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👊 Capítulo 02: ¡Yak!
👊 Beteo: (Beta Japonecita y Shary)
👊 Autora y Arreglos finales: Shary
👊 Total de palabras: 3.598
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Y las Vainas de Shary, presentan: ¡KNOCKOUT! -「un gancho directo al corazón」

¡3!…
¡2!…
¡1!…
La campana determinó que el espectáculo…
¡Arrancó!
La primera reacción de los narradores en el primer round fue describir de modo impactante la ferocidad, hasta entonces activa y la dosis de mortalidad que va de la mano de Yura el Tiger.
Mina-Bee, ágil como el animal de su apodo daba dobles rectos sin descuidar su guardia o mareándolo sin perder su sonrisa.
(Porque se les recuerda a los lectores que la abeja por muy insecto que sea no deja de ser un animal, solo que los insectos son animales con la condición de no poseer esqueleto haciéndolos invertebrados)
Y «ay» de refutarle en algo a la autora, puesto que los pondrá a repetir primaria sin derecho a habilitar.
Volviendo a nuestro asunto, él tenía una gran experiencia en asaltos largos y sabía cómo dosificar sus fuerzas para aguantar todo ese tiempo, Plisetsky le jugaba la contra el hecho de no ser paciente, más no piensa ceder y menos con ese «nugget con ketchup», era común verle noquear a sus adversarios antes del cuarto o quinto round y esperaba en esta ocasión hacer su gracia.
Una izquierda del ruso, un reverso del japonés o el contacto de ambos cuerpos ante el pesado y marginal momentum acumulado que daban las dos figuras, provocaron que se concentran totalmente en sí mismos y en lo que eso ocurría o en lo que el público encendiera sus vectores por esa lucha de poder, parece que fuera del ring alguien tenía su propia batalla de miradas.
Se supone que ese ruso (aquel frentón y maestro del malcriado que se está rompiendo la boca a golpes con el otro) debería de estar al pendiente de su pupilo. ¡Pero noooo!, Víctor no despegó su mirada grandilocuente o a veces seductora del pobre entrenador japonés.
Para variar el asunto, el tímido muchacho en mención, sintió un escalofrío tremendo al darse cuenta de la repercutida intensidad con la cual su rival le detallaba.
«¿Ehhhh? ¿Pe-pero por qué m-me mirará así?» —Fue todo lo que se le ocurrió en su tartamudeo mental.
—Hey Yuuri, ¿qué pasa? —Preguntan sus amigos al unísono (quienes son sus asistentes) el primero tailandés y la segunda japonesa.
—E-el señor N-nikiforov no ha dejado… d-de … mirarme. —el tenue sonrojo no pasó por desapercibido ante el par de picarones—, o eso creo.
—¡Omg! ¿Será que le gustas?
—¡Phichit-kun! ¡¿C-Cómo se te ocurre decir eso?!
—¡Yo lo haría! ¡Eres un buen partido para cualquiera, Yuuri-kun!
—¡No le des ideas, Yuuko! —Quería morirse de la vergüenza.
El jadeo en conjunto de los espectadores los sacó a los tres de su ensueño cuando vieron que Plisetsky logró encestar un Jab (directo de izquierda) a la cara del oponente japonés, el cual lo distanció y a su vez mantuvo la guardia algo descuidada. Quiso repetir su hazaña, pero el chico en sus zigzagueos, dio un salto que terminó con su brazo en curva y un puño en lateral que el rubio no vio venir en todo su pómulo como la punzada de una abeja.
La presión regresó en el ceño fruncido de Yuuri o de Víctor con esa vuelta y ambos desde sus esquinas ordenaron a sus ayudantes que fueran preparando los ungüentos, termos con agua y toallas para cuando la campana anunciara el declive de ese round. Sin embargo, ver a sus pupilos en aquella lona dándose golpes constantes con todas sus fuerzas les recordó la primera vez que pelearon con un boxeador astuto, cada uno desde su categoría. Eso les llenaba de un gran orgullo que ni el tiempo, por más rápido que pasare o que los envejeciera, no se los arrebataría de sus memorias. El conteo regresivo en el reloj digital no daba espera, pasado del minuto final, el referí dio la señal y sonó la campana que ha de acabar el asalto.
Los asistentes de ambos bandos están en las esquinas haciendo lo propio, asistiendo sus heridas, limpiando sus apariencias, pasándoles las bebidas para refrescarles sus bocas, sin contar las sugerencias de cada entrenador.
—Plisetsky, será mejor que lo tomes con calma y no te apresures, guarda energías.
