño que le tiene actualmente a Vicky es genuino, que ella lo aprecia al punto de llevarlo en una alta estima, y que quizás sea una que la propia Vicky en su ingenuidad no dimensionaba por el furor de lo ocurrido pero le puede cerciorar que aquello, va más allá de un simple afecto «cariñoso» o «preocupación»
Lo último hizo que a Yuuri le cayera un baldado de hielo sobre de sí… pintarse por segundos el perfil entristecido de la señorita rusa lo intranquilizó y el que fuese su culpa, hace que deseara con desespero calmarle.
—Entonces, lo que escuché estando “dormido” ¿Si…si era cierto? —Habló en voz baja muy preocupado.
Este Hamster con su oído presto cuál radar le oyó y se alegró.
—¿Oh?, ¿así que me escuchabas en tu inconsciencia y por esa razón despertaste? —La puya en su contra acabó sonrojándolo otra vez hasta sus orejas—. Ni estando inconsciente dejas de estar al pendiente de ella y luego sueles negarte. ¿Quién te comprende, Yuuri?
—N-no lo hago, e-es solo que…
—¡Nada!… ¡Lo haces!… De estar Chris o Leo aquí, te hubieran quemado. Tienes suerte de que sea yo y no ellos quienes hablaran contigo.
Contento porque al fin Yuuri no pudo escudarse en su fachada al mostrarse como el muchacho de nobles sentimientos que es, el tailandés le explayó en su cara la siguiente interpretación.
—Y ya no seas terco con lo obvio, amigo mío… ¿Cuándo aceptarás que el nombre de esa linda señorita se adentró en tus pensamientos como «allí», en ese lugar. —Le apuntó a su corazón. — ¿Que ya no ves a esa conejita con simples ojos amistosos, sino con otras profundas intenciones? Porque la forma tan cálida o devota en cómo la miras a su iris azules solo la pude brindar alguien que está enamorado. —Fue sincero.
— Yo… No estoy… Ena…
—Sí lo estás… Estás enamorado. Eres un hombre que a sus veintiséis años cayó por primera vez en las maravillosas redes del «amor» y por lo que veo uno bastante tierno.
El sentimiento que Yuuri siempre estuvo reacio de aflorar en sus labios ya sea por prejuicios o por salvaguardarse, la pudo escuchar de su amigo golpeando así las pocas paredes de cristal que marcaban su circunferencia. Los ademanes ansiosos de rasgar o jalar lo que sea sedoso con su mano libre, regresaron con moderación. No emitía palabra alguna porque recién asimilaba ese descargue en su persona o le costaba interiorizarlo entre sus miedos innecesarios y caos mental.
—Hey Yuu, anímate. No tengas temas de ello. —Phichit suponiendo aquello, habló por última vez tumbándole parte de sus dudas—. Sé que no es fácil para tí, pero mira el lado bueno del asunto, eres afortunado de que ella te quiera o te admire mucho y puede que tengas una oportunidad.
Yuuri con sus dejos tímidos o afanosos no sabía qué más esperar.
—Lo digo con base, porque no toda persona se preocuparía así por alguien tan complicado como tú y estoy sospechando que la admiración que siente Vicky por tí, está transformándose en «otra bonita figura»
—¡¿Ehhhhhhhhh?!
—Creo que ni pensabas eso de la conejita, ¿verdad? ¡Eres un amargado suertudo! —»Como me gustaría que mi Katri me quisiera así, Yuu»… «No la pierdas»…
Caviló en silencio con esa sonrisa cómplice en sus labios.
Yuuri boqueaba, trataba de decir alguna cosa pero la conversación entre esos dos fue interrumpida por la enfermera que pasó a sus suburbios, ella debía hacer cambios en los vendajes, Phichit al observar el rostro rojo, abrumado, como timorato en Yuuri consideró no tocarle más el tema por ahora y darle un respiro.
—¡Bien!, he de irme, Yuuri.
—¡Ah! ¡¿P-pero?! ¡Espera! ¡Yo! ¡Yo necesito aclarar las cosas y…!
—Tú lo que necesitas es relajarte y pensar con cabeza fría. —Lo reclinó de nuevo sobre sus almohadas—. Sobre los Kazumas lo podemos hablar en el transcurso de los días, pero piensa bien lo que harás con respecto a ya sabes quién, Yuu… —Se despidió agitando su mano con gracia y le prometió visitarlo en las horas de la tarde. Yuuri sinceramente no quería quedar solo con esa bomba estallada en su cabeza.
No obstante, Phichit lo sabe y piensa ayudarle poco a poco con eso.
Su sonrisa no desaparece porque lo que tanto esperó al fin se dio, y el triunfo que impera recorre todas sus venas. Finalmente, también ha de buscar la manera de eliminar todo bloqueo que la mente, moral y conciencia que el Yuuri cuadriculado se auto-imponga en su enamoramiento y que dé el primer paso en su aceptación.
El cambio de vendaje fue hecho y le suministraron los medicamentos a Yuuri. Estando solo en su habitación se deja vencer por los efectos secundarios que estos repercuten en su cuerpo induciéndole somnolencia y pestañea al compás de su respirar. Daba una y otra y otra vez variadas vueltas al tema que sin querer, salió a flote gracias a la insistencia de Phichit y aún no sabe cómo afrontarlo o desplegarse una cuerda que de seguirla, tomaría distintos pasajes emocionales o el desamparo injusto del juicio, siendo Japón una sociedad remarcada por estereotipos, reglas y condiciones.
《 «Estás enamorado y eres un hombre que a sus veintiseís años
cayó por primera vez en las maravillosas redes del «amor« 》
Le preocupaba… Le preocupaba demasiado, él nunca se vio envuelto en algo como eso, no sabía qué hacer, no sabía cómo actuar y por sobre todas las cosas, no sabía lo que le deparara esa cuantía teniendo a Vicky tan cerca (conociendo lo que ya siente en plenitud.) Con sus dedos ha de restregarse los parpados de sus ojos como si aquello lo desestresara pero no puede. Él Temía.
Temía por ella, por él mismo y por lo que le podría pasar más adelante porque no está preparado para que lo señalaran por etiquetas subjetivas a nivel laboral, de madurez, de edad, o de estatus social, e incluso no se sentía con las facultades de que alguien se fijara en una persona tan «rota», «aburrida», con «cruces» y «demonios» incrustados como él. Mucho menos Vicky…
Él la consideraba una joven ingenua y perfecta en medio de sus arranques. Ella merecía alguien vivaz que si valga la pena. No alguien tan opacado como su persona, no se sentía a su altura.
💠
Dos, cinco, diez, quince minutos, media hora, en si, ya perdió la cuenta. Tampoco sabe dónde y cuándo sucedió, pero en ese lapso temporal, se hallaba en medio del océano indómito y profundo.
Era obscuro y de tonalidades grises encajaban a la perfección con su alma quebrantada. Al descender cada burbuja transparente retrataba sus tristes escenas vividas y mientras la clausura con su intento de respiración –es ahí que su carácter más terrible sale– columpiándose en un terreno improvisado y lleno escombros en tiempo de guerra. Pronto sus marrones perderían color, pronto el mismo perdería color, y estaba por rendirse. La falta de aire jugó su labor asfixiante a no ser por una voz fémina y angelical que en lo lejano llamó su dispersa atención rompiendo las ataduras.
Se notaba que era dulce, cálida y que demostraba otros colores avivados. Era todo lo contrario a su paleta gris e insulsa, más pudo reparar esa pizca de desconsuelo. Su procedencia ha de venir en la tenue luz que se marcaba en la superficie y mientras más escuchaba sus lamentos, más se interesaba en ir con ella.
« Despierta pronto, por favor »
—¿Me está hablando a mí? —Especuló. Él no creía que alguien le tomase en cuenta.
« Yuuki te extrañará mucho de seguir así… y yo también, Yuuri »
—No llores, Yo estoy aquí. —Estiraba su mano para alcanzarle. —¡Estoy aquí!
Seguía luchando y ahora muchas sombras, garras espeluznantes que en realidad exportaban la opresión, el estallido, o el grito de sus inseguridades deformándose, lo rodeaban y querían que permaneciera así. No obstante su tenacidad pudo más que cualquier corriente, y la promesa de estar con ella como esa premisa aprieta su garganta para aflojar sus intenciones. No hay opresión siniestra, ni ansia que le carcoma, solo un espíritu de voluntad que le empuja a la superficie y entonces…
💠
El tierno toque en sus manos, hace que pierda el hilo y regrese de golpe a su dormitorio, ya no hay agua, ya no hay trabas o voces. Solo el blanco del lugar además de respirar algo agitado por lo evidenciado.
