Shary POV’s: Hola, si has llegado hasta aquí por medio de AO3, espero que puedas disfrutar esta bella historia.
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🔥 Capítulo 02: ¡BUSCANDO!
🔥 Autora: Shary
🔥 Arreglos y Re-beteo: Shary
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«Tan solo hay un inconveniente…»
«¿Cuál sería el paso a seguir si no habla ni pío de japonés?»

Aeropuerto de Fukuoka/ Japón
Enero del 2017 – 10:00 AM
Vicky ahora mismo estaba viviendo un dilema existencial por varias razones. En primera, se encontraba sola con su caniche en un país que no conoce (bueno, no es que ella tuviese miedo o algo por el estilo, al contrario, estaba fascinada por la pequeña porción que había visto de esa nación oriental). Lo segundo era que se encontraba en un lugar un tanto alejado de su parada fija (la cual es Tokyo) Ustedes dirán: simple, la cosa es preguntar a cualquier persona y listo…
Pero… «el problema» no era estar en dicho país, «el problema» no era estar sola y «el problema» tampoco era estar en un lugar que no era el adecuado…
«El señor problema» era el bendito idioma, cuyas letras extrañas llamadas Kanji, son utilizadas en la escritura del japonés y a la vista de cualquier occidental tienen poco o nulo uso en lugares donde predomina el alfabeto latino, más aún, si eres una adolescente de nacionalidad rusa y usas el alfabeto cirílico.
Ni hablemos de su pronunciación. ¡Menudos variantes dialectales del japonés!
Sus léxicos gramaticales son tan cambiantes y tan radicales que ni entre ellos mismos se comprenden. Sería más sencillo si usaran el idioma universal como algo alternativo pero, al estar en Fukuoka, digamos que es una zona en Kyushu donde no hablan mucho inglés, sus intentos de usarlo con los ciudadanos de aquella prefectura fue en vano y manejar francés tampoco fue de mucha ayuda.
«Sé una oficial de policía, decían…» «Esto será fácil en Japón, decían…»
—Debí estudiar Japonés en su momento en lugar de estudiar Inglés y Francés… Ahhh muero. —La joven se desplomó totalmente en la banca de la vía pública como la dramática exagerada que era, mientras su perrito le daba «ánimos» a su manera. En eso, logró acomodarse boca arriba con una pierna recogida y la otra estirada, alzaba su mano para acariciar al can y así calmar sus propias ansias.
—No pensé que el idioma fuese algo tan complicado Makka, roguemos para que alguna alma de buen corazón nos ayude a llegar a Tokyo y entienda mís «señales de humo». —Concluyó ella en broma. A la voz de ello, se levantó como resorte de esa banca, tomó sus cosas y nuevamente intentó de comunicarse con la gente a punta de muecas y así llegar a Tokyo.
Parecía simple pero no lo era. Algunos huían por sus gestos y otros la tomaban con gracia, más ella no se desanimaba. Con suerte, logró llegar caminando a una de las estaciones ferroviarias de Fukuoka gracias a «Google traductor» y allí nuevamente inició el proceso de señas para reunir algo de información sobre la ruta a tomar hacia Tokyo. Pasó una hora y se percató que Makkachin lloraba por comida, por lo que decidió tomar un descanso y buscar algo para comer.

Estación de Fukuoka / Japón
Enero del 2017 – 11:00 AM
—¿Y bien? ¿Qué les pareció el show? —Preguntaba una joven de cabellos almendra con tintes rojizos a cuatro pequeños. Tres de ellas eran niñas, trillizas para ser exactos, de diez años de edad (pero que no las engañen, de inocentes no tienen ni un quinto) y un tierno niño que acababa de cumplir los cinco años. Habían asistido a un evento de patinaje para nada competitivo, por lo que los patinadores sólo se dedicaron a montar espectáculo y así recaudar fondos para familias necesitadas. Ellos ahora se disponían a volver a casa.
—¡Todo estuvo estupendo, mami! —Dijeron al tiempo dos de las trillizas, sus ojos reflejaban corazoncitos con sólo hablar de ello—. Ver a Yuzuru y Deniss fue de dioses.
—¡¡Si!! Aunque debimos tomar más fotos de la atractiva y sensual parte de atrás de Stéphane y de Johnny en el evento. —Culminó la última porque su cámara se había descargado.
—¿Hmm? ¡Yo ví a señores y señoras patinando! ¿No sé qué tiene que ver la parte de atrás con patinar en el hielo?, Tía Yuu-chan, ¿Usted sería tan amable de explicarme, por favor? —Mencionó inocente y muy educado el niño, agarrando su peluchito de cerdito. Pese a su edad, él era muy elocuente en su modo de decir y transmitir las cosas, a lo que la madre le llamó la atención a sus hijas.
—Ay mí niño, cosas de tus primas, no hagas caso verdad, ¿Axel, Loop y Lutz?
Miedo… total y absoluto miedo sintieron las trillizas al ver a su mami. Su sonrisa aunque era dulce, escondía un mensaje subliminal, como si estuviese diciendo: «me las van a pagar», ¡Oh si!, era una advertencia silenciosa. Las susodichas solamente asistieron ferozmente con sus cabeza y por un momento se dedicó a engañarlas, separándose del pequeñín.
—¡Niñas! ¿Qué les dije sobre mencionar ese tipo de cosas en presencia de Yuuki? ¿Acaso ustedes quieren que su «casi tío» me mate, deje viudo a Nishigori y a ustedes sin madre?
—Ahh ja-ja-ja… Se nos pasó mami. —Mencionaron las tres al unísono con temblor en sus voces.
Yuuki, el menor del grupo detrás de ellas, se quedó observando por un buen rato, tenía un gran signo de interrogación en su cabecita cual cachorrito confundido, seguido de una gota que le resbalaba aún sin comprender nada de lo que pasaba; y aunque la respuesta era casi que infalible, Yuuko Nishigori tenía razón.