—¡Puedo hacerlo! ¡Esa mosca insignificante no tiene mejor gancho que yo! Un solo toque de «esto» —besó su guante ante los ojos del hombre mayor—. ¡Y ese idiota queda fuera!
—Puede que tengas razón, pero ya descubrió tus desesperos y lo usará a su favor —lo frenó en seco el coach ruso y su pupilo chasqueó su lengua de mala gana. Víctor, en su estado estratega y de voz altisonante, continuó como si nada fastiándolo aún más —. Lo vio en tu mirada, así que procura acatar mi orden o serás «tigrillo» disecado ¿Me entiendes, niño?
—¿Minami-kun, cómo te sientes? —Indagó con seriedad el japonés.
—¡ESTOY BIEN, KATSUKI SENSEI! —Respondió su pupilo —. Si sigo así, podré marear al tigre hasta cansarlo y atacar rápidamente como usted solía hacerlo con sus otros contrincantes, esto será fácil.
—O puede jugarte el doble filo si te confías demasiado. —Yuuri lo aterrizó y Minami quiso replicar más no le dio espacio —. Ese púgil no es como los otros Minami-kun, te enfrentas directamente al pupilo de Nikiforov, uno que tiene unos ganchos poderosos, sobre todo su derecha. Si no te vas con cuidado y fallas en tus zigzagueos o tus pasos, te noqueará por muchos aguijones que le des en respuesta.
—Pero…
—¡Hazme caso! Ve con calma y estúdialo un poco más.
Obvio, ambos boxeadores en sus esquinas no aprobaban del todo las explicaciones dadas por sus entrenadores, sentían como si ellos refutaran sus decisiones por no ser las más acertadas, Yuuri y Víctor son sabedores de lo que tienen y al ver las caras de inconformidad, notaron que no tomaron lo dicho con mucha diplomacia y que sería tedioso sobrellevar los estados de ánimos juveniles.
El referí los llamó para que tomaran sus posiciones y cada quien se reflejaba en los ojos del contrario con un brillo inusual comparándose con el fuego.
—Espero que hayas descansado, gusano, porque el próximo golpe será definitivo.
—Inténtalo, siempre y cuando no pierdas tu arranque o puedas seguirme el ritmo.
—¡¿Hah?! ¿Eres demasiado hablador para ser tan «pitufo»? —Puso sus guantes al frente chocando con brusquedad a los de su adversario como lo indican las reglas.
—Yo diría lo mismo de tí «gatito» —imitó el mismo gesto e incluso con más ímpetu demostrando que no le tiene miedo.
«Ese gato/abeja me ha ignorado» —Nikiforov y Katsuki concluyeron aquello con sus caras de resignación más la gotita recorriendo su sien.

Comenzó el segundo round tras el sonido metálico con mas furia. Tanto, que ha enardecido al público o los narradores para apoyar a los bravos luchadores de hoy. Yuuri y Víctor sabían que las actitudes en sus púgiles no era la más acertada, pero… ¿Cómo hacerles entrar en razón? por ahora solo les queda mirar de lejos las jugadas que cada uno haga de su cuenta.
Sxf: SMACK!!!
El swing cruzado dado por el Tiger fue amortiguado a tiempo por el bloqueo oportuno de Mina-Bee, no negará que le dolió, pero es resistente (los entrenamientos o castigos espartanos de su sensei han dado frutos) y el japonés manteniendo su sonrisa preponderante de la cual sobresale su colmillo, ha tomado ventaja en su agilidad usando desplazamientos de amague, evitando así tener contacto con cada golpe directo, de puñal o lateral por parte del rubio ruso y como si fuera poco, lo cabrea mucho más aplicando movimiento de cabeza. Posiblemente uno de los grandes y únicos artes a nivel de pelea que solo se vé en este deporte. La idea de mover la cabeza no es otra cosa que hacer que el objetivo a vencer le siga y que en vez de defender el punto de mayor complejidad (su cabeza) todo el tiempo, quien lo aplique opte (valga la redundancia) en moverla de un lado a otro creando líneas triangulares con mucha pericia. De esta forma, sus manos están libres para atacar e inteligentemente confunde al enemigo.
Yuri Plisetsky, identifica la rutina ejecutada pero la odia ya que no es muy diestro en ello y tampoco es tan aplicado en las clases de su entrenador cuando éste, solía revirarle por ignorarlo (pues a su parecer lo consideraba innecesario en la categoría en la cual pertenece); no obstante, ya vio que bien ejecutado era un arma poderosa. Se arrepiente y se maldice a sí mismo por no prestar atención.