—»Era un sueño»…— inquirió mirando al techo, ¿en qué momento quedó rendido o porque soñó aquello? A veces su ansiedad se manifiesta de muchas formas—. Aunque… Esa voz… Era muy parecida a la de…—Y no pudo completar su juicio, porque precisamente la «vocecilla» ha de llegar a sus oídos.
—Por favor…Regresa…
—¿Eh? ¿Vicky-San?— El peso extra que agarraba su mano con una mínima presión hizo que Yuuri mirara a un costado de su cama y la bella sorpresa encontrada era esa revoltosa Oficial.
Ella, ubicada en el sillón, dormida encima de su cuerpo de modo que no le lastimara, le hablaba o rogaba entre su lasitud al tiempo que se negaba a soltarle su mano vendada.
Yuuri apreció su rostro en lo que retiraba sus mechones platinados con la mano sobrante, estaba enrojecido y sus párpados abultados por gimotear. Inhalaba o exhalaba despacio, aún podía verse un par de lágrimas pasearse por su mejilla… No se veía rozagante como siempre, de hecho estaba muy descuidada y esa imagen… Esa imagen fue suficiente para conmover al japonés y comprobar que las palabras de Phichit eran ciertas.
—Sueles salvarme de mis miedos, aun si estoy dormido… Siento mucho haberte preocupado. —La voz en Katsuki era un tanto ronca puesto que los efectos de los medicamentos no habían pasado del todo, más no dejaba de acariciarla con dulzura y una tierna sonrisa en sus labios emergió.
《 «Eres afortunado de que ella te quiera porque no toda persona
se preocuparía así por alguien tan complicado como tú» 》
—Será que… ¿Haré bien en seguir con lo que siento? —Se preguntó así mismo buscando su propia respuesta.
Ciertamente continuaba con sus dudas… Lo aceptaba. El ardor que siente en sus mejillas al pensar que el bien llamado «amor» tocó a su puerta, que se manifestó en una linda mujer un par de años menor que él o de hebras como la plata o de resplandecientes ojos azules y curiosos de nombre «Vickytoria» no dejaba de removerle sus sentidos al mismo tiempo su alma se encontraba serenada tras otros indicadores que salen de su cabeza…
¿Así se siente estar enamorado? y de serlo… ¿Cómo se siente ser amado por alguien que no te ve con dobles intenciones o cómo sería su vida y la de su pequeño con ella a su lado?
¡Porque si!, esa niña ha sido la única que supo atraparlo y embelesarlo con sus ocurrencias o su fácil interactuar. Ella solo le pidió que fuese tal cual y como es… Solo Yuuri y nada más…
Sus manos seguían peinando o jugueteando con ese mechón y sus dedos han de eternizar el roce en el perfil refinado que tanto le encanta admirar. Ella en un susurro esbozó su nombre, acompañado de un—: Prometiste no dejarme sola… — y que a su parecer fue precioso. La calidez que nacía en su pecho le movía sus fibras como la boba sonrisa que no desaparece…
Ahora que él lo pensaba, no era un secreto que su sobrino Yuuki la adore con ternura, pocas veces se daba con las personas pero al mencionarle a su linda señorita, el niño brincaba de la emoción.
Y si trataba de abogar por él mismo, no mentía al decir que se había relacionado en mas de una ocasión con distintas personalidades permitiéndole ser alguien “abierto” a explorar la riqueza o el deleite del ser humano. Que la mayoría que pasaron por su cuerpo entre las sábanas fueron cosa de una noche por gajes de su trabajo más la ligereza de su poca tolerancia al alcohol como un aliciente para sacar fuerzas y cometer ese tipo de “arquetipos” solo por sus operativos como Oficial. Su atractivo llamaba la atención a cualquier hombre o mujer del bajo mundo de los carteles, clanes u organizaciones criminales que fuese importante y eso era el gancho seguro a sus capturas llevándolos tras rejas, no por nada, se ganó a pulso de ser nombrado por Andrei como“Eros”
Fuera de su envestidura de Oficial, era o es… Alguien simple, nulo y solitario…
Tal vez porque después de ese punto olvidado, el cual pasaba en sus años más críticos (tras los asesinatos de sus seres queridos), su decaimiento seguido de su recuperación, y donde luego la ansiedad, el auto-flagelo junto a la severidad, hicieron meollo de modo abrupto en su remarcada soledad, y los pocos individuos; aquellos que intentaron tener algo con él Katsuki sobrio y en sus cinco sentidos, terminaban dejándole por el desinterés total que el joven les demostraba.
Su mente tenía otras prioridades más importantes que andar en cosas «banales», el caso archivado, con el nuevo clasificado o su pequeño Yuuki lideraban la bandera e igual no era algo que Yuuri no supiera, y siempre se los dejaba en claro con su cruda prácticidad o aislamiento…
Que ellas o ellos buscaran algo más allá, a sabiendas que el japonés no estaría en la misma tónica por ser un hombre complicado en su encerramiento ya era su absoluta culpa.
Sin embargo, con Vickytoria el asunto fue “diferente…”
Él no lo esperó…
Él no lo buscó…
Las cosas surgieron de modo tan natural y de la manera más cómica (aludiendo que los primeros encuentros fueron chocantes para Vickytoria e interesantes para Yuuri) al inicio, que a medida que pasaron días dieron lugar a los meses para descubrir su reminiscencia amistosa y con un pequeñín que hiciera de mediador (o «cupido» según el suizo cabaretero junto al hámster subordinado) todo se acumuló y desencadenó la lindísima paradoja que vive en su actualidad. El amor puro y sincero de su parte.
—Tal vez seguiría cayendo al obscuro vacío y Yuuki entristecería por mi culpa.
Le debía mucho a esa pequeña y simpática damisela… Le debía demasiadas alegrías en su niño como a él mismo en sus vidas.
Tomó una gran bocanada de aire tratando de encontrar su aura reservada. Al expulsar ese estupor sobrante, decidió no darle más vueltas al asunto puesto que tendría todas las horas del mundo en conciliar sus dilemas existenciales y prefirió centrarse en aliviar el exceso de culpa en su linda Oficial. ¡Sí! «su» Oficial.
Para él, ella lo era, ¿no?
El hombre sin hacer acciones bruscas, se amolda entre su cama o sus almohadas, y le llamaba sutil haciendo que se removiera. Vicky en su pestañear curioso y con el restriego adorable e infantil en su parpado no se ubicaba, pero Yuuri la sacó de su ensueño y ella en un gesto rápido, alzó su mirada azul dando con el marrón que tanto extraño ver.
—Yuu… —Ella no se la creía—. Regresaste…
—Hola, Зайка. —Y él, le sonrió con timidez—. Ya regresé… Estoy aquí contigo.
El deseo de llorar fue inevitable en Vickytoria y el líquido cristalino desbordaba de su ser como si se tratase de un río acaudalado sin freno desde aquellas joyas azules. Fue hacia delante arropándole con sus brazos, comprobando de una vez por todas que lo que presenció ya dejó de ser una pesadilla y que esto era real… Que es real. Que el calor que le rodeaba era de aquel muchacho, que era él quien le hablaba y sin importarle nada, gimoteo y abrió su reprimida voz demostrando su felicidad porque al fin lo tiene devuelta.
—T-t-te e-extrañe mu-mucho, Yuu-ri…
No lo ocultó y fue sincera con su sentir aun si su voz se entrecortara por sus hipidos o si su cara persistiere en esconderse sobre pecho ajeno.
—Y-yo p-pen…sé q-que…n-no…Des…Despertarías…
—Pero ya lo hice, Зайка… —No se separó ni un segundo y trató de amortiguarla muy a su manera con su conocida nobleza—. No puedo dejar de vigilarte. Sueles… Meterte en problemas, ¿recuerdas?
—¡Deja de jugar conmigo! —Levantó su rostro inconforme como su tono de voz de la nada, su desconsuelo pasó a una agraciada figura molesta y dibujada en sus ojos, en su ceño fruncido o en el mohín de sus labios. Yuuri por un segundo se dedicó a reparar sin disimulo alguno el carácter corporal en la rusa o sus expresiones, cada lágrima brotaba de ella como si fuesen perlas. Él solo pudo callar sintiéndose apenado—. ¡¿Cómo te atreves a decirme aquello cuando fuiste un irresponsable?! ¡Sabías que era peligroso porque ellos tenían cierta ventaja!, ¡lo sabias muy bien!, ¡y aun así, asumiste la carga de enfrentarte a ese tipo o su matones solo, y sin nuestra ayuda!
—Las consecuencias serían peores sí esos oficiales vinieran conmigo, incluyéndote… y no me habría perdonado sí les pasara algo. —Yuuri fue directo esperando que ella lo entendiera, sin embargo… ¡Se reveló!
