Por favor, disfruten la lectura acompañada de la siguiente melodía.
La vida humana era bella y extraordinaria. Pero también muy triste y cruel.
Días después del baile de verano, Guang Hong entro en trabajo de parto. Fue una noche en donde había una fuerte tormenta azotando el pueblo, Leo había llegado a la casa de Yuko con mucha alteración mencionando el acontecimiento. Obviamente todos fueron a ayudar, la partera, Yuko, su madre y el propio Yuuri fueron hasta donde se encontraba Guang Hong mientras Takeshi se quedaba cuidando de las trillizas. Prepararon todo para recibir al nuevo bebe, la partera y la madre de Yuko entraron a la habitación mientras Yuko, Leo y Yuuri estaban esperando fuera de la habitación. Se podía sentir la incertidumbre en todos. El tiempo pasaba y los gritos de dolor de Guang Hong se escuchaban cada vez con más fuerza hasta que de un momento a otro dejaron de sonar en la habitación, entonces no se oyó ningún ruido más. No se escuchó el llanto de ningún bebe, ni palabras de Guang Hong. Solo silencio. Fue después que el desgarrador sonido del llanto de Guang Hong alerto a todos, Leo entro a la habitación de inmediato encontrándose con el doloroso cuadro. Yuko y Yuuri miraron a la madre de esta, expectantes, pero ella solo negó con la mirada. Guang Hong se encontraba bien, a su lado se hallaba Leo, pero la madre de Yuko contenía entre sus brazos un pequeño cuerpecito que no se movía. Era él bebe de Guang Hong que había nacido muerto.
El pequeño omega lo sostuvo entre sus brazos al momento que le fue entregado por la madre de su amiga, él bebe estaba morado, el cordón umbilical se había atorado en su cuello imposibilitando su salida, la partera utilizo varias técnicas para lograr sacarlo del interior de su madre, pero al momento de extraerlo ya era demasiado tarde.
Desde un principio Yuuri siempre lo supo, no era intencional, ni algo que hubiese deseado, pero desde que conoció al pequeño Guang Hong pareció intuir lo que pasaría. El parto de un omega masculino era muy complicado, el joven dios lo sabía porque se lo habían explicado, era necesario un médico especializado en la materia; y en un pueblo donde el chico era el unico omega masculino, era un milagro siquiera que este estuviera con vida. Pero era algo muy desgarrador perder un hijo, para los omegas era algo demasiado doloroso, casi irreparable, pues su lazo era más fuerte con sus hijos que las madres beta con estos. Ahora debían estar pendientes que el pequeño no cayese en depresión por la pérdida de su cachorro.
Ambos padres lloraban en silencio, temblando de impotencia, mientras la partera y la madre de Yuko miraban el suelo. No era culpa de nadie, pero aun así, se hallaban con impotencia y dolor en sus almas. Yuko también estaba llorando y Yuuri podía sentir todos esos sentimientos carcomiendo su cuerpo. La partera le pidió él bebe a Guang Hong para poder revisarlo por última vez, era necesario confirmar la muerte antes de iniciar a preparar el cuerpo para el funeral y llamar al médico.
– ¡No lo alejen de mí! -grito al primer intento que su hijo fuera separado de él-… Por favor no… no se lo lleven…
Guang Hong se negaba a dejar ir su hijo, pero no podía hacer mucho más. Empezó a llorar en brazos de Leo que le acompañaba en su llanto. Yuuri los observo, esa era la primera vez que los observaba llorando, sentía una gran amargura dentro de su corazón; luego observo él bebe, era tan pequeño, tan delicado. Un ser que no pudo dar su primer respiro en este mundo. Y en ese momento sintió un grave dolor, y una enorme tristeza.
– ¿Puedo? -le hablo a la partera estirando con timidez sus brazos, la mujer le miro extrañada-. ¿Puedo tomarlo en brazos? –volvió a preguntar Yuuri.
La partera no entendía como un forastero podía verse tan encariñado con un bebe al cual no estaba relacionado, sin embargo, intuyo que, al tratarse de un omega, se vería ligado instintivamente, así que por eso y por respeto a los familiares, entrego brevemente él bebe en brazos de Yuuri. Este lo tomo con cuidado, estaba frío, su piel iba tomando un color morado y sus manos aun diminutas, comenzaban a entumecerse. Lo abrazo contra si empezando a llorar. Este niño debía crecer como los otros y dar felicidad a sus padres, crecer, jugar, ayudar a pescar con el resto de los hombres del pueblo, casarse y formar una familia, todo eso le había sido arrebatado en un instante. La vida humana era tan injusta, tan débil, tan corta, tan cruel… si solo un momento, este bebe pudiera dar un respiro más, si pudiese observar a sus padres y tomar sus dedos con esas diminutas manos que tan feliz seria eso.
Pasaron unos minutos mientras abrazaba al bebe, estuvo a punto de regresarlo a las manos de la partera cuando sintió como se movía entre sus brazos, como una respiración algo acelerada soplaba en su pecho y como un diminuto corazón palpitaba con fuerza. El dios de ojos chocolate observo como el color volvía al diminuto ser, y comenzaba a llorar para el asombro de todos. Nadie podía creer nada hasta que escucharon el fuerte llanto del bebe. La partera quien permaneció insólita por unos minutos corrió hacia Yuuri y observo al bebe.