Sus ganchos fallaban, sus saltos fallaban, todo fallaba una y otra y otra vez llegándole a desesperar por el maldito movimiento de cabeza de Mina-bee, tenía enfrente al único obstáculo para llegar a la cumbre y no se tranquilizaba por lo que estaba ocurriendo. Nublado y sin medirse, inició otro ataque, pero dio un mal paso, dejando a Mina-bee la vía libre y que avanzara con cortos Jabs como si fuesen aguijones de su parte. Muchos de esos golpes sumarían un buen puntaje, Plisetsky se liberó en el último segundo y Kenjirou peló su punzada encontrándose en la nada, ambos en guardia, sudados y respirando agitados, no perdían su mirar el uno del otro. La campana hizo de las suyas.
—«дерьмо». . . —El perfil de Víctor lucía serio y más que serio, era tenso tras esa maldición.
Corrió cercano a la esquina donde estaba el tigre, vociferando con justa causa lo que le afirmó en su lengua materna para que reaccionara. Adicional a ello, no quería que sus rivales se enteraran de su desliz.
—¡¡¡DEJA DE QUEJARTE Y PIENSA CON LA MALDITA CABEZA FRÍA!!!… ¡Te dije que eso era lo que buscaba!
—¡¡¡Ya sé maldita sea!!!
—¡Entonces deja de jugar y demuestra que eres el tigre de Rusia! —Lo desarmó con esa acción floreada de su boca.
A otro lado, el equipo japonés con Katsuki a la cabeza supo comprender la táctica de su oponente y del mismo modo, aplicó su comunicado.
—¡Minami Kun! ¡Bien hecho! ¡Pero no olvides tus desplazamientos¡ —Claro, halagó la hazaña del chico, más no dejó de recordarle con dureza a quien se enfrentaba.
En el tercer asalto las cosas jugaron a favor del ruso de hebras doradas tras la sacudida que Víctor Nikiforov le supo encestar, Mina-Bee se encontraba en grandes aprietos, el puntaje en golpes que obtuvo The Tiger sería mayor a no ser por sus escapes (y ya lo eran, sólo enfatizamos que podría serlo aún más). Lo tomó a mansalva sin darle chance de respirar al joven de cabello bicolor con su lluvia de garras mortales, buscando la meta para la que se había sacrificado por mucho tiempo y claro, Plisetsky no permitiría que por su mala cabeza o pésimo humor momentáneo, le arruinara la noche.
Ya en el cuarto, quinto, sexto y séptimo asalto era una lucha física donde la fortaleza mental y corporal jugaban un factor dominante, los golpes eran dosificados sin perder consistencia, pues debían guardar la mayor energía posible para derrocharla en los rounds finales. Ya con esas cuentas claras y con la balanza más equilibrada, el entrenador ruso y su asistente suizo estaban a poca distancia del otro entrenador. Victor no paraba de realizar miradas furtivas a su enemigo (o bien, víctima inocente) de la apuesta en la cual se había metido. Sonrió con ese estilo de galán que le caracteriza, Chris no tuvo que ser adivino para tramarse con malicia en su endemoniada cabeza, lo que ese hijo de Putín pensaba completar y como lo supuso, le vio partir bien fresco para estar a un lado del simpático japonés, llamando su atención y procurando un bajo perfil en su «prontuario real»
—¿Así que Katsuki Yuuri, no? —el perfecto inglés con acento británico erizó el cuerpo de Yuuri haciendo que girara su rostro con la leyenda viviente del Box —, Víctor Nikiforov. Es un gusto conocerlo, ¿Ha oído de mi? —Se expresó así por ser «cortés»
—P-por su-supuesto. — «Soy tu admirador desde hace años»…
Cayó ese pensamiento fanboy para sí mismo. No se sentía con el valor o la facultad de decirlo a su… ¿Extraordinario ídolo, colega y rival?
Yuuri con esos lentes de montura gruesa prácticamente rodados un poco más del puente de su nariz, debido al susto de cordero que tuvo por la figura importantísima que le ha hablado, solo podía pensar en una cosa: ¿En que momento ese hombre llegó allí? y que para variar, se le hizo alucinante escucharlo así tan resguardado, sin perder ese carisma y en primera fila.
Pronto meditó lo que pensó llegándose a poner extremadamente rojo. Aquel aspaviento curioso en el japonés le seguía pareciendo al ruso muy adorable.
—»Oh Christopher deberás tragarte tus palabras, ese lindo entrenador es pan comido»…—meditó seguro y luego volvió a hablar —. Debo felicitarle, fue muy observador en jugar esa estrategia, Yuuri. Por cierto. . .¿Puedo tutearte? —Sugirió para romper el hielo —. De ser así, dime «Víctor» a secas.