¿Qué pasaría si el infante saliera con tales comentarios ante su tío? (o más bién su papá por derecho legal) ¡Oh no, no, no! ¡Eso ni pensarlo! ¡Se armaría la «tercera guerra mundial» allí mismo! Madre e hijas continuaron hablando y caminando por un minuto más, hasta que la mayor dio por terminado el sermón.
—Heeeee~~ ¡Listo! ¡Aclarado esto, vámonos!
—¡Mamá espera! —Habló Lutz.
—¿No crees que nos falta algo? —Axel y todos bajaron gradualmente el ritmo de sus pasos.
—Si, algo importante… —Terminó Loop.
Las niñas y Yuuko detuvieron su andar un momento para pensar que se les pudo haber olvidado, hasta que el bombillo se les iluminó:
—¡¡YUUKII!!! —Giraron hacia atrás para buscarlo, pero éste se les había perdido de vista. Yuuko poniéndose de mil colores se llevó sus manos al cabello totalmente angustiada.
—¡Oh por Kami! Estábamos tan concentradas hablando, que no nos percatamos si Yuuki nos seguía! ¡OMG, SU TÍO ME VA A MATAR!, ¡ME VA A MATAR! ¡ME VA A MATAAAR!, ¡NO QUÉ VA, YA MORÍ!— refiriéndose a su amigo de la infancia, tío del niño y lo hará, si no encuentra rápido.
—Mamá, descuida.
—Lo encontraremos.
—No pudo ir muy lejos, es muy pequeño.
Y desde ese momento la mujer y las tres chiquillas desplegaron su búsqueda por toda la estación, acordando comunicarse por sus celulares en caso que alguna diera con el paradero del pequeño.
«¡YUUKI!» por aquí, «¡YUUKI!» por allá, la desesperación era latente en el grupo que sólo deseaba encontrar al menor; por otro lado, el niño bastante alejado del punto en donde se encontraba, se distrajo al ver a un pequeño gatito por el lugar. Él ni corto y ni perezoso le siguió el paso y cuando se había dado cuenta, se hallaba perdido entre la multitud.
Miró hacia todos lados y no lograba a ver a su bonita tía Yuu-chan o sus primitas. A su alrededor había una gran cantidad de gente desconocida que pasaba por su lado sin notarlo, intentó caminar de regreso, pero se tropezó y cayó de rodillas al suelo. Eso provocó que sus pálpitos aumentaran o sus ojos empezaran a enrojecer. Buscó de nuevo una mirada conocida encontrando el aterrador turullo de una multitud que él no identificaba. Se sentó aterrado en una esquina y sintiéndose indefenso. Recordó cuando su tío le advirtió no separarse de su tía y sus primas, porque estar en lugares grandes y concurridos son peligrosos para un pequeñín como él, estaba mal, realmente muy mal.
Una, dos, tres, y luego, muchas gotitas cristalinas recorrían su fino y delicado rostro aniñado. Sus ojos estaban acuosos, su nariz roja, congestionada por la humedad y el frío del lugar han hecho que poco a poco empezara a sollozar, ahogando como le fuera posible su vocecita casi inaudible por el peluchito de felpa, encogiéndose así mismo, acercando sus rodillas al pecho y rodeándolo con sus brazos. Fue desobediente.
Yuuki, cohibido por todo lo que había ocurrido en menos de nada al no estar con sus seres queridos, se resguardó más así mismo, hasta que escuchó claramente unos pasos y ladridos muy cerca de su ser, demasiado cerca pensó el pequeñín, y al levantar su rostro…
—¿Eh?
Sfx: ¡Whamm!
Le habían caído encima y le dieron un enorme lenguetazo con babas. Pasó por parte de sus manitas y su carita, haciéndolo reír y deteniendo su llanto por un corto lapso de tiempo, olvidando sus males, encontrando regocijo en el perro grandote de color café, de buen pedigrí y raza caniche o poodle. Sí… Todo apunta a que nuestro amigo Makkachin se había escapado de las manos a su dueña cuando se disponía a colocarle la correa.
El perro tras hacer su jugarreta, se ha puesto a correr hasta que logró llegar al lugar por mera casualidad en donde se encontraba el solitario niño japonés y en el momento que sus ojos marrones se conectaron con el amigo juguetón, simplemente se abalanzó a su salvación.
—¡Makka, perro malo, no te comas al niño! —Vicky tras pegar la carrera y al fin divisar al pilluelo, llegó lo más pronto posible pensando que le había hecho daño al chaval, pero tal fue su sorpresa al ver lo contrario. La escena del nipón abrazando y mimando a Makka con gran paciencia y calma estaba como para morir de ternura.
Aún sí ella no quería romper la bonita aura que su perrito y el niño emanaban, debía hacerlo y sin más, aprovechó y le puso la cuerda a su collar de un solo tirón.
—Makkachin, estás arrestado por hacerme correr. —Dijo eso último con buen humor y Yuuki pegó un brinco por reflejo, apartándose un poco. Vickytoria se percató de su acción, fue algo sorpresiva e intentó disculparse con él, aunque ella dudaba si el pequeño iba a entenderle, pero nada perdía con intentar.
—Oh no temas lindura, soy su dueña. —Le picó un ojo muy coqueto, mientras acariciaba a la bola de rizos café a su lado y siguió hablando en inglés. Para Yuuki, la voz que esa chica de ojos azules poseía, era la más bonita del mundo—. Este fugitivo de aquí se llama Makkachin, se me escapó cuando iba a comer, por suerte se topó contigo. —Dijo esto tocándole la naricita con la punta de sus dedos y ese contacto lo había hecho sonrojar al instante llevando sus manos a ella.