– Está vivo-susurro. Sus ojos no daban crédito a lo que veía. Era un milagro.
Yuuri no creía lo que observaba frente a sus ojos, él bebe lloraba y lloraba con fuerza, tanta que nadie podía creerlo aún. Camino lentamente hasta Guang Hong, observando como él bebe comenzaba a calmarse mientras le era entregado a su madre. El pequeño omega empezó a llorar de alegría, mientras abrazaba a su hijo. Leo miraba incrédulo la situación, pero no pudo hacer más que abrazar a su esposo y su hijo llorando de felicidad.
Poco después de eso, él bebe fue limpiado y revisado por el médico del pueblo, estaba en un excelente estado de salud para la sorpresa de todos.
Los padres del pequeño solo pudieron suspirar de alivio, y mostrar con alegría el nuevo miembro de la familia a todos los presentes. Las trillizas fueron traídas por Takeshi y observaron maravilladas al pequeño bebe de Guang Hong. Por otro lado, Yuuri permanecía fuera de la habitación mientras todos se hallaban en el cuarto viendo al bebe, estaba reflexionando sobre lo ocurrido.
Verdaderamente, él bebe había nacido muerto, no tenía respiración, no tenía pulso ni color en el momento en que lo tomo en sus brazos. Era algo completamente inaudito. No era un milagro así nada más, el estaba relacionada a eso.Su fuerte deseo que ese bebe siguiera viviendo lo había hecho a activar sus dones. Ese bebe debería estar muerto, pero, ahora vivía, había cambiado egoístamente los hilos del destino, el ciclo de la vida humana; todo por sus inestables poderes y un deseo.
– ¿Por qué no pasas? -pregunto Yuko acercándose a Yuuri, esta le miro-. Guang Hong y Leo desean que estés con ellos en este momento.
Asintiendo a la petición de sus amigos, este entro en la habitación donde toda la familia estaba reunida observando al recién nacido, el aura que emanaba la familia era muy distinta ahora, se sentía tan cálida y brillante, golpeaba con fuerza su pecho. Guang le miro de inmediato al momento que entrase a la habitación y le pidió que se acercara.
Llego hasta donde estaban ellos y observo al bebe en los brazos de su madre, ahora tenía un tierno color rosado, sus mejillas estaban rosadas y su nariz respingada era igual que la de su padre, este alzaba su diminuta mano en busca de algo o de alguien. Leo le pidió a Yuuri que tomara en brazos al pequeño, este dudo mucho en si debía tomarlo en brazos, pero luego de observar el rostro de aprobación de todos lo tomo entre sus brazos, tenía un pequeño mechón de cabello castaño, aun no habría sus ojos, pero era tan hermoso, ese pequeño bebe varón.
Leo y yo hemos estado pensando cuál sería su nombre-comenzó a hablar el chico observando a Yuuri-, y ya hemos decidido cuál será Yu Hong
-Yu Hong -repitió el joven dios, sintiendo una emoción suave al escuchar la primera inicial de aquel nombre.
-Significa gran jade en el idioma de donde provengo-menciono Guand Hong-, aunque solo tiene una de tus iniciales, lo hemos nombrado así por ti-ante esta revelación Yuuri no pudo evitar verlos con sorpresa y confusión, después de todo, el era alguien ajeno a la familia, un forastero, les miro sin entender el porqué de esa decisión tan importante, Guang noto el rostro de Yuuri y procedió a explicar- se que puede sonar extraño y que estés confundido, pero fue en tus brazos donde este pequeño volvió a la vida y yo pienso que el milagro sucedió cuando lo cargaste entre tus brazos-Yuuri se alarmo al verse descubierto, pero, la sonrisa que le brindaba Guang Hong era lo único que necesitaba para calmarlo.-Gracias, por devolverme a mi hijo.
En ese momento Yuuri no supo que decir y tan solo se quedó callado, las emociones podrían delatarla como un dios en el mundo humano, por eso debía mantenerse calmado, aunque por dentro de su cuerpo, en lo más profundo de sus emociones se sintiera inmensamente feliz.

Notas de autor:
Respecto al capitulo, me disculpo de antemano por las lagrimas ocasionadas, pero bueno, este es un capitulo que de verdad me lleno de múltiples sentimientos cuando lo escribí por primera vez; pues uno nunca sabe cómo puede desarrollarse una vida por más que la planifiques o esperes. Es algo sagaz, etéreo, puede comenzar y seguir, o apagarse sin poder evitarse. Son este tipo de cosas que quiero ir desarrollando brevemente, como va reaccionando y creciendo un alma que está en blanco, y poco a poco va llenándose de colores pasando a través múltiples eventos. ¿Qué colores predominaran más? Eso es lo que quiero ver, incluso yo que soy la que lo escribo. Ya comenzamos a ver matices grises en la historia, quiero que tomen eso en cuenta como una pequeña advetencia de la autora.
¿Que les parecio el capitulo? Me gustaria mucho saberlo ❤
¿Teorias para el proximo capitulo? Muchas me han gustado de las que he leido, y especialmente quiero ver que ideas tienen apartir de los siguientes capitulos 😉
La banda sonora de este capitulo es Aitakatta, de la segunda pelicula de Sakura Card Captors, yo queria otra canción de esta misma peli, pero no la consegui en youtube pero de igual modo esta tambien me agrado, espero que les haya gustado. Un saludo grande desde Venezuela, se les quiere.