—Ehemm…Gracias por sus palabras. —se aminoró por esas confianzas. Fue mucho para su pobre conciencia y entelequia sonrojada —. Sobre lo otro…Me sentiría incómodo tratarlo tan informal siendo usted alguien de gran talla, Nikiforov-San.
—Oh vamos, Yuu~ri. No soy taaan viejo para que me guardes esa formalidad. —primer strike directo a su vejez.
Chris, solo reía por la faz de inconformismo del ruso. Puede que Yuuri no lo hiciera por malo, pero a Víctor le dolió y ha hecho un pequeño mohín infantil por eso, perdiendo un poco su compostura de galán. Luego, Yuuri le recargó un gran remordimiento por aquello, haciendo que se disculpara llamandolo por su nombre y con una pronunciación muy llamativa de la cual le ha gustado al ruso.
Este, quien lucía sus brazos cruzados, llegó a contentarse en un santiamén al sacudirse esas malas vibras para seguir su misión de conquista en lo que los púgiles de cada equipo se daban coñazo limpio en toda la cara.
—Como te mencioné, el trabajo con tu boxeador, nos ha puesto en graves aprietos, tanto a mi pupilo como a mí.
—Ahamm… Yo… Yo… —Sus pálpitos se aceleraron con solo saber que esas joyas azules de mirar filosó estaban atentas a él y solo a él —. Y-yo no creo merecer todo ese…crédito, Nikifo….¡Digo! ….¡Victoru! —Su inglés japonesizado, no le ayudó—. Para… No-nosotros es….Un honor enfrentarnos ha-hacia u-us-ted.
—Wow. —La reverencia, muestra del respeto japonés para con alguien como él, lo ha hecho sorprender genuinamente y puede que su semblante curioso, ahora haya pasado a uno muy seductor —. Ustedes los japoneses tienen una jovialidad infinita para todo, eso es … «interesante»—y al ponerse frente a él, sostuvo con propiedad el agraciado perfil varonil, realzándolo a propósito con el fin de que sus iris marrones se mantuvieran fijos en su azul tan profundo como el mar y ha acabado con un: —Dime Yuuri… ¿Realmente todos son así o solamente lo eres tú?
—»¿Eh?… Él… ¿Él me está c-c-coqueteando?»… — Su cerebro no cooperaba—. «¿E-Esto es real?»… —¡Si!, no cooperaba el muy atarantado…
¡Joder! ¡Claro que le están coqueteando! Es decir, Yuuri no es de aquellos que ande vociferando sus gustos en cuanto a mujeres u hombres, ciertamente es tímido y por lo mismo no es muy dado a las relaciones, pero… ¿Cómo se supone que actúes «con la seriedad que te compete» si ves que tu ídolo de toda la vida, con el cual te enfrentas en una final de campeonato te habla de esa forma tan sugerente?
Una de dos: o los asiáticos en general son lentos tirando a ser «atembados» para estos temas, o quizás Yuuri es un «caso fenomenal»
No lo sé, yo nomás digo, ¿No?
En fin, sus diferencias en altura como en físico eran notorias o al menos, así lo percibió Yuuri al tenerlo tan invasivo en su pequeño espacio, estaba estático. Lo mejor de todo el asunto es que se complicara aún más, cuando Víctor Nikiforov se le dio por volarse todo conducto y rozar con su pulgar los labios ajenos. Le parecieron perfectos, rosados y provocadores en cada nimio toqueteo.
—¿Ocurre algo, Yuuri? —el maldito con esa sonrisa perfecta y ladina, lo sabe.
—¿Ah? ¡No!, ¡No! ¡No! Everything it’s Ok! —Contestó como pudo, su cara hirvió.
—Perfect! —Sonrió muy suspicaz y fue un poco más allá, preguntándole algo en su elocuente inglés, tipo: —¿Vienes muy seguido por aquí, cariño?
—»¿C-cari…ño?»… Oh – por – Dios… ¿Qué está pasando aquíííííí? —Por obvias razones, Yuuri se encontraba al borde del colapso mental y más rojo que cualquier guante de box.
—¡Kyaaaaa esto es bello! —Yuuko no paraba de sangrar desde su esquina.
—¡Teníamos razón! ¡El ruso se interesó por nuestro querido coach! —y el flash de Phichit retrataba a lo lejos la oportunidad del año, para Yuuri.
Ni hablemos de los boxeadores, como todo deportista de este arte marcial, trazaban sus golpes o madrizas con guantes, quizás no tan limpios como antes (no dejan de ser niños después de todo) y tal vez soltaban una que otra queja.