—Gracias a tí lo pude atrapar, pensé que te había hecho daño, pero veo que no. —Se agachó un poco para estar a su altura manteniendo su lado jovial y sonriente. Le revisó delicadamente para encontrar algún moretón o herida, después de esa estrepitosa caída que se llevó por causa del acusado perruno y retirando algunos mechones rebeldes de su carita redondita e infantil, más no encontró nada. Eso le alivió. Internamente el pequeño estaba quietecito y muy sonrojado por las atenciones de la muchacha. Yuuki no era de los que se dejara tocar y menos, de hablar con extraños, pero aquella mujer de ojos bonitos como el cielo, había sido realmente amable con él y le inspiraba mucha confianza en medio de su timidez.
—E-este… yo… —Intentó hablar en su escueto y aniñado inglés. A Vicky se le iluminaron los ojos porque había alguien en esta ciudad le entendía, no importaba si era un niño, eso simplemente le aliviaba. —Estoy bien, ¿Y-yo puedo pedirle un favor, señorita?
—¡Claro! ¡Dime! ¿Qué necesitas? —Ella contestó muy contenta a la petición del niño.
—Yo…—Sus manos sudaban tras aferrar su agarre al peluche y tenía mucha pena en lo que le iba a pedir, pero no le quedaba de otra—. Y-yo me p-perdí… ¿Me ayudaría a buscar a mi tía? Tengo miedo de estar solito, ¿P-por favor? ¡P-prometo portarme bien!
Ese «por favor» le salió tembloroso, quebradizo y listo para romper en llanto. A Vicky se le apretujó el corazón cuando pudo detallar que sus ojitos y nariz estaban levemente rojizos, se notaba a leguas que el niño ya tenía rato estando perdido o lagrimeando. De allí que estuviese en ese lugar, definitivamente le ayudaría a buscar a sus familiares.
—Hey, descuida. —Le cargó y se puso de pie junto con él. Con la yema de sus dedos, limpiaba las pocas gotas salinas que aún recorrían sus pomposos cachetitos—. ¡Claro que sí! no te preocupes, ya verás que todo se soluciona, pero primero, necesito comer algo o siento que moriré. ¿Quieres comer?
—¿Eh? No, no, no… ¡Everything it’s okay! —Aparentemente sí, pero su estómago habló por él dándole un gruñido que no pasó por alto para la joven que le sonrió dulcemente…
—Tu estómago dice otra cosa. —Otra vez soltó esa risa angelical, que a oídos del niño, era muy linda; en ese momento, ella lo bajaba y le comentaba que no había problema. Cuando la chica iba a caminar de regreso al puesto de comida, un toque suave le sorprende y se gira para devolverle la vista al pequeño, quien en un acto poco común, le rindió una bonita reverencia tras decirle la siguiente frase.
—Quiero darle las gracias por ayudarme, señorita…どうもありがとうございます!
—«Awww~~ Adorable»… — Pensó. ¡Demonios, eso sí que fue algo hermoso! Fue demasiado para ella, el niño desbordaba ternura por donde le mirase; ella le tendió su mano, el pequeño la recibió y juntos se fueron caminando con Makkachin al lugar donde irían a almorzar.

Estación de Fukuoka- Hakata / Japón
Enero del 2017 – 12:45 PM
Experimentar en carne propia lo que es perder de vista a un niño es horrible en todos los sentidos. Yuuko estaba fatal, las niñas ni se diga… y pese a su insistencia por cada persona del lugar, todo había sido inútil, pareciera como si se lo hubiese tragado la tierra. Había pasado más de una hora y no sabían nada del pequeño. Las probabilidades de encontrar al infante desaparecido eran de 50% – 50% (asumiendo de que la estación se componía de tres líneas de metro, cuyos nombres corresponden a Kūkō, Hakozaki, Nanakuma, todas enormes en gran medida) y eso la ponía bajo mucho estrés, más no desfallecía y continuaba con su intensa búsqueda.
Mientras tanto, a unos poco pasos del hecho, la buena samaritana de cabellos plateados comía pacíficamente en un «Subway» con su caniche y su «nuevo acompañante». El emparedado que había ordenado le sabía a gloria y manjar de dioses, degustaba cada bocado con gozo y júbilo ensimismado. El menor la veía fijamente a través de sus lentes azules, aún no había probado nada por lo concentrado que estaba. Jamás había visto a alguien devorar la comida a la velocidad de la luz como aquella bonita señorita lo hacía.
Cuando el hambre ataca, la finura y etiqueta se pierden por completo y Vickytoria es un claro ejemplo, de cómo hacerlo… (bien, pude decir Snickers, pero este no es el caso).
Se atoró tras el último mordisco que dio, se escucharon varios «Cof cof» acompañados de pequeños golpecitos y bebió desaforadamente su bebida. Una risita menuda llegó a oídos de la chica, se trataba del chaval que sin poder evitarlo, le causó mucha gracia las costumbres de la ajena. Le miró enternecida mientras buscaba la forma de entablar una conversación natural, si ella le iba a ayudar, necesitaba que poco a poco perdiera el miedo.
—¡Ahhh!~~ Вкусно! —Yuuki volvió a reír, mientras ella hacía ademanes de sentirse bien con lo que había degustado—. Lo siento… se me olvida que debo hablar en inglés y no en ruso. Ohhh… no has probado bocado, ¿No está rico?
—Ahmm… yo… eso, ehhh… ¡sí, sí lo está!, ¡mira! —Se llevó dos pedazos de su comida directo a la boca e hizo el típico *Yam, yam*, uno sonoro dando a entender que ya lo había probado.
—Eso me alegra, por cierto, ¿Cuál es tu nombre, caballerito? Mi nombre es Vickytoria. Vickytoria Románova, para servirte. —Terminó haciendo su típica boquita en forma de corazón.