—¡¿Y TU CREES QUE ESO ME IMPORTA?! —No titubeó y ha de asombrar a Yuuri por esa repentina confesión—. ¡Por muy inexpertos que fuéramos en algo te colaborábamos y no estuvieras en esas condiciones!
—Pero tenía que…
—¡¿CUÁNDO ENTENDERÁS QUÉ NO ESTÁS SOLO?! ¡¿QUÉ TODOS ESTAMOS CONTIGO?! ¡QUE YO ESTOY CONTIGO! —No pudo con tanto estrellándolo en su cara y sin parar de llorar—. Se supone que la impulsiva-descarriada soy yo y no tú… ¡¡¡SE SUPONE QUE EL CENTRADO AQUÍ ERES TÚ!!!
—Vicky-san…
El embargo de las acciones en Yuuri arreció, sin mencionar el avergonzado y tenue carmín que lucía su faz entorpecida a raíz de la dura franqueza de la mujer que le encaraba y no se quedó callada…¡Continuó!
—¡¿Dime qué le hubiese dicho a Yuuki de tí de seguir así?! —Apretó sus dedos en la bata blanca que cubría el cuerpo fornido y vendado a su vista—. ¡¿Se te olvidó que tienes a un niño por quién velar?! ¿Cómo…rayos se supone que Yurio, Phichit o yo le diríamos una novedad así de ti al pequeñín? ¡Casi…! ¡Hamm… Casi te…! —Lo último quedó atorado en su garganta.
—Yo…
Yuuri en su serenidad comprendía el impulso caprichoso u arrebato momentáneo en su Oficial. Ella Tenía miedo…preocupación, angustia por su bienestar. La conversación con Phichit llegó a su memoria otra vez e hizo que reflexionara un más de sus ejecuciones pues lo dicho por Vickytoria tomó fuerza… Él ya no estaba solo…
Tenía gente en su alrededor que le apoyaba como sus amistades y colegas. Gente como Yuuki que dependen de su atención…y puede que alguien especial como Vickytoria, quien supo ganarse un merecido espacio en su corazón. Yuuri intentó forjar una amable sonrisa, tocó el dorso de la mano ajena dándole a entender que ya la mala hora pasó y acabó con una encomienda suplicante.
—Lo siento, pequeña… ¿Puedes perdonar al cabeza dura y amargado que tienes por superior, por favor?
Fue una la cual Vicky no pudo ignorar por más que quisiera… Yuuri sabía cómo convencerla.
—¡Fuiste un tonto! —Aflojó el ropaje de cual tiraba cayendo rendida cuando Yuuri la atrajo con él.
—Lo sé… Lo sé, Зайка…
—¡Un grandísimo tonto, Yuuri! ¡Un tonto!, ¡Tonto!, ¡Tonto!, ¡Tonto! —Vickytoria se aferraba y no lo liberaba.
Dejó que la damita descargara esas penurias sin razón o que le sermoneara por sus decisiones radicales por cada “tonto” lloroso y salido de su boca, él se acercaba con sus toques, caricias o bellas frases conciliadoras, esperó un tiempo prolongado hasta que lograse ver que su aura se sosegara y en lo que él buscaba alguna manera de remediarlo o al menos de quitarle la sin-sabor que llevaba por su culpa, a pocos metros de los pasillos deambulaban Phichit con Yuri.
Esos dos traían consigo un par de jugos para tomar mientras esperaban que el paciente japonés despertara y hablaban de variados asuntos competentes sobre los Kazuma o sus intenciones. No escatiman que Akon bajo la guía intelectual de Raven dispongan de algún otro as bajo su manga… No son novatos y saben que irán con más cuidado.
—Esto solo nos motiva a darles duro por donde más les duela y los Kazumas deberán prepararse, porque no tendremos piedad cuando Chris llegue y que el amargado de tu jefe, Leo o yo, por supuesto, nos recuperemos. Menos ahora que conocemos parte de sus intenciones reales.
—¿Anteriormente, ustedes cuatro…Ya habían encontrado algo así? —Yuri fue frentero—. Leo no nos dijo algo muy explícito pero asumo por lo que has dicho que si lo han hecho. Yo nunca he evidenciado algo como esto.
—Tú al igual que el resto de los chicos que están con nosotros son muy novatos en estos aspectos, y hay cosas que a su tiempo te iremos comentando, sin embargo, no te negaré que no es nuestra primera vez y tampoco negaré que cada gobierno se encarga de ocultar las fechorías «a su versión de los hechos» cuando se trata de corrupción para minimizar sus «escándalos»
Yuri guardando silencio y prestó atenciín las palabras serias de su superior…
¿Que tan podridos son los dirigentes actuales para ocultar tales marañas a su pueblo y no hacer nada? ¡Peor aún! Ser lo principales patrocinadores de algo muy atroz del cual no se tiene certeza del todo. Ni por un segundo pensó a futuro que de una colaboración de rutina para buscar un “simple cartel” que perjudicaba a su país, los países respectivos de sus dos colegas (Altin y Leroy) o el de sus jefes actuales en Japón, se desencadenara la real catástrofe tapiñada.
Lo otro que ha de indagarse en su mente es: ¿Qué fue lo que tanto vieron sus superiores años atrás (porque tampoco es que fueran unos vejestorios a su vista en edad pero su pericia superaba por mil a muchos que ya están entrados en sus canas) para que hablen de esa manera?
—La esclavitud o la explotación en personas inocentes siempre lo hemos visto en fines horrendos como la droga, en grupos armados queriendo el dominio, la mano de obra barata, la prostitución… Es lo «normal» y es lo que tú conoces. Pero, en el momento que otros estándares suben su nivel para otros propósitos, que estos sean permeados con un interés global en cada constitución a nivel territorial y crear así las famosas conspiraciones o golpes de estado, no es algo nuevo. No por lo menos para personas experimentadas que vayan más allá como lo hace el General y su equipo de confianza como lo somos Yuuri, Chris, Leo o mi persona.
—¡¿Esto es de locos?! ¿Es algo parecido a lo pasó con la Unión Soviética y la Guerra fría por dinero y rentabilidad? ¿O cuando la «amenaza soviética» se derrumbó y los órganos de Gobierno en asociación con otros entes la reemplazaron tomando de excusa a la «amenaza musulmana» para seguir en ese esquema ? Digo eso por poner un ejemplo.
—Se acerca, pero esta vez puede ser peor porque no hablamos solamente de dinero, Tigre. Hablamos de «armas» no convencionales y del poder absoluto que no iría a parar en una sola nación…—Decretó—. El que Raven me insinuara ciertos parámetros aunque no me lo afirmara, quiere decir que esa «Organización Criminal» a la que sirven, posiblemente ya tengan a varias entidades políticas de su lado.
Phichit organizando sus ideas en medio de este mar incierto, vio movimientos muy raros en Rusia con respecto al tema en el tiempo que estuvo haciendo labor de inteligencia con Chris. Obviamente Rusia al ser más resguardada en hechos de esta índole ha sabido controlar los sucesos alegóricos. Por el contrario en su espía aliada, Alessia Do Santos, trazó el mismo patrón en algunos países Europeos y/o Americanos siendo Inglaterra, Portugal, México, Canadá y USA los más afectados por grupos armados que ya han adquirido una gran ventaja gracias al «Gran tiburón» en mención . Eso significa que posiblemente Japón no está exento de ello, si los Kazumas como el Clan títere elegido de esa gente ganan territorio político en el país del sol naciente, abrirán paso en el resto de países asiáticos como China y ambas Coreas.
—No esperé que esto se «repitiera»… —Soltó al aire distraído y olvidándose que su subordinado estaba a su lado.
—¿Repetirse? ¡Maldición, Phichit! ¡Déjate de rodeos! ¡No soy un crío! —Le exigió tomándole por su ropa, estaba cansado—. ¡Sé bien que esto es un lío bien grueso o que tomen sus precauciones! ¡Pero también pido respuestas para poder ayudar y hacer bien el trabajo que se nos asignó! ¡Les guste o no, ya estoy metido hasta el fondo y la conejo igual porque está a mi cargo con lo de la simbología! ¡Ten por seguro que una vez que ese cerdo se recupere o que ella deje de chillar, también hará preguntas!
—“¡Tigre listo!, Es igual de suspicaz que Vicky. Deberé ser más cauteloso…” —Pensó sonriente y pronto habló—. Lo único que puedo adelantarte por ahora ya que esto es algo que Yuuri deberá contarle a todos ustedes de modo “oficial” es, que hace años intentaron hacer algo así en Japón y Rusia de modo simultáneo… No pasó a mayores, pero varias vidas importantes se perdieron en el proceso así como ciudadanos que perecieron y nuestros gobiernos se encargaron de archivar el caso o borrar casi todo… —Recordó con nostalgia agridulce lo que implicó esa vivencia. Yuri notó el cambio de ánimo en el Capitán—. Lo que pasó en estos días me pone nervioso, ¿sabes? Pese a ello, nuestros gobiernos no nos callaran y ni se valdrán de sus artimañas porque estamos preparados. Les haremos frente y sacaremos a la luz muchas verdades. —Phichit no se negó sin perder su convicción y lo que respondió solo dejó más intrigado o atribulado al ruso.
