La primera vez que Yuuri soñó con nosotros, tenía diez años. Nunca sabré qué fue exactamente aquello que finalmente lo hizo venir a nuestra última función de circo en San Petersburgo, sobre todo con el esfuerzo que realizamos para que él tuviera miedo de nosotros. Ahora, cuando sus ojos y los míos se encuentran, temo que la verdad escape y lo haga regresar a un sitio al cual nunca debió haber pertenecido.
Ottenkov Circus