Quiso omitir su apellido principal por dos razones: su tía ya debe andar tras su búsqueda, regando directamente la información de que ella es hija del gran Ex-policía Nikiforov y la otra razón es que si ella va a presentarse en la academia, quiere ganarse todo por mérito propio y no siendo la sombra de su padre; causa suficiente para que diera el apellido de su madre. Él pequeñín se sonrojó al acto y también se presentó.
—El mío es… Katsuki, Románova-san.
—Ehhhhhh… ¿Románova-san?, me siento como militar… Aunque, bueno pronto seré algo parecido. —Eso último lo dijo casi balbuceado para ella y adoptando su típica pose: su dedo índice rozando sus labios con el otro brazo debajo sirviendo de apoyo.
—Etto… ¿Pasa algo?
—Ah nada nada, cosas mías… Mmmm… Si quieres, puedes llamarme, Vicky.
—No puedo. Es de muy mala educación dirigirme a alguien que recién conozco por su nombre, lo correcto es usar el apellido. En occidente ustedes son informales con los honoríficos.
—Ya veo… — Se sorprendió por la respuesta del menor al parpadear muy rápido viendo chispitas en el aire, ese tipo de diálogo lo mantendría fácilmente con un jovencito de nueve o diez años pero Yuuki, era demasiado joven para aparentar esas edades.
—«¿Qué rayos les dan los padres y las escuelas a los niños en Japón?»… —Fue en lo único que pudo pensar y continuó—. ¿Y si me dices Vickytoria? En serio me siento rara si me llaman por mi apellido.
—No puedo, Románova-san.
—»Vaya me siento hablando con un viejito y no con un niño pequeño»… —Inquirió para sí, por ahora le dejaría hacer a su gusto y siguió—. Así que… ¿Katsuki?, ¿ese es tú nombre, No?
—No, ese es mí apellido. En Japón nos presentamos con el apellido. Mí nombre y apellido completos son Katsuki Yuuki, es un gusto.

Se puso de pie y como es su costumbre e hizo una reverencia, a lo que Vicky, dejó salir un «Silbido» de lo impresionada que estaba por los modales del chiquillo.
Hablaron sobre varias cosas más, cosas triviales, como que el pequeño tenía cinco años, que vive con su tío y está de vacaciones en Hasetsu visitando a sus familiares. No muchas en verdad… Él pequeño daba respuestas cortas a todo mientras acariciaba encantado a Makkachin y el vivaracho animalito, como es tan consentido (al igual que su dueña), se dejaba hacer los mimitos, hasta que llegaron al meollo del asunto. Yuuki le contó como pudo en inglés lo que pasó o lo que hizo para intentar volver a su punto inicial con su tía, pero fue imposible porque tuvo miedo al no reconocer los puestos por donde había pasado y mucho menos, entre el tumulto de gente. Vicky pudo ver que se aproximaba ese líquido transparente bien conocido a sus lagrimales, y antes de que sollozara, ella le aseguró que así como él la está buscando, su tía también lo debe estar haciendo… Y no mentía.
Paralelamente, Yuuko y sus hijas hablaban alarmadas con la administración. Proporcionaba datos puntuales de la persona desaparecida (su sobrino); cosas relevantes, muy detalladas sobre las características físicas o la última ubicación conocida. Y allí en medio del altavoz o las pantallas LED publicitarias, dieron el anuncio.
—«Se les informa a los usuarios que el día de hoy, hay un reporte de un pequeño perdido, que corresponde al nombre y apellido de Katsuki Yuuki» —En ese momento apareció la foto del niño en todas los televisores y continuaron con la información—. «De cabello negro, ojos café, suele usar lentes de montura gruesa azul. Tez caucásica, porta un buzo color azul en medio de este lleva su letra inicial (Y) de color amarillo y, jeans de tela color negro y tenis azules. Como dato adicional porta un peluchito de felpa con forma de cerdito. Si alguna persona logra dar con el paradero del niño, favor de acercarse al punto de concentración y preguntar por Yuuko Nishigori… Muchas gracias y disfruten su estadía…«
—¡Yuuki! ¡Mira, eres tú!, ¡Tu tía te está buscando! — Makka, ladraba tras ver la felicidad de su dueña.
— ¡Si! ¡¡¡Es cierto!!!
Yuuki y Vickytoria se miraron entre sí con una sonrisa boba y salieron como veletas junto con el can rumbo al sitio señalado. Estaban a la vuelta de la esquina a unos diez metros. Vieron una figura femenina y esbelta de una joven madre con tres niñas. Yuuki reconociendo quien era, gritó muy feliz.
—¡¡¡TÍA YUUUUUUU-CHAN!!!!
—¡¡¡YUUKI-KUUUUUUUN!!! —Yuuko y las niñas acudieron al llamado, corriendo y de la emoción soltó su peluchito. Vitya se detuvo a recogerlo y lo tomó en sus manos. Al acercarse lentamente apreció, el bonito cuadro de una tía llorona (con mocos) regañando con pucheros a aquel pequeño por desobediente (todo en idioma japonés). Las niñas le secundaron y mientras tanto, Nikiforova con perrito incluido carraspeó un poco para hacerse notar.
—Yuuki, ¿Quién es ella? —Preguntaron las trillizas. El niño sabiendo que su salvadora no entiende nada de su lengua, optó por responder en inglés.
—Románova-San me ayudó a buscarlas y me cuidó cuando estaba perdido.
—Hmmm… te dije que puedes llamarme Vicky, lindura… —Yuuki aún no se acostumbraba a esos adjetivos tiernos a su personita y eso lo ponía altamente colorado. Yuuko se dio cuenta de ello y participó.
—Ja, ja, ja, la veo difícil… ¿Vicky, Verdad?
—¡Oh sí! Así es… Me llamo Vickytoria, pero pueden decirme, Vicky.