Tampoco dejaba de sorprenderle que el «estúpido» ratón budista pudiera pasar a ser un «estúpido» hippie, que emanaba esa «estúpida» felicidad, en su «estúpida» su cara y en toda la «estúpida» regla, a ser alguien cuyas destrezas sobrepasaran su vaga apreciación o que su comandancia y nivel de lucha estuviese a la par del japonés; ¿y si así son Katsuki o Chulanont en un combate cuya balanza era a favor del enemigo? (teniendo como resultado la ganancia de muchas bajas del bando contrario en aquella emboscada) No quiere imaginarse el cómo sería esos dos peleando al cien por ciento, en condiciones iguales o que se les sumara el suizo.
Las historias contadas por Leo ya adquirieron valor, sí estaban allí era por su gran efectividad pese a lo jovenes que son para los cargos que ostentan (aunque tecnicamente no lo fuesen a nivel generacional) y Plisetsky no puede evitar hacer más teorías sobre la delgada línea que ha cruzado o que poco a poco el caso con los Kazuma tome otros colores obscuros.
Phichit optó por cambiar el tema al ver esa rigidez en el rostro del joven, ya habrá tiempo para aquello y en confianza ha de comentarle muchos detalles sobre las reparaciones que aún debe hacerle a su «arma» especial.
Por culpa de Raven sufrió muchos daños aunque le sirvió para reestructurarla y diseñarle algunas mejoras. Eso no escapaba a las orejas gatunas del rubio, que quien no quiere la cosa, ha de prestarle mucha atención. Ah, pero el ruso no se contuvo con otra pregunta que rondaba su cabeza desde el instante que pudo ver ese instrumento letal en acción.
—Eso me recuerda…
—¿Si?
—Sobre tus hilos… ¿Esas cosas que salen de tu guante? ¿La idea lo sacaste de Hellsing?, ¿verdad? —Lo expresó frente a la puerta que conducía al cuarto de Yuuri. Él como Phichit comparten gustos similares sobre series y videojuegos. De allí a que dedujera aquello.
—¡OMG! ¡¿Cómo lo supiste?!
—¡LO SABÍA! —Le señalo con el dedo y poniendo su cara huraña.
—¡Ja, ja, ja! ¡Solo diré que me agrada Walter y eso fue la base para crear mi arma.
—¡Y si yo tuviera tu maldita e ingeniosa ñoñez, hiciera el traje de Stark!
—¡Nahh! muy mainstream para mi gusto y…¡Grrrgsnssdfsdfff! —Lo interrumpieron situándole una mano en su boca.
—Shhh… —Yuri pidió silencio al sentir una discusión dentro de la habitación.
Los dos entraron con cautela, caminaban en puntas y al reconocer bien las voces (porque sus orejas de hámster y de gato aparecieron como radares), tanto el capitán como el cabo quedaron absortos por lo que vieron.
El zorro japonés sorteaba la sarta de regaños hechos por esa coneja en su contra. ¡Ojo, no la mal entiendan! Obviamente Vicky estaba feliz porque ya estaba fuera de peligro, pero seguía disgustada con el irresponsable de su jefe, por todo lo hablado y no le miraba por sentirse con sus emociones revueltas de esa manera. Ni ella misma se comprendía. Cosa que Yuuri si supo interpretar, y que para variar el asunto… Ese hombre deberá hacer muchos malabares si quiere que la hermosa señorita le perdone.
Él seguía pensando hasta que al fin ubicó una forma «práctica» con la que puede voltear el marcador y de paso que su señorita olvide el mal momento. ¡Eso sí!… Ruega a Kami-sama de que esa mujer no lo mande de regreso a «dormir» en el hospital.
Cuando pretendía hablar, el mechón de Vicky cubría parte de su acongojada vista como el resto de las gotas que insistían de quedarse en sus mejillas. Yuuri, curioso no analizó el por qué hizo lo que hizo, solo movió su mano de modo sutil y sostuvo con sus dedos parte del cadejo platinado. ¡Y no es que le gustase ojearle así! Le era casi que impensable ver ese contraste tan altruista y distinto en Vickytoria o que en medio de la tristeza no perdiera su finura. Pronto la señorita se percató de ello sonrojándose y luego en su enojo (o más bien gesto mimado) le amonestó.
—Yuuri… ¿Qué crees que haces?
—Nada… —Le observaba con una expresión afable—. Solo que… Aun me sorprende verte llorar de esa forma…
—¡Será porque se te olvida que aún sigo muy enojada contigo!
Apartó la mano ajena de su presencia de un tiron al tiempo que ella limpiaba sus lágrimas como sea sin perder ese lado caprichoso y pomposo de su parte.
—¡¿Qué?! —Reviró Vicky ahora con un lindo puchero—. ¿Qué es lo gracioso? —Y de a poco recobró su compostura de diva… Yuuri trató de no reír ante eso, pero le fue imposible.
—¿En serio quieres saber?
Fue algo sugerente sin dejar de ladear su sonrisa. Esa actitud repentina extraño un poco a la «pequeña-coneja-quejosa» que tiene por Oficial.
—Yo me siento agradecido de que te preocupes así por mi… —Atrapó su mano entre la suya con delicadeza, dejándola sin defensa alguna—. Y es gracioso para mi, porque hace un par de meses también me hiciste una escena parecida.
—¿Eh? —La confusión en Vicky era incuestionable y después lo recordó—. ¡¡¿¿Ahhhh??!! ¡N-no te confundas! —Se justificó aunque su cara tampoco ayudó a disimular el poema que traía—. Yo no estoy preocupada, te estoy regañando por ser tan irresponsable.
—Aja, ¿y para regañarme tendrías que llorar? —Fue franco ganándole el punto, Vicky boqueaba hallándose acorralada—. Dime algo y sé muy sincera, Vicky-san… Aquella vez en el operativo flash donde descubrimos la caleta del cartel académico, ¿sí te preocupaste por mi y tomaste como excusa a mi sobrino o los chicos?, ¿cierto?
—¡¿Whahhhh?! ¡C-claro que No!… ¡Y sí m-me preocupé por mi mini-príncipe! —Lo quería rematar.
—Así como también está ocurriendo ahora, ¿verdad?
—¡HEEEEEET! —Volvió a renegar en ruso enérgicamente—. ¡No me cambies el tema! —Se negaba aceptar eso ante su malvado y discreto jefe.
—Ah «ok»… —Con su ceja en alto, ese zorro sacó su carta blanca y al menos logró distraerla de su tristeza pero no se arrepiente por lo divertido que se tornó su situación—. De no ser así, ¿por qué causa, razón, motivo o circunstancia me nombraste «tú» teniente?
—¡Y-yo…ahmmm…Yo….Yo… ¡Yo no dije eso! —Chillo muy chistosa la conejita.
—Si lo dijiste, es más aún recuerdo tus palabras: «¡Aléjense de mi teniente!», si me llamaste así fue porque me estimas…
—¡Yo no lo dije de esa forma!
—Ah, perfecto. ¿Entonces soy mentiroso y no soy tu teniente? —La atacó como si nada.
—¡Si lo eres! ¡bueno…! ¡No de la forma en cómo lo quieres decir! y… y… y…¡Y tampoco es como si pudiera llamarte «Mi Yuuri» o algo así!…y…¡¿Ah?! ¡¡Espera!! —¡Ups! demasiado tarde.
—Oh…y ahora soy «tu Yuuri»… Eso fue revelador, Conejita. —Ocultó todo debajo su neutra fachada pero ese «mi Yuuri», al japonés le pareció bonito escucharlo.
—¡¡¡No quise decir eso!!! ¡OLVIDA LO ULTIMO!
La sonrisa en Katsuki era modesta, y no perdía galanura sintiéndose triunfador. Si hablamos de Vicky, aun no cree lo que ha salido de sus labios ¡¿En serio?¡ ¡Ahora más que nunca desea que la tierra se la trague!
—¡¡¡Basta, Basta, Basta, Basta!!! ¡¡Olvídalo!! ¡¡Deja de hacer eso!! —No lo soportó, se cubrió su cara con las palmas de sus manos y terminó hecha una tetera a punto de ebullición—. y… y…y…y ¡¡Deja de mirarme así!!
—¿Hmmm?, ¿no quieres que lo haga de esta forma?