Minami se defendió al chillar como niño desamparado llamando a su héroe, más este no hizo caso; cosa que le extraño al rubio viendo lo comprometido que resultó el «cerdo japonés» al guiarlo desde la parte baja de la lona. Sin embargo Yuri, al avistar lo que podría estar sucediendo fugazmente desde su incómoda posición, fue el primero de los dos en darse cuenta del adulamiento descarado de su entrenador con el otro apendejado.
¿En serio?… ¿Justo ahora?
—«Huuuuh?! ¡¿Pero que mierda?!»… —Rabió por dentro cual perro bulldog y luego ladró al vejestorio sin parar de atacar a Kenjirou—. ¡MALDITO CALVO, DEJA DE ENGULLIRTE AL PUTO ENEMIGO! ¡TE PAGAN POR AYUDARME A GANAR Y NO PARA COQUETEAR CON EL PRIMER «CUATRO OJOS» QUE SE TE PLANTE EN TU AMPLIA FRENTE!
—¡¿Eh?! ¡Yuuri sensei! ¡Resista! —Shockeado con esa revelación, Minami se ha puesto de todos los colores sin olvidar que tiene a ese gato descargando toda su carga en él—. ¡Waaaaah! ¡Ay! ¡Ayudaaaaaa, Yuuri sensei!
Ambos pupilos estaban descontrolados por lo que sus ojos de adolescentes mimados apreciaban, ambos pupilos no querían y ni podían pensar que habría posibilidad de que sus mentores, esos campeones llenos de sabiduría, estuvieran juntos… ¡Era imposible!…¡Insólito!… ¡Inaudito! ¡Y todo lo acabado en «ito»!
¡Mejor dicho! Fue un «¡No!» rotundo y menos, sabiendo que son directamente rivales.
Ah, pero el mundo del Box tiene sus particularidades, y lo que esos chicos no saben es que de pronto la suerte les jugará a su favor…
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Continuará
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Vocabulario Idiomático o Cultural:
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*Atembado: De atembar. La expresión coloquial latinoamericana es específicamente de Colombia) y puede significar dos cosas: dar la impresión de atontado o que esa persona está atolondrada. (y en este caso nuestro Yuuri, se atontó) xD otro sinónimo sería atarandado (el cual esa la conocen la mayoría de los mexicanos y toda Centroamerica.)
*Momentum: del latin, puede siginifcar «Cantidad de movimiento o ímpetu» pero dicho término es derivado del verbo mŏvēre —> ‘mover’.
*Doble filo: Esa expresión da entender que que puede jugarle la contraria o a favor si no se están seguro de lo que se hace.
*дерьмо: «Dermo», del ruso. Significa «Mierda»
*¡No! Everything it’s Ok!: Del inglés. Significa: «¡Nooo! Todo está muy bien!«
Para aprender terminología propia del deporte «BOX» den click en «Vocabulario Técnico.»
🔥N/DE LA SHARY: HOLA AL PUEBLO ¿Cómo están? xD y nos vamos con la Telebovela desmadrosa, cortesía de su servilleta xD ah si esas canciones pueden conmigo.
Esto fue el capítulo 02 (con dibujito y todo porque Yolo xD) y se puede decir que empezamos con los «coñazos», entre el Tiger con Mina-Bee, pero las querellas y los adulamientos de Vitya para con Yuuri, también xD Espero que se hayan divertido mucho.
Eso me lleva a las siguientes preguntas. Chan chan chan:-¿Qué cosas creen que pasarán en el cap 3? o__o
Todo eso y mucho más, solo aquí por su canal favorito (?)
PARA FINALIZAR:
1) Si tienen alguna pregunta Idiomática, cultural o algo referente al fic, háganmela saber aquí en este apartado. No duden en preguntarme. Eso si, como ya empecé a usar nombres «raros» los que me conocen saben que acostumbro a dejar una hojita al final como vocabulario adicional.
2)Podrán saber de adelantos y cosas sobre mis fanarts en mi fanpage de facebook «StarsDub’s» y también los invito a leer otros fics o/y Artbooks que llevo por aquí en Wattpad, en ALIANZA YOI o en AO3 y sí tengo dedazos de redacción, o alguna corrección que hacer, ¡Díganmela! la idea es mejorar q_q y que estos capítulos para ustedes queden bonitos, gracias ❤
3) ¡Nos vemos en el que sigue! ¡¡¡Cambio y fuera!!! ¡¡Muchos Saluditos a todos!!
Att: su servilleta, la Shary 😀