—De acuerdo Vicky, el mío es Yuuko, mucho gusto. —Estiró su mano cortésmente y la adolescente la recibió—. Y en cuanto a lo otro, solo te diré que Yuuki, se parece mucho a su tío en ese «aspecto», por ahora, debes ser paciente hasta que te tenga confianza. —Terminó de explicar la mujer.
Yuuko agradeció todo lo que había hecho y Vickytoria dispuso su orden. En ese instante dieron aviso por el telepronter que su salida a Fukuoka estaba por partir, se despidieron de la joven rápidamente y salieron corriendo. Cuando los vió partir, recordó que aún sostenía el cerdito de Yuuki, pero ya era muy tarde…
—Rayos, no logré decirles a tiempo. —Se sentía triste, ya se imaginaba la cara de su casi «posible» amiguito cuando se diera cuenta que olvidó a su amado cerdito, compañero inseparable de día y aún más en esas noches oscuras. Ya encontraría la forma de hacerlo llegar a él; por ahora lo guardó en su mochila, se dirigió a la venta de tickets y allí a punta de señales de humo, le explicaron a medias la ruta que debía tomar para que el Shinkansen (tren bala) la dejara en Tokyo. Mas la rapidez con la que los asistentes decían las cosas era bárbara y se le dificultaba entender algunos nombres.
De Fukuoka a Tokyo toca aventarse doce horas en el Shinkansen, esto se hace a través del metro de Fukuoka tomando la línea Kūkô – Hakata – Narita. Cada línea va por colores (tan simple como Kuwabara es hombre) Si tan solo la niña hubiese prestado más atención a los colores en lugar de los mismos nombres, ahora no se encontraría en su nuevo martirio.
En el lugar de espera, la multitud aglomerada rebasaba la capacidad habitual, llevándola a cualquier lado con su mascota como río caudaloso y por error (de colores) tomó la línea Kūkô/Chikuhi – Hakata – Saga. Ella estaba confiada que el metro la llevaría a Narita y no tomó la precaución de «cerciorarse como fuese» que realmente había tomado la línea correcta para estar en su rumbo final.

Estación de Hasetsu / Japón
Enero del 2017 – 09:40 PM
—¡¡AHHH!! ¡¡QUIERO IR A CASA!! ¡¡ODIO LOS KANJIS Y ODIO A QUIEN LOS INVENTÓ!! —La querella infantil de Vicky no se hizo esperar, después de kilómetros y kilómetros de pasto, bosque y mar que duró la travesía interminable. Su caniche jadeaba y movía su colita a su lado sentado en uno de los asientos del tren bala, ignorante de todo lo que acontecía.
Tal como se predijo, había tomado la ruta equivocada por no ser cuidadosa. Intentó hacer varios transbordos y en lo que pasaban las estaciones del metro, se hizo de noche. Cuando el tren subió para entrar en vía rápida y dirigirse de vuelta a la ruta correcta, se pudo dar cuenta que no estaba yendo para Narita, sino rumbo hacia otro lugar… Otra vez.
—»Bendita memoria la mía y malditos Kanjis del…» —Concluyó la joven.
En los intermedios, la gente se iba bajando, pasadas las horas oscurecía. Del camino diremos que fue callado, silencioso, la penumbra pasaba por las ventanillas del medio de transporte invadiendo el entorno acogedor. Más paradas, menos gente; la ruta seguía su camino sin fin, y al llegar a la ciudad se hizo la luz. Al dar por terminado el recorrido, casi todo el personal había bajado. La chica recién había ido asimilando de a poco, que era la única que quedaba en el lugar junto a su mochila y perrito a su diestra. A su izquierda estaba el jefe auxiliar de las estaciones con una tenue sonrisa.
—Makka… ¡¡¡Creo que subimos al tren fantasma!!! ¡¡Ahora sí que estamos perdidos!! —Habló, ya ni le importaba si estaba en Narita, solo quería saber en dónde carajos se encontraba actualmente. En el momento que dijo eso, se abrió la puerta, el hombre pasó por frente de ambos, hizo una reverencia y ¡Se fue…! ¡Se fue, como la brisa va volando libre y sin preocupaciones…!
— ¡¡Nos abandonó!! —Ahora sí Vickytoria se encontraba en un problema. Lo único que pudo hacer fue reír—. Nos abandonaron y nos dejaron a nuestra suerte. —Se halló tirada en el suelo como si el limbo la llamase, su dramatismo no tenía límites. Lo que ella no sabía es que el auxiliar se dio cuenta que estaba desorientada, y fue por un folleto en inglés de los puntos estratégicos de Hasetsu, donde muestran los nombres de hoteles, restaurantes, entre otras cosas. Después regresó y le indicó con «la vieja y confiable seña de humo y/o S.O.S» lo que debía hacer.
—Ehhhh estoy cansada… hoy no fue nuestro día y para colmo de males, estamos en este lugar. —Dijo la jovencita. Arrastraba con flojera su andar, el trajín fue demasiado para su organismo, sentía como si una demoledora le hubiese pasado por encima. Su nuevo paradero era Hasetsu, localizada en la prefectura de Saga en la isla de Kyūshū, Japón.
El panorama nocturno le daba a la ciudad una belleza inigualable, que teletransportaba a quien sea por aquellas épocas ancestrales propias de las tierra nipona, con un magnífico litoral caracterizado por rocas de extrañas formas y cuevas esculpidas por las olas, sobretodo el maravilloso castillo que sobresale a la vista, cerrando todo con broche de oro; y si bien el sitio es «tranquilo» por naturaleza y muy pocas veces la gente se anima a estar tan tarde fuera de sus hogares, tampoco se puede ignorar el hecho que hay ociosos inescrupulosos…
— ¿Huh? ¿Escuchaste eso Makkachin?