Vicky separó un poco sus dedos, a través de los espacios y veía el marrón serio, atractivo y envinado que se mantenía fijo en ella. yuuri se comportaba algo distinto, tal vez atrayente para su estilo reservado.
—¿Acaso tiene algo de malo que yo te observe? —El descarado sacó ventaja, hace tiempo que no se entretenía de manera tan natural, con la única persona que hacía esas tretas (coqueteos) era con ella y no es como si lo realizara todos los días ¿o si?
—¡Cállate, tonto Yuuri! ¡Si sigues así no te hablaré más! E-eso…E-eso es «raro»…— se sintió pequeña y con muchas mariposas de colores en su interior. No sabía explicarse—¡Y ya no me mires así! ¡Eres japonés!
—Puedo seguir siendo un japonés y mirarte… ¿De manera que permanecerás así?
—¡¡SIII!!
Se descubrió encarándole con su berrinche infantil, Yuuri lo estaba esperando. ¡Cayó en su trampa!.
Aprovechó el descuido para tomarle con sutileza de su menuda barbilla o acariciarle la parte baja de su perfil. Yuuri aún amparaba esa línea curva en sus labios como la expresión atrayente y afectuosa en su rostro. No es que fuera un seductor profesional, más bien sus ademanes eran propios de un cordial caballero moderno y obvio, ese gesto acabó noqueando con un lindo color carmesí a la conejita que entre otras cosas quedó quietecita en su lugar como una linda mascota.
Como que últimamente ya se estaba acostumbrando a esos contactos con su jefe… ¿No les parece?
—Siento mucho molestarte con mis bromas…—Nuevamente se disculpó.
Y que en parte, ¡Sí lo era!… Más él bien sabía que lo hizo con dobles intenciones, las cuales Vicky no lo asimilo del todo yéndose por la tangente. Yuuri más que resignarse, se sintió satisfecho porque al menos la tiene a su lado…
—Aunque si no lo hacía, continuarías lamentándote y si te soy sincero, prefiero admirar el brillo vivaz de sus ojos azules que verlos apagados o carentes de todo júbilo y más sí es por mi culpa.
Yuuri vio que fue suficiente, se alegraba por mucho ya que pudo quitarle esas feas pasantías del afligido corazón de Vickytoria y de sentirse feliz porque esa niña de verdad se interesaba por él.
—Yuu…Yuuri… —Musitó ella asombrada por ese halago y él no apartaba su mano que en un ademán pasó de su diminuto mentón a cubrir el pómulo refinado en la señorita. Los ojos de Vicky le revelaban a Yuuri muchas vicisitudes sinceras que en su timidez lo dosificaba en una tenue y cortés sonrisa.
Me imagino que esa linda puesta en escena en ustedes, queridos lectores, fue maravillosa ¿Pero hey?! ¿ y qué hay del par de chismosos ocultos en la habitación del japonés?
—¿Qué Rayos? ¿Entonces al cerdo sí gusta la ilegal?. —Yuri se asqueaba por lo que ven sus preciados y verdes esmeraldas. Tanta miel no se hizo para él—. Mis condolencias al mini-Yuuri… ¡¿Hah?! ¡Oe! ¡Dame mi IPhone!
—¡¡¡Préstamelo!!!! ¡¡Necesito tener material shiepador de mi mega-archi-recontra-hiper Yuuvik de todos los tiempos!!!, ¡Esto es hermosísimo! ¡Mis oraciones fueron escuchadas!, ¡LARGA VIDA A MI SHIP! —Phichit no paraba de soltar sus lagrimones o de moquear a rienda suelta. Las fotos volaban por doquier.
—¡Pero usa el tuyo! ¡Maldición!
—¡Déjame fanboylear, el mio se descargó! —Se llevó el dispositivo ajeno a su pecho, poniéndole una cara sufrida, y dando por hecho que no se lo dará—. ¿Sabes todo lo que me ha tocado convencer al cuadriculado de tu jefe para que al fin tomara alguna iniciativa?
—¿Y? ¿Eso en qué me beneficia? ¡Solo veo a un cerdo amargado y sus tendencias pedófilas! —Le sacó la lengua en reprobación.
—¡Oye! ¡Claro que no!, ¡En primera, Vicky no es una niña, por lo que Yuuri no es pedobear! ¡Segundo, ella tiene diecisiete, casi dieciocho! ¡Y como tercera instancia en Rusia es legal que las chicas y chicos puedan tener una relación amorosa como consensuada a partir de sus dieciséis! ¡Y eso la hace en términos legales “una mujer libre de todo pecado”!
—¡Sigue siendo ilegal en Japón! —Lo jodió.
—¡Yo tengo entendido que Beka estuvo contigo cuando tenías quince! —Se sacó el clavo.
—¡¿Cómo coños supiste eso?!
—Tengo mis fuentes, tigre. —Le peló toda su chapa dental. Mila, «la bruja», era la culpable.
—¡Igual no es lo mismo y te las devuelvo! ¡En primera, a la edad de la conejo yo era muy aventajado…y en segunda, ella aún es demasiado inocentona por su condición de princesita millonaria enjaulada! ¡Eso lo sabes!
—¿Entonces se lo dirás a Yakov? ¿Eso es lo que debo entender, Plisetsky? —Phichit fue serio en ese momento, y Yuri solo subió sus hombros de mala gana como diciendo, «me importa un comino».
—Mira, Chulanont… He observado lo suficiente a la frentona en estos días para saber que ya no ve al enano como un simple «superior» o «amigo»… Tú también te has dado cuenta, solo que ella no se ha percatado. Lo que sí te diré es que si ese tipo se atreve a jugar con sus sentimientos ilusionándola o si se comporta como un cretino, ¡se las verá conmigo y le partiré su cara! —Le gruñó en amenaza.
—«Oh… Parece que Yuuri deberá convencer al auto-proclamado hermano mayor de la conejita si quiere ir en serio con ella.»… —Pensó Phichit cambiando su semblante a uno relajado por las actitudes rezongonas y sobre protectoras de «Yuri» acompañado de sus brazos cruzados, le entiendía.
Phichit haría lo mismo si en su momento algunas de sus hermanas cuando eran más jóvenes se sintieran atraídas por alguien «mayor» ¡Pero él conoce muy bien a Yuuri y sabe que Vicky está en muy buenas manos! El escándalo de ese par, rompió la burbuja encantadoramente rosada de la linda «pareja», sacándolos de sus pensamientos como de su conversación. Yuuri fue el primero en buscar compostura al separar su mano de la piel nieva seguida de una Vickytoria, todavía muy sonrojada o que giraba su cabeza de lado y lado con mucha fuerza, como si eso le ayudara pero en realidad no sirvió en nada.
Yuuri los llamó a ambos por sus nombres cerciorándose que sean ellos, Phichit y Yuri detrás de esa pared supuesta gritan cualquier cosa y van a su lugar omitiendo lo visto como un pacto entre los dos. Hablaron un poco de todo, Yuri no dejaba de molestar a Vickytoria, comentándole de modo exagerado y socarrón al moribundo de Katsuki todo lo que vivió en estos días con esa llorona a su lado y ella como siempre cayó en sus arranques caprichosos. (cosa que el Yuuri japonés detalló y le encantó saberlo) Finalmente, el Yuri ruso se fue, despidiéndose muy arisco con Phichit y Vickytoria pero a Yuuri, se le acercó y le comentó en alemán un frase borrosa.
—Espero y sepas muy bien lo que haces, «Katsuki» —Por supuesto, lo ha Dejando algo desconcertado.
Tal vez no le pregunte ahora, no obstante lo hará pronto. Phichit al rato avisó a Vicky de que si Yuuri seguía mostrando esas buenas señales, para mañana a primera hora estaría en casa, pero que debe tomar muy en serio lo de su reposo. Vicky se contentaba, sin embargo Phichit era realista y sabía que Yuuri apenas pusiera un pie en su hogar se dedicará a su rutina workahólica, era aquí cuando el hámster maquinador dio en marcha su plan de choque. Para ello, solo necesita que la conejita muerda su anzuelo.
—Lástima que ese señor pretenda trabajar así herido como está. —Phichit con su careta despreocupada y con la mano libre en su cachete, soltó su hecho pensado.
Yuuri se ha erizado poniéndose azul captando su mensaje cifrado.
—¿Cómo así, Phi? —Preguntó adorable y confundida la niña de cabellos plateados.
—Pregúntale al descuidado de tu jefe. —Esa anclada fue rastrera y Yuuri maldijo en bajo. —Y tengo razones de peso para decirlo.
¿Quién pensaré que Yuuri fue el único que le aprendió las jugadas prácticas a Kouji?, ¡Pues van remal!, porque Phichit como Ex-subordinado del Shimigami-amargado. ¡También lo hizo!
—¡Phichit-Kun!
