
Prólogo
Nadie sabrá nunca la tortuosa experiencia que fue escribir esta historia, algo de lo cual me siento, en verdad, orgullosa de completar. El recuerdo de las sensaciones que debí soportar aún me persigue. Solo quienes han padecido un encuentro con el objeto de su miedo podrán hacerse una idea.
Sin embargo, debo decir, todo lo sufrido va más allá de alguna simple fobia: deseos ocultos, pasiones desordenadas y la atracción por la belleza de lo intangible, lo abstracto y obscuro del propio ser.
Esta historia incluye sonetos de Federico García Lorca. No existía mejor obra que mencionar en medio de esta, tras descubrirla luego de escribir el primer borrador. Me asombró a tal punto la conexión entre los sonetos y esta historia, el como hablaba del mismo doloroso proceso, que debí agregarlos para que también ustedes lo apreciaran.
Yo terminé obsesionada con ellos.
Ceres Mia Dupel.