El paseo se vio abruptamente interrumpido por unas voces bien conocidas… y se acercaron al callejón donde provenía el bullicio.
—¡Danos todo el puto dinero que tienes!
—S-señor yo… yo y-ya no ten-go na-da, s-solo me alcanza para to-mar el taxi a c-casa, p-por favor piense en los n-niños… —El llanto desgarrador de los pequeñines era agudo y dolido. El temor por ver a gente malvada con cuchillos enormes, amenazantes y filosos, les hacía sentir un corrientazo eléctrico por sus vértebras y mientras los tipos más los acorralaban, más lloraban los chiquitines. Era la bella Yuuko que intimidada ante ello, no sabía qué hacer.
—¡Te dije que era mala idea¡, ¡y tú preciosa, será mejor que calles a esos mocosos del demonio o los voy a rebanar uno, por uno!
—¡NOOO! —gritó y protegía a los niños detrás de ella. —Y-yo de verdad no tengo más dinero, t-te daré lo que me p-pidas, cualquier cosa, pero a mis niñas y mi sobrino, no…
—No tengo tiempo para mierdas como esa. Te dije que era mala idea.
—Tú cállate idiota, ¿Acaso tienes algo mejor? Tal vez ella no tenga dinero pero, la tipa aguanta y está como quiere…
—Ah, ya capto. —Ambos engendros reían de forma espeluznante. Desnudaron con la mirada a la mujer recorriendo las posibles zonas de su cuerpo esbelto y bien formado, que a leguas se notaba la belleza debajo de su vestidura… una veterana de infarto. Ella junto con sus niños se arrimaron paso tras paso, los delincuentes constantemente igualaban su accionar, y así como todo tiene un principio y fin, dieron con la pared. Casi todo estaba perdido.
La mayor y los cuatro menores cerraron sus ojos esperando la catástrofe… pero nunca ocurrió. Alguien «poco prudente» hizo acto de presencia en el último minuto.

Corriendo con mucha velocidad, saltó al aire y llegó dando una gran patada en la espalda a uno de los ladrones haciéndole caer estrepitosamente junto a los botes de basura, mientras que su caniche en modo «guardián» lanzó un mordisco al otro sujeto, justo en su trasero y sobra decir que para el segundo… eso dolió. Escucharon el ruido que los sacó de su estado, corrieron lejos de ahí, resguardándose en algún lugar seguro sin perder tiempo y al ver quien era su salvadora, susurraron un «¡Es Vicky!», llevando sus manos a la boca del asombro.
El más pequeño de todos los presentes dejó salir un pensamiento ahogado: «Es la señorita bonita»
Yuuki estaba impresionado. No pudo apartar para nada sus orbes del cabello plateado, el cual pudo apreciarlo mejor ya que su gorro se había caído tras el movimiento que había realizado, exponiéndose a la luz de la luna. Era de ensueño y la brisa le daba ese toque «cool» a su entrada, que había sido heroica, pero no cualquiera, la «Mejor», mejor que cualquier protagonista que él haya visto en programas de Animes, Cartoons, Series Norteamericanas o Películas.
El segundo ladrón llorando por la mordida ayudaba a levantar a su compañero. El perro en postura de ataque mostraba sus caninos y gruñía; su dueña se veía en aparente calma con las manos dentro de los bolsillos de su abrigo Gucci, pero se mantenía alerta a cualquier estupidez que fueran a cometer los bandidos.
—¿No sabes con quién te estás metiendo? — se colocó de pie, tomando su cuchillo. —¿Quién carajos te crees para interrumpirnos de esa forma? — mencionó el otro, soportando aún el dolor causado por el perro y la joven solo se limitó a responder.
—Soy la autoridad para tí, cariño…—Respondió airosa y sonriendo de lado, pero con dejos de seriedad, esa seriedad que solo usaba en casos donde no hay tiempo para rodeos, y más si es para ayudar a alguien indefenso; a los tipos les dio cólera y cegados por la ira, se abalanzaron directo hacia ella.
—¡¡CUIDADO!! —Todos los niños y Yuuko gritaron al unísono. El primero dio un zarpazo y la chica esquivó el ataque, echándose hacia atrás; el segundo imitó el mismo movimiento y ella lo desvió sin problema alguno. Makkachin al ver a su amiga humana siendo amenazada, ladró a uno de ellos, (al mismo que había mordido), el tipo intentó darle un cuchillazo al canino que le dejó adolorido, más este no era cualquier mascota (el can recibió una diestra preparación de su antiguo dueño, el fallecido Nikiforov) por lo que lo hace un animal astuto e instintivamente protector. Giró a su izquierda con ventaja, el ladrón terminó fallando su ataque, clavando el arma blanca en una parte del piso, donde era tierra y Makka ágilmente se dio la vuelta, contra-atacando con otro mordisco.
—¡¡AYYYYYYYYYYYY!! ¡¡SUÉLTAME INMUNDO ANIMAL!!! ¡¡AHH, DUELEE!! —El sujeto gritando y pataleando trataba quitarse a Makkachin de encima, pero nuestro caniche es fuerte y hueso duro de roer. Yuuko y los niños vieron un par de palos en el suelo, los tomaron para armárse de valor, aprovecharon que el ladrón estaba en el suelo y como era de esperarse…
—¡¡¡NIÑOS!!! ¡¡¡AHORAAAA!!!
—¡¿HUH?! ¡ESPEREN! ¡NOOO! ¡¡GYHAAAAAHHH!!—Le dieron palazo limpio.
Por ese lado, la situación estaba un poco controlada; el otro compañero daba punzón tras punzón sin éxito alguno. Por cada intento de acertar, la chica evadía sus golpes filosos con soltura; en una de esas, el tipo dio un último zarpazo y dejó caer el acero de su cuchillo con todas sus fuerzas dando consigo al vacío. La chica por instinto alcanzó a sisar moviéndose hacia un lado, se agachó, le desarmó con rapidez atrapando el brazo del sujeto y luego con su otra mano libre….