—¡Phichit nada! ¡Ahora te aguantas! —Lo calló el muy infeliz tapándole su boca con la mano libre.—Tienes que descansar, no eres una máquina que vive para trabajar, Yuu.
—Pero soy la cabeza en las divisiones y…
—¿No estarás pensando en hacerlo, o si Yuu? —Giró repentinamente su cabeza hecha un espectro hacia el nombrado japonés e incrédula por lo que acaba de oír—. ¡Esto es el colmo!
La pose de alcurnia, complementada con esa sonrisa acorazonada que de por lejos parecía infantil y decimos «parecía», puesto que Yuuri sabía que no lo era, fue el presagio que la furia pucheresca Nikiforovreana…¡Se ha desatado!.
Más aún cuando sabía que el gesto disfrazado de cordialidad en Vicky, lo usaba su Ex-Jefe Andrei cuando quería imponer su carácter a toda costa de manera sutil pero peligrosa, y por lo que ha comprobado, su pupila (Hija del calvo en mención) ¡También lo heredó!
Eso no es bueno… No lo es… No señor….Dale Dios misericordia al pobre zorro que está en desgracia.
—¡¿Ah?! C-claro que… N-no… —Yuuri susurró un bajo «traidor» al tailandés quien estaba fresco como si nada y Vicky teniendo su oído de conejo muy afinado le escuchó perfectamente.
—¡Yuuri Chubby mentiroso! —Dijo ella con tono macabro y elegante al dejar una mano sobre su cadera, el índice sobre sus labios o de tener esa vena marcada en su frente indicándole señales advertencia para Yuuri—¿En serio irás a trabajar en esas condiciones?
—Etto… N-no miento… —Solo se hundió más y más.
Ni debería tenerle miedo o mostrar nervio alguno, pero por alguna razón sus vértebras se resienten percibiendo las vibras negativas ante esa pequeña pelusa…Yuuri conoce de antemano que la damita cuando se trata de cuidar a las personas es en extremo precavida y en esta ocasión, no será la excepción.
—¿Y sigues refutándolo, eh?… —»Tú lo pediste, Chubby»…
Ella pensó y sin más se dirigió al moreno.
—¡Phichit!
—¿Dime, pequeña?
—¿Tienes el número de tío Yakov a la mano?
—¡Claro que sí!
—¡E-ESPERA! ¡¿QUÉ PIENSAS HACER?!
—¿Y te atreves a preguntármelo, Katsuki? —La formalidad en su voz o el que usara así su apellido fue horrible.
Ella llama a su tío, explicándole la situación y en vista que Yakov se alivia porque su mejor hombre sigue en pie de lucha, él no es negligente. Vicky pone el altavoz a petición del viejo ruso, con autoridad le exige a Yuuri tomarse los días necesarios en su recuperación y lo suspende temporalmente de sus funciones para hacer más efectiva su carga. Yuuri se quejó, Yakov le ignoró y para colmo de males, le delegó a Vickytoria como a Phichit la misión de hacer cumplir su palabra.
—P-pero, Felstman Rikushō-san… Yo…
—¡Ya Yuuri! ¡No seas terco, muchacho! Eres igual de el necio que Kouji cuando se cerraba a la banda. —Yakov desde la otra línea paró todo alegato diciéndole las cosas con un trato informal, Phichit y Vicky no pueden estar más alegres. —¡Y será mejor que cumplas porque es una orden! —El General colgó dejándolo con la palabra en la boca.
Yuuri miró con reproche a la rata de Phichit y le reviraba cual niño pequeño. Él se jactaba de su fechoría y Vicky le secundaba bien infantil.
—¡Me siento vendido!
—Lo siento, pero tú me llevaste a eso…—Ese fue Phichit en confianza.
—Deberías de estar agradecido de tener un amigo asi, Yuu. — Vickytoria metió su cucharota señalándole muy mandona con su dígito—. ¡Ah y no te preocupes! ¡La orden de mi tío se efectuará porque me verás todos los días en tu casa!
—¡¿EHHHHHHHHHHHHH?!
—¡Y llamaré a Yuuki todas las noches para que me diga si de verdad estás descansando en tu cuarto y no pegado en la laptop!
Con esa afirmación lo terminó de rematar, Yuuri sabe que si estaba Yuuki de por medio, le será imposible moverse.
—¡Eso es injusto, puedo cuidarme solo!
—¿Oh, entonces desafías la orden de «tu» general? —El escalofrío lo abordó otra vez—. Yuuri Chubby revoltoso, quieres que haga mis ordenanzas como oficial pero tú que eres mi jefe, las incumples. Eso es un muy, pero muy mal ejemplo viniendo de ti. —Fue sagaz, sabe que Yuuri para bien o mal tiene su código de moral con las reglas.
—Cuando me recupere prepárate con tus sanciones, Zanahorias. —Fue todo lo que pudo decir derrochando su reservada irritación. Además de llamarle «tramposa» y con causa.
—No, no lo soy… soy bien «práctica«, ¡Zorro amargado! —Le pellizcó la piel de su mejilla con gusto volviendo a su tierna y juguetona aura habitual.
—¿Zorro? ¿Zanahorias?…Pfffffff… ¡Ok. ¡Ja, ja, ja, ja, ja me morí con eso! ¡¿Desde cuando se dicen así?—Phichit explotó en risas dada la referencia.
—¡Él me dice zanahorias, yo puedo llamarlo zorro! ¡Jum!—Estiraba más y más los redondos cachetes del nipón en venganza.
—¡Heeey! ¡Auchs!, ¡Itai! ¡Itai!! ¡Ya entendí! ¡Ya entendí!, ¡Yamete kudasai! ¡Me…me duele! —Sin gloria, Yuuri debió asumir su derrota cuál cachorro ruborizado y regañado—. ¡Y t-trátame con respeto!
—¡Lo haré cuando regreses a tus funciones! «¡Jefe inhabilitado!» —Golpe bajo a su voz de mando como a su espíritu quebrado—. ¡Y voy en serio con que cumplas tu parte o te daré peluchazos en la cara y puedes apostarlo!
—¡Noooooooooooooo!
—Entonces, ¿Es un trato, Zorro Renegado? —Le guiño un ojo en confianza al picarle su respingona nariz.
—¡N-no hagas eso! —Se defendió tapándose su rostro con sus manos—. ¡Ya me quedó claro! ¡Deja mi cara!
—AMAZING!!! —Gritó carismática y muy feliz.
—¡Détente!, ¡Waaaahhhg!
Su arranque o el abrazo fue con tanta fuerza que terminó rompiéndole las costillas Yuuri y la niña se puso algo dramática al verle hecho un muñeco de trapo con sus ojos en espiral. Lo sacudió o le llamó casi chillando por su nombre para que despertara de ese ataque cariñoso pero el hombre quedó fuera de combate por un par de segundos.
—«Esto es increíble, Chris se irá para atrás apenas le cuente esto»… —El flash de la cámara apareció.
La tontísima y tragicómica escena concluye con un buen desenlace y en lo que una Vicky de boca acorazonada le pide disculpas restregando su melosa mejilla a la de un Yuuri amargado que se tiraba de indignado por ese atropello a su integridad. ¡Ah! pero bien que le gustaba ese acercamiento al muy hijo de su prácticidad por muy indignado que estuviese.
Phichit no contenía su risa porque nunca espero ver una discusión tan divertida en ese par. Nunca espero ver a Yuuri tan dócil y siendo el mismo con ese ángel e incluso daban el aire de estar casados ¿En qué momento sucedió la boda que nadie lo invitó?

En fin, solo contaba las horas, los días o el tiempo necesario para que su máximo deseo se hiciera real y así la amistad entre el caballero y la señorita escalaran un peldaño más.
No obstante, en la mente de Phichit también se perfilaba un buen material que sin duda abrió las puertas a zonas insondables donde el cielo le advierte de viejas y nuevas eventualidades. Lo visto no lo deja tomar un respiro, más es consciente que quiera o no, deberán ir a paso lento. Estarán en sobre aviso, estarán en alerta, y más aún estarán listos para cualquier arremetida que intenten causar los impíos a quienes se enfrentan…Porque bien, ya están dentro de la tormenta esperando a que su calma se desenfrene, es justo allí que la gran prueba, ¡Les acechara!
📷📷📷📷📷
Continuará…
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Vocabulario Cultural o Idiomático ( y fuuuuuulll Largo)…
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*Distensionar o Distensión: Es acto de aflojar o disminuir la tensión, pero también tiene un significado médico para nombrar a la tensión violenta en tejidos y membranas.
Alguien: Shary ¿Qué no es «Destensionar»?