—¡Piensa rápido!
—¡¿QUÉ. . .?!
Un golpe… ese golpe brutal en la cara seguido de una patada fueron lo suficiente abismales para desequilibrar al rufián, dejándolo inmóvil en el suelo. El hombre aún sin estar en sus cinco (5) sentidos, se dispuso a ponerse de pie pero algo afilado se lo impidió, la chiquilla que le había propinado tal paliza sostenía su cuchillo con arrogancia, pegándolo seriamente por debajo de su mentón. Jadeando y cediendo al temor a más no poder, imploró perdón, pidiendo que no le hicieran más daño a él y a su compañero que estaba más «muerto» que «vivo» por la cascada de garrotazos que se llevó del grupo de infantes y de la otra mujer, entre esos, los mordiscos de Makkachin.
Es un alivio que el plan de aquellos sinvergüenzas no pasara a mayores. Tras dejarlos inmovilizados, llamaron a alguien de los «CAIS o los bien llamados KŌBANS « más cercanos a la zona donde se encontraban, otorgando así la detención absoluta, estarían detrás de las celdas por un buen tiempo. Los policías se marcharon del lugar dejándolos ubicados en una buen lugar donde pudieran tomar un servicio público.

En algún parque de Hasetsu / Japón
Enero del 2017 – 10:30 PM
Al quedar solos, los niños y Yuuko agradecieron nuevamente a la chica de cabellos plateados y a su fiel mascota. Vickytoria se vio algo apenada y con justa razón, los halagos a su persona no fueron escuetos, fueron muy sinceros de corazón, cosa que llenó de gozo su alma, había hecho una bonita acción.
—»Esto es lo que seguramente experimentó mi padre, es algo que deseo y quiero seguir sintiendo»… —Pensó en medio de la avalancha de elogios de las trillizas.
Yuuko, quien ya había dicho lo que tenía por decir, se dio cuenta que Yuuki también trataba de hacerlo, pero su timidez no le dejaba; así que le dio un «pequeño empujón».
—Niñas, calma, ahogaran a Vickytoria. Háganle espacio a Yuuki para que pueda agradecerle.
—¡¿Eh?! ¡¿Yo?!
—Anda vé…
—Pero…
—Oye ven aquí, yo no muerdo… además sino te acercas, no podré darte esto. —Terminó Vicky sacando el peluchito que tenía guardado en su mochila a Yuuki. El asomó parte de su cabeza de su mega escondite, el cual era estar resguardado detrás de su tía. Sus ojitos se abrieron como platos con solo ver a su cerdito de felpa.
—»Si la montaña no va a Mahoma, Mahoma va a la montaña»… —Dedujo Nikiforova, y sin más preámbulos fue a donde estaba el niño, se agacho y pudo igualar su altura.
—Toma, «él» de seguro te extrañó mucho.
—¡Gracias! — se aferró a su peluche con mucho amor, en ese momento tuvo algo de valor y comenzó a hablar. —Yo…yo quiero decirte que fue asombroso, ¡Peleaste con los malos tú sola, y nos salvaste! Románova-san… ¡Eres como un superhéroe!
—Hey, tú ayudaste también. Yuuki fue muy valiente ¿Ehhh? —Le revolvió sus cabellos—. ¡Pero me sentiré una vieja si me llamas otras vez por mi apellido! Please!!!… —Vickytoria imploró con mucho ahínco… no tenía remedio para sus escenas cómicas de dolor.
—Insisto… él es igual a su tío… —Acabó Yuuko en silencio y sonriente. Las tres niñas rieron dándole ánimos a Vicky. Yuuki pensando que había hecho algo malo en medio de su inocencia, hizo lo mismo que sus primas a su manera.
—E-eso no es cierto, tu cabello es muy bonito y largo, y las ancianitas no tienen casi pelo. Eres muy joven, muy fuerte y muy bonita para ser una ancianita. —Soltó aquel comentario sin pensar, vio la cara de sorpresa de la joven, como si está dijera un «Oh por Dios, me lo como a besos», luego giró para ver a sus primas, quienes no aguantaron y se carcajearon como nunca. Él adquirió un carmesí por todo su rostro, que se tapó de la pena.
—¡Awww, que lindo, Yuuki! ¡Solo por eso aceptaré que me llames como quieras! Don’t worry!! —Restregó su mejilla derecha con la de el, dejándolo más colorado que el ketchup. Las trillizas le molestaron un poco diciéndole frases como «te gusta Vicky» y aunque negara rotundamente con enormes pucheros en el rostro y abrazando a Makkachin, la verdad es que al verla en escena y ser salvado de una forma «tan genial» por ella, se ganó su confianza y admiración. Por eso las mayores no hicieron más que reírse por lo ocurrido.
Ya en medio de la calma, las dos chicas empezaron hablar de otras cosas o más bien Yuuko le preguntaba como metralla a Vicky sobre su llegada a Japón, aprovechando que el parque era enorme, mientras que Yuuki ayudado por Makka, inició una guerra de «corre que te alcanzo» a las tres mellizas… siempre tres jugando sin parar por irritarlo.
—¡Wow! ¡Lo que me cuentas es increíble! ¿Entonces viniste hasta acá para ser oficial de policía? ¡Qué genial!, pero eres muy joven… ¿Si te aceptarán?
— ¡Si lo harán! ¡Tengo mis documentos en regla, y por la edad no hay problema!, ¡técnicamente soy como «un adulto» gracias a la emancipación que tengo en mí poder!, es cuestión de que haga mi examen y pase las pruebas físicas, confío en mis capacidades.