Respuesta DE LA SHARY: Destensionar con «e» no existe (pero si existe «destensar»… más ví apropiado usar distensión)
*Bailar El Indio= Expresión colombiana que puede significar «No importarle algo en lo más mínimo» otras expresiones parecidas pueden ser «pasarse todo por la faja» o «valer madre«
*Ñoñostacio: dícese de aquel o aquella con un gran intelecto a nivel científico o en otro campo pero que también podría ser comparado por un sheldon por su frikismo xD (?) Palabras textuales del «Negas»
*Container / 「 kənˈtānər 」 = Del Inglés, Significa «Contenedor»
*陸将(統合幕僚長および陸上幕僚長) / 「 Rikushō (tōgō bakuryō-chōoyobi rikujō bakuryō-chō)」 = Del Japones con pictogramas del Chino, Significa «General de Tierras (Jefe de Estado Mayor Conjunto y Jefe de Estado Mayor de Tierra)» ese nombre es el rango usado para los generales que pertenezcan a la milicia imperial. pero el nombre corto seria 陸将 que según el romani japonés es «Rikushō» y
Rikushō-san fue la expresión que usó nuestro Yuuri para referirse a su jefe ruso xD algo que le cayó en gracia a Felstman xD porque el Yuuri de años atrás solía ser demasiado formalito y tímido con él al punto de ponerse nervioso (así como lo que leímos en esa escena donde Yakov le bromeaba xD), el Yuuri actual le nombra solo por su apellido o de plano usa «Señor» o «jefe» xD
*Boycott / 「 bɔɪkɒt 」 = Del Inglés, Significa «Boicotear» el término como tal es Impedir o interrumpir el desarrollo normal de un proceso o de un acto como medida de protesta o como medio de presión para conseguir algo. pero si nos vamos a nivel policial-criminal (es hacerle frente a algún ente oficial por motivos personales) en este caso los Kazumas ven a Yuuri como una amenaza latente…y se vendrán más Boycotts en su contra…
*Зайка / 「 zayka」 = Del Ruso, Significa «Conejito»
*Het / 「 Het」 = Del Ruso, Significa «No»
*Спасибо Большое / 「 Spasibo bol’shoye」 = Del Ruso, Significa «¡Muchas gracias!»
*Movimiento Axial: En Física, Pude ser es un movimiento lineal a lo largo de un eje o rotacion, visto éste de frente, el movimiento va delante-detrás. Si nos vamos a los combates de armas blancas, ese tipo de movimientos son básico en las ejecuciones de los sables (en este caso la Katana de Yuuri pertenece a la familia de los sables) como nota adicional Diré que Yuuri es bueno haciendo esos movimientos porque:
1) el señor Toshiya es un gran maestro de la espada samurai a futuro lo veremos blandir su espada en defensa de Hiroko (tómenlo como spoiler) xD….
2) Su hermano también lo fue …. ¡Uno terriblemente bueno!
3) Domina muy bien el Iaido, que es un derivado de Iaijutsu y desarrolla la habilidad samurai de sacar la espada y cortar en el mismo movimiento. XD ALV!!!
*Navajas Taramudi: Originarias de España. Esas navajas son hechas entre los valles de la preciosa Asturias. Las Navajas Taramundi se caracterizan por ser estéticas pero eficaces y son de lo más fino para muchas labores. Esa arma en manos equivocadas puede pasar por una pieza peligrosa ya que la hoja de acero es de un filo bien remarcado. (Raven tendrá sus raíces de pandillero pero el maldito tiene buenos gustos xD)
* トンファ / 「 Tonfas」 : Según Wikipediaes conocida como tuifa, tunka o tonkwa, era un utensilio de campo originaria de China y de Okinawa, de la cual se derivó a rma y posteriormente es el bastón policial moderno, (PR-24) o como le decimos en mi ciudad EL MANDÚCO XDD, El uso de las tonfas se enseña en el arte marcial del Kobudō (o en karate, que tradicionalmente incorporaba también la anterior). Los Oficiales Ordinarios del FPJ a diferencia de sus colegas del FEGI no pueden usar armas blancas (Como espadas y Sables) en su defensa, a cambio pueden usar armas de madera o de acero como las Tonfas (es un ejemplo) y el señor Himura es un experto usandolas 😀
ahora si nos vamos a hechos reales: este sistema aplica para los patrulleros y vigilantes en mi país. pues aparte de su arma bélica reglamentaria deben usar una tonfa en caso de emergencia.
* 鎌 o かま, 「 Kama」 : Según Wikipedia proviene de isla de Okinawa y es usada en el arte marcial de las armas o kobudo japonesa de origen campesino como la Tonfa. tiene una hoz de mango corto accesible a la mano que se utilizaba para cortar cereales; (en algunos países aún las usan) con el tiempo evolucionó a ser una arma letal y tener variadas estilizaciones. A Jay C no le gusta experimentar con su cuerpo como sus hermanos, prefiere lo habitual siempre que no se metan con su amigo de «allá abajo» xD
*Cuchillos Tácticos: Los cuchillos tácticos o « cuchillo Rambo» son un tipo de arma blanca militar con unas condiciones de fabricación que los hacen únicos para el combate, con materiales muy resistentes, pensados para un uso extremo en las condiciones más adversas. tienen doble filo, el primero es liso pero el segundo filo está segmentado como los de una sierra lo que permite no solo cortar si no destrozar y degollar. Yura salió sádico igual Rambo xD!
*Espadín: Ya les había hablado de ella en el capi 12 peeeeero, ¡se los vuelvo a recordar! Esta arma blanca nació como la evolución de la espada ropera. Es de origen francés, la escuela francesa se caracteriza por la rapidez en sus ataques y a diferencia de la ropera, su mango, y hoja son ligeras o sencillas haciéndola un arma elegante y mortal.
* 蹴り / 「Keri」 = Del Japonés Significa «Patada» mmm al romanizarse los de habla inglesa cambiaron la K por G quedando escrituralmente para nosotros como occidentales como 「»Geri»」 En artes marciales se usa mucho esa expresión. Hay varios estilos de Geris según la flexibilidad con la que se use la pierna.
* Yak / 「jæk」 = Del Inglés Significa «Golpe» en términos de boxeo, Muay Thai, o KickBoxing, el Yak: es un golpe de engaño para otra acción posterior, «preocupar» al rival o darlo Directo (como lo hicieron Beka y Phichit)…
* มวยไทย / 「Muay Thai 」 : Segun Wiki y otras vainas que ví por ahí, el arte de las ocho extremidades o Muay Thai es un arte marcial y deporte de contacto, tiene como base el boxeo Thailandes. El cual se desarrolla de pie por medio de golpes con técnicas combinadas de piernas, brazos, pies, rodillas y codos, además de algunos barridos, sujeciones (para golpear)
* ไหว้ครูรำมวย / 「Wai Kru Ram Muay」: Literalmente su nombre significa (El baile de guerra que saluda al maestro) es una de las extensiones del Muay Thai y este muestra respeto y gratitud al maestro del boxeador, sus padres, y a sus antepasados. Cuando los boxeadores luchan delante de la realeza, el ram muay también era una muestra de respeto al rey.
Ahora, El ram muay (el nombre corto que le dan los practicantes) está acompañado por música en vivo, proporcionando un ritmo a los movimientos del boxeador en sentido contrario a las manecillas del reloj, lo que lo hace full artístico (algo parecido a la CAPOEIRA ARTE MARCIAL DE Brasil) y cuando terminan de dar sus reverencias, los movimientos, a nivel de combate se basan mucho en el Hanuman y son super complejos.
Obviamente para el fic exageré algunos rasgos (Recuerden que este fic es Shonen xD) pero…me vi tentada a usarlo con Phichit !!! xDDD ahhh~~ y admito que el programa libre de Phichit me instó a ello solo imaginármelo pelear y usando sus Hilos letales como plus ALV!!!!! -se murió desangrada la autora- xDDD.
*UNESCO: Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura ( en inglés United Nations Educational, Scientific and Cultural Organization) es un organismo especializado de las Naciones Unidas. Se fundó el 16 de noviembre de 1945 con el objetivo de contribuir a la paz y a la seguridad en el mundo mediante la educación, la ciencia, la cultura y las comunicaciones
*Biomaterial: estos son Sustancias o materiales naturales o sintéticos que resultan adecuadas para su implante en contacto directo con tejidos vivos o sistemas biológicos con un propósito médico o científico (tratamiento, suplementos, reparación o reemplazo de una función tisular del cuerpo) por ejemplo, la silicona se considera un biomaterial. en el caso de Phi y Raven usan esto a nivel científico (Phi con fines nobles, Raven con fines destructivos)
*Fibra Óptica: Filamento de material dieléctrico, como el vidrio o los polímeros acrílicos, capaz de conducir y transmitir impulsos luminosos de uno a otro de sus extremos. pude servir para comunicarse a travez de señales telefonicas o mandar impulsos electricos… tambien la fibra tiene su derivado Textil el cual es obtenido por procedimiento químico, (los hilos de nuestras ropas son fibras :D)
*Microfilamentos: son finas fibras de proteínas globulares que le dan soporte a la célula y forman parte del citoesqueleto que da la base a los músculos en nuestro cuerpo, y están compuestos predominantemente de una proteína contráctil llamada actina. Su función principal es la de darle estabilidad o movimientos y es la responsable de la contracción muscular. Los microfilamentos también pueden llevar a cabo movimientos celulares, incluyendo desplazamiento, y contracción a su antojo.
*Hidráulica: es una variedad de máquina de fluidos que para su funcionamiento se vale de las propiedades de un fluido incompresible o que se comporta como tal, debido a que su densidad en el interior del sistema no sufre variaciones importantes.
*Biomecánica : las palabras «bios / vida» – «mekhane / máquina», e «ico-a / relativo a» que son procedentes del latín ….si se ponen en conjunto significa en español algo como: (relativo a la máquina de los seres vivos».) estudian la función y la acción del cuerpo en los seres vivos, La biomedicina, la anatomía, la ingeniería y la fisiología son algunos de los campos que derivan de la biomecánica, y estas buscan solucionar inconvenientes físicos que van de distintas condiciones como la pérdida del brazo, la falta de extremidades etc, complementandolo con aparatos que les reemplacen (por ejemplo las prótesis).
Creo que con esta explicación …se dan una idea para donde apunta EL FIC…. D: OMG -inserte musiquita dramática y diga: ¡CHAN! ¡CHAN! ¡CHAAAAAANNN!
PARA ACLARAR: Les recuerdo que MOF es un fic que es Shonen o bien casi un seinen xD… sería un brazo extensivo de la Narración Policial o Ciencia ficción y como buen exponente de esa categoría..tendrá su lado surrealista xD (ya lo vimos antes con los combates en la T.S.PA jajaj)
Pero regresando al tema, leyendo un poco sobre invenciones sensoriales a nivel real…crearon un Guante y un Casco sensorial que permite a los que perdieron el sentido de la vista (ciegos) de poder recrear a nivel «neuronal o mental» cosas tan básicas como el agua, las flores, etc, es como si lo vieran sin necesidad de ver… todo esto a través del sentido del tacto… De allí me nació la idea de los hilos y admito que HELLSING TAMBIÉN JUGÓ MI LADO FREAK XDDD ALV!
Ahora A nivel «fantasioso y medio científico» (Porque yo no soy científica, no más tomo conceptos y trato de darle algo de «dis que lógica») esos hilos en Phichit se conectan a través de los guantes que él creó, este se adhiere tanto a la piel como todos los conectores sensibles de los músculos de sus de sus dedos teniendo como base, lo que vio y estudió en los Micro-filamentos, y eso permite que sus hilos se desempeñen a su antojo solo por corrientazos neuro sensoriales (por eso la fibra óptica y el uso de biomateriales extremadamente fuertes como la nanofibra de celulosa…-ojo, si me regreso a lo real, esta última ¡si existe! y hay estudios de que es la fibra más fuerte jamas creada- recuerden que me gusta mezclar cosas reales con cosas fantasiosos aquí en este fic xD )
Para info de carácter técnico policial, pueden ir al botón que dice (Vocabulario del Fic)
🔥N/De Shary: Debí subir esto desde hace rato pero la empresa Electricaribe care-mondeu no me dejó por andar quitando la Luz y tanta cosa en el colegio nuevo tampoco ayudan ….¡¡ALV!! >:v
Ahora si!, ¡HOLA AL PUEBLO! ¿¡Cómo están!? ¡Yo aspiro a que bien. Les traigo el Capítulo 18 y ¡con la nota del final me quedo en 53.823! es que me tocó juntar los dos capitulos por el formato de AO3 y quedó relargo weee q__q
Bueeeeno, voy con lo propio: ¿Les gustaron los dibujitos? esta vez si me apliqueé con variados estilos xDDDD me dio risa uno en especial porque se me hizo muy estilo City hunter/YuYu Hakusho/DBZ/Naruto cuando la historia queda con suspenso xD si soy una hija de su mamá por dejarlo en la mejor parte xDD
Pdt: 7u7 por más Yuuris destajadores, Phichitos con lavaderos y Vityas tiernitas así ¿please? xD
Cronológicamente en este nuevo capitulo pasaron muchos dias (MUUUUCHOS EN MAYÚSCULA) donde vimos MUUUUUUUUUUCHAS COSAS a nivel grupal, individual, en duo, etc y que en cierto modo, si me enfoco nuestro niños Yuuri y Vitya, dejaron atrás sus incomodidades. Ahora se les ve mucho mejor y con su confianza renovada a nivel profesional… en cuanto a las emociones… esos dos están en una fase «nueva y bonita» que me gustará explorar. xDDD ¡Y más en Yuuri! Ya ese T.C esta casi por caer, un hámster se lo recordará y lo shipeará ¡QUIERA O NO! con esa ilegal casi legal xDD
Ah pero Vitya tampoco se salva… ¿es mi imaginación o nuestra pequeña conejita ya está empezando a ver interesante al «bonito amargado»? ¿no sé? ¿digan ustedes? xDDD
También conocimos a un nuevo personaje, que de hecho lo vimos en el capi 16 pero no había hecho su presentación formal, el señor Kenji Himura veterano oficial del FPJ, será una ayuuda extra para las comarcas dirigidas por Yuuri 😀 segun Vitya es un amorsh el viejito xD
y bueno no todo es bonitura…. ¡y Les dije que el recreo a nuestros chicos se les acabó! se puso intenso todo con ese trió de hermanos fregando el parque y haciendo de las suyas D: conocimos un poco del pasado criminal desde el punto de vista de AKON y su alianza con Tryannus. y les recuerdo que en este fic verán temas «sensibles», por algo puse algo llamado «aclaraciones» …D: y aunque no tengo problemas con los lindos lectores que me siguen desde el principio… para los nuevos espero que puedan tomarlo de la mejor forma.
Este capi no fue para nada fácil de manejar porque aquí damos la apertura al nuevo arco (con respecto al Archivo antiguo que tanto los chicos mayores (hablando de Yuuri, Leo , Chris y Phi ) mencionan, la cuenta regresiva para los Kazumas por haber fallado y como de apoco la organización de la cual ya se conoce un poco de sus intenciones se hará notar. Las conspiraciones son algo que se ha visto a lo largo de cada guerra interna (como lo que mencionó yura) veamos como se dará aquí en MOF!! D:
¡Juró que era necesario! (?) xD
Ah y oficialmente puedo decir: ¡¡¡QUE YUURI YA SE ENAMORÓ, NO JODA!!!! AL FIN!! XDDD 18 capis para que él aceptara sus sentimientos xD -le tira todo- y ahora es nuestra Vityaa quien esta en etapa de negación xD (?) OMG hagamos una apuesta para ver cuanto me costará que esta señorita caiga ante los encantos del japo xD (?)
Eso me lleva a las siguientes preguntas. Chan chan chan:
-¿Qué cosas creen que pasarán en el cap 19?
-¿El Zorro japonés podrá ir a trabajar xD?
-¿Yuuki le sapeará / dirá todo a Vicky? y si es así, ¿qué acciones tomará la coneja xD?!!!
-¿Phichit le hará bullying a Yuuri ahora que este aceptó sus sentimientos xD?
-¿Los kazumas querrán venganza D:?
Pregunta extra: ¿Cómo creen que será la conversación entre Mari con Yuuri sobre lo que le pasó? ¡porque se viene el regaño y de paso doble bullying xD ¿adivinen el por qué? xD! ¡Todo esto y mucho más en el próximo capítulo!
PARA FINALIZAR:
1) ¡¡¡ME REGALARON OTRO DIBUJIN!!! ¡¡UNA VICKY BIEN MILITAR, CORTESÍA DE Samantha, !!! una Vitya-fem con su Yukata del Onsen, CORTESÍA de mi Beta Japonesita SALEM, y una una Vityaaa bastante deportiva por cuenta de Isaaaaaaaaaaa!! Gracias TOT (pobrás ver esos dibujos en mi wattpad)


2) Podrán saber de adelantos y cosas sobre mis fanarts en mi fanpage de facebook “StarsDub’s” y también los invito a leer otros fics que llevo por allí en Alianza YOI, u otras como Inkspired, o AO3.
3) Si tengo dedazos de redacción, o alguna corrección que hacer, díganmela! la idea es mejorar q_q y que estos capitulos estilo biblia para ustedes queden bonitos, gracias
¡Nos vemos en el que sigue! ¡¡¡Cambio y fuera!!! ¡¡Muchos Saluditos a todos!!
Att: su servilleta, la shary 😀