—Te creo, al menos por lo que ví cuando nos ayudaste, de seguro serás de las mejores, pero… deberías estar en tokyo y no aquí. —En eso Yuuko tenía razón, por lo que Vicky le dio un resumen de su incidente, su infinito desprecio al idioma japonés, a los kanjis, las rutas y al Shinkansen. Yuuko al ver que la jovencita prácticamente estaba sola y no tendría un lugar en sí en donde ubicarse, se le ocurrió una maravillosa idea.
—¿Y por qué no te quedas en mí casa?
—¿Qué?
—Quédate en mí casa… No conoces a nadie aquí Vicky, de alguna manera debo recompensarte por habernos ayudado a mí y a los niños… ¡Está decidido!
—Pero Yuuko, ¿y su esposo? —Recordó en el momento que joven madre le había dicho en su pequeña charla que es casada—. ¿No se molestará? digo, yo soy una extraña… y no quiero ser una carga.
—¿Quién? ¿Takeshi?… Pufff…ffff… Ja, ja, ja.— dejó escapar una risita floja ante la ocurrencia de la chica— para nada. Toda persona que me ayuda y me salvé tiene mi apoyo, además… ¡A mí esposo lo domino yo, descuida!
Si lo pensaba con cabeza fría, las palabras de Yuuko tenían peso de sobra, ella no conoce a nadie y antes que nada, es mejor estar en un recinto temporal. Con ayuda de Yuuko, podría investigar mejor la ubicación del lugar o más datos necesarios para la convocatoria de la dichosa academia, así que no se mortificó.
—¡Esta bien! Acepto, pero con una condición. —Dijo esto alzando un dedo—. Que me permitas ayudarte en lo que hagas en el transcurso de mí estadía temporal. Me sentiría muy incómoda si no colaboro en algo… —Vicky era del tipo de persona a la cual le gusta estar activa y colaborando en lo que pueda, así que Yuuko no le quedó de otra, más que aceptar.
—¡Qué bien! entonces es un trato. —Ambas se tomaron de las manos sellando la propuesta. Llamaron a los niños y les dijeron que Vicky se quedará unos días en Hasetsu, cosa que a Yuuki lo puso muy contento. Para Yuuko no pasó por alto esa reacción. Su sobrinito no era de aquellos que estuviera prendado a alguien, pero Vicky tenía un «no sé qué»… ese algo especial que sin mucho esfuerzo, supo ganar un pequeño espacio en los sentimientos del pequeñín.
Tras al fin de haber conseguido un Uber (no cualquiera, tomaron una camioneta debido a la cantidad de personas y mascota a bordo), aquella jovencita de nacionalidad rusa solo veía las luces de la ciudad pasando fugazmente por la ventanilla donde se hallaba cómoda y recostada con Makkachin en el asiento trasero. Pensó en lo de hoy y en cómo el destino le había hecho al inicio una mala pasada, pero al final se vio beneficiada por conocer a tan bellas personas las cuales le ayudaban poco a poco a trazar su meta y hacerla realidad…
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Continuará…
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Vocabulario Idiomático o Cultural:
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*新幹線 /「Shinkansen! 」= Del Japonés, « Nueva línea troncal» en términos ferroviales, seria el famoso «Tren Bala» y a su vez, es la red ferroviaria de alta velocidad de Japón, operada inicialmente por la compañía Japanese National Railways JNR.
*どうもありがとうございます! /「 Arigatō gozaimasu !」= Del del japonés , significa «Muchas gracias» y es la versión hiper formal para tratar a alguien (nuestro Yuuki es un niño muy educado)
*小判 ! /「Koban」 = Del del japonés , significa «casetas comunitariaS» los Kobans son un sistema de casetas, y lo forman la policía comunitaria. Se encuentran en áreas urbanas y tienen uno o varios agentes ..su equivalente en colombia es a lo que yo conozco como «CAI» son mini oficinas que estan ubicadas en los barrios y peritonean los problemas básicos como trifulcas, robos o algo pesado de la comunidad.
Вкусно! /「Vkusno!」= Del del Ruso , significa «¡Delicioso!»
Preguntas referentes a algún tecnicismo en el fic, dar clic aquí al botón (Vocabulario del fic)
🔥 N/De Shary: HOLA AL PUEBLO… ¡¿Cómo están? ! yo aspiro a que bien !! OMG! al fin habemus segundo capítulo y el cap salio por 7.000 palabras :3 (con la nota del final me quedó en 7.350) Este capitulo ha sido nuevamente Beteado porque tenía muchos dedazos.
Van saliendo de a poco más personajes, como yuuko, sus nenas y el pequeñin Yuuki (el segundo OC del fic) … será la cuota tierna, yo sé porque se los digo xD!!!
¿Les gustaron los dibujitos pal cap 2 ? (Makkachin justiciero me puede) xD
Este capi es basado en la experiencia de @salemayuzawa en su viaje a Japón Y VÁ DEDICADO A ELLA (literal se perdió en el Shinkansen jajaaj ) lo que me recuerda que: . . .
¿Será que Vickytoria amará el kanji, aprenderá el idioma y logrará que Yuuki le llame por su nombre xD?
Eso y todo lo demás lo veremos en el Capítulo que sigue !!! y que por cierto, se viene algo bien bonito xD.
Para finalizar, agradezco a la malvada Matryoshka xD por ayudarme con la escena de la pérdida de Yuuki xD ¡Gracias! y Podrán saber de adelantos y cosas sobre mís fanarts en mí fanpage de facebook » Stars dub’s…» Tambien conocer mas fics usando ALIANZA YOI, Inkspired, y AO3 Y si te encanta el como dibujo puedes apoyarme en Patreon o Kofi.
OMG, este fic si bien es nuevo ya tiene los primeros fanarts de otras personas T-T … ay amo al fandom weee


¡NOS VEMOS!…¡Cambio y fuera !…ahhh estoy bien happy